“Háblame en cristiano”, de Alaitz eta Maider (1997)
A Germán Machado.
Haciendo una nueva pausa (lo que mejor me sale) en la serie “Cincuenta
años no es nada” (me faltan reseñar tres temas de 1965, uno mejor que el otro),
voy, porque me lo mandó mi madre, con un tema vasco, porque mi tía
Desmoronamiento (Desmo) le mostró mi blog, ella lo vio y llegó a la conclusión
de que hace mucho que no hay un tema en euskera en mi página (exactamente desde
el 9 de septiembre de 2013, “El pájaro pájaro se voló voló”, en el que hablé de
la más famosa canción de Mikel Laboa) y que si quiero continuar con esta
pelotudez de reseñar músicas, debo incluir sin falta y ya mismo un tema vasco
más, para al menos mantener un mínimo nivel de dignidad, o si no.
Así sugirió mi madre, Condescendencia Iturraspe, natural de
Fuenterrabía. No se puede uno negar a tan amable pedido.
Y vamos entonces por ese camino, con “Háblame en cristiano”,
un tema de Alaitz y Maider, dos chicas más vascas que la boina, el grito y el
queso de oveja (todos inventos vascos, según mi madre), que empezaron a hacer
música cuando tenían catorce años, a fines de los ochentas; en los noventas lograron
editar su primer disco (tras perseverar una década, como corresponde) y se
separaron en los primeros años del nuevo siglo. Sus canciones suelen ser
alegres, diría que casi típicos chamamés, con sapucais y todo (porque el
chamamé, como dije alguna vez, es otro invento vasco).
El título es lo único que no está en euskera, y eso se debe
a que la canción trata del ríspido tema del idioma, cuando el idioma es un tema
ríspido. Es el caso de lo que sucede en los países que se hallan embutidos en
un país mayor, como sucede con Euskal Herría (el País Vasco), Catalunya y Galicia,
condenados, por viejas pero actuales condiciones políticas, a coexistir en una
patria llamada España, que será muchas cosas, pero homogénea no es.
Dice mi hermana la tercera que dijo un ruso que “el signo es
arena de la lucha de clases”. Lo que no sé qué significará, pero yo modifico,
en humilde versión, a que el lenguaje es la arena de todas las luchas. Y cuando
dos idiomas coexisten en un mismo territorio hay lucha, hay poder y hay
política. Lo podés negar, pero no porque lo niegues deja de ser cierto.
La canción de Alaitz y Maider se titula con una típica frase
despectiva de quien no habla el idioma local (el euskera) y pretende (sabiendo
que el interlocutor es bilingüe, porque no tiene otra opción) que le hablen en
español (en “cristiano”).
Hablar el propio idioma, el del pueblo al que uno pertenece,
es algo que no siempre se puede hacer. A veces, porque un poder mayor lo
prohíbe (como sucedió en la época de Franco, donde el vasco, el catalán y el
gallego no podían aparecer en las radios, en la tele ni en ninguna institución
oficial). Otras veces, en forma más sutil y efectiva, porque si uno habla “en
cristiano” tiene más chances de triunfar (conseguir mejores trabajos, tener más
clientes, vender más libros o más discos, obtener más publicidad...). En
cambio, si uno se limita al idioma propio, el que habla solo un puñado de
millones de almas, bueno, hay que remarla, a esa decisión. Es algo que cuesta.
Mi tío Joan, por ejemplo, fue y es ampliamente criticado por cantar y componer
en español, en lugar de hacerlo exclusivamente en catalán (como, por ejemplo,
Lluís Llach, un gran cantautor que me encanta y que jamás cantó en castellano,
y por lo tanto aquí en América prácticamente nadie lo conoce). Mi tío,
claramente, no lo pensó cómo traición: siguió y sigue componiento y cantando en
catalán (idioma en el que hizo, y estoy 100% seguro de lo que estoy diciendo,
sus mejores canciones) y si uno se fija, hizo más por la difusión del idioma catalán
en el mundo, alternando con el castellano, que todos los demás integrantes de
la “Nova Cançó” catalana juntos. Pero bueno, por supuesto, cada uno opinará lo
que le parezca. Yo a mi tío lo banco.
Entonces, estas dos cantantes plantean algo que “está en el
aire” en Euskal Herría: hablar en euskera no es gratuito. Implica una postura
política, alinearse con algo que uno cree. Y uno cree en ello porque es parte
de uno, porque es parte (y una parte fundamental) de lo que uno ES. Hablo lo
que soy. Soy vasco. Me pueden reconocer porque clavo clavos en la pared a
golpes de frente, pero más me reconocerán porque sé y hablo en euskera, ese
idioma extraño y antiguo que nadie se toma el trabajo de aprender excepto
quienes lo llevamos en la sangre, así, bien metido, como viva hoja verde, entre
los glóbulos rojos y los blancos. Como denuncia el grupo punk Lendakaris Muertos en su tema “Se
habla español”: “en Euskal Herría se habla más español que en Andalucía”, y “nos
solidarizamos con el pueblo saharaui, pero de los de aquí no se acuerda nadie”;
“ya solo lo hablamos en la intimidad / ya solo se usa para intentar ligar”.
