“Wind”, de Akeboshi, en su álbum Akeboshi (2005)
Dedicado a Calisto La Ninfa.
Esta canción, del cantautor japonés Akeboshi (Digresión: no sé japonés, pero intuyo algo de chino, y
los ideogramas con que se escribe akeboshi significan “la semana
próxima”, lo que me hace intuir que debe ser un alias, porque, ¿qué tipo de
apellido es “la semana próxima”? Respuesta: un buen apellido para saludar a los acreedores.) fue utilizada como ending (canción de cierre)
de la primera temporada de la serie de manga (hablamos de animación japonesa,
no de costura) Naruto, una de las más
exitosas series animadas de los últimos años, que llega a más de doscientos
capítulos y nosecuántas temporadas.
Esto requiere una mínima explicación de mi parte, porque,
¿cómo es que conozco a Naruto y demás dibujitos japoneses? No porque los vea,
por cierto. Es gracias a mi hermana, la sexta, la Peti, que es fanática de los
dibujos animados y las películas para chicos.
Ya es hora de que al menos les presente a mis hermanas. Como
escribí alguna vez, soy el séptimo hijo, varón. Lo que no es lo mismo que decir
“séptimo hijo varón”; aquí la coma adquiere suma importancia, pues me
transforma de “lobisón” a “nene mimado”. Toda mi vida me atendió un (casi
siempre) amoroso regimiento de pequeñas aprendices de madre, que me cocinaron, me
lavaron la ropa, me utilizaron como cobayo de juegos y experimentos culinarios y
químicos y me regalaron chiches a desfecha hasta que no tuve más remedio que
declararme oficialmente adulto, con gran pesar, después de dos décadas y
monedas de prácticamente no mover un dedo en mi propio beneficio.
Cuando mi madre, Condescendencia Iturraspe, se casó con mi
padre Josep Vagot, acordaron que él elegiría los nombres de los hijos varones
que tuvieran, mientras que ella elegiría los de las hijas mujeres. Este
aparentemente equitativo acuerdo resultó ser una estafa, porque mi madre se
dedicó, durante una docena de años, a parir y criar puras féminas, y por lo
tanto decidió por sí misma los nombres de sus criaturas, siguiendo una lejana
tradición familiar vasca: nombres largos, originales y que rescataran las
sensaciones o los deseos de su madre en los días del nacimiento.
Los nombres largos llaman al apodo, así que casi nunca
utilizamos los nombres completos, en casa (excepto el mío, que en tanto consta
de una sola letra, no da pie a abreviatura alguna). Mi propia madre lo sufrió,
porque durante años, tanto en su pueblito natal español de San Esteban de Abajo
(cerca de San Sebastián, pero más alejado de la costa) como aquí en la
Argentina, los semi-amigos y los conocidos la llamaban cada tanto “Condesa”, lo
que odiaba (siempre despreció a la nobleza) y generaba en ella,
invariablemente, que mandara a quien así la llamaba a tomar por culo,
sucesivamente en euskera, catalán, español y guaraní (había pasado algunos años
viviendo en Paraguay, y aseguraba sin mosquearse que el guaraní era “casi
igual” que el vasco). Ella nos obligó a que, si nos daba fiaca llamarla por su
nombre completo, le dijéramos “Coné”.
Este, en fin, es el listado completo de mis hermanas
mayores, comenzando por la más pequeña (la más cercana a mí, en edad), hasta la
mayor:
- - La sexta es Resignación Vagot, pero como es la
más pequeña de edad y de estatura, le decimos la Peti; es maestra jardinera y
le encanta todo lo relacionado con los niños.
- - La quinta es Despatarrada Vagot, le decimos la
Pata; es abogada sentimental.
- - La cuarta es Impertérrita Vagot, le decimos la
Peta; es actriz de teatro serio durante el día, y bailarina de caño por la
noche.
- - La tercera es Dilapidación Vagot, le decimos la
Pita; es profesora de lengua y literatura.
- - La segunda es Inoportuna Vagot, le decimos la
Pota; es ama de casa y madre de seis varones.
- - La primera es Inimputable Vagot, y nunca se nos
ocurrió un apodo para ella; es científica. A veces, cuando nos dan fiaca los
polisílabos, le decimos la Grande.
