“Elfin Knight”, anónimo escocés del siglo XVII, por Kate Rusby (2005)
Y bueno, finalmente estoy de regreso, tras cuánto, ¿tres
semanas? Estuve a punto de dejarme llevar por la infinitamente agradable
sensación de no hacer nada, pero había algo, una espinita clavada en mi cerebro
que me decía que no podía dejar la serie “Sobrenaturales” sin su cierre.
Especialmente cuando el cierre es un tema que me encanta y que tengo marcado en
mi agenda mental desde hace dos años y que hace diez días que no puedo dejar de
tararear en mi cabeza. Así que aquí estoy de nuevo, para gusto de unos pocos e
indiferencia de tantísimos. Bostezante, pero cuasi animoso, considerando.
“Elfin Knight”, “Caballero élfico”, es una canción
tradicional tan escocesa como anónima del siglo XVII. Está muy emparentada con
otra canción anónima, mucho más famosa, que ya reseñé (con modestia diré: magistralmente)
en el posteo 45, de septiembre de 2013: “Scarborough fair”, y que también mutó
en varias zonas de Escocia y Gales como “Wittingham fair”. Los estudiosos
aseguran que Scarborough y Wittingham son canciones derivadas de esta, la del
elfo, que sería la canción original y primera con esa propuesta de tareas
imposibles.
Como toda canción de 400 y pico de años, hay montones de
versiones de “Elfin Knight”. En todas hay dos protagonistas: el caballero
élfico (podría ser un elfo, o un descendiente de elfos, o un tipo
sobrenaturalmente pintón: decidan ustedes) y una chica. En todas las versiones,
el caballero está parado en la cima de una colina, y la chica está en su casa
(en algunas versiones, en especial las primeras, ella está dentro de la casa,
en su habitación; en otras podría estar en el palier o en el zaguán).
En las primeras versiones, el caballero élfico, muy poco
caballero, después de hacer sonar su instrumento (no, no ese que están pensando,
aunque casi) y generar un vientazo con él, propone y/o amenaza raptar a la
chica y, redondamente, yacer con ella (si ella consiente) o violarla (si no
consiente). La chica, ante esa propuesta tan varonilmente primitiva, cierra la
ventana (para que el viento no desordene todo); aunque no rechaza de plano, exige
que el caballero élfico cumpla antes de llevársela unas “simples” tareas:
labrar un acre de tierra, hacerle un vestido. Pero esas tareas, tan sencillas,
son imposibles, porque el terreno debe estar ubicado “entre el mar y la línea
de la costa”, y el vestido debe hacerse “sin coser ni bordar”. Estas primeras
versiones son, según yo, masculinas, porque aunque la chica es quien pone las
condiciones, su rol es pasivo (espera quieta a que el caballero haga lo suyo) y
ella es casi como un trofeo, mientras que el caballero élfico es quien propone y
avanza.
Sin embargo, en algún momento del siglo XVII, pasó algo
notable con esta canción, y es que una mujer la tomó y la dio vuelta. Estamos
en el Renacimiento, pero es sabido que el renacimiento ese del arte y de los
libros era cosa de varones. En la música popular, sin embargo, sí había alguna
oportunidad, algún resquicio para que las mujeres tomaran la palabra y
expresaran un irreverente, por no decir hereje, deseo de vivir. En las nuevas
versiones de “Elfin Knight” que comenzaron a surgir a partir de fines del siglo
XVII y en adelante, es la chica quien, al escuchar el cuerno del caballero
élfico (cuyo sonido es “tan fuerte y estridente”, por no decir “penetrante”) y
verlo en la cima de su colina, siente un intenso deseo sexual, que se nota
porque el viento generado por el cuernazo del caballero ya no queda solo como
una curiosidad meteorológica, sino que (en tanto ella ya no se queda dentro de
la habitación, sino que sale de la casa) le vuela la pollera:
El caballero élfico está parado en su colina
(sopla sopla sopla, viento, sopla)
Soplando su cuerno fuerte y estridente,
y el viento que sopla me levanta la pollera.
Recuerden en qué época estamos, y se darán cuenta de que
este estribillo es, de tan erótico, subversivo. En especial porque el erotismo
que muestra es tan sutil como femenino, en tanto no hay ningún contacto físico
directo entre el caballero y la chica, sino a través del viento que el genera
con su instrumento (musical, ponele). Pero un soplido fuerte puede derribar,
dice el Lobo, una casa de paja o de palos, y como se sabe desde la época de los
griegos, el viento en Europa es capaz de embarazar a una ninfa si se descuida;
así que yo diría que este viento escocés es bastante subido de tono, para el
mil seiscientos.
En estas versiones “femeninas”, es ella la que propone a don
Élfico que se la lleve para así poder estar juntos (en algunas versiones, con
casamiento previo; en otras, sin papeles). Ella llega directamente hasta decir
que “ojalá tuviera tu cuerno en mi regazo”, lo cual ya se pasa de castaño
oscuro.
