Por lo general no soy muy navideño que digamos, porque ya lidiar con mi propia inexistencia me consume suficiente energía, como para encima tener que festejar las inexistencias de otros. Además, ustedes se quejan por las reuniones familiares de fin de año, pero no saben lo que es una cena navideña en el solar de los Vagot-Iturraspe, cuando se juntan bajo un mismo techo mi padre catalán, mi madre vasca, mi abuela italiana, mis seis hermanas mayores, sus parejas, sus hijes y yo. No puedo ni empezar a describir tal escena, pero si vieron la batalla final de El señor de los anillos, bueno, súmenle un villancico y un conteiner de vitel thoné y la idea es esa.
Cada Nochebuena, mi abuena Annunziata exige prender la
tele (a todo volumen, porque es sorda) a eso de las once, porque no quiere
perderse la cuenta regresiva navideña. Así que casi cada año tenemos que
escuchar a todo trapo la Misa Criolla de Ariel Ramírez. Que está todo bien, con
Ariel y su misa: es excelente. Pero el problema es que no tiene suplente, no hay
recambio, así que escucharla una y otra vez, a lo largo de las décadas, empieza
a parecerse demasiado a un castigo divino, y la verdad que eso no aporta para
el bienestar auditivo del DJ durante la ya compleja cena susodicha.
Pero entre mis archivos secretos está la solución: dos
versiones alternativas de misa, para variar un poco pero, al mismo tiempo,
mantener bien alto el espíritu navideño: la Misa Bizarra y la Misa Pesada.
Empiezo por la Bizarra, solo porque quedó flotando en mi mente (la Pesada
tiende a hundirse).
Esta Misa Bizarra está compuesta por las cinco partes tradicionales, y en cada parte se incluye una canción en inglés y una en castellano, como para que elijan y así obtener una variedad aun mayor.
1 - Kyrie
Kyrie
eleison significa (grita mi hermana la primera desde el otro
lado de la mesa mientras intenta evitar que el Judas de su hijo menor le tire
del pelo a su hermana) “Señor, ten piedad”.
Ese es el título del semi-hit ochentoso de Mr. Mister, un
imitador de Sting (pero menos lindo y menos talentoso), que al parecer no se
tomó el trabajo, como hice yo, de averiguar qué significa la frasecita, porque
la letra no tiene nada que ver con pedir piedad:
(...)
En algún lugar entre el alma y la máquina suave
es
donde me reencuentro por fin.
Kyrie
eleison, por el camino que debo seguir.
Kyrie
eleison, entre la negrura de la noche,
Kyrie
eleison, allá adonde voy, ¿me seguirás?
Kyrie
eleison, en una autopista hacia la noche.
A ti,
carita de ángel,
yo
te miro y creo ver a Dios,
pero
este amor de mentira
puede
más que la razón. (...)
¡Piedad!
No me lastimes, ¡piedad!,
acabas
de maltratar
a mi
pobre corazón.
2 - Gloria
No podía faltar en esta misa la canción “Gloria” de Laura
Branigan, un tema pum para arriba y lleno de brillitos (como el pionono que trajo mi hermana la sexta) pero que sin embargo nos
cuenta la nada alegre historia de una chica, que se hace llamar Gloria y que se
está volviendo loca de soledad mientras todos la acosan y la llaman por
teléfono, aunque quizás solo sean voces en su cabeza.
En
verdad no lo recuerdas, ¿fue algo que él dijo?
¿Son
las voces en tu cabeza las que llaman “Gloria”?
Gloria,
¿no te das cuenta de que estás enloqueciendo?
Si
todos te desean, ¿por qué nadie está llamando?
No
necesitas responder, déjalos colgando en la línea,
oh, mientras
llaman a Gloria.
https://www.youtube.com/watch?v=nNEb2k_EmMg
Y se cuela aquí “Tu gloria”, de Coti, uno de los más
exitosos imitadores de Calamaro, que parece estar de copas en el bar Moloko
Velocet de La naranja mecánica y nos
cuenta la historia de amor de un sombrerero, mientras alude sutilmente al covid
y al peligro de las vacunas.
¿Adónde
fue tu gloria, adónde se perdió?
¿Dónde
quedo la historia que prometió tu voz?
¿Adónde
me arrastraste, qué virus te atacó
para
que tu veneno hoy me lo beba yo?
