“Call me Maybe”, de Carly Rae Jepsen (2012) y “Conillet de vellut”, de Joan Manuel Serrat (1970)
Hoy cierro la serie “Pegame un tubazo”, sobre canciones telefónicas,
en la que exploramos la llamada telefónica como símbolo de incomunicación, como
metáfora de una relación y como herramienta de control y acoso.
Pero hoy ni siquiera llegaremos a la llamada telefónica,
sino que vamos a ver dos canciones en las que apenas se da el paso previo:
alguien le da (o le recuerda) a otra persona su número telefónico, dándole la
posibilidad de que llame y eso establezca, o reestablezca, una relación entre
ellos. Esa invitación le deja el poder a la otra persona, y es una
contrapartida evidente de lo que pasaba en las canciones previas, en la que el
enamorado o la enamorada llamaba al otro para exigirle o declarar su amor,
incluso en forma de amenaza.
La primera canción es un típico hit pop, alegre,
cuadradito y simpático en 4/4 y tono mayor, cantado por una también simpática
canadiense, Carly Rae Jepsen, que consiguió con esta canción su hasta ahora
único hit (aunque fue un gran gran hit, pues la canción ganó en 2012 montones de
premios, fue número uno en casi todos los rankings y vendió muchos millones de
copias).
Al igual que en “Blank space” de Taylor Swift (posteo 140), aquí la
cantora ve a un chico hermoso que se cruza en su camino (ella justo estaba
queriendo enamorarse y justo pasó él y no hay remedio, como diría Guamán Poma) y,
mientras ella se babea, le dice algunos piropos (nivel obrero de la
construcción) y le plantea:
Hey,
recién te conozco, y es medio loco,
pero
acá está mi número,
así
que llámame quizás.
En esa frase final del estribillo, que es también el
título de la canción, se condensa toda la gracia del tema: ella le propone que
quizás podría llamarla (“llámame, quizás”), pero la frase también se puede leer
sin esa coma, y entonces lo que ella dice es: “mi nombre es Quizás”, “llamame
PuedeSer”, “soy lo Posible”.
Me gusta esa frase, “llámame Quizás” (que a mi hermana la
tercera, incorregible, le recuerda el “Call me Ishmael” con que empieza la novela Moby Dick). Por más que está obviamente
entusiasmada por la posibilidad de establecer algún tipo de relación con ese
bombonazo, ella no se está regalando, no asegura nada: no es fácil, solo es
posible. Y le deja a él la decisión de si avanzar o no, si realizar o no el
llamado telefónico que podría ser la llave de ese futuro vislumbrado.
El videoclip de la canción es muy gracioso, el chico lindo
(supongo que es un modelo) corta el pasto del jardín vecino (debe haberse
mudado recién al barrio) y ella lo ve desde su ventana y se babea (se ven,
sobre la mesita de luz, las novelas románticas que está leyendo), en especial
cuando él, innecesaria pero efectivamente, se quita su camiseta para mostrar
más carne. Luego ella ensaya con su banda en el garage, él está arreglando su
auto y los amigos de la banda la impulsan a ella a que lave también su propio
auto, como para producir una excusa de acercamiento. Ella hace todo lo posible
para que él le preste atención, pero él ni bola. Hasta que él de pronto la mira
y ella, impactada por esa mirada, se cae del capó de su auto y él se acerca y
la ayuda, y finalmente pueden conversar. Ella anota su número de teléfono en un
papelito para dárselo... pero en ese momento él entra al garage y le da su
propio papelito con el teléfono a uno de los chicos de la banda, mientras le
hace el gestito de “pegame un llamado” y le guiña un ojo.
