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lunes, 12 de noviembre de 2012

[3] Dime si el gato está vivo


“Revolución”, de Julieta Venegas, en su álbum Otra cosa (2010)


La mexicana Julieta Venegas es una de las mejores exponentes de la canción mundial en mi ránking (lo agregaré al margen, más adelante; les anticipo que no están Shakira ni Beyoncé ni Britney). Aunque ella es muy femenina, en la mayoría de sus canciones románticas toma la postura que tradicionalmente se asigna, en una relación, al varón: ella es la decidida, la que lleva las riendas del asunto, mientras que él (el destinatario de la canción) duda, no sabe qué hacer, tiene miedo, piensa que no es el momento indicado… ella le dice que confíe, que lo va a proteger y a cuidar, y que vayan para adelante. Pero lo tiene que repetir bastante, porque él, además, es medio lento de entendederas.

Otro grupo de canciones de Julieta tematiza el momento de la espera: ella ya se declaró, y ahora está esperando que le digan que sí o que le digan que no (escuchar, por ejemplo, “Bien o mal”, del mismo disco). En el universo poético de Julieta V, la palabra es esencial, es el inicio de todo (como en la Biblia); por eso es tan importante pronunciarla. La palabra es el cemento de la realidad, y una palabra puede generar (en una persona, y en el mundo entero) una revolución, un necesario borrón y cuenta nueva: ese “volver a empezar” que aparece en varias de sus canciones, y aquí.  



Aquí, en “Revolución”, eligió plantear una marcha, con su tambor redoblante y todo, símil las marchas-marchitas de banda militar, como para recalcar que esta canción de amor no es solamente una canción de amor, sino también un manifiesto político. Sin embargo, el tema no está en un compás de 2/4, como las típicas marchas (y los tangos), sino en uno de 6/8, es decir, un ritmo de dos tiempos (fuerte-suave, fuerte-suave, …), pero ternario: cada tiempo está dividido en tres partes (eso se nota bien cuando comienza a sonar el charango, que es el que marca las tres corcheas de cada tiempo). [No sé si se llega a escuchar bien en la compu la entrada de cada instrumento; por las dudas, pongan el tema con volumen alto.] El resultado es una especie de “marcha valseada”, lo que le quita marcialidad y la hace parecer más bien una retahila o ronda infantil, que es, en definitiva, lo que termina siendo, cuando los niños comienzan a cantar a coro. Porque la revolución es también cosa de niños; aunque no sean ellos los encargados de “incendiar el mundo”, seguramente tendrán que caminar sobre las brasas.

O “incendiar AL mundo”, como dice Julieta, que hace gala en muchas de sus canciones de una sintaxis deficitaria, que quizá tiene que ver con lo mexicano y seguramente con lo popular. No dice “El amor puede hacernos mejores”, sino “puede hacernos mejor”. O como en la canción “Me voy”, donde no dice “puede ser que lo merezca”, sino “puede que lo merezco”. No le importa mucho la gramática.

Y hablando de gramática, la primera estrofa de la canción (que se repite luego tres veces más) es imposible de transcribir correctamente, porque hay tres formas válidas de colocar la puntuación:

Forma 1
Dime si te causo una revolución,
dime si te hago cambiar tu canción,
dime si te hago suspirar,
dime si te haré volver a empezar.

Si se elije la primera forma, se interpreta que el yo poético (digamos ella, para abreviar) le pide a la segunda persona (digamos él) que le confirme si está afectándolo tanto como ella piensa.

Forma 2
Dime “Sí, te causo una revolución”,
dime “Sí, te hago cambiar tu canción”,
dime “Sí, te hago suspirar”,
dime “Sí, te haré volver a empezar”.

En la segunda forma, ella pide que él le confirme que va a empezar la revolución. Quiero que me revoluciones, pero avisame antes. Puede parecer forzada esta interpretación, pero en la misma canción, más adelante, aparece otro discurso directo similar (Dijiste “Ven hacia mí”…). Además, aquí es ella la revolucionada, la que cambia la canción, suspira y vuelve a empezar (en la misma canción, con la retahila). Así que no sería “loco” interpretar la letra con esta segunda forma.