Y, quién lo diría, es el caballero quien, en lugar de
agarrar viaje enseguida, se pone remilgoso y dice que, si ella quiere irse con
él, antes cumpla unas tareas:
Entonces debes hacerme una camisola de holanda
sin ninguna costura ni trabajo de agujas,
y debes lavarla en aquel pozo
que nunca tuvo agua ni recibió jamás lluvia.
La chica no se da por vencida, y le hace una contrapropuesta
de tareas imposibles (labrar, cosechar), para que funcione como tributo y parte
de su dote:
Mi padre quiere una parcela de tierra
entre el salado mar y la línea de la costa,
y deberás ararla con tu resoplante cuerno
y sembrarla con un solo grano de pimienta.
(En algunas versiones, le pide además que la cosecha sea
reunida en una carreta armada solamente con piedras y barro, y que esa pesada
carreta imposible sea tirada solamente por un único gorrión. Lindo, ¿no?)
Cuando él labre la parcela, ella le dará su camisa sin costuras,
y todos contentos.
Esta canción, ya en el siglo XVIII, a menudo se consideraba
como una “balada para niños”, lo que suena curioso, porque los padres de hoy
probablemente no estarían de acuerdo con que esta canción les fuera cantada a
sus hijos y, especialmente, a sus hijas.
Abajo pondrá links y letras de las versiones de las que
estuve hablando hasta aquí. Pero ahora me enfocaré en la versión elegida hoy,
la de Kate Rusby, una cantante folk británica que me encanta, con una voz
impresionantemente hermosa, y a quien ya presenté en uno de mis posteos menos
leídos: “Volvé a las 9 hija, o sos boleta”, sobre el romance anónimo inglés “Una
rosa en abril” (posteo 103). Como en ese romance, aquí en la versión que hizo
Kate de “Elfin Knight” es la protagonista femenina la que avanza y actúa para
que su amor y/o su deseo lleguen a concretarse.
La canción forma parte del disco La chica que no podía volar
(“The girl that couldn´t fly”), de 2005.
En su versión, Kate Rusby deja de lado
todo eso de las tareas imposibles (que hoy en día, inevitablemente, nos suena
como sacado de “Scarborough fair”, aunque no sea así) y se centra en lo
importante: en el deseo de la muchacha por el caballero élfico y cómo el viento
que él produce le vuela la pollera. Solo con eso, Kate hace una canción preciosa,
pegadiza y rítmica y tierna, con solo tres estrofas, entre las cuales se cuela
el ventarrón del estribillo.
En la primera estrofa presenta al caballero élfico, y a
diferencia de otras versiones, se detiene para describir, además del sonido del
cuerno, cómo se ve el aplomado y varonil caballero (ella está fuera de la casa,
liberada para sentir el viento en la falda y para verlo a él directamente, allá
arriba):
El caballero élfico está parado en aquella colina,
sopla su cuerno tan alto y estridente,
su porte es tan orgulloso y tan sereno,
sopla el viento sopla mi pollera.
En la segunda estrofa, ella se permite comenzar a soñar:
Si tuviera al caballero que está en esa colina,
mi verdadero amor seguramente habría hallado:
abajo hasta la iglesia y pronto estaríamos unidos,
sopla el viento sopla mi falda.
Fíjense que se usa, como en “Scarborough fair”, la expresión
“true love”, “amor verdadero”, y al igual que allí, lo que se quiere decir en
realidad es “true lover”: un amante fiel. Ella sueña con tener al caballero en
sus manos, y lo primero que haría entonces sería llevarlo a la iglesia para
casarse con él. Ella es una chica de buena familia, después de todo. Pero sus
verdaderas intenciones no son esas, y el casamiento es solamente un requisito para
lo que realmente quiere, que se expresa con claridad en la tercera estrofa:
Él me hará un vestido con costuras de hilo fino,
pondrá una diadema de flores en mi cabeza,
abajo a la iglesia y después iremos a la cama,
sopla el viento sopla mi falda.
Él le dará el vestido de hilo fino (fíjense que en esta versión
ella no pide que sea hecho sin coser ni bordar: le tiene sin cuidado la técnica
de costura) y le pondrá una corona nupcial de flores en la cabeza (lo que
remarca la cercana relación entre el caballero élfico y la naturaleza
indomable, silvestre y salvaje) y entonces sí, pasando por la iglesia
(rapidito), luego sí irán (¡por fin!) a la cama juntos.
Es solo un sueño de la muchacha, y nada dice que ese deseo
que siente se concrete: sin embargo, la intensidad poética de esos personajes de
los que casi nada sabemos logran que esta canción sea memorable, y que siga
viva cuatrocientos años después. Ojalá les guste.