https://www.youtube.com/watch?v=fWNaR-rxAic
Call
me Maybe I threw a wish in the well Don't ask me, I'll never tell I looked to you as it fell And now you're in my way I trade my soul for a wish Pennies and dimes for a kiss I wasn't looking for this But now you're in my way Your stare was holdin' Ripped jeans, skin was showin' Hot night, wind was blowin' Where you think you're going, baby? Hey, I just met you, and this is crazy But here's my number, so call me maybe It's hard to look right at you, baby But here's my number, so call me, maybe And all the other boys try to chase me But here's my number, so call me maybe You took your time with the call I took no time with the fall You gave me nothing at all But still, you're in my way I beg and borrow and steal I have foresight, and it's real I didn't know I would feel it But it's in my way Before you came into my life, I missed you so bad I missed you so, so bad and you should know that So call me maybe |
Llámame Quizás Lancé
un deseo a la fuente: no me
preguntes, nunca lo diré. Te
miré mientras lo pedía y
ahora estás en mi camino. Cambié
mi alma por un deseo, moneditas
por un beso, no
estaba buscando nada de esto, pero
ahora estás en mi camino. Tu
mirada se queda fija, jeans
rotos, la piel se muestra, noche
calurosa, el viento sopla, ¿adónde
crees que vas, nene? Hey,
recién te conozco, y es medio loco, pero
acá está mi número, así
que llámame quizás. Es
difícil mirarte, nene, pero
acá está mi número, así
que llámame quizás. Y
todos los demás chicos intentan atraparme pero
acá está mi número, así
que llámame quizás. Te
tomaste tu tiempo con el llamado, yo no
tardé nada en caer; no me
diste nada de nada, pero
igual estás en mi camino. Ruego
y pido prestado y robo, tengo
una intuición, y es de verdad. No
sabía que podía sentir algo así, pero
está en mi camino. Antes
de que llegaras a mi vida ya te
echaba tanto de menos Te
extrañaba tanto, tanto y
deberías saberlo, así
que llámame quizás. |
Se hicieron montones de covers, de esta canción, probablemente
al final de este posteo ponga los que más me llamaron la atención (que son
aquellos que no siguen tal cual la onda de pop simpático y facilongo que emana
de todos los poros del tema).
Esta canción me lleva mentalmente a otra mucho más
antigua y en catalán, pero que tiene una onda que a mí me parece semejante.
Maybe.
Es una canción de mi tío Joan, y me pareció adecuado
incluirla en este posteo porque hace un par de días él anunció que a fin de año hará su última
gira, es decir que vendrá (ojalá) por última vez a la Argentina a dar un
recital antes de retirarse de los escenarios. Conseguir entradas será la
batalla de Leningrado, así que no creo que mi padre Josep pueda lograr que
Joanito le dé 16 entradas gratis para toda la familia, como la vez pasada (me
remito a mi posteo 117, “Ta fresc pa chomb”, sobre lo que pasó aquella vez).
No es una de las más conocidas del tío, ni siquiera entre
las cantadas en catalán. Aunque la musicalización es casi de circo,
diría que es un tema pop antes de tiempo. Aunque muchos dicen que ese cantor en
primera persona es el mismo Serrat y que la canción está dedicada a su novia
modelo nórdica de esos años, mi hermana la tercera me enseñó que la ficción es
ficción, así que no parece, para nada, necesario asignar nombres reales a los
personajes.
La canción está protagonizada por un adolescente enamorado,
confundido y bastante bajoneado, que cuenta la historia de su primer noviazgo y
su abrupto final. Era muy feliz con la noviecita, a quien llama “conejito de
peluche” (o “de terciopelo”, si prefieren), hasta que ella comienza a triunfar,
vertiginosamente, como modelo, y la fama, el dinero y esa nueva vida la impulsan
a tener un nuevo amante. Es muy gracioso que él cuenta que entonces “tuvo que
elegir: o rajar (“tomarse el 2”) o hacer un ménage
à trois”, pero esta última opción no resulta posible porque él es un tipo “como
hay que ser”: ibérico, macho y cristiano.
Así que se separan y él queda solo, jodido y, lo peor, aún
enamorado. Le hace algunas recriminaciones a ella, pero más con tristeza que
con enojo:
Elle,
Vogue y Harpers Bazaar
te
fusilan en cada ejemplar;
dicen
que te puso un piso
Richard
Avedon en Nueva York.
No
te puedes quejar,
ya
tienes a mano todo lo que soñabas:
te
conoce la gente,
te
ama un adolescente
y un
abuelito te quiere adoptar.
¿Eres
feliz con tu nuevo amante,
conejito
de peluche?...
