“You´re beautiful”,
de James Blunt (2004), y “Es caprichoso el azar” (2002), de Joan Manuel Serrat
Para bien o para mal, se arregló mi computadora, gracias al
infalible (aunque pausado) método de reparaciones que no patenté pero
perfeccioné: esperar, preferentemente acostado, hasta que lo que no funciona se
arregle o aparezca otra cosa que lo remplace.
Esta semanita de descanso, que me vino muy bien por cierto,
hace que ya no tenga mucho sentido poner hoy en el blog las canciones que había
seleccionado para el 24 de marzo, así que las dejo para la semana próxima, como
comienzo de una nueva serie, titulada “Si se mata al cantor” que será, les
adelanto, espectacular o desastrosa, o (más probablemente) un punto intermedio
entre ambas calificaciones.
Pero hoy termino por fin la serie “Piedra libre”, y para
compensar de alguna forma mi semana sabática, lo hago con dos temas en lugar de
uno; en distintos idiomas y bien diferentes musicalmente, pero cercanos en el
tiempo y (en mi cabeza al menos) curiosamente conectados. A diferencia de los
temas previos, aquí ese otro que se ve y se descubre es un desconocido: la
mirada no es recuerdo de una historia que pasó (como en “I´ll be seeing you”)
ni decepción traicionada y final de una historia (como en “Te vi” y en “F**k
you”), sino comienzo de una historia nueva.
En principio, hoy tocaba solamente el tema de James Blunt,
pero agregué el de mi tío Joan por una sencilla razón: ayer estuve viéndolo y
escuchándolo, en el teatro Gran Rex.
[Digresión: No fui a verlo solo, sino con toda la familia. Hubiéramos
tenido que ir antes, el día del primer concierto, pero cuando Joan estuvo el
mes pasado de visita en la casa del meu pare Josep y, entre copa y copa, mi
viejo aprovechó para sugerirle-recordarle a Joan que le diera entradas gratis (“un
catalán no desaprovecha ni un suspiro”, como dice el dicho), y Joan le dijo que
sí que es clar y que cuántas, y mi padre empezó a contar con los dedos: “un,
dues… setze”. “Apa”, dijo Serrat, pero igual cumplió, aunque recién nos consiguió
las 16 plateas para ayer. En una sutil broma, Joanito nos asignó la fila 16
entera, y allí estábamos los dieciséis (a saber: mis padres; mi abuela Annunziata;
mis seis hermanas mayores; los maridos de mis hermanas primera, segunda y cuarta;
el novio de mi hermana sexta; los dos hijos mayores de mi hermana la primera; y
quien suscribe), como Els Setze Jutges
(Digresión dentro de la digresión: “los dieciséis jueces” fue
un grupo fundador de la Nova Cançó Catalana en los sesentas; “setze
jutges” suena más o menos “zetzeshutshes”, y es parte de un famoso y
ultradifícil trabalenguas: “Setze jutges d'un jutjat mengen fetge d'un penjat;
si el penjat es despengés es menjaria els setze fetges dels setze jutges que
l'han jutjat” (“dieciséis jueces de un juzgado comen hígado de un ahorcado; si
el ahorcado se descolgara, se comería los dieciséis hígados de los dieciséis
jueces que le juzgaron”). Si pueden decir esto rápido y sin equivocarse, entran
como candidatos de la Medalla al Mèrit de la Generalitat de Catalunya. Fin de
la digresión dentro de la digresión.)
Ya de entrada, apenas bajaron las luces, desde la fila 16
empezaron a llegarle a Serrat gritos destemplados de “¡Visca Catalunya!” y “¡Te
trajimos un tuper con escalivada, Nano!”. Y ya comenzado el concierto y durante
toda su extensión, mi padre, con su voz ronca, se la pasó pidiendo recónditos
temas en catalán de cuando Joan tenía diecisiete: “¡Sota un cirerer florit! ¡Men vaig a peu! ¡Quina grua
el meu estel!” y así. Aunque parezca mentira, eso no fue lo más bochornoso,
porque después de que Joan cantara “Fiesta”, mi hermana la primera, sin
importarle que estaba sentada entre sus hijos y el padre de los mismos, entre
declaraciones de amor al Nano y propuestas indecentes pregonadas a viva voz, para
realzar el impacto de sus dichos se quitó el corpiño y lo lanzó al escenario
(por suerte estábamos lejos y el tiro le
quedó corto, la prenda se depositó sobre la reluciente pelada de un caballero en
la fila 3), y mi abuela Annunziata, sentada al lado mío, que está cada vez más
sorda, gritaba “¡Que cante piú forte!” y pedía canzonetas napolitanas que
difícilmente estarían incluidas en el repertorio previsto. La gente de las
filas cercanas nos chistaba, en un primer momento; luego empezaron a pedirnos a
viva voz que nos calláramos y/o sosegáramos, y finalmente algunos nos amenazaron
con los puños en alto, incluyendo un acomodador al que habían ido a buscar en
la esperanza de que actuara como autoridad competente, lo que no fue así desde
el momento en que mi hermana la quinta indicó que acá la única autoridad era
Serrat y después, mucho más abajo, Dios y la Patria, y recién ahí podemos
empezar a hablar de la fuerza pública. O sea, una típica salida familiar de los
Vagot. El concierto estuvo
hermoso. Fin de la digresión.]
