“California dreamin´”, de The Mamas and the Papas (1965)
Y sí, al final aquí estoy de nuevo, solo, fané y descangallado,
dispuesto a comenzar mi cuarta temporada del blog, que será, sin dudas, la más
decadente, poco lúcida, poco esforzada, larga y olvidable de todas las
temporadas. Incluso ya estoy cansado antes de comenzar. Este año seguramente no
podré cumplir mi propósito de “un tema por semana”: aviso desde ahora. Así que
juntar 50 reseñas musicales puede llevarme una indefinida pero enorme cantidad
de semanas.
Aun así, habría podido comenzar antes, pero como el año
pasado había utilizado todas mis vacaciones antes de diciembre, debí trabajar
durante todo enero y febrero. Hice (por omisión) todo lo posible para que me
echaran, pero no lo conseguí. Incluso, sobreponiéndome de mi tradicional falta
de energía, me uní a varias manifestaciones que pedían por despidos, pero
pronto descubrí que era el único allí que aún no lo había logrado.
Pero bueno, el mundo se empeña en que yo trabaje y me da
fiaca ir a contracorriente del mundo. Eso sí, no esperen que aparezca en el cuadrito
del empleado del mes.
Inauguro este año con una serie titulada “Cincuenta años no
es nada, ponele”, frase que no inventé yo sino que tomé del tango “Volver”.
Momento: me dice mi hermana la segunda que el tango no dice exactamente “cincuenta
años no es nada”. No importa, no se preocupen que con la inflación que hay, en cualquier momento el
tango dirá eso.
La serie está dedicada a canciones que acabaron de cumplir
50 años desde su aparición. Es decir que fueron lanzadas en 1965.
1965 fue un gran año para la música, créanme. Mucho, pero
mucho mejor que 2015, que fue un año bastante patético, en el que los
lanzamientos musicales se dividieron en “porno soft con base 4/4”, “tartamudeo
las 5 palabras que tengo en el vocabulario” e “imitadores de los que ya eran
imitadores de antes”. En 1965, en cambio, la música estaba cambiando y nacían
grandes grupos y esos grupos hacían canciones increíbles.
También fue el año en que comenzaron sus respectivas
carreras el gran (y ya extrañado) David Bowie y mi tío Joan Manuel Serrat. Nada
menos. Sin embargo, esas canciones en particular, las de sus primeros discos,
no son de las mejores, y por eso no las reseñaré en esta serie. El primer
single de Joan, por ejemplo, incluía cuatro canciones, de las cuales solamente “La
mort de l´avi” (“La muerte del abuelo”) es buena, en tanto que las otras tres (“El
mocador”, “Ella em deixa” y “Una guitarra”) son de lo más aburrido y peorcito
que grabó (lo cual le podemos perdonar, en tanto apenas había cumplido veinte
pirulos).
Como primera entrega de la serie “Cincuenta años no es nada,
ponele”, hablaremos de “California dreamin´”, el más famoso de los temas de la
banda de folk-rock The Mamas and the Papas, que tal vez compiten por el peor
nombre de banda de toda la historia con The Police, Los Violadores y algunos
más. The Mamas and the Papas duraron apenas tres años y llegaron a sacar cinco
discos, de los cuales solo el segundo fue un boom.
Eran, a diferencia de la gran mayoría de las bandas de la
época, una banda compuesta por varones y mujeres: dos y dos. Eso les dio la
posibilidad de contrastar voces en los coros en forma mucho más interesante
que, por un decir, los Beatles o The Supremes. Lo van a escuchar muy bien en la
canción de hoy.
La banda la iniciaron John Phillips (el alto con cara de Don Ramón devaluado que toca la guitarra) y su esposa Michelle (la rubia que parte la
tierra). John es el compositor de virtualmente todos los temas de la banda;
pero él hacía country, canciones aburridas de country, y estaba muy cómodo con
eso. Sin embargo, su banda previa, The Journeymen, se disgregó, y al quedar
solo con su esposa, necesitaron un tenor para que les haga la voz masculina
aguda en las canciones. Así encontraron a Denny Doherty (flequillito
soñoliento). Denny tenía una gran voz y fue una gran incorporación a la banda.
