“You can call me Al”, de Paul Simon, en su álbum Graceland (1986)
A Ana Lucía Salgado.
Como segunda entrega de la serie “Dime cómo te llamas”, nos
volvemos de la China y viajamos a Graceland,
un gran disco del gran Paul Simon.
Graceland es el
nombre de la mansión de Elvis Presley, en Memphis. Para un músico estadounidense,
ir a Graceland sería, supongo, como decir: ir a La Meca. Un viaje iniciático.
Que es el que hizo Paul pero a Sudáfrica, donde conoció montones de músicos y
estilos nuevos para él, y escuchó, admiró y a veces hasta afanó, melodías y
canciones enteras. El resultado fue un disco buenísimo, que les recomiendo escuchar
en su conjunto (en Youtube se consigue fácil, si junto ganas, va el link abajo).
Y el tema “Graceland”, dentro del disco, también es genialidatt, con dos T.
https://www.youtube.com/watch?v=mcnpcFoEBWQ
Para quienes no conocen a Paul Simon, es el Simon de Simon
& Garfunkel. De los sesentas. Si no les suena Simon & Garfunkel, es que
ustedes son muy jóvenes o muy burros. Eduquensé o crezcan un poco, y luego
vuelvan acá y sigan leyendo. Los espero.
¿Listo? Sigo.
Garfunkel, a quien en mi posteo 45 comparé (acertadamente),
por su aspecto, con un John MacEnroe adicto al ribotril, me cae muy simpático.
Aunque no parezca. Pero en ese dúo desparejo, el verdadero talento no era el
alto rubio que metió los dedos en el enchufe, sino el otro, Paul, el petiso con
esa cara de caído del catre onda Chespirito, quien compuso prácticamente todas
las canciones (incluyendo el trío de temas “top” que alcanzaron el número 1 en
todos los charts de la época, en especial luego de la salida de la película “El
graduado”: “Señora Robinson”, “El sonido del silencio” y “Puente sobre aguas turbulentas”.
Temazononones.
Por eso, cuando en 1970 el dúo se separó, era fácil prever
quién de los dos iba a hacer una gran carrera solista. Paul Simon sacó tres
discazos, y luego en la primera mitad de los ochentas tuvo un bache, del que
salió, luego de su viaje a Sudáfrica, pum para arriba con este discazo.
“You can call me Al”, el tema elegido hoy, no está ni en el
top 3 de las canciones del disco; pero es el que me queda bien con el tema de
la serie (“Dime cómo te llamas”), y por eso lo elegí. Además, la canción me encanta.
Y el clip, a pesar de que es una boludez total, me causa gracia cada vez que lo
veo.
En esta canción, Paul conjuga una base rítmica incesante y
pegadiza (algo bien africano) con una onda pop y una sucesión de solos
jazzeados: por momentos suena a algo caribeño, luego a zulú, luego a Britney
Spears, luego a Santana… pero al final, es un Paul Simon auténtico.
En especial por la letra: esta canción iba a formar parte de
otra serie (que quizás ya salga de mi calendario, ya bastante sobrecargado),
titulada “Los parcos”, dedicada a músicos que gustan de hacer canciones con
letras larguísimas (no haré la serie, pero sí habrá, hacia el final de esta
secuencia, un “parco” más).
No sé si tiene un nombre en particular, pero me gusta pensar
en estos temas como “canciones-río”, como un fluir de imágenes y palabras que
se apelmazan, a veces sin orden ni aparente concierto, y que van formando una
historia compleja, intensa. Eso me hace acordar, claro, al tema zulú que reseñé
en este blog (posteo 97): las canciones-río son un invento africano. Como la
humanidad.
La canción tiene tres estrofas, cada una es como un río de
pensamientos que se suceden sin pausa ni corte, desordenadamente (pero no
tanto). Todas comienzan con el mismo verso: “Un hombre camina por la calle”. Hasta
ahí vamos bien. Pero lo cierto es que es una letra difícil de interpretar. Si
tuviera que titularla, la llamaría: “una cartografía de la incomodidad” (estuve
a punto de titular así el posteo, pero sonaba súper intelectual, no me da la
caradurez para tanto). Las estrofas, sí, van “mapeando” una crisis interior, una
incomodidad con el presente.
