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lunes, 9 de octubre de 2017

[194] El aire es libre


“Com ho fa el vent”, de Joan Manuel Serrat (1968)



Hoy comienza la última serie de este blog (al menos, la última de la cuarta temporada, y la última en un largo tiempo). Titularé a la serie “Las diez de última”, no solo para demostrar que sé jugar al tute, sino también porque reseñaré diez temas en total (aunque aparecerán comprimidos en siete posteos). Serán, de alguna manera, canciones de despedida, al menos de chau entre nosotros.

Y comienzo este final con una canción en catalán, la última en ese idioma. Ustedes saben, si me siguen desde hace rato, que mi apellido real es Vagot y mi familia es de origen catalán, así que no podía dejar pasar este momento sin decir algo sobre lo que está ocurriendo en Catalunya.

Porque fuimos a votar: la familia Vagot a pleno (o casi a pleno, porque mi abuela Annunziata, además de que no es catalana, ya no está para estos trotes) nos trasladamos los nueve a Barcelona por vía aérea, con nuestros pasaportes del Reino de España, en los que habíamos tachado esas palabras con birome para escribir arriba, a solicitud de nuestro pare Josep: República Socialista Democràtica (de Veritat) de Catalunya.

Eso, más la negativa de mi padre y mis hermanas primera y cuarta a responder en castellano, en el aeropuerto, a las preguntas que les hacían (en castellano) las autoridades policiales aeroportuarias, nos generó unos cuantos inconvenientes, pues fuimos deportados a Cerdeña y desde allí debimos alquilar una balsa hasta las playas patrias.

Cuando llegamos, un poco mojados eso sí, flameando al viento nuestra bandera Estel×lada y cantando a voz en cuello “Ara és hora, segadors!”, ya era martes, y la votación ya había terminado dos días atrás. 

Ni siquiera llegamos a tiempo para que nos dieran ningún balazo, ni un mamporro, ni un empujoncito de la Guardia Civil conseguimos. En un acto simbólico, nos compramos una caja plástica similar a las utilizadas como urna y votamos allí, en la galería con forma de ola del Parc Güell, con mis padres como autoridades de mesa, y mis seis hermanas y yo como la gente de a pie. 

El conteo final fue: ocho votos para el “sí”, y un voto para el “no”. Cuando salió el voto “no” todos la miramos a mi madre, Condescendencia, que primero se hizo la desentendida pero finalmente admitió que ella había votado por la negativa, y que tenía todo su derecho a hacerlo, porque además ni siquiera era catalana sino vasca, de Fuenterrabía, y que por si fuera poco “no” era su palabra favorita.

Nuestra votación, a pesar de toda la buena voluntad que le pusimos, no fue considerada legal por el gobierno español y tampoco por el gobierno catalán. Consultado al respecto, Rajoy anunció que “El referéndum de los Vagot nunca sucedió”, y los diarios de Madrid publicaron una foto de mi padre meando en plena calle sobre un disco de zarzuela, con el epígrafe “graves disturbios en el referéndum ilegal de una familia de malos españoles, pero españoles al fin, aunque no quieran”.

Pasado el acto, lo pasamos a ver al tío Joan, que ha sido tomado por estos días como bandera por los realistas españoles, esos mismos que lo despreciaron, persiguieron y ningunearon durante cincuenta años desde el momento en que decidió cantar y componer en catalán una parte importante de sus canciones (además: las mejores, lejos).

¿Cómo es que pasó esto? “Estaba borratxo”, confesó el tío Joan. Y aclaró que es cierto que no es partidario de Puigdemont ni le parecía del todo bien el referéndum así como había sido planteado, pero enseguida se dio cuenta de que igual no debería haberlo dicho así, en públic. Sobretot porque si en algo coincidimos los Vagot con Joan es que es ridículo seguir teniendo rey, a estas alturas. Un borbón, para más datos, que se siente con derecho a seguir imponiendo la constitución impuesta por Franco, a punta de pistola, en los setentas. Los que defienden tanto “la unidad de España” harían bien en mirar qué es lo que están, tan monárquicamente y francamente, defendiendo. Y si algo tengo claro es: no sé si Catalunya logrará efectivizar su independencia; pero sí sé que tienen, si la quieren, derecho a ella (igual que, por dar un ejemplo, la tuvimos los argentinos, aunque fue ilegal e inconstitucional, desde el punto de vista español, nuestra independencia); si no más, en tanto los catalanes hasta hablan otro idioma desde hace más de mil años). 

En fin: meu pare Josep lo retó al Joan un rato, lo insultó un poc y luego lo perdonó y se abrazaron.

Y finalment nos tuvimos que volver, y aquí me tienen de regreso en mis “obligaciones”. Y hoy debería poner  “L´estaca” de Lluís Llach, un tema fantástic, y que es la canción que mejor refleja políticamente mi postura sobre la cuestión catalana… Pero en vez de eso voy a reseñar un tema del tío Joan: por un lado, porque me gusta. Por otro, para desagraviar un poco al tío, que por más boludeces que diga, es quien es y todos lo conocemos de siempre y no merece las cosas que se dijeron de él estos días. Y por otro, porque también es este, a su manera, un tema que va bien con lo que está sucediendo en Catalunya: una búsqueda de libertad, de querer vivir de otra manera.