La Peti, entonces, es la que me hizo ver, entre muchas otras
insufribles series de preadolescentes japoneses de ojos grandes que se chocan
entre sí en las esquinas mientras corren porque llegan tarde al colegio, la
serie Naruto, que es el nombre de un niño huérfano en una aldea seudomedieval
ninja, rubio y vestido siempre con un overol anaranjado, cuyo único y principal
deseo es convertirse en un gran ninja; eso genera muchas burlas y
discriminación, porque el pibe es, además de bastante travieso, torpe y nada
hábil. A pesar de su corta edad, ya es un outcast, un inadaptado, la pata corta
que hace tambalear la mesa de la fiesta. Y todos los capítulos de la primera
temporada (26, si no me equivoco) terminan con esta canción, “Viento”, que si
bien es de un japonés, está cantada en inglés. Si me agarran en un día eufórico,
abajo verán una foto de Naruto.
El tema tiene algo muy poco frecuente. Estoy en condiciones
de apostar lo que quieran a que, de las últimas 500 canciones que escucharon,
ninguna comparte esta característica. A ver si se dan cuenta: escuchen los
primeros compases, hasta que empieza la letra. Vamos, vayan, los espero.
http://www.youtube.com/watch?v=NCLBz7D9FSE
http://www.youtube.com/watch?v=NCLBz7D9FSE
…
Es linda, la melodía, ¿no?
¿Ya está? ¿Lo descubrieron? No, no es el libro en blanco. ¿Quieren
probar otra vez? Los espero, es lo que mejor me sale.
…
…
Bueno. ¿Y? Si no lo descubrieron, ya no lo van a hacer,
mejor que se los diga yo. ¿No les suena un poquito “extraña”, la música? Como
si algo no cuadrara en ella, como si fuera un poco “inadaptada”. Como si la
estuviera tocando la protagonista de “La lección de piano”, y cada tanto sonara
el golpeteo metálico de su dedo postizo entre la alegre melodía de Schubert.
Como si recomenzara de cero en cada compás. Ese es el efecto de una canción en
5/8, es decir, en un ritmo de cinco tiempos. El 99,99 por ciento de las
canciones que escuchamos están en ritmos de dos, tres o cuatro tiempos.
- - Ritmo de dos tiempos (el primero fuerte, el
segundo débil; lo que se llama “ritmo de marcha” o “ritmo de tango” también).
- - Ritmo de tres tiempos (el típico “ritmo de vals”
y de la mayoría de las canciones de cuna y muchas danzas).
- - Ritmo de cuatro tiempos (que es una variante del
ritmo de dos tiempos, con la diferencia de que el primer tiempo es más fuerte
que el tercero: fuerte – débil – semifuerte – débil; casi todas las canciones
de rock, por ejemplo, son en 4/4).
Un ritmo de cinco tiempos no nos resulta “natural”: es como
si todo el tiempo le sobrara algo al ritmo, como si la melodía dulce escondiera
un grito callado.
Lo que viene bárbaro para esta canción, porque es,
precisamente, un elogio de la inadaptación: el yo poético cuenta su propia
historia de vida de no cuajar, de no pertenecer a ninguna institución (se
escapa del aula, que es como hacerse la rata pero con peores perspectivas), de
ser excluido y llevado por delante, de hacer un camino propio y a veces
solitario, de apurarse pero sin saber adónde ir (“No sé lo que quiero, pero lo
quiero ya”, diría Luca). La música y la letra colaboran para llegar a un
sentido: un buen ejemplo de lo que se llama “principio constructivo” que
formularon los formalistas rusos hace cien años: la forma es contenido o, mejor
dicho, la forma es el contenido. Y
eso funciona, en “Wind”, también dentro de la letra de la canción: que está en
inglés, pero en un inglés bastante raro. Por un lado, la pronunciación es
bastante buena (porque Akeboshi estudió en Liverpool), por momentos uno podría
creer que el cantante es anglófono. Pero no, porque las oraciones son extrañas,
superponen ideas y apilan palabras (a la manera en que lo hacen los chinos y
japoneses, armando oraciones por superposición de conceptos, sin “sutilezas”
morfológicas como género, número, declinación verbal…). Dice, por ejemplo,
“Break in to the contents”, que si se traduce literalmente sería algo así como
“Irrumpe en los contenidos”, pero en una oración mal armada, el equivalente de
Kafka escribiendo en alemán (Deleuze tenía un término para eso, no era
“extrañamiento” ni “extranjeridad”; búsquenlo ustedes, me da fiaca guglearlo).
