“Simple
twist of fate”, de Bob Dylan (1974)
Voy a seguir la serie sobre poemas musicalizados, pero un
giro del destino me hizo pensar, a partir del poema de Lorca sobre los lagartos
que perdieron su anillito (ver posteo previo), si no habría otras canciones
sobre perder un anillo, y eso me llevó mentalmente de inmediato a esta genial
canción de Bob, el único de mis amigos que tiene un premio Nobel (por ahora, al
menos). Así que me desvío un rato para hablar sobre ella.
Antes de empezar, tienen que saber que esta es
probablemente, de todas las canciones del mundo, la que más versiones tiene.
Bob Dylan se caracteriza por cambiar pequeñas cosas de las letras, con el
tiempo; pero en esta canción, ya desde el primer momento en que salió se lo
pasó cambiando versos de la letra, párrafos enteros incluso, personajes nuevos,
diálogos completos que aparecen ahí en mitad de la canción... En algunas giras,
la letra cambiaba en cada ciudad por la que pasaba (hay una versión Budokan,
otra Tokio, otra Bruselas, Barcelona, Buenos Aires...). Y como la canción tiene
casi 50 años, bueno, imagínense: si uno reuniera todas las versiones, podría
armar con ellas una nouvelle. Yo
tengo un cuaderno lleno con todas las variaciones que pude recopilar, pero aún no
pude publicarlo y hacerme rico con eso (?) porque Bob sigue y sigue cambiando
la letra (incluso en 2019, en sus últimas giras pre-pandemia, seguía cantando
versiones diferentes, una con una especie de chiste extraño en el medio de la
canción [“si me hubieras agarrado en el 58 nos habríamos evitado todo este
lío”], otra con una estrofa final bastante tétrica).
Pero bueno, para este posteo me centraré en la versión
original de Bob (la única que tiene el verso del anillo perdido) y en la
“respuesta musical” de Joan Baez un año después.
Aquí, el “simple giro del destino” es una frase en clave
para referirse al encuentro amoroso entre ellos dos: algo inesperado, algo que
no estaba destinado a suceder pero que sin embargo pasó.
La primera estrofa empieza con ello dos sentados en el
parque (como en “Perfect day”, de Lou Reed, posteo 200). Pero de pronto ella lo
mira, él experimenta un hormigueo dentro, se siente súbitamente solo y, ya
arrepentido de antemano de lo que aún no ocurrió, desea haber sido más
precavido y haber seguido de largo, mientras tuvo la oportunidad.
Se sentaron juntos en el parque
mientras el cielo del atardecer se oscurecía.
Ella lo miró y el sintió una chispa
que hormigueaba en sus huesos.
Fue entonces que se sintió solo
y deseó haber seguido de largo
y cuidarse de un simple giro del destino.
En la segunda estrofa ellos caminan juntos, un poco
confundidos aún por lo que están sintiendo (el narrador aclara “me acuerdo
bien”, y ahí nos damos cuenta de que está contando una historia en la que él
mismo es protagonista, por más que la cuente en tercera persona). Paran en un
hotel y él siente el calor de la noche que lo golpea “como un tren de carga”
(me encanta esa imagen), y ese tren de carga no funciona con electricidad ni
carbón, sino con la energía limpia pero a la vez peligrosa (como la del uranio)
de ese “simple giro del destino”.
Caminaron junto al viejo canal
un poco confundidos, me acuerdo bien,
y pararon en un extraño hotel
con un neón que ardía brillante.
Él sintió el calor de la noche
que lo golpeaba como un tren de carga
impulsado por un simple giro del destino.
Cuando empieza la tercera estrofa ya todo ocurrió: pasó
la noche, ella está caminando afuera y él recién abre los ojos, mientras la luz
se filtra por la persiana baqueteada de la habitación del hotel y a lo lejos
suena un anónimo saxofón (un clarinete, en muchas versiones posteriores). Es
genial esta estrofa, porque salta de ella a él y de nuevo a ella, que suelta
una moneda en la taza de un mendigo ciego (esta imagen de la moneda en la taza
es de las muy pocas cosas que se mantuvieron inalterables en todas las
infinitas versiones de esta canción). Y con ese tributo, ella se olvida
automáticamente de él (o al menos, él piensa eso).
Un saxofón sonaba en algún lugar a lo lejos
cuando ella caminaba junto a la arcada
mientras la luz irrumpía por una cortina
estropeada
donde él se estaba despertando.
Ella dejó una moneda en la taza
de un ciego en el portal
y se olvidó de un simple giro del destino.
De aquí en adelante, la canción se centra en él. En la
cuarta estrofa él se despierta en la habitación vacía, la busca pero ella ya no
está (en algunas versiones, ella le dejó una nota explicándole por qué se fue
así) y él se dice que no importa, que está todo bien, pero por dentro siente un
vacío. Y lo peor no es sentir el vacío, sino que es un vacío “con el que no
puede conectarse”, no reconoce qué tiene que ver ese vacío con él.
