"Heart shaped box", de Nirvana, en su álbum In Utero (1993)
Este extraño, oscuro y nada jolgorioso tema es uno de los
más sonados del último disco de Nirvana, una banda que duró muy poco y que
solamente llegó a sacar tres discos antes de su forzada disolución; y sin
embargo, es considerada unánimemente como la banda más famosa de los años 90, y
una de las más influyentes de los últimos treinta años.
Hasta le dio forma a todo un género musical, el grunge, que existía de antes pero fue tomando casi calcadas las características del líder de la banda, Kurt Cobain: un
rock alternativo, depre, con ganas de trascender pero incapaz de manejar la
exposición mediática, imaginativo, sentimental, desgarrado interiormente,
implacable con el otro (cualquiera sea) tanto como con él mismo. Descontento
con la vida en general y con todos sus componentes en particular. Un rock
destinado, a mediano o largo plazo, al suicidio, como ocurrió lamentablemente
con Kurt Cobain, que se mató seis meses después del lanzamiento de este disco.
Dicen que dicen que Kurt, para que no pudiera escucharlo su
esposa Courtney Love (también rockera, aunque no tan buena como él), había
estado componiendo esta canción dentro de un ropero. Como dentro de un útero
(recuerden: In Utero se llama el
disco, y la canción tiene mucho que ver con esto también). En una entrevista
para la Rolling Stone (pocos
meses después del suicidio de Cobain), Courtney contó que, a pesar de que Kurt
estaba intentando ser lo más sigiloso que podía, lo cierto es que componía con
la guitarra enchufada, por lo cual, por más que estaba dentro de un ropero, la
música se escuchaba hasta desde la esquina. Al escuchar el riff del tema (esas
ocho notas que suben un poquito y terminan bajando, como una frase, que aparece
una y otra vez entre los versos), Courtney, que no daba puntada sin hilo, abrió
la puerta del armario y le preguntó a Kurt si no la dejaba usar el riff en una
de sus propias canciones. Kurt le contestó, muy amablemente: “¡Andate a la puta
que te reparió!” y volvió a cerrar la puertita del ropero. Lo que Courtney
interpretó como un “tal vez”.
Lo cierto es que Courtney, a pesar de su indiscreción, había
sido la chispa de inspiración para el tema, pues ella le había regalado a Kurt
una caja con forma de corazón (posiblemente, con bombones dentro). Eso le
pasaba a Kurt, a quien cualquier boludez le inspiraba un tema musical de la san
puta, como cuando vio la pintada “Carlitos: olés como espíritu adolescente” y
compuso su tema “Smells like teen spirit”, sin darse cuenta, hasta mucho
después, de que “Teen spirit” es una marca de desodorante (en los Estados
Unidos).
Pero bueno, no parece suficiente regalar una caja de
bombones para adjudicarse la inspiración de este tema, que es simpático (un
poco bajón tal vez) desde la música, pero bastante complejo desde la letra,
llena de referencias a lo femenino como algo envolvente y fatal (“caja con
forma de corazón”, “trampa magnética de brea”, “orquídeas carnívoras que no
perdonan”, “himen roto de su majestad”) y a lo corporal, en su aspecto
puramente biológico, fisiológico, enfatizando los momentos opuestos (pero
conectados) de la muerte y el nacimiento: “desearía poder comer tu cáncer
cuando te vuelvas negra”, “lánzame tu cordón umbilical para escalar de
regreso”, “me corto con cabello de ángel y aliento de bebe”. En ese ámbito, la
caja con forma de corazón es, sin duda alguna, un ataúd. Lo femenino (madre,
amante, muerte) es a la vez rechazado y anhelado, insoportablemente cruel e
imprescindible como el aire. Los sentimientos ahogan, y el yo desearía poder
regresar In Utero, escalando por el
cordón umbilical que le arroja ella desde lo alto, cual Rapunzel parturienta.
El estribillo parece salirse de ese universo conceptual,
pues plantea un intercambio cuasi comercial, de negocios, tipo “gracias por su
visita, esperamos verlo nuevamente por aquí”. Pero esas frases polait en
realidad plantean, disfrazada, la misma disconformidad que rezuma en las
estrofas: tras el grito que inicia el estribillo (“¡Ey!”) se pide al tú que
espere, que todavía hay otra queja más que quiere formular. Y aunque no la
formula (no allí mismo, al menos), cuando dice “por siempre agradecido por su inapreciable
consejo”, bueno, como que no le creemos demasiado que esté realmente tan
agradecido ni que el consejo que recibió (y que tampoco sabemos cuál es) le
haya servido tanto: queda como una frase hueca, esas cosas que se escuchan en
los comercios o en las empresas o la tele y que no significan, en realidad,
nada para nadie.
El tema tuvo mucho éxito, y estuvo entre los top ten en
todos los charts importantes del mundo, durante un par de años.
El videoclip es muy bizarro, lo que hace alcoyana-alcoyana
con el tema. De hecho, ganó el premio al video del año en 1994 (ya Cobain se
había suicidado, así que tuvieron que recibirlo Novoselic, el bajista, y Dave
Grohl, el baterista, que al tiempo creó su propia banda, Foo Fighters, que
lidera desde entonces).
Dicho videoclip, que mezcla imágenes religiosas cristianas
con escenas de hospital y caras de manicomio, comienza con un viejito
agonizando en una cama de hospital (que más bien parece una sala de velatorio,
con una cruz negra en el piso, cortinas grises alrededor y los tres integrantes
de Nirvana enfrentados al viejo, acompañándolo-velándolo). El viejo tiene
conectado un suero rojo (dentro del cual, más adelante en el videoclip, puede
verse un feto humano). Luego, se salta del hospital-velatorio a un campo de
amapolas, donde el viejo, vestido solamente con pañal y con gorrito de papá
noel, sube a una cruz y se autocrucifica, bajo las miradas de tres cuervos robóticos
dignos de película clase B.
