“Barracuda”, de Heart, en su álbum Little Queen (1977)
A
Ana Lucía Salgado.
Las hermanas Ann Wilson (la morocha que canta) y Nancy Wilson (la
rubia que toca la guitarra y canta los coros) son el corazón, valga la
redundancia, de la banda Heart. Este tema, “Barracuda”, fue el primer single de
su segundo disco, Pequeña reina (o,
si prefieren, “reinita”). Cuando terminen de escucharla, coincidirán conmigo (y
con el resto de la humanidad) en que tiene al menos dos elementos memorables:
- El riff implacable que galopa con la misma nota repetida una y otra vez en tríos rápidos (tun, turutún-turutún-turutún-turutún…). Los jugadores del Guitar Hero 3 conocen muy bien ese riff, porque es tal vez el más difícil del juego.
- El riff implacable que galopa con la misma nota repetida una y otra vez en tríos rápidos (tun, turutún-turutún-turutún-turutún…). Los jugadores del Guitar Hero 3 conocen muy bien ese riff, porque es tal vez el más difícil del juego.
- La forma en que Ann Wilson dice “Uh! Barra-CÚ-da”. Si no es el compás más sexy en la historia del hard rock, me suicido ya mismo escuchando un disco de Arjona (no, mentira, no se asusten).
Podríamos agregar también la fantástica voz de Ann, dulce pero a la vez bien heavy: la voz ideal para este tema. Y el uso de armónicos (esas notas “plinplín” que suenan como campanitas, y que hacen que el guitarrista rubio de mangas anchas y el morocho sin mangas toquen soltando las cuerdas en vez de aporreándolas de arriba hacia abajo como buenos cristianos). Nancy y Ann eran fanáticas de Led Zeppelin, y se nota. Es, en todo caso, una gran canción. Vh1 la puso en el número 34 entre las mejores canciones metaleras de la historia, pero para mí se quedaron bastante cortos. La canción fue un éxito, y es sin dudas una de las más conocidas de la banda.
Intenta ser, por momentos, una especie de cuento de hadas marino,
del estilo de “Buscando a Nemo” o “Liberen a Willy”: se encuentran la
Barracuda, el Delfín (“Porpoise” es “Marsopa”, pero como por estos lados no hay
marsopas, y “Tonina” suena muy Villa Gesell, traduciré “Delfín”, como para que
nos entendamos todos) y la narradora, que no se sabe qué bicho es, pero seguro
que vive bajo el mar, como propone el cangrejo Sebastián en la película de la
Sirenita.
La barracuda, por cierto, es un pez bastante feo y feroz, con unos
dientes que te la voglio dire. Si me dan ganas, va foto.
Todos luchaban por liberarse (pero trying for free también podría traducirse “intentaban triunfar
tocando gratis”, porque eran sus comienzos en la industria musical). Entonces,
la Barracuda convence al Delfín y a la narradora con suspiros y promesas, sin
que le importe mucho la ética (lo que podría pasar) ni la integridad musical
(lo que es imperdonable). Les vende un sueño y un nombre: pero el Delfín lo
paga con su cabeza, aparentemente. La narradora debe bucear muy profundo para
salvar la propia.
Y terminan (ya no se sabe si escapando de la Barracuda o
conducidos por ella) nadando hasta los piletones del oeste, lo que no es lo que
pensaban, porque claro, el mar abierto no puede compararse con unos piletones,
y un piletón, como bien sabe Nemo, no es la libertad.
Pero la fábula marina no resulta muy consistente, porque el
resentimiento hacia la Barracuda es tan intenso que la narradora se va del campo
semántico y la compara también con una serpiente escondida entre los yuyos, dispuesta
a picar por sorpresa y hacer caer a la narradora, vencida, sobre sus rodillas:
y ya sabemos que si hay algo que no tienen los seres del mar son, precisamente,
rodillas. Ni siquiera la Sirenita. Y después amenaza a la Barracuda con que va
a arder, va a quemarse hasta las mechas, y es una amenaza bastante extraña para
un pez, porque en general, para que un pez llegue a quemarse, tienen que
pasarle varias cosas muy malas antes; entre ellas, morir.
Así que estamos pero no estamos en el mar: es una fábula medio
trunca. Así que podemos considerar que no hablamos, en realidad, de Barracudas
y Delfines (perdón, Willy, podés volver a tu estanque) sino que es tan solo una
imagen para representar a una persona inescrupulosa, taimada y aprovechadora,
que estafa a los músicos. Digamos, el dueño de una discográfica.
Oh casualidad: Ann Wilson contó que escribió furiosa la letra de
la canción una noche, después de enterarse (por intermedio de un fan borracho
que le preguntó cómo la estaba pasando con su amante, mientras señalaba a su
hermana Nancy) que el dueño de Mushroom Records (sí, se llamaba “Hongo”, la
disquera: después nos quejamos de Bob Marley. Más flower-power y poco confiable
que “Discos Hongo”, imposible). Decía, que el dueño de Mushroom Records, para
mejorar las ventas del primer disco de la banda, había echado a correr el rumor
de que las hermanitas Wilson eran amantes (entre ellas, se entiende): “si lo
real no es suficiente, mejor que inventes algo rápido”.