En la quinta estrofa él demuestra que ella seguramente ya
se olvidó, pero él no puede olvidarla (como le pasó a Leonardo Favio): se la
pasa “pirateando” (incluso lleva un loro en el hombro, jaja) por relaciones
ocasionales y buscándola por las calles, esperando que ella lo encuentre una
vez más y lo elija, como aquella noche.
Él escucha el tictac de los relojes
y camina junto a un loro que habla,
la va cazando por los diques del puerto
por donde pasan todos los marineros.
Quizás ella lo reconozca de nuevo,
¿cuánto deberá esperar?
Una vez más, por un simple giro del destino.
Y en la estrofa final, él retoma la primera persona
(igual ya sabíamos que hablaba de él mismo) y se justifica, por más que todos
los amigos le dicen que “es un pecado” obsesionarse así: “ella era mi alma
gemela, pero perdí el anillo”. Me encanta esa imagen, perder el anillo como
sinónimo de perder la oportunidad de quedarse con ella. En algunas versiones
posteriores, él dice, muy graciosamente: “si ella me hubiera encontrado en mi
mejor época, no se habría ido así”. Y explica aún un poco más el porqué de su
abrupta separación: “ella nació en primavera” (es decir, es una optimista de la
vida, una despreocupada), “pero yo nací demasiado tarde” (estoy desfasado de
esta época, estoy “chapado a la antigua”), y le echa la culpa no a ella, ni
siquiera a él mismo, sino a ese maldito (y bendito a la vez) giro del destino
que los unió, breve pero perdurablemente.
La gente me dice que es un pecado
saber y sentir demasiado por dentro.
Sigo creyendo que era mi [alma] gemela,
pero perdí el anillo.
Ella nació en primavera,
pero yo nací demasiado tarde:
la culpa es de un simple giro del destino.
¿Una gran canción, no? Él es un pobre infeliz y da un
poco de pena y hasta vergüenza ajena, pero a la vez está tan bien contada la
historia, y en una forma tan tierna, que es fácil también comprenderlo y
lamentarse (un rato al menos) con él, por ese “giro del destino”. Así y todo,
yo al menos siento que el destino está abierto todavía y que esta historia no
es trágica: que el encuentro, aunque breve, sigue pesando más en la balanza que
la extensa separación. Bob también lo piensa así, lo escuché más de una vez
decir que pensaba que esta era una historia de amor bastante feliz,
considerando.
Un año después salió la versión de Joan Baez. La voz de
Joan es maravillosa, por supuesto, pero debe ser uno de los muy pocos casos en
que prefiero la canción original de Bob, porque la musicalización bullanguera y
estridente de esta versión me resulta un poco excesiva, artificial casi, como
esforzándose por ser algo (roquera) que no es (si no es la única canción que
Joan Baez hizo en
su vida con guitarra eléctrica, le pega en el palo).
Como en varios temas de “Diamonds and rust” (en particular, el que da título al disco), Joan plantea una reacción al alejamiento de Bob (ellos dos se amaban, sin dudas, en sus años codo a codo en Greenwich Village, pero ahora él se había alejado del folk militante para sumergirse en el rock, más actual pero a la vez más individualista y alejado de los urgentes problemas sociales). Y en “Simple twist of fate”, Joan asume de lleno el rol de la chica de la historia y hace dos cosas maravillosas: primero, canta la cuarta estrofa (esa en la que él despierta solo en el hotel) ¡imitando a Bob! Y lo hace muy bien, debe ser quien mejor imitó la forma de cantar de Bob Dylan. Pero cantando como canta Bob, el resultado es un poco (bastante) burlón: ella lo está bardeando, es evidente.
Y luego, Joan reescribe la última estrofa, haciendo que sea ella y no él quien narra en primera persona y mostrando que, a pesar de lo que él pudiera creer, ella no se olvidó tan fácilmente de aquel encuentro y que es él quien salió, quién lo diría, mejor parado. Ella dice que aquella noche “solo me costó una moneda” (la moneda que dejó en la taza del ciego, ¿se acuerdan?; me parece genial esa referencia), pero que “las campanas se negaron a sonar” para ella, es decir que no tuvo un final feliz de cuento de hadas, como él bien podría pensar desde su despecho:
La
gente me dice que es un crimen sentir
demasiado al mismo tiempo. Solo
me costó una moneda, pero
las campanas se negaron a sonar. Él
nació en primavera, pero
yo nací demasiado tarde: la
culpa es de un simple giro del destino. |
People tell me it's a crime to feel to much at any one time All it cost me was a dime but the bells refuse to ring. He was born in the spring but I was born to late: to blame it on a simple twist of fate. |
Sobre las infinitas variaciones posteriores de la canción
no hablaré (quizás ponga abajo algún ejemplo nomás, como para que se den una
idea), pero sí quiero incluir, como cierre del posteo, la última estrofa en la
última versión (al día de hoy, 2021) que cantó Bob, en 2019, en la que se
lamenta por esa historia de amor que no prosperó (“dejé que ella me afectara
demasiado, demasiado tarde”) y hace una referencia a su propia muerte cercana.