La canción de Blunt se titular “Sos hermosa”. Es una típica
canción que es mucho mejor si uno no entiende la letra. Si uno caza un fulbo de
inglés, en cambio, se da cuenta rápidamente de que los versos podrían haber
sido sacados de la carpeta de un nene de tercer grado. Ya desde el título (“Eres
hermosa”), después el primer verso (“Mi vida es brillante”, ajá.), el segundo
verso (“Mi amor es puro”, ¿vos decís?), la conclusión de la primera estrofa (“Vi
un ángel, estoy seguro”, ¿en serio?), y así, incluyendo la referencia a un
ángel (otro, no ella) que imagina y urde los destinos desde el cielo… No
coments.
Ni hablar del estribillo, que se basa en la repetición de la
frase “eres hermosa” y la totalmente innecesaria confirmación: “eres hermosa, es
verdad”.
La idea es: él vio a una desconocida en el subterráneo, y le
pareció hermosa. Ella estaba con otro hombre, probablemente su pareja, pero a
él eso no le importa porque tiene un plan. ¿Cuál es su plan? En la canción,
parece ser: decirle que es hermosa. No suena como un gran plan, la verdad. En
el videoclip, filmado en medio de una nevada en la cima de un glaciar, el plan
parece ser: empezar a quitarse la ropa. James está un poco pálido y flacucho,
pero bueno, al menos es un plan más interesante que decirle “eres hermosa”, y
supongo que confía en sus ojelis clarelis.
A medida que avanza el videoclip sigue el
strep-tease-obsesivo-compulsivo de James, que además de quitarse la ropa se va
sacando todas las cosas que lleva en los bolsillos y las acomoda en una
perfecta fila ordenada sobre el hielo.
En la canción, mientras tanto, da más datos sobre el fugaz
encuentro visual con la desconocida acompañada: se cruzaron en el subte, él quedó
como loco, ella no le dio la menor bola pero según él, “compartieron un momento
que durará por siempre”. Ah bueno.
Contradictoriamente, él anticipa que a pesar de su tan
mentado plan, no sabe bien qué hacer y teme que nunca estarán juntos. Y al final
de la canción lo confirma (mientras en el clip se tira desde las alturas del
glaciar, en semipelotas, al mar helado): “pero es tiempo de enfrentar la
realidad: nunca estaré contigo”.
O sea: mucho plan, mucho amor puro y vida brillante y
ángeles de acá para allá, pero todo quedó en la nada, en un intercambio de
miradas sin mayores consecuencias y una soledad infinita (de él, digo: ella
está bien acompañada). Termina siendo una canción bastante depre, esta.
https://www.youtube.com/watch?v=ehToBz7zhqE
You're beautiful
My life is brilliant.
My life is brilliant.
My love is pure.
I saw an angel.
Of that I'm sure.
She smiled at me on the subway.
She was with another man.
But I won't lose no sleep on that,
'Cause I've got a plan.
You're beautiful. You're beautiful.
You're beautiful, it's true.
I saw your face in a crowded place,
And I don't know what to do,
'Cause I'll never be with you.
Yeah, she caught my eyes,
As we walked on by.
She could see from my face that I was,
Fucking high,
And I don't think that I'll see her again,
But we shared a moment
that will last till the end.
You're beautiful. You're beautiful.
You're beautiful, it's true.
I saw your face in a crowded place,
And I don't know what to do,
'Cause I'll never be with you.
You're beautiful. You're beautiful.
You're beautiful, it's true.
There must be an angel
with a smile on her face,
When she thought up
that I should be with you.
But it's time to face the truth,
I will never be with you.
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Eres hermosa
Mi vida es
brillante.
Mi vida es brillante.
Mi amor es puro.
Vi un ángel,
de eso estoy seguro.
Me sonrió en el subterráneo,
estaba con otro hombre,
pero eso no me hará perder el sueño
porque tengo un plan.
Eres hermosa. Eres hermosa.
Eres hermosa, es verdad.
Vi tu cara en un lugar lleno de gente
y no sé qué hacer,
porque nunca estaré contigo.