Pero en la estrofa final él encuentra una vuelta para intentar
reconquistarla: ve en una vidriera un libro de fotografía y piensa que eso
podría suceder si él mismo se vuelve un fotógrafo famoso (“en un mes seré mejor
que Pomés”, dice, envalentonado; Pomés era un famosísimo fotógrafo catalán de la
época). Y ya lleno de confianza en el futuro, le avisa a ella que cuando él sea
famoso, ella ya sabrá dónde encontrarlo, y ahí es que le recuerda su número
telefónico (203-8282) y le dice que no habrá entre ellos necesidad de ningún cuento
o excusa, ni se pasarán ninguna factura por todo lo sucedido.
Es una canción muy de época, y que seguramente no cantará
Joan en su próximo (último, snif) recital, pero que me sigue resultando
encantadora.
Conillet
de vellut Era suau com el vellut I poregosa com un conill menut En Snoopy era el seu heroi I li agradava jugar com un noi I de la mà Em duia amunt i avall sense parar Com un estel Fent tombarelles pel cel És maco el temps d'estimar I no va ser aquell un temps perdut Conillet de vellut Però el conill fora del niu M'enganyava amb qualsevol objectiu Se'm perdia en el forat D'una Nikon o una Hassenlblad... Calia triar O tocar el dos o fer Un ménage à trois Però això és immoral Quan s'és un home com cal Ibèric, mascle i cristià I em vaig quedar sol i fotut Conillet de vellut L'Elle, el Vogue i el Harpers Bazaar T'afusellen en cada exemplar Diuen que t'ha dat un lloc Richard Avedon a New York No et pots queixar El que somniaves ja ho tens a la mà Et coneix la gent T'estima un adolescent I un iaio et vol adoptar Ets feliç amb el teu nou drut? Conillet de vellut... Però avui he vist el cel obert Déu, que és bo i que sap el que sofert M'ha deixat els seus consells En un aparador de can Castells I m'he comprat el llibre "La fotografia és un
art" I abans d'un mes Seré millor que en Pomés Ja saps a on em trobaràs... Dos-zero-tres, vuit-dos, vuit-dos Conillet poregós Sense un romanço ni un rebut Conillet de vellut |
Conejito de peluche Era
suave como el peluche y
temerosa como un conejo pequeño. Snoopy
era su héroe y le
gustaba jugar como un niño y de
la mano me
llevaba de acá para allá sin parar como
un barrilete dando
volteretas por el cielo, qué
copado es el tiempo de amar... Y no
fue aquel un tiempo perdido, conejto
de peluche. Pero
el conejo, fuera del nido, me
engañaba con cualquier objetivo; se me
perdía en el agujero de
una Nikon o una Hasselblad, había
que elegir: o
tomarse el palo o hacer un ménage
à trois. Pero
eso es inmoral cuando
se es un hombre como hay que ser: ibérico, macho y cristiano. Y me quedé
solo y jodido, conejito
de peluche. Elle,
Vogue y Harpers Bazaar te
fusilan en cada ejemplar; dicen
que te puso un piso Richard
Avedon en Nueva York. No te
puedes quejar, ya
tienes todo lo que soñabas: te
conoce la gente, te
ama un adolescente y un
abuelito te quiere adoptar. ¿Eres
feliz con tu nuevo amante, conejito
de peluche?... Pero
hoy he visto el cielo abierto: Dios,
que es bueno y sabe lo que sufrí, me
dejó sus consejos en
una vidriera de casa Castells, y me
compré el
libro “La fotografía es un arte”; antes
de un mes seré
mejor que Pomés. Ya
sabes dónde me encontrarás: 203-8282, conejito
temeroso. Sin ningún
cuento y ninguna factura, conejito
de peluche. |
Y eso es todo por hoy. Cierro el día y la serie con
algunos covers de “Call me Maybe”, como bonus tracks:
- Cover como canción jazz de los años 20 (de los del
siglo pasado):
https://www.youtube.com/watch?v=q1D6qWO-JzQ
- Cover emo deprimente, por Ben Howard:
https://www.youtube.com/watch?v=sPU8V-nvUEk
- Cover metalero debajo de una frazada, por Leo
Moracchioli:
https://www.youtube.com/watch?v=90b6I2Pkde8
Y eso es todo. Ya saben adónde llamarme, si me necesitan. Si no les contesto, es muy posible que sea porque estoy durmiendo: cuelguen.
DJ
Vago
No hay comentarios:
Publicar un comentario