En 1968, plena dictadura franquista, con el catalán prohibido y con gente muriendo asesinada por la policía española todos los días, Serrat, que es un pibe de veintipico (y tiene cara de teenager, si se fijan en la tapa del longplay), sigue sacando discos en catalán: su tercer disco se titula Com ho fa el vent  (“Como lo hace el viento”), que es también el título de la primera canción del LP. Tanto la canción como el disco (que es un gran, gran disco) se convierten en un éxito inmediato y rotundo, tanto en Catalunya como en el resto de España.

“Com ho fa el vent” es un tema muy breve (el más breve de todos los del tío, probablemente): más breve que un tema punk, menos de dos minutos. En el minuto y medio que dura la canción, le alcanza a Joanito para cantar cinco estrofas, cinco repeticiones del estribillo, y una más al final como yapa: es, se imaginarán, una canción de ritmo rápido, marcado de entrada por una intro arpegiada de piano, al que luego se van sumando progresicamente cuerdas y (no podían faltar) vientos.

La idea de la canción es sencilla, llena de pasión y frescura juveniles: quiero vivir libre como el viento. En las estrofas, va planteando un paralelismo entre el viento y él, va enumerando todas las cosas que tienen en común el viento y él, y esas estrofas se van encadenando con el estribillo, en el que se reafirma que es así como quiere seguir viviendo: en movimiento, sin ataduras, libre de irse, si se quiere ir, y de volver, si así lo quisiera.

Uno sospecha que esa “nina” a la que le habla en la penúltima estrofa, pidiéndole que abra la puerta por esa noche, que nadie se va a enterar y que se va a ir temprano, es una de sus novias de esos años; posiblemente Susan Holmkvist, “miss naciones unidas”, a quien luego, tras romper con ella, le dedicaría el irónico y adolescéntico “Conillet de vellut” ( “Conejito de felpa”).

Pero no importa: nada importa nada, solo ser libre, solo seguir al viento, solo ser uno con la lluvia, el sol y el destino. Escuchen (si quieren) la canción, que está armada como una ráfaga incesante, y dejen que suene y resuene en ustedes. Dejemos hablar al viento.

Y seamos libres, que lo demás no importa nada.

https://www.youtube.com/watch?v=ByUqY-BeBCo11


Com ho fa el vent

Jo vaig néixer com neix la brisa
a la vora del mar,
amic del sol i de la pluja
vaig aprendre a volar

com ho fa el vent,
és així com jo vull viure,
com ho fa el vent,
el vent que es mou i que és lliure entre la gent.

I vaig créixer buscant uns versos
que va tapar la pols
arrossegant les fulles seques
mortes per la tardor

com ho fa el vent,
és així com jo vull viure:
com ho fa el vent,
el vent que es mou i que és lliure entre la gent.

Jo no he nascut per llosa de marbre
i per jeure al damunt d'un mort,
la terra sols atrapa l'arbre:
jo vaig de port en port.

com ho fa el vent,
és així com jo vull viure:
com ho fa el vent,
el vent que es mou i que és lliure entre la gent.

Obre'm nina, la teva porta,
obre'm i deixa'm passar,
res no ha de saber ningú, escolta:
me n'aniré demá

com ho fa el vent,
és així com jo vull viure:
com ho fa el vent,
el vent que es mou i que és lliure entre la gent.

I així sense mirar endarrera,
m'heu de veure passar:
res no us deixo, ningú no m'espera, me'n puc anar i tornar

com ho fa el vent,
és així com jo vull viure:
com ho fa el vent,
el vent que es mou i que és lliure entre la gent.
Como lo hace el viento

Nací como nace la brisa
a la orilla del mar,
amigo del sol y de la lluvia
aprendí a volar

como lo hace el viento,
es así como quiero vivir:
como lo hace el viento,
el viento que se mueve y que es libre entre la gente.

Y crecí buscando unos versos
que tapó el polvo
arrastrando las hojas secas
muertas por el otoño

como lo hace el viento,
es así como quiero vivir:
como lo hace el viento,
el viento que se mueve y que es libre entre la gente.

No nací para losa de mármol
y yacer sobre un muerto,
la tierra solo atrapa al árbol:
yo voy de puerto en puerto

como lo hace el viento,
es así como quiero vivir:
como lo hace el viento,
el viento que se mueve y que es libre entre la gente.

Ábreme nena tu puerta,
ábreme y déjame pasar,
nadie ha de saber nada, escucha:
me iré mañana

como lo hace el viento,
es así como yo quiero vivir:
como lo hace el viento,
el viento que se mueve y que es libre entre la gente.

Y así sin mirar atrás
me han de ver pasar:
nada les dejo, nadie me espera,
me puedo ir y volver

como lo hace el viento,
es así como yo quiero vivir:
como lo hace el viento,
el viento que se mueve y que es libre entre la gente.

Y eso es todo por hoy, podría seguir hablando pero no quiero comprometerme. Así que dejo el resto librado a vuestras imaginaciones y me voy, así, a la que me crié, como el ave que escapó de su prisión y puede al fin volar.

Pero como bonus track, y porque como te digo una cosa te digo la otra, va “L´estaca”, de mi amigo Lluís Llach (“segur que tomba, tomba tomba…”, ¡vamos con las palmas!):


Hasta la próxima, se despide independiente el:

DJ Vago


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