Por sugerencia de Denny, dejaron el country para acercarse al rock-pop, y trajo
al grupo a su compañera en su banda previa (The Mugwumps): Cass Elliot (la
gordita que no sabe elegir ropa). John se resistió mucho a que Cass entrara en
la banda, porque la voz de ella era (según él) muy grave para los arreglos,
porque se la veía muy gorda y porque, en fin, se llevaban para el culo (en
particular después de que él le dijera que estaba muy gorda). Sin embargo, no
podían permitirse perder a Denny, que era un tenor de la san puta, y aceptaron
a Cass, quien, de paso, era mil veces mejor cantante que Michelle. Y bailaba
mejor.
Y estaba muerta con Denny, desde siempre. Cass lo amaba. Le
propuso un millón de veces que, ya que ya había un matrimonio en el grupo, por
qué ellos dos no seguían el ejemplo y formaban la primera banda de dos
matrimonios en la historia de la música (algo que pocos años después lograría
ABBA). Pero Denny no quería saber nada, en especial porque estaba muerto con
Michelle, la rubia lo volvía loco.
Meses más tarde, Michelle le contó a Cass, como lo más
natural del mundo, que había aceptado comenzar un affaire con Denny, lo que
generó en Cass una entendible indignación: “Podés tener a cualquiera, ¿por qué
tenés que acostarte con el hombre que amo?”. Poco después, John encontró a su
esposa Michelle en pleno acto con Denny, lo cual produjo el siguiente
comentario: “Michelle querida, podés hacer lo que quieras, pero te pido por
favor, no te cojas a mi tenor”.
Tiempo después Michelle y Denny fueron perdonados por el
episodio, pero no pasó mucho antes de que Michelle fuera sorprendida con otro músico,
Gene Clark, de la banda The Byrds. Hubo una votación sumaria y Michelle fue
expulsada de la banda liderada por su marido, aunque después de pocos meses fue
aceptada de nuevo, porque la suplente, Jill Gibson, cantaba bien pero no tenía
el “carisma escénico” de Michelle (traducción: no estaba tan buena).
Toda esta intro fue solo para explicar por qué The Mamas and
the Papas fue una mezcla altamente combustible que, no había otra opción,
estaba destinada a durar poco. Por suerte antes llegaron a lanzar “California
dreamin´”, una canción a la vez ultra sencilla y encantadora, que entró en los
charts en 1965 y los dominó en 1966 (peleando palmo a palmo con la nefasta “Balada
de los boinas verdes”, que entonaba un milico con cara de papa, sin labio
superior ni gracia alguna).
“California dreamin´” (hay varias traducciones posibles pero
la más sensata, intuyo, sería “Soñando con California”). Está armada con un
canon, en el cual los varones comienzan el verso y luego, encimadas (no
literalmente, no sean malpensados) las mujeres repiten el verso; luego los varones
comienzan el segundo verso mientras aún resuena el anterior en las voces
femeninas, y así se va engarzando un continuo musical que suena muy, muy bien. La
canción es de lo más pegadizo que dio la historia musical en el siglo XX, al
menos en mi ránking.
La primera estrofa, que funcionará en adelante como
estribillo, presenta un día frío y nublado de invierno, en el cual el narrador
sale a caminar. Mientras se caga de frío, piensa que, de estar en Los Ángeles,
ahora se sentiría seguro y calentito, con lo cual se sorprende a sí mismo “soñando
con California en un día tan de invierno”.
Todas las hojas están
marrones
y el cielo está gris.
Salí a dar un paseo
en un día invernal.
Estaría seguro y tibio
si estuviera en Los
Angeles;
soñando con California
en un día de pleno
invierno.
Yo soy cero friolento, pero imagino que mi amiga Márgara,
que sufre cuando el termómetro baja de 30 grados, se sentirá identificada con
esta Añoranza del Calor Eterno.