La primera estrofa es (para mí) muy graciosa, porque el
cantor parece estar hablando de su panza: “¿Por qué estoy blando en el medio,
ahora?”, como diciendo, ¿Por qué tengo este salvavidas en la zapán, de golpe?”
(también se puede leer: ¿por qué me volví blando ahora que estoy en mitad de la
vida?). Él se lamenta de que tiene blanda la panza, pero el resto de su vida está
dura: necesita una oportunidad instantánea (photo-opportunity),
una chance de redención. Y esos pensamientos oscuros que le roen la cabeza son
como perros que le ladran a la luz de la luna, en plena noche en un lugar
inhóspito, y solamente le puede pedir ayuda a ese desconocido que es él mismo,
sí, ese tipo, el de la panza cervecera:
Perros a la luz de la luna
lejos de mi puerta bien iluminada
señor Panzadecerveza, Panzadecerveza,
aleje a esos perros de mí
sabe que esto ya no me
hace gracia
La segunda estrofa revolotea por el mismo tema: el mismo
hombre, que es él pero a la vez no es, camina por la calle y se lamenta de
tener tan poca capacidad de atención, de que aún no tiene una familia (o su
familia no está con él), que qué pasa si muere allí mismo, que quién será su
modelo a seguir ahora que su modelo a seguir (él mismo) se distrajo y se fue,
al igual que su corta capacidad de atención, con la primera chica que se le
cruzó por la calle.
Y la tercera estrofa presenta al mismo infeliz en un país
extraño, donde no conoce a nadie, ni el idioma, ni plata, donde lo rodean
sonidos e imágenes extrañas (vacas en el mercado, huérfanos, pungas, ángeles en
la fachada de los edificios)…
Un hombre camina por la calle
es una calle en un mundo extraño
quizás es el Tercer Mundo
quizás es su primera vez allí
no habla el idioma
no lleva dinero local
es un hombre extranjero
está rodeado por el sonido
el sonido
reses en el mercado
buscavidas y orfanatos
ira alrededor alrededor
ve ángeles en la arquitectura
girando en el infinito
dice ¡Amén y Aleluya!
Y sobre todas esas situaciones desconsoladas sin gracia y esos
cuestionamientos existenciales sobrevuela un deseo: el deseo de redención. De
salir de la crisis, de superar la incomodidad, de llegar a algún lugar amable.
De encontrarse con alguien. Y a ese alguien le dice, en un estribillo que es
una total genialidad: no importa quién sos, ni quién soy yo. No importan ni
siquiera nuestros nombres (onda “Último tango en París”). Vos podés ser mi
guardaespaldas, yo seré tu viejo compañero de la escuela a quien no ves hace
mucho. Te llamaré Betty, vos podés llamarme Al.
Si fueras mi guardaespaldas
puedo ser tu viejo amigo perdido.
Puedo llamarte Betty,
y Betty, cuando me llames,
puedes llamarme Al.
En fin: me encanta este tema, que es como la reafirmación de
la posibilidad de que un encuentro nos saque del pozo.
Mi hermana la tercera, mientras me devuelve al mate, levanta
la vista brevemente de la lectura de su novela para decirme que el verso “Puedes
llamarme Al” es una referencia al comienzo de la novela Moby Dick. Yo desconozco: lo dejo a vuestro criterio. Lo que si sé
que se dice es que la primera idea de esta canción le surgió a Paul cuando, en
una fiesta, el músico Pierre Boulez (que ya estaría pasado de copas) lo llamó a
él Al, y a su esposa Peggy le dijo Betty.