El
euskera no está en extinción. Tampoco el catalán ni el gallego. Sin embargo,
pierden terreno. Los habla menos gente. Los habla en ciertos lugares, en
ciertas situaciones y no en otras. Entonces, hay que defenderlos, como se
defiende lo que uno es. O eso, o aceptar vivir simulando ser otra cosa que uno,
en el fondo, no es.
Eso pienso yo, que soy hispanoparlante, apenas hijo de
catalán y de vasca, y que toco de oído muchas lenguas pero domino (bah, manejo),
apenitas, el castellano.
La canción empieza de entrada con el núcleo de la propuesta
política:
Damos pasos por el camino
mientras el tiempo sigue adelante
en euskera, aquí y allá
llegaremos algún día.
Es decir: vamos por un camino al que solo llegaremos si
hablamos nuestro idioma; un camino en el que debemos perseverar (es lo que
mejor nos sale!) si queremos llegar a algo:
Fuego, agua, tierra, aire,
que el euskera sea nuestro.
Correcto, bien, muy bien, genial:
sigamos por ese camino.
que el euskera sea nuestro.
Correcto, bien, muy bien, genial:
sigamos por ese camino.
Y llega el estribillo, donde se retoma la frase del título,
la despectiva forma en el que el español le exige a los euskadun que en favor de
las leyes y las buenas costumbres hable en un idioma que no es el suyo, aunque
estemos en su propia casa: “Háblame en cristiano”. “Cristiano” aquí, obviamente,
no se trata de la religión (aunque tiene que ver, cómo no), sino de lo normal,
el elemento-no-marcado de la serie, “ser como hay que ser” (“ibèric, mascle i
cristià”, [ibérico, macho y cristiano], como detalla mi tío en su canción “Cunillet
de vellut”). Pero Alaitz y Maider se rebelan:
"Háblame en cristiano" nos dicen,
estamos en Euskal Herría, ¿qué se piensan?
estamos en Euskal Herría, ¿qué se piensan?
O sea: te puedo hablar en cristiano cuando estemos en Cristianolandia.
¿Por qué tengo la obligación de hacerlo también aquí? Al menos pedímelo por
favor, loco. Suplicalo, y ahí veo si te hago el favor.
"Hablame en cristiano" nos dicen,
¿se creen que estamos en España?
¿se creen que estamos en España?
Es buenísima esta última frase, y es la que a veces se suprime
según dónde se esté cantando la canción, porque es la más jugada políticamente:
aunque estemos nominalmente dentro de la misma bolsa, no somos lo mismo. Una
cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, como dijo el vasco Panigazzi.
"Hablame en cristiano" nos dicen,
¿se creen que we allways speak cristiano?
¿se creen que we allways speak cristiano?
Esta última pregunta es genial también, pues mezcla y confunde
el inglés (el típico y más extendido idioma conquistador y arrasalotodo) con el
castellano: para un euskadi, no hay mayor diferencia entre el español y el
inglés (excepto, claro, que con el español es la principal lucha desde hace
trescientos años).
"Hablame en cristiano" nos dicen,
Estamos en Euskal Herria, ¡que se creen!
Estamos en Euskal Herria, ¡que se creen!
¡Astazapote!
La exclamación final, astazapote, es una palabra de la cual no sé la traducción. Seguramente alguna de mis tías (o mi propia madre) me la
dará próximamente, pero lo cierto es que (lo digo con vergüenza) no sé qué
significa. Puede ser un simple saludo (“hasta la vista!”) o una puteada final, no lo
sé. No saberlo me recuerda que yo, por más bienintencionado que sea, no soy
catalán ni vasco, y por lo tanto a esta temática la miro interesado, pero de
afuerita. No es mi batalla de todos los días, no me juego la vida en esto. Pero
mucha gente sí, y respeto eso.
https://www.youtube.com/watch?v=jyDYAMsLosg
Háblame en cristiano
Pausoka gatoz bidean
denbora aurrera doan heinean euskaraz batean eta bestean lortuko dugu egunen batean. Sua, ura, lurra, haizea euskara gure izatea zuzen, ongi, ederto, untsa segi dezagun bidea. "Háblame en cristiano" esaten digute Euskal Herrian gaude ta ze uste dute? "Hablame en cristiano" esaten digute Espainian gaudela uste al dute? "Hablame en cristiano" esaten digute "We allways speak cristiano" uste al dute? "Hablame en cristiano" esaten digute Euskal Herrian gaude ta ze uste dute?
Astazapote!
|
Háblame en cristiano
Damos pasos por el camino
mientras el tiempo sigue adelante en euskera, aquí y allá
llegaremos algún día.
Fuego, agua, tierra, aire, que el euskera sea nuestro. Correcto, bien, muy bien, genial: sigamos por ese camino. "Háblame en cristiano" nos dicen, estamos en Euskal Herría, ¿qué se piensan? "Hablame en cristiano" nos dicen, ¿se creen que estamos en España? "Hablame en cristiano" nos dicen, ¿se creen que we allways speak cristiano? "Hablame en cristiano" nos dicen, Estamos en Euskal Herria, ¡que se creen!
¡Astazapote!
|
Eso es todo por hoy. Ahí te cumplí, mamá.
¡Es adiorik!
DJ Vasco
"Astazapote", me dice mi hermana la quinta, es un término coloquial que podría traducirse por "tonto del culo".
ResponderEliminar