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martes, 21 de mayo de 2013

[30] Pregúnticas miniminímini


“Mazúrquica modérnica”, de Violeta Parra, en su álbum Las últimas composiciones (1966)


 Podrá parecer que la canción de la semana pasada (de Nirvana) no tiene mucho que ver con la de hoy, una danza en 3/4; pero después de elegirla comprobé una macabra coincidencia: la cantautora chilena Violeta Parra se suicidó pocos meses después del lanzamiento de este disco, así como Kurt Cobain se suicidó pocos meses después de In Utero.

Salvando ese dato, no, no tienen mucho que ver, las dos canciones. Este es, claramente, un tema político, que suena muy gracioso (graciósico) por los arpegios livianos de la guitarrita de Violeta, por su voz desgarbada (nunca fue una buena cantante, pero ¡qué gran compositora!) y, por supuesto, por esa letra en que todos los sustantivos son transformados en esdrujulas.


La letra gira alrededor de una pregunta malintencionada, que es calificada de “infantílica” por la yo poética: si las canciones de protesta no serán peligrosas para el pueblo. A pesar de lo infantil de la pregunta, la culpa del arte ante diversas situaciones es un tema recurrente, que aflora cada tanto, como cuando acusaban a Marilyn Manson por la matanza de Columbine (dos pibes que escuchaban heavy metal dark fueron al colegio armados y masacraron a un montón de gente) o, un poco más atrás en la historia, cuando acusaron a Goethe de causar una ola de suicidios entre los lectores de su novela Werther (en la que el protagonista, como respuéstica a un amor no correspondídico, se pega un tírico en la núquica).

La respuesta que da Violeta es clara: lo peligroso no es el arte (esté o no comprometido con las cuestiones sociales) sino el hambre, la traición a las promesas y, más específicamente (y ya desde el punto de vista de la izquierda política) cómo algunos dirigentes dicen una cosa y luego “transan” bajo cuerda con el poder, lavándose las manos y tapando a los populáricos bajo montañas de carbón mientras ellos siguen muy cómodos en sus sillones.

Para definir a estos personajes nefastos, Violeta utiliza un término que me encántica: miniminímini… ¿No es una linda palabra para definir a alguien que se cree Gardel pero en realidad es poquita cosa?

Y así Violeta Parra, al contestar en esdrújulas, se va engranando: “La historia cuenta muchas matanzas, y para que sucedieran no hicieron falta las refalosas (danzas folclóricas, tipo zamacuecas) revolucionarias”, dictamina. Pero finalmente decide que es suficiente y que le da pereza (flojera) seguir. La flojera la siente en ciertas partes del cuerpo y en ciertas ropas: “te seguiría contestando, pero tengo pereza en los zapatos y en el corpiño” es una declaración más que elocuente.



Como a mí también me dio flojérica (y como algunos de mis poquitísimos seguidores se quejan de que escribo mucho), hoy dejo acá, y me voy a refrescar la cabeza en la canilla más cercana.

Por si les hace falta, un breve glosario chileno-castellano: piñufle = "doña Rosa"; guata = "panza"; paquito = "policía".





Mazúrquica modérnica

Me han preguntádico varias persónicas
si peligrósicas para las másicas
son las canciónicas agitadóricas.
¡ay, qué pregúntica más infantílica!
Solo un piñúflico la formulárica,
p'a mis adéntricos yo comentárica.

Le he contestádico yo al preguntónico:
"Cuando la guática pide comídica
pone al cristiánico firme y guerrérico
por sus poróticos y sus cebóllicas.
No hay regimiéntico que los deténguica,
si tienen hámbrica los populáricos".

Preguntadónicos partidirísticos
disimuládicos y muy malúlicos
son peligrósicos más que los vérsicos,
más que las huélguicas y los desfílicos.
Bajito cuérdica firman papélicos,
lavan sus mánicos como Piláticos.

Caballeríticos almidonádicos,
almibarádicos, miniminímini...
le echan carbónico al inocéntico
y arrellenádicos en los sillónicos
cuentan los muérticos de los encuéntricos
como frivólicos y bataclánicos.

Varias matáncicas tiene la histórica
en sus pagínicas bien imprentádicas.
Para montárlicas no hicieron fáltica
las refalósicas revoluciónicas:
el juraméntico jamás cumplídico
es el causántico del desconténtico.

Ni los obréricos
ni los paquíticos
tienen la cúlpita, señor fiscálico.

Lo que yo cántico es una respuéstica
a una pregúntica de unos graciósicos,
y más no cántico porque no quiérico:
tengo flojérica en los zapáticos,
en los cabéllicos, en la camísica,
en los riñónicos y en el corpíñico. 



Acá va la versión de Serrat grabada en la televisión peruana en 1972 (después, ya en este milenio, la incluiría también en su disco Tarrés-Serrat. La agrego, más allá de la versión en sí (que a mí no me gusta mucho) para que vean la facha de Joan en esos años y oigan los elogios que le da a Violeta. Y para que miren al pianista de atrás, díganme si no es igual a Bombita Rodríguez.

Noten de paso cómo Juanito cambia algunos términos chilenos por otros comprensibles para el resto de los hispanoablantes: flojérica pasa a ser perécica, paquíticos pasa a ser milíquicos y (por cuestiones de género) corpíñico se transforma en bolsíllico.



Apantallándico el síntoma de su flojérica, se despidice,

DJ Váguico

  

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