El videoclip es una especie de sketch donde se los ve a Paul
Simon, tan petisito él, al lado de Chevy Chase (el cómico), tan alto él, en una
habitación rosada. Chevy Chase mueve la boca, como si él cantara, y Paul se
limita solo a tocar (a hacer como que toca) algunos instrumentos. Es una pavada
total, el clip, pero me divierte igual.
https://www.youtube.com/watch?v=uq-gYOrU8bA
You can call me Al
A man walks down the street
He says why am I soft in the
middle now
Why am I soft in the middle
The rest of my life is so hard
I need a photo-opportunity
I want a shot at redemption
Don't want to end up a cartoon
In a cartoon graveyard
Bonedigger Bonedigger
Dogs in the moonlight
Far away my well-lit door
Mr. Beerbelly Beerbelly
Get these mutts away from me
You know I don't find this
stuff amusing anymore
If you'll be my bodyguard
I can be your long lost pal
I can call you Betty
And Betty when you call me
You can call me Al
A man walks down the street
He says why am I short of
attention
Got a short little span of
attention
And wo my nights are so long
Where's my wife and family
What if I die here
Who'll be my role-model
Now that my role-model is
Gone Gone
He ducked back down the alley
With some roly-poly little
bat-faced girl
All along along
There were incidents and
accidents
There were hints and
allegations
If you'll be my bodyguard
I can be your long lost pal
I can call you Betty
And Betty when you call me
You can call me Al
Call me Al
A man walks down the street
It's a street in a strange
world
Maybe it's the Third World
Maybe it's his first time
around
He doesn't speak the language
He holds no currency
He is a foreign man
He is surrounded by the sound
The sound
Cattle in the marketplace
Scatterings and orphanages
He looks around, around
He sees angels in the
architecture
Spinning in infinity
He says Amen! and Hallelujah!
If you'll be my bodyguard
I can be your long lost pal
I can call you Betty
And Betty when you call me
You can call me Al
Call me Al.
|
Puedes llamarme Al
Un hombre camina por la calle
dice por qué estoy blando en el medio ahora
por qué estoy blando en el medio
el resto de mi vida es tan duro
necesito una foto de tapa
quiero una chance de redención
no quiero terminar como un dibujito
en un cementerio de dibujitos.
Entierrahuesos, entierrahuesos.
Perros a la luz de la luna
lejos de mi puerta bien iluminada
señor Panzadecerveza, Panzadecerveza,
aleje a esos perros de mí
sabe que esto ya no me hace gracia
Si fueras mi guardaespaldas
puedo ser tu viejo amigo perdido.
Puedo llamarte Betty,
y Betty, cuando me llames,
puedes llamarme Al.
Un hombre camina por la calle,
pregunta por qué tengo tan poca atención
tengo un lapso muy breve de atención
y por qué mis noches son tan largas
dónde están mi mujer y mi familia
qué pasa si muero aquí
quién va a ser mi modelo a seguir
ahora que mi modelo a seguir
se fue, se fue,
se escurrió por el callejón
con una chica rellenita con cara de murciélago
todo el camino todo
hubo incidentes y accidentes
hubo indirectas y alegatos
Si fueras mi guardaespaldas
puedo ser tu viejo amigo perdido.
Puedo llamarte Betty,
y Betty, cuando me llames,
puedes llamarme Al:
llámame Al.
Un hombre camina por la calle
es una calle en un mundo extraño
quizás es el Tercer Mundo
quizás es su primera vez allí
no habla el idioma
no lleva dinero local
es un hombre extranjero
está rodeado por el sonido
el sonido
reses en el mercado
buscavidas y orfanatos
ira alrededor alrededor
ve ángeles en la arquitectura
girando en el infinito
dice ¡Amén y Aleluya!
Si fueras mi guardaespaldas
puedo ser tu viejo amigo perdido.
Puedo llamarte Betty,
y Betty, cuando me llames,
puedes llamarme Al.
Llámame Al.
|
Y eso es todo por hoy. La semana que viene rellenaré uno de
los grandes agujeros de este blog, con la banda de rock más famosa y la canción
más versionada de todos los tiempos.
Hasta entonces, pueden llamarme S.
DJ S. Vago
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