Sí, ella captó mi atención
mientras nos cruzamos caminando.
Ella pudo ver, por mi cara, que yo estaba
jodidamente volado,
y no creo que vuelva a verla,
pero compartimos un momento
que durará por siempre.
Eres hermosa. Eres hermosa.
Eres hermosa, es verdad.
Vi tu cara en un lugar lleno de gente
y no sé qué hacer,
porque nunca estaré contigo.
Eres hermosa. Eres hermosa.
Eres hermosa, es verdad.
Debió haber un ángel
con una sonrisa en el rostro
cuando inventó
que yo debía estar contigo.
Pero es tiempo de enfrentar la realidad,
nunca estaré contigo.
|
La contrapartida es otra canción de encuentro de miradas en
un lugar lleno de gente: “Es caprichoso el azar”, tema que cantó ayer Joan
Manuel, y que grabó en el disco Versos en
la boca y luego en Serrat sinfónico,
a dúo con la cantante israelí Noa (seudónimo de Achinoam Nini). Es, en mi
humilde y nada objetiva opinión, una gran canción: una preciosa canción de
cuna, una barcarola muy suave, íntima y romántica.
(Digresioncita: esta foto la tomó mi hermana la tercera.)
Que cuenta una historia similar a la de la canción de Blunt:
un lugar con mucha gente en tránsito, y ellos pasan por azar y, solo porque sí,
sin buscarlo y porque justo justo para la lluvia y el semáforo se pone en rojo
y el autobús donde viaje él se detiene, los dos se ven.
Pero aquí la mirada inicial no es, como en “You´re beautiful”,
pasajera e inconsecuente: aquí es realmente un comienzo, el comienzo de una
historia nueva, de una vida entera, de algo que se esperaba con ansias. Tanto
es así, que hasta uno puede imaginar que ellos (los que se ven en el semáforo,
ella en la calle y él arriba de un colectivo) ya se conocían de antes, y
entonces el encuentro permite continuar algo ya empezado mucho antes; si no,
parece difícil explicar cómo esa única mirada azarosa puede generar un cambio
tan tremendo en sus vidas.
Claro que lo de “es caprichoso el azar” es una imagen rara,
porque si algo es al azar, no es motivado, mientras que un capricho es un
motivo muy específico para actuar: si don Azar hizo que ellos dos se
encontraran “porque se encaprichó”, entonces ya no sería Azar. Sería don
Destino.
También se puede pensar, como pienso yo, que el destino no
existe pero el azar tampoco: lo que llamamos “azar” es la conjunción de
montones de pequeños motivos (algunos, lejanísimos y leves, otros más
inmediatos y certeros) que desconocemos y que sería trabajoso (e inútil)
descifrar y enumerar: nos encontramos porque fuimos quien fuimos, porque
vivimos lo que vivimos, porque pensamos lo que pensamos, porque nuestros
antepasados existieron de una forma y en un tiempo preciso (“al besarnos tu y
yo se besan nuestros muertos”, M.H.), porque hizo frío o hizo calor y alguien
se levantó tarde y otro alguien imaginó un poema y otro rompió en dos una hoja,
y en síntesis, todas esas pequeñas decisiones y hechos e ideas y motivos,
reunidos, causaron lo que hoy llamamos, por comodidad, “azar”. Ningún capricho.
Noa tiene una hermosísima y potente voz, pero siempre tengo la
sensación de que para hacer esta canción a dúo se necesitaba otro tipo de
interpretación, más susurrada, más íntima, con menos voz: no cantada por una
cantante de ópera onda María Callas, sino más bien por una voz más ventosa,
sutil, dulce pero quebrada, nórdica, onda Ane Brun, o Kate Rusby, o la misma
Björk. Pero no me hagan caso. Igual, voy a poner dos links: de Serrat cantando
solo la canción, y el dúo con Noa.
Es caprichoso el azar
Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué
ni me viniste a buscar.
Tú estabas donde
no tenías que estar;
y yo pasé,
pasé sin querer pasar.
Y me viste y te vi
entre la gente que
iba y venía con
prisa en la tarde que
anunciaba chaparrón.
Tanto tiempo esperándote...
Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué
ni me viniste a buscar.
Yo estaba donde
no tenía que estar
y pasaste tú,
como sin querer pasar.
Pero prendió el azar
semáforos carmín,
detuvo el autobús
y el aguacero hasta
que me miraste tú.
Tanto tiempo esperándote...
Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué,
ni me viniste a buscar.
Y así termino esta serie dedicada a las miradas significativas.
Ahora cerraré los ojos de par en par y nos vemos, si el azar del tiempo, la
tecnología y la (mi) energía así lo quieren, el martes próximo.
DJ Vago