“La cabaña”, de La K´onga (2008)
Aclaro, antes de adentrarme en el universo paralelo del
cuarteto cordobés (del que es tan fácil salir que ya me fui mil veces), que este
posteo se atrasó por culpa de terceros, y del clima. Ayer estaba listo, a pesar
de los 37 grados, para abocarme a mi única tarea semanal, cuando descubrí que:
a) no tenía internet;
b) 5 minutos después, no tenía luz;
c) 5 minutos después del después, no tenía más ganas.
Esta triple imposibilidad (como en “Scarborough fair” (ver mi semana más esforzada: "Bouquet garni de lo imposible")) me impidió
postear a tiempo. Estuve a punto de dejarlo para el lunes próximo, pero ahora
estoy en el exilio, en casa de mi espónsor en Vagos Anónimos, que me prestó su
netbook y me conminó a no recaer, a mandar nomás el tema semanal, aunque sea solo
por hoy.
Vamos entonces, antes de que llegue la tormenta, con “La
cabaña”, de La K´onga, un grupo de Villa Dolores exponente del “nuevo cuarteto
cordobés”. Bah, lo de “nuevo cuarteto” lo acabo de inventar, no es que sea un movimiento
o nada parecido; solo quiero diferenciar entre el cuarteto “clásico” (de quien
La Mona Jiménez sería, digamos, el Mozart) y el cuarteto posterior a Rodrigo
(el Beethoven cordobés). Y no te extiendo la analogía porque no da, compararlo
a Bach con Carlitos Rolán, que si no…
Lo cierto es que, según me parece a mí, Rodrigo influyó muchísimo
en el género (más o menos como Manzanero en el bolero). Tras Rodrigo, el
cuarteto se volvió, a fuerza de admiración e imitación, más sentimental,
dramático, complejo y enfático, en oposición al “típico” cuarteto de siempre,
más racional (sí, no me miren así), humorístico, alegre y directo. Los temas
más complejos de Carlitos Rolán se describen desde el título y no requieren más
de dos líneas; y comentarlos detalladamente llevaría apenas otras dos líneas
más.
En cambio, este tema, el más famoso del grupo La K´onga, es,
a pesar de su aparente bizarra sencillez, muy complejo.
Empieza con una intro de saxofón a lo Kenny G, bien melosa,
y luego el cantante (que tendrá, con toda la furia, 25 años) plantea una
situación de ciencia ficción (también este es un cuarteto futurista, sí), pero
de un subgénero distinto de “¿Quién se ha tomado todo el vino?”. Esta es una
historia en la que se confunden los tiempos y espacios, como en “La noche boca
arriba” de Cortázar (me contaron), o como en la peli “Volver al futuro” (esa la
vi). Empieza el yo poético explicando:
Perdóname si te busco
tantas veces,
hoy necesito verte,
contigo quiero estar.
O sea, le habla a un tú femenino que no está presente. ¿La
llamará por teléfono, quizás? Puede ser (aunque hay otra posibilidad, que
exploraré más adelante). ¿Por qué la llama? Para anunciarle que…
Afuera está lloviendo,
anunciando un ciclón:
es el día perfecto
para hacerte el amor.
Misterio. No sabemos por qué una catástrofe natural, como un
ciclón, se convierte en la ocasión perfecta para un encuentro sexual.
Aparentemente, a los cordobeses le gustan las emociones fuertes y el mate con
adrenalina, y por eso un día de lluvia y tornados es ideal para el amor
cordobés.
Hasta aquí, la letra es extraña, exagerada tal vez, pero
entonces se llega a los versos que hacen que la historia se vuelva totalmente desconcertante:
Y hoy quiero amanecer
en una cabaña
viendo la lluvia caer
frente a mi ventana.
Él quiere encontrarse con ella (en medio del ciclón),
encontrar una cabaña (tarea potencialmente complicada, según la zona en donde
se hallen ambos) y amanecer en dicha propiedad campestre. Pero él quiere
amanecer HOY en esa cabaña, con ella. Uno podría pensar que esta situación
debería estar sucediendo, entonces, de noche, antes del alba, entre las 24 y
las 4 de la mañana… Pero si fuera así, ¿cómo tuvo tiempo de “buscarla tantas
veces” porque “hoy necesito verte”…? ¿Cómo ve que el cielo nocturno “anuncia un
ciclón”, en plena noche? Y sobre todo, ¿por qué dice que “es el día perfecto”,
si están en plena noche?
Estas preguntas no parecen tener respuesta válida, excepto
si pensamos que el yo poético dispone de una máquina del tiempo, un dispositivo
que le permitirá, a él y a una acompañante buenaza, retroceder unas cuantas
horas y amanecer hoy nuevamente, “aprovechando” que ya sabemos que a media
mañana hay un ciclononón.
(Otra posibilidad sería que no estuvieran en la Tierra sino
en un planeta pequeño, como el del Principito, y les alcanzara con hacer
retroceder unos pasos la silla para volver a contemplar el amanecer; pero no
quise ponerme fantasioso con las interpretaciones, este blog es serio, loco.)