La
gente me dice que es un pecado, que
está mal, es perverso y por demás bajón. Dejé
que ella se metiera bajo mi piel, bajo
mi piel demasiado tarde. [Ahora]
Tengo otra cita, una
cita que no puede esperar. La
culpa es de un simple giro del destino. |
People tell me it's a sin That it's wrong, it's wicked and it's too
far down in I let her get under my skin Under my skin too late I have another date A date that couldn't wait Blame it on a simple twist of fate |
Y aquí termino. Va la letra completa y los links a las
distintas versiones:
Simple twist of fate They sat together in the park As the evening sky grew dark She looked at him and he felt a
spark Tingle to his bones 'Twas then he felt alone And wished that he'd gone
straight And watched out for a simple
twist of fate They walked along by the old
canal A little confused, I remember
well And stopped into a strange
hotel With a neon burnin' bright He felt the heat of the night Hit him like a freight train Moving with a simple twist of
fate A saxophone someplace far-off
played As she was walkin' on by the
arcade As the light bust through a
beat-up shade Where he was waking up She dropped a coin into the cup Of a blind man at the gate And forgot about a simple twist
of fate He woke up, the room was bare He didn't see her anywhere He told himself he didn't care Pushed the window open wide Felt an emptiness inside To which he just could not
relate Brought on by a simple twist of
fate He hears the ticking of the
clocks And walks along with a parrot
that talks Hunts her down by the
waterfront docks Where the sailors all come in Maybe she'll pick him out again How long must he wait? One more time, for a simple
twist of fate People tell me it's a sin To know and feel too much
within I still believe she was my twin But I lost the ring She was born in spring But I was born too late Blame it on a simple twist of
fate |
Simple giro del destino Se sentaron juntos en el parque mientras el cielo del atardecer se oscurecía. Ella lo miró y el sintió una chispa que hormigueaba en sus huesos. Fue entonces que se sintió solo y deseó haber seguido de largo y cuidarse de un simple giro del destino. Caminaron junto al viejo canal un poco confundidos, me acuerdo bien, y pararon en un extraño hotel con un neón que ardía brillante. Él sintió el calor de la noche que lo golpeaba como un tren de carga impulsado por un simple giro del destino. Un saxofón sonaba en algún lugar a lo lejos cuando ella caminaba junto a la arcada mientras la luz irrumpía por una cortina estropeada donde él se estaba despertando. Ella dejó una moneda en la taza de un ciego en el portal y se olvidó de un simple giro del destino. Él se despertó, la habitación estaba vacía, no la veía por ningún lado. Se dijo a sí mismo que no le importaba, abrió la ventana de par en par, sintió un vacío dentro con el cual no podía conectarse, traído por un simple giro del destino. Él escucha el tictac de los relojes y camina junto a un loro que habla, la va cazando por los diques del puerto por donde pasan todos los marineros. Quizás ella lo reconozca de nuevo, ¿cuánto deberá esperar? Una vez más, por un simple giro del destino. La gente me dice que es un pecado saber y sentir demasiado por dentro. Sigo creyendo que era mi gemela, pero perdí el anillo. Ella nació en primavera, pero yo nací demasiado tarde: la culpa es de un simple giro del destino. |
Versión original del disco “Blood on the tracks”:
https://www.youtube.com/watch?v=sGnhyoP_DSc
Versión Joan Baez en “Diamonds rust” (1975). Desde el
2:18 lo imita a Bob.
https://www.youtube.com/watch?v=GdErnWWwXb8
Ejemplo de versión modificada posterior:
https://www.youtube.com/watch?v=2sp-Pt11-vs
Versión de Diana Krall, me gusta mucho este cover, con la
voz grave de Diana y su onda melanco y reflexiva:
https://www.youtube.com/watch?v=eJObUEotZYY
Yo también nací demasiado tarde, por eso me lo paso
enhebrando siestas. Ya sabemos quién tiene la culpa.
Hasta la próxima vez,
DJ
Vago
Qué buen análisis Sebas, un lujo. Gracias!!
ResponderEliminarAbrazo, Diana!
ResponderEliminar¡maravilloso! Tengo la versión de Joan, pero no entiendo una papa, la escucho simplemente por el sonido en sí mismo. Gracias!!
ResponderEliminarJajaja, bueno, la próxima vez ya sabrás qué está diciendo. Saludos!
Eliminar