[Digresión: yo sufrí un montón este verano, hubo días tan
calurosos que (como diría Rabinovich) ni siquiera desnudo podía aguantar la
ropa.]
En el segundo 40 de la canción comienza la segunda estrofa (entonada
por Denny con su camisa a lunares marca Piñón Fijo), en la que el cantor entra a
una iglesia por la que pasa casualmente y lo hace, más que otra cosa, para
protegerse del frío (tiene que fingir que está rezando, para que no se note
tanto su pecaminosa motivación climática).
Entré en una iglesia
que me encontré en el
camino.
Bueno, me puse de rodillas
y fingí rezar.
Sabes que al pastor le
gusta el frío,
él sabe que me quedaré
soñando con California
en un día de pleno
invierno.
Es una estrofa rara. La escribió Michelle, a quien le
gustaba visitar iglesias. John odiaba esta estrofa, que le parecía,
redondamente, una pelotudez. Sin embargo, no se le ocurrió ninguna cosa mejor,
así que como quedó quedó.
Y luego se repite la primera estrofa, con una variante en
los versos intermedios:
Todas las hojas están
marrones
y el cielo está gris.
Salí a dar un paseo
en un día invernal.
Si no le dijera nada a
ella
podría partir hoy;
soñando con California
en un día de pleno
invierno.
No sabemos quién es ella, ni por qué él “podría partir hoy” (a
California, supongo) “si no le dijera nada a ella”. En todo caso, esos versos ayudan
a recalcar la atmósfera de añoranza de estar en otro lado, de “yo podría estar
en California ahora en vez de acá cagándome de frío y la rep...” que tan
hermosamente envuelve todo el tema como las hojas recién caídas del árbol del
bien y del mal.
Díganme si no es una gran canción, que le pegaría dos
sopapos a cualquier tema de los que perpetra MTV por estos días. Y estamos
recién comenzando este repaso musical por el año 65.
Y eso es todo por esta semana, en la que recién estoy (muy
de a poco) entrando en calor, o al menos eso sueño.
California dreamin'
All the leaves are brown
and the sky is gray.
I've been for a walk
on a winter's day.
I'd be safe and warm
if I was in L.A.;
California dreamin'
on such a winter's day.
Stopped in to a church
I passed along the way.
Well I got down on my knees
and I pretend to pray.
You know the preacher liked the cold;
He knows I'm gonna stay
California dreamin'
on such a winter's day.
All the leaves are brown
and the sky is gray.
I've been for a walk
on a
winter's day.
If I didn't tell her
I could leave today;
California dreamin'
on such a winter's day.
|
Soñando con California
Todas las hojas están marrones
y el cielo está gris.
Salí a dar un paseo
en un día invernal.
Estaría seguro y tibio
si estuviera en Los Angeles;
soñando con California
en un día de pleno invierno.
Entré en una iglesia
que me encontré en el camino.
Bueno, me puse de rodillas
y fingí rezar.
Sabes que al pastor le gusta el frío,
él sabe que me quedaré
soñando con California
en un día de pleno invierno.
Todas las hojas están marrones
y el cielo está gris.
Salí a dar un paseo
en un día invernal.
Si no le dijera nada a ella
podría partir hoy;
soñando con California
en un día de pleno invierno.
|
Van mínimos bonus track:
- Versión en islandés, por el grupo Hljómar. Porque en Islandia el invierno es frío en serio y hay que soñar con ganas, para soñar con California:
- “Dancing in the street”, donde se puede apreciar la voz y,
sobre todo, el memorable pasito de baile de Mama Cass (la única que hizo una
carrera solista exitosa, y lamentablemente la primera que murió, con poco más
de treinta, de un ataque al corazón):
-
La “Balada de los boinas verdes” que le peleó el
Nº 1 a “California dreamin” en el 66, pero que hoy, graciadió, fue justamente
olvidada:
Se despide hasta la próxima, con un daiquiri en una mano y
un pasaje de avión en la otra,
DJ Vago
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