La explicación por el viaje del tiempo nos permitiría, de
paso, responder a la otra gran pregunta que plantea esta letra: si están en una
cabaña, ¿cómo va él a ver la lluvia caer “frente a su ventana”? Suponemos que
la ventana suya es la de su casa, no la de una cabaña que todavía no conoce. ¿Puede
bilocarse, como los santos? Algo parecido: si él puede retroceder en el tiempo,
tranquilamente puede estar, al mediodía, mirando la lluvia caer frente a su
ventana, con la esposa al lado, mientras al mismo tiempo, pero unas cuantas
horas antes, está con la chichí de cuerpo ardiente, maneciendo en la cabaña que
aún no buscó. Y vive en los dos lugares y los dos tiempos a la vez.
Ma qué “Bleid Raner” ni “Encuentros Cercanos del Tercer Coso”:
después díganme que el cuarteto no es profundo.
Porque al entrar el coro griego (villadolorino, en este
caso) nos enteramos de que ella no es la esposa de él, sino una potencial
(desde antes) amante.
Este es, en mi hipótesis de doctorado, otro de los aportes
de Rodrigo al “nuevo cuarteto”: él tiene una enorme cantidad de temas dedicados
al amor “de trampa”. En su universo conceptual, el matrimonio es siempre una
cáscara, y el verdadero amor se encuentra en otro lado, con otra persona, a
escondidas. Sin embargo, ese matrimonio vacío de sentimientos no puede
abandonarse, y el “verdadero amor” debe mantenerse siempre oculto y escondido.
Es una propuesta muy específica, muy discutible y muy personal de Rodrigo; y
sin embargo, después de su muerte, decenas de grupos cuarteteros reprodujeron y
reproducen, hasta el hartazgo, la misma idea.
Tú escondida de tu
marido,
yo escondido de mi
mujer,
en un cuarto de cabaña
vamu` a manecer.
Por como venía la canción, parece totalmente innecesario
complicar (más) la trama, explicándola como una infidelidad conyugal. Lo tomo
como una impronta rodrigueana.
Además, si ven a los pibes de La K`onga, no parece que hayan
tenido tiempo de casarse y de aburrirse de la esposa (a menos, claro, que vuelvan
muy seguido el tiempo atrás y tengan 50 años, a pesar de la carucha imberbe).
Pero es notable la propuesta "vamu a manecer", porque se centra en lo esencial de esta canción que es, como vimos, el tiempo, en todas sus acepciones.
Me queda una pregunta más, relacionada con el “cuarto” que
se menciona: porque las cabañas, por definición, no suelen tener “cuartos”, son
más bien unidades constructivas indivisas.
Si recuerdan, estamos en medio de un ciclón, así que lo
más fácil y sensato es concluir que el viento se llevó el resto y dejó
solamente en pie la cuarta parte de la cabaña, y a ellos dos, en bolas, al aire
libre, pero contentos y sin darse cuenta de los árboles que vuelan alrededor. Y
sin frío, porque por suerte ella es como una X-woman de cuerpo ardiente.
Para terminar, comento mínimamente dos cositas:
-
Cómo el cantante cambia las “n” por “r”, igual
que hacía Gardel: “suavemerte”, “cor mis manos”. Y dice "jolvidar", probablemente en honor a Doña Jovita. ¿No es genial?
-
Cómo el grupo se define como “conga”, y a su
propio tema como “mambo”: eso no significa que esto no sea un cuarteto cordobés,
sino que el cuarteto, al igual que el rock y el peronismo, admiten en su
interior una gama muy amplia de posibilidades y líneas teóricas. Hay cuarteto
bahión, cuarteto merengue, cuarteto mambo y varios más: y todos son más
cordoobeses que el ferné con manise.
Acá va el tema:
Y otro link de ellos actuando en vivo, para que vean la
imperdible y compleja coreografía:
La cabaña
Perdóname si te busco
tantas veces,
hoy necesito verte,
contigo quiero estar.
Afuera está lloviendo,
anunciando un ciclón:
es el día perfecto
para hacerte el amor.
Y hoy quiero amanecer
en una cabaña
viendo la lluvia caer
frente a mi ventana.
Y hoy voy a besarte
suavemerte
y a cariciar cor mis
manos
todo tu cuerpo
ardiente.
Y hoy quiero amanecer
en una cabaña
viendo la lluvia caer
frente a mi ventana.
(¡Y ese coro!:)
Tú escondida de tu
marido,
yo escondido de mi
mujer,
en un cuarto de cabaña
vamu` a manecer.
Tú con lo tuyo,
yo con lo mío,
si no juntamo
formamo un lío.
Tú escondida de tu
marido,
yo escondido de mi
mujer,
en un cuarto de cabaña
vamu` a manecer.
(¡Krrrosssty!) ?
(¿Y qué es lo que
quieres tú? ¡La K`on-ga!)
(¡Tá bueno este mambo!
¡Tá bueno!)
Y hoy quiero amanecer
en una cabaña
viendo la lluvia caer
frente a mi ventana.
Y hoy voy a besarte
suavemerte
y a cariciar cor mis
manos
todo tu cuerpo
ardiente.
Y hoy quiero amanecer
en una cabaña
viendo la lluvia caer
frente a mi ventana.
(¡Y ese coro!:)
Tú escondida de tu
marido,
yo escondido de mi
mujer,
en un cuarto de cabaña
vamu` a manecer.
Y los amartes que se
quieren
no se pueden jolvidar.
(¡Mambo!)
(¡Eso me gusta, sí!)
(¡Se va!)
Y me fui nomás, hacia un próximo pasado más fresco y
luminoso,
DJ Vago
El gesto de la lluvia se lo afanaron a Luismi. Pero el gestito de "... tu cuerpo ardiente.." del 1:02 ...Es impagable.
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