Cuando llega el estribillo, sin embargo, empieza realmente la
parte interesante del videoclip, que es la mirada de Kurt Cobain. El viejo
desaparece de su cruz y ahí están los tres nirvánicos, con Cobain en el centro (enfocado
y desenfocado continuamente por la cámara), quien no pierde ocasión de
mostrarnos esos ojos, tan azules como dementes, en una mirada tan expresiva y
atemorizante como solo pueden dar pocas personas (ahora, solo se me ocurre una
más: Jack Nicholson en “El resplandor”). De Dave Grohl solamente se ven los
pelos eternamente en movimiento, pero si le viéramos la cara comprobaríamos
que, en el 93, parecía un pibe de doce años. Novoselic, con su camisita azul,
parece un yuppie frustrado, y ni se toma el trabajo de hacer como que está
tocando.
En la segunda estrofa aparece nuevos personajes: una nenita
rubia vestida de Papisa (o de integrante del Ku Klux Klan, si prefieren, aunque
yo creo que es más bien una sacerdotisa); y una angelita muy obesa,
despellejada. Ambas quieren llegar, sin lograrlo, a un árbol gris cargado de frutos-fetos-muñecos
de plástico.
Luego la niña intenta ayudar al viejo nuevamente
crucificado, pero ella solo estira las manos, la verdad no le pone mucha onda
que digamos, y enseguida se desentiende y empieza a salticar por el campo de
amapolas.
En el estribillo, vuelven otra vez los músicos y las
miraditas locas de Kurt entrando y saliendo de foco.
El gorro blanco de la nena cae en un charco de sangre y se
tiñe de negro: luego, toda ella queda vestida de luto y aparece junto al viejo
en su habitación de hospital, con lo que vemos que esa niña angelical es, a la
vez, madre y Parca.
La última estrofa lo muestra a Cobain en primer plano, y atrás,
desenfocados y mirándolo, Novoslic y Grohl, abrazados amistosamente, como dándose
aliento en un velorio (tienen permiso para el escalofrío).
Finalmente, una habitación roja con flores de luz blanca,
pequeña como una cajita acorazonada, con una mesita de luz, donde los tres se
sienten, evidentemente, atrapados (pero Cobain está más inquieto que los otros
dos, aunque Novoselic toca el techo con la cabeza).
La nenita, sentada en el colchón vacío, sostiene la caja-corazón,
que está vacía (¡por suerte!), aunque su fondo espejado sirve para que Dave
juegue a molestar con el reflejo, antes de que se termine el video.
La última imagen es Novoselic abriendo el ventanal de la
sala de hospital para dejar entrar la luz, lo que presumiblemente significa que
el viejo por fin se murió.
No es un tema como para animar tu cumple, pero al menos a mí
me gusta. Y eso, como pueden leer en el cabezal de este blog, es lo esencial.
Heart shaped box
She eyes me like a pisces when I am weak
I've been locked inside your Heart Shaped box for weeks
I've been drawn into your magnet tar pit trap
I wish I could eat your cancer when you turn black
Hey! Wait!
I've got a new complaint
Forever in debt to your priceless advice
Hey! Wait!
I've got a new complaint
Forever in debt to your priceless advice
Meat-eating orchids forgive no one just yet
Cut myself on Angel Hair and babys breath
Broken hymen of your highness I'm left black
Throw down your umbilical noose so I can climb right back
Hey! Wait!
I've got a new complaint
Forever in debt to your priceless advice
Hey! Wait!
I've got a new complaint
Forever in debt to your priceless advice
She has me like a pisces when I am weak
I've been locked inside your Heart-Shaped box for weeks
I've been drawn into your magnet tar pit trap
I wish I could Eat your cancer when you turn black
Hey! Wait!
I've got a new complaint
Forever in debt to your priceless advice
Hey! Wait!
I've got a new complaint
Forever in debt to your priceless advice
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Caja con forma de corazón
Ella me juna como a un
piscis cuando estoy débil,
Estuve encerrado en tu caja
con forma de corazón durante semanas.
Me estuve ahogando en tu
trampa de brea magnética,
desearía poder comer tu
cáncer cuando te vuelvas negra.
¡Ey, esperá! Tengo una
nueva queja.
Por siempre en deuda con tu
inapreciable consejo.
¡Ey, esperá! Tengo una
nueva queja.
Por siempre en deuda con tu
inapreciable consejo.
Orquídeas carnívoras no
perdonan a nadie.
Me corto a mí mismo con
cabello de ángel
y aliento de bebé.
Dejé negro el himen roto de
tu majestad,
lanzame tu cordón umbilical
así puedo escalar de regreso.
¡Ey, esperá! Tengo una
nueva queja.
Por siempre en deuda con tu
inapreciable consejo.
¡Ey, esperá! Tengo una
nueva queja.
Por siempre en deuda con tu
inapreciable consejo.
Ella me tiene como a un
piscis cuando estoy débil.
Estuve encerrado en tu caja
con forma de corazón durante semanas.
Me estuve ahogando en tu
trampa de brea magnética,
desearía poder comer tu
cáncer cuando te vuelvas negra.
¡Ey, esperá! Tengo una
nueva queja.
Por siempre en deuda con tu
inapreciable consejo.
¡Ey, esperá! Tengo una
nueva queja.
Por siempre en deuda con tu
inapreciable consejo.
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Sin otro particular, y deseando que estas palabras hayan
sido de vuestro agrado, se despide de Ud. muy atentamente,
DJ Vago
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