The elfin knight
The elfin knight stands on yon hill
He blows his horn both loud and shrill He stands so proud and he stands so still Blow winds blow my bonnie o Blow winds blow my bonnie If I had the knight that stands on yon mound My true love then surely I have found Down to the church then soon we will be bound Blow winds blow my bonnie o Blow winds blow my bonnie. He'll make me a dress with seams of fine thread Make me a garland of flowers for my head Down to the church then away we'll go to bed Blow winds blow my bonnie o Blow winds blow my bonnie. The elfin knight stands on yon hill Blowin' his horn both loud and shrill He stands so proud and he stands so still Blow winds blow my bonnie o Blow winds blow my bonnie. |
El caballero élfico
El caballero élfico está parado en aquella colina,
sopla su cuerno tan alto y estridente,
su porte es tan orgulloso y tan sereno,
sopla el viento sopla mi pollera, oh,
sopla el viento sopla mi pollera.
Si tuviera al caballero que está en esa colina,
mi verdadero amor seguramente habría hallado:
abajo hasta la iglesia y pronto estaríamos unidos,
sopla el viento sopla mi pollera, oh,
sopla el viento sopla mi pollera.
Él me hará un vestido con costuras de hilo fino,
pondrá una diadema de flores en mi cabeza,
abajo a la iglesia y después iremos a la cama,
sopla el viento sopla mi pollera, oh,
sopla el viento sopla mi pollera.
El caballero élfico está parado en aquella colina,
sopla su cuerno tan alto y estridente,
su porte es tan orgulloso y tan sereno,
sopla el viento sopla mi pollera, oh,
sopla el viento sopla mi pollera.
|
Y aquí adjunto, para los que quieran comparar otras
versiones, un par más, que ilustran lo que conté en la primera parte del
posteo:
The Elfin Knight
The Elfin Knight stands on yon hill,
Blaw, blaw, blaw winds, blaw
Blawing his horn loud and shrill.
And the wind has blawin my plaid awa
‘ If I had yon horn in my kist,
And the bonnie laddie here that I luve best !
Ye maun make me a fine Holland sark,
Without ony stitching or needle wark.
And ye maun wash it in yonder
well,
Where the dew never wat, nor the rain ever fell.
Now sin ye’ve askd some things o me,
It’s right I ask as mony o thee.
My father he askd me an acre of land,
Between the saut sea and the strand.
And ye maun plow’t wi your blawing horn,
And ye maun saw’t wi pepper corn.
When ye’ve dune, and finishd
your wark,
Ye’ll come to me, luve, and get your sark.
|
The Elfin Knight
El caballero élfico está parado en su colina.
(sopla sopla sopla, viento sopla)
Soplando su cuerno alto y estridente.
Y el viento me levanta la pollera.
Si tuviera tu cuerno en mi regazo
Y llevara puesta mi falda preferida…
Entonces debes hacerme una camisola de (hilo de) Holanda
sin ninguna costura ni trabajo de agujas.
Y debes lavarla en aquel pozo seco
Donde nunca hubo agua ni cayó la lluvia.
Ahora que me pediste algunas cosas,
Tengo derecho a pedirte yo otras tantas:
Mi padre me pidió un acre de tierra
Entre el salado mar y la línea de la costa.
Y debes ararlo con tu resonante cuerno
Y debes sembrarlo con un grano de pimienta.
Cuando lo hayas hecho y termines tu obra,
Entonces ven a mí, amor, y tendrás tu camisa.
|
The Elfin Knight
If you would be married with me,
A favor you must do for me. 'For you must make a shirt for me, Without any cut or hem,' quoth he. 'You must cut it knife and sheerless, And you must sew it needle and threadless.' 'Before I make a shirt for thee, You must do this favor for me. 'You must find me an acre of land, Between the water and the sand 'You must plough it with a ram's horn, And sow it with one peppercorn. 'And in a cart of stone and lyme, A single sparrow must bring it home. 'And when you have finished this work, Come back to me and get your shirt.' |
El caballero élfico
“Si quieres casarte conmigo,
un favor me debes hacer.
Debes hacerme una camisa
Sin ningún corte o costura”, dijo él.
“Debes cortarla sin cuchillo ni tijera
y coserla sin aguja ni hilo”.
Antes de que te haga tu camisa,
Debes hacerme tú un favor a mí:
“Debes hallarme un acre de tierra
Entre el agua del mar y la arena,
Debes ararla con un cuerno de carnero
Y sembrarla con una sola pimienta.
Y en una carreta de piedra y barro,
Un solo gorrión debe traerla hasta casa.
Y cuando hayas terminado tu tarea,
Vuelve a mí y tendrás tu camisa”.
|
Y eso es todo por hoy. Estoy agotado, pero tengo la
satisfacción del deber cumplido. Y no es poco deber, considerando que escribir
estos posteos me cuesta tanto como sembrar una parcela entre el mar y la costa.
Hasta la próxima, si es que mi despertador suena alto y estridente,
DJ Vago
No hay comentarios:
Publicar un comentario