“Creo en una cosa llamada amor”, de la banda The
Darkness, tiene un clip de lo más bizarro y divertido, una oda glam-espacial que
rebalsa de falsetes y de algo así como ¿erotismo? mientras detalla su Credo,
que incluye un solo ítem.
(...)
Te toco, Dios, me tocás,
creo
en una cosa llamada amor.
Solo
escuchá el ritmo de mi corazón,
hay
una posibilidad de que lo hagamos ahora,
estaremos
roqueando hasta que se ponga el sol,
creo
en una cosa llamada amor, ohuoh.
Hay muchas canciones sobre creer en castellano, pero aunque no quería poner ninguna canción religiosa en esta misa, no pude resistirme a este simpático tema de Osmar Pérez, “Cree en mí”, en el que el cantor asume nada menos que la voz del Altísimo, para aclararle a los demás, profético pero en ritmo de vallenato, que sigue siendo tan pulenta como siempre, que aunque no parezca los está escuchando y que crean en él. O sea: bordeando la herejía, pero con las mejores intenciones.
¿Adónde
se ha ido tu fe?
¿Por
qué supones que no escuché
y
entre afanes te entristeces,
desconfías
de mi amor? (...)
Cree
en mí, deja las dudas, cree en mi amor,
guarda
silencio y oye mi voz
que
dulcemente te dice: “Hijo mío, te amo”.
Mi hermana la quinta me rogó que incluyera esta canción
aquí. Es cierto que en “La isla bonita”, Madonna habla únicamente de un solo
santo, San Pedro (y que parece ser más un lugar que una persona), pero también
es cierto que esta famosa canción, en la que se incluyen frases en español,
tiene una onda muy de alabar a una naturaleza divina de la que estamos
alejados, y además Madonna reza con un rosario en el clip, así que me pareció
muy apropiado hacerle caso a mi hermana.
Me
enamoré de San Pedro,
un
viento cálido venía del mar, él me llamó
(te
dijo “te amo”)
Recé
porque los días duraran:
pasaron
tan rápido.
Tropical,
la brisa isleña,
toda
la naturaleza salvaje y libre,
aquí
es donde quiero estar: “la isla bonita”.
No es tan alegre y despreocupado “Los Santos”, un tema muy reciente del joven rapero dominicano Gatillero 23, en el que se autofelicita por todo lo que logró en la vida pero por las dudas cada día le prende una vela a los santos para tener protección divina contra sus enemigos, que van a buscarlo encapuchados pero sin camisa. Un videoclip desopilante, aunque lo más gracioso para mí es cómo Gatillero 23 decide que “manto” rima con “tiempo”.
Voy
por la casa de mi mamá:
la
necesidad a tan poca edad
me
deprogramó para joseá [josear
= buscarse la vida]
Enrolo
cuando me levanto [enrolar
= enrollar un cigarro]
y
compro un velón pa yo prendérselo a los santos,
pa
que Dios me cubra con su manto
y no
me llegue la cruz antes de tiempo.
Y llegamos al final, al sacrificio necesario, el Cordero
de Dios con el que termina, cuchillo en mano, esta misa.
Si no conocen a la cantante pop albanesa-estadounidense Bebe
Rexha, no se están perdiendo de mucho, les aviso. En “Sacrificio”, la cantora
le advierte que estar con ella requerirá de él que lo dé todo. El clip la
muestra a ella como una vampira, que sacrifica ella misma a un médico abusador
y baila con sus amigas en una lluvia de sangre que envidiaría Carrie.
Dile
adiós a todas las otras chicas en la noche tras de ti,
ahora
eres mío, dime qué estás dispuesto a sacrificar.
En
cuanto a mí, no quiero excusas,
este
debe ser el único cuerpo en tu mente.
En
cuanto a mí, voy a vida o muerte,
así
que dime, ¿te sacrificarás? (...)
*Te acordaste tarde
en llamar, tarde en estar
Y luego sigue con una letra en la que él parece haber
superado la separación, pero en realidad al final no, solo quiere vengarse, y cierra el estribillo con una amenaza del más puro estilo mafioso: “esta
vez, tierra vas a probar”.
Llegó
el tiempo de sacrificar esa vida que tanto me gustaba,
mi
corazón se destruyó, tu hipocresía me engañó.
Y
hoy estoy acá y te voy a encontrar
tan
solo que esta vez tierra vas a probar.
Y con esto se cierra el archivo secreto. Déjense lugar para el pan dulce. La Misa Bizarra
ha terminado: pueden ir en paz.
¡Felices fiestas! - DJ
Vago
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