¿Qué significará “irrumpí en los contenidos”? No es claro. ¿“Estudiá”? Podría
ser. También podría ser que quiso decir “Break into the contest”, “Entrá en la
competencia”, que es una frase común y corriente, pero la pronuncia mal. En
todo caso, es una frase inadaptada, pero la idea llega a destino: “Ponete las
pilas, no decaigas, no te rindas al desánimo, no escuches a los demás que te
critican sin parar”; en definitiva, “hacé tu vida, que está bien” (“[be]´cause
you are so right”). Y eso, hacer tu vida a tu modo, es la única forma en que,
al final, puedas mirarte al espejo sin sentir que te traicionaste a vos mismo y
odiarte por ello. Traduciendo la medialengua de Akeboshi, algo así como “no intentes
simular ni vivas atemorizado, porque terminarás odiándote”, “You will hate
yourself in the end”. Noten cómo pronuncia “youlserf”, ahí le salió el japonés
de adentro, porque como sabemos, los orientales asiáticos no distinguen las
consonantes líquidas: R y L son indistintas, para ellos. Los orientales
uruguayos, en cambio, no tienen problema con esto: siempre dicen “larai-larai”,
por ejemplo, en los estribillos de los candombes, y nunca se confunden y dicen
“ralai-ralai”.
El protagonista va, entonces, como el viento: libre, pero
una libertad que es más bien un lamento: no tengo ningún lugar donde pueda
descansar y detenerme, no tengo contención, no tengo pausa y voy de acá para
allá, como un viento arremolinado. En el video, para reforzar, se ve a un
muchachito haciendo la vertical, pero luego la imagen gira y es todo el planeta
el que está cabeza abajo, no él. “Esperar es desperdiciar, para gente como yo”.
Desperdiciar el tiempo, claro, pero armar bien la oración sería propio de
alguien mucho más adaptado y prolijo, y no correspondería con esta canción, que
es, en mi humilde opinión, una joya, así como es. Ojalá les guste, pero si no
les gusta, ya se imaginarán lo que me importa, porque yo también soy (un
poquito) rebelde, a mi poco esforzada manera.
Por eso este tema sonará toda en mi Winco toda la semana y a
todo volumen: porque no quiero odiarme youlserf.
Dejemos, entonces, que el viento diga su verdad.
Wind
Cultivate
your hunger,
before you
idealize,
motivate your anger,
to make
them all realize.
Climbing the mountain,
never
coming down,
break into the contents,
never
falling down.
My knee is still shaking
like i was
twelve
sneakin' out the classroom
by the
back door.
A man trailed me twice, though, but i didn't care Waiting is wasting
for people
like me
Don't try to live so wise. Don't cry 'cos your so right. Don't dry, with fakes or fears 'cos you will hate yourself in the end. You say dreams are dreams, I ain't gonna play the fool anymore. You say 'cos i still got my soul take your time, baby, the road needs slowin'down. Reach yourself, before you bloom. Reflections of fear
make
shadows of nothing
—shadow of nothing—. You still are blind if you see winding road 'cos there's always a straight way
to the
point you see
Don't try to live so wise Don't cry, 'cos your so right Don't dry, with fakes or fears 'cos you will hate yourself in the end Don't try to live so wise Don't cry 'cos your so right Don't dry with fakes or fears 'cos you will hate yourself in the end |
Viento
Cultiva tu
hambre
antes de
idealizar,
motiva tu enojo
para hacer
que se den cuenta.
Escala la montaña,
nunca la
bajes,
irrumpe en los contenidos,
sin caerte
nunca.
Mi rodilla
sigue temblando
como si
tuviera doce,
escabulléndome del aula
por la
puerta de atrás.
Un hombre me provocó dos veces, mal,
pero no me
importó.
Esperar es desperdiciar
para gente
como yo.
No trates de vivir tan sabio. No llores, porque estás tan en lo cierto. No te seques con mentiras o miedos porque te odiarás al final. Dijiste sueños son sueños, no voy a ser el tonto nunca más. Dijiste: ya que sigo teniendo mi alma, tomate tu tiempo,
los
caminos necesitan aminorar.
Alcánzate
a ti mismo, antes de florecer.
Los reflejos del miedo
producen
sombras de la nada
—sombra de
nada—.
Sigues
ciego, si ves un camino tortuoso,
porque siempre hay una vía recta
al punto
que ves
No trates de vivir tan sabio. No llores, porque estás tan en lo cierto. No te seques con mentiras o miedos porque te odiarás al final. No trates de vivir tan sabio. No llores, porque estás tan en lo cierto. No te seques con mentiras o miedos porque te odiarás al final. |
Se despide con un resoplido,
DJ Vago
espectacular, Vago!, ilustrativo hasta las lágrimas. Lo que más me gusta de Naruto es el ojito! Gracias!!!
ResponderEliminarRalai, ralai!
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