“Hermano que te vas a California” (1974), de Joan Manuel Serrat
A
Diego, mi hermano que voló a California.
Y
a Patricio, mi otro hermano que ahora vuela.
¿Dos posteos en dos días? Me voy a estresar, ya les digo.
Pero tenía que ganarle a un avión, así que por eso adelanté esta nota, dentro
de la serie “La familia no se elige”, con una canción dedicada a un hermano que
se va lejos.
La canción es de mi tío Joan. Podría haber armado toda la
serie con canciones de mi tío, porque en sus más de 50 años de carrera dedicó
temas (varios de ellos, muy buenos) a todos los familiares posibles: hijas (“Canción
infantil”, “Qué va a ser de ti”), hijos (“Esos locos bajitos”), padre (“Pare”),
madre (“Soneto a mamá”), tío (“Tío Alberto”), tía (“La tieta”), abuela (“La
abuelita de Kundera”), abuelo (“La mort de l´avi”) y hasta a la suegra (“Señora”).
Pero esta es la única canción del tío que incluiré en esta serie, aunque no es
la única en la que aparecerá un hermano como protagonista.
No es la mejor obra del tío, por cierto, y el arreglo que
le hizo a la canción Ricard Miralles (que es un gran arreglador en general eh) me
parece un espanto (dándole al tema, que no tiene nada que ver con el jazz, un
marco de jazz muy anticlimático, supongo que porque imaginó que en California
se toca mucho jazz). Pero siempre me gustó la sencillez de la propuesta:
despedir a un hermano que se va a tomar un avión para irse a vivir lejos.
Me gusta que se dé el número del vuelo, la aerolínea (Pan-Am) y detalles
técnicos, como que volará a una altura de diez mil metros sobre el nivel del
mar: todos detalles completamente innecesarios, pero que igual aportan a darle una ondita particular a la canción.
El hermano se va por amor: no es el único motivo para
migrar, pero es más frecuente de lo que uno piensa. Lo que el cantor le pide a
su hermano es que lleve, a esa mujer y a ese lugar tan lejano y tan distinto,
algo de su vida acá, de su pasado, de su infancia, de o que vivió con su
familia y, en particular, con él, con su hermano. Es una canción varonil, y
Serrat puede ser bastante machista (como toda la sociedad del siglo XX y
contando, no es un problema de él solo), pero en esta canción, en que esa
cuestión está acotada, la verdad que no molesta.
Lo primero que el cantor le pide que le lleve a su amada
es un olor. No parece una buena idea, ¿no? Pero es interesante la idea de
conectar recuerdos con olores: si él pudiera comunicarle a su amada ese olor particular
y mixturado de arpillera, aceituna, azahar, eso le diría algo muy certero sobre
esa infancia en un pueblito suburbano. También le pide que le lleve imágenes
del paisaje (algarrobos y chumberas (plantas cactáceas)) y el recuerdo de una
navaja que solo se utilizó pocas veces (lo que es bueno, aunque mejor hubiera
sido que los niños no tuvieran acceso a armas blancas).
En la segunda estrofa, le pide que le lleve también,
además del ayer, recuerdos más cercanos, como un mensaje-promesa que colgó en la
ventana diciendo que al día siguiente, tras el viaje, él por fin será de ella.
Y lo último que le pide, antes de despedirlo y decirle
que tome nomás el avión (me emociona siempre ese estribillo, con la repetida frase
“Y ahora ¡vuela!”), es que a pesar de que vivirá en un país lejano junto a su
amada y que la pasará seguramente espectacular, que de vez en cuando (solo de
vez en cuando) los recuerde, que recuerde a su familia, a los que lo quisieron
y lo seguirán queriendo del otro lado del mar.
Y de
vez en cuando,
solo
de vez en cuando,
recuérdanos.
Hermano
que te vas a California
Hermano
que te vas a California
(121
de Pan-Am),
llévale
a esa muchacha que te espera
olor
de arpillera,
aceitunas
y azahar,
algarrobos
y chumberas
y mi
navaja tripera,
que
de vez en cuando,
solo
de vez en cuando,
dio
un guiño al sol.
Y
ahora ¡vuela!
Y
ahora vuela
a
diez mil metros sobre el mar.
Pensando
en ella,
queriendo
llegar.
Y
ahora vuela, vuela...
Hermano
que te vas a California
(121
de Pan-Am),
llévale
a esa muchacha que te espera
también
la quimera,
la
esperanza y el ayer,
que
colgaste en la ventana
que
serás suya mañana.
Y de
vez en cuando,
solo
de vez en cuando,
recuérdanos.
Y
ahora vuela.
Y
ahora vuela
a
diez mil metros sobre el mar.
Pensando
en ella,
queriendo
llegar.
Y
ahora vuela, vuela...
Vuela.
Y eso es todo por hoy. Ahora ¡vuelen!
DJ
Vago
También yo, desearía ¡volar!...a otras tierras, cerca del mar.
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