Digamos que tapas como la del single Barracuda, con las dos
hermanas dentro de un corazón, no ayudaban a erradicar las fantasías lésbicas.
La onda “fantasy medieval” de las ropas tampoco pegaba mucho con
el estilo rock pesado de la banda, pero claro, todavía no se había inventado la
ropa de cuero negro, y Occidente estaba recién despertando del alucinado sueño hippie.
Conclusión: las hermanas rescindieron su contrato con Discos Hongo
y se pasaron a Discos Retrato (Portrait Records), con quienes sacaron su
segundo disco, Reinita. El dueño de
Hongo, enojado, y como realmente era una barracuda, sacó por su cuenta, y sin
autorización de la banda Corazón, un disco pirata, Revista (Magazine) con
temas inéditos que habían sido descartados por las hermanas Wilson mientras
preparaban su debut (discográfico, se entiende). Pero la historia es justa, y
mientras que a nadie le importa quién era el infeliz dueño de los discos hongo,
hoy podemos seguir escuchando a Corazón y pensar, además de en el pequeño
escribiente florentino y en el tamborcillo sardo, en la voz de Ann Wilson y en
cómo es posible vengarse de un agravio con altura y estilo.
Con respecto al videoclip: no es tal. Es una grabación tomada de un
programa de televisión de esos en que competían diferentes bandas y cantantes (¡de
todos los estilos mezclados!). Incluso aparece en pantalla cómo va avanzando la
votación en vivo:
AMEN CORNER 189
COUNTRY JOE MCDONALD 053
P.P. ARNOLD 121
DON GIBSON 452
(subiendo hasta 465)
No sabemos qué ganó, pero ganó Don Gibson, que no tenía nada que
ver con el fabricante de guitarras, sino que era una especie de Leo Dan de la música
country estadounidense. Si me preguntan a mí, lo mejor en la carrera musical de
Don Gibson fue aparecer sobreimpreso en el video de “Barracuda”.
Lo bueno que tiene el video es que podemos ver, en buenos primeros
planos y sin trucos de edición, a los diferentes músicos en acción (qué
melenas, eh).
Un buen tema para despertarse, y para despertar los instintos
asesinos también. Y para despertar el apetito: hoy pido a mi delivery (con
quien NO mantengo una relación amorosa, a pesar de los rumores) una pizza mitad
fugazzeta, mitad barracuda.
Barracuda
So this ain't the end,
I saw you again today,
I had to turn my heart away.
Smiled like the sun, kisses for everyone…
And tales!
It never fails.
You lying so low in the weeds.
I bet you gonna ambush me.
You'd have me down
down
down
down
on my knees,
now wouldn't you, Barracuda?
Back over Time we were all trying for free,
Met up with Porpoise and me
No right no wrong you're selling a song, a
name.
Whisper game
If the real thing don't do the trick,
You better make up something quick:
You gonna burn
burn
burn
burn
burn
into the wick
Uh, Barracuda.
"Sell me, sell you" the porpoise
said
dive down deep now save my head
You... I think you got the blues too.
All that night and all the next
swam without looking back
made for the western pools
silly fools
If the real thing don't do the trick, no,
You better make up something quick
You gonna burn
burn
burn
burn
burn
into the wick,
Oh, Barra-
Barracuda.
|
Barracuda
Así que no es el final,
te vi de nuevo hoy,
tuve que alejar mi corazón.
Sonreíste como el sol, besos para todos…
¡Y cuentos!
Nunca falla.
Mientes tan bajo en las malezas.
Apuesto a que vas a emboscarme.
Me echarías abajo
abajo
abajo
abajo
sobre mis rodillas,
¿no que lo harías, Barracuda?
Tiempo atrás todos intentábamos liberarnos,
Te encontraste con el Delfín y conmigo,
Sin distinguir bien ni mal vendías una canción, un
nombre.
Juego de suspiros.
Si lo real no es suficiente, mejor que inventes algo
rápido:
Te vas a quemar
quemar
quemar
quemar
quemar
hasta la raíz.
Uh, Barracuda.
“Véndeme, véndete” dijo el Delfín,
bucear profundo para salvar mi cabeza
Tú… Creo que también sabés la melodía.
Toda esa noche y toda la siguiente
nadar sin mirar atrás
hasta llegar a los estanques del oeste,
qué tontos.
Si lo real no es suficiente, no,
mejor que inventes algo rápido:
Te vas a quemar
quemar
quemar
quemar
quemar
hasta la raíz.
Oh, Barra-
Barracuda.
|
Se despide con un tarascón,
DJ Vago
yo creo que a usted, Vago, le gusta la morocha que canta pero yo me quedo con el galopado tucutún tucutún tucutún... los videos de Capu son un poroto, vea...
ResponderEliminarAndá a saber qué encantadora escena me hizo acreedora de la dedicatoria! Mercibocú!
ResponderEliminarComo me hiciste reir! Amo a las Wilson desde 1987, pero mi disco preferido es este, Little Queen ("Reinita", juaaaaa!!)
ResponderEliminar