Forma 3
Dime “Sí” y te causo una revolución,
dime “Sí” y te hago cambiar tu canción,
dime “Sí” y te hago suspirar,
dime “Sí”: te haré volver a empezar.

En la tercera forma, nuevamente es ella la que actúa, pero antes pide permiso: solo hace falta que me digas que sí, y entonces zácate, te revoluciono todo. Nuevamente, hay varias canciones de Julieta que responden a este esquema semántico, así que no sería “loco” interpretarlo así.

Al transcribir la letra, hay que elegir una de las tres formas, lo que necesariamente empobrece la canción. ¿Por qué? Porque mientras no sepamos cómo se escribe la letra, podemos interpretar la estrofa de las tres formas a la vez (esta vez sí puse las itálicas, porque no tuve más remedio).

Como el famoso gato de Shrödinger. ¿Lo conocen? Schrödinger puso un gato (un gato mental, digo, eh, no se crean que usó un gato de verdad) en una caja herméticamente cerrada, con una lata de gas venenoso controlada por un dispositivo que tiene exactamente un 50% de probabilidades de accionarse al cumplirse un minuto. Pasa un minuto y medio. Si el dispositivo se accionó, el gas se liberó y el gato murió; si el dispositivo no se accionó, el gas se quedó en la lata y el gato vive. Si abrimos la caja, vemos al gato vivo o al gato muerto, una de dos. Pero lo que dice Schrödinger es que, mientras no abramos la caja, no podemos decir que el gato está vivo ni que murió: el gato está vivo y muerto al mismo tiempo. Suena equivocado, ¿no? Nuestro sentido común nos dice que todo el planteo es una patraña. Schrödinger, por cierto, no era veterinario, sino que buscaba ejemplificar y jutificar algunos resultados anti-intuitivos que se obtienen en física cuántica. Pero a mí me gusta creer en ese gato: la realidad muchas veces nos deja, como a él, en bolas, vivos y muertos a la vez adentro de una caja a oscuras.



En la canción pasa algo parecido: mientras no la transcribamos, dice muchas cosas a la vez.
Igual, yo la transcribo abajo, porque soy un rebelde; pero alternando las posibilidades de puntuación.

Un comentario extra: ¿no es encantadora la forma en que Julieta dice “sonrisa”?
Y una tarea para la semana: ¡Vamos a incendiar al mundo, gato!


Dime si te causo una revolución,
dime si te hago cambiar tu canción,
dime si te hago suspirar,
dime si te haré volver a empezar.

Apareciste y todo se movió,
el piso por donde camino se abrió.
Dijiste “Ven hacia mí” y algo me empujó.
Lo que estaba vacío se llenó.

Dime “Sí” y te causo una revolución,
dime “Sí” y te hago cambiar tu canción,
dime “Sí” y te hago suspirar,
dime “Sí”: te haré volver a empezar.

Pensaba que no existía el amor,
ya no creia que era cosa de dos.
Es dificil llevar al mundo encima así
si no hay alguien que me haga sentir.

Vamos a incendiar al mundo
con la convicción
de que solo el amor
puede hacernos mejor.
Mientras todo a nuestro alrededor se deshace
la fe en tu sonrisa
me levantará,
me levantará.

Dime “Sí, te causo una revolución”,
dime “Sí, te hago cambiar tu canción”,
dime “Sí, te hago suspirar”,
dime “Sí, te haré volver a empezar”.

Dime si te causo una revolución,
dime si te hago cambiar tu canción,
dime si te hago suspirar,
dime si te haré volver a empezar.

 http://www.youtube.com/watch?v=8N4G98PQWmA



Agotado, se despide hasta la próxima semana:

DJ Vago

2 comentarios:

  1. Me encanta Julieta: Y, querido Vago, como no pusiste video te salvaste, y ella también, de mis lapidarios comentarios acerca de su vestuario y de su vestuarista (horror), y que pretendí hacérselos llegar por medio de mi amiga Graciela que vive en México y que es amiga del productor de los discos de JV, je je.
    Paras er vago, das todo en cada lunes, eh?

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  2. no hay look como el de la mona.

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