Continúo la apertura de mis archivos secretos (ojalá
todos se abrieran igual de fácil), esperando que nadie me acuse y tenga que
pedir asilo de raje en alguna embajada.
No, mentira, no tengo idea de qué es eso del multiverso, pero está de moda por las películas de Marvel así que me pareció que quedaba bien en el título del posteo: este archivo secreto hablará sobre metacanciones, es decir, canciones que hablan de sí mismas.
Para que entiendan a qué me refiero, la vieja propaganda
de celulares sobre “El tema del verano” (con su estribillo semiobsceno, “pero
claro que te clavo la sombrilla”) es una metacanción, que habla sobre esos
temas pegadizos que se crean para que duren un par de meses y luego desaparecen
en la nada, pero a la vez la canción habla sobre sí misma, sobre cómo ella
misma es una canción del verano.
Hay montones de metacanciones (el archivo cuenta con más de 150 entradas en castellano, inglés, coreano, alemán, francés, catalán y euskera), pero aquí dejaré solo una cuenta regresiva de las preferidas (por sorprendentes, no necesariamente por mejores). Con una salvedad: mi metacanción favorita no aparecerá aquí, sino que me la reservo para comentarla sola en un posteo más adelante.
Sin más preámbulos, entremos de lleno al sorprendente multimundo
de las metacanciones.
7 –
“Esto no es una canción: es un sándwich”, de Spychostick
Esta original metacanción trash-psicótica de Psychostick se
la pasa intentando convencer a quien escucha de que está oyendo un sándwich de
jamón y queso, en lugar de una canción (“¿Por qué no escuchás el jamón?, ¿por
qué no escuchás el queso?”). Incluso representa, como si fuera un sketch, la
discusión entre un oyente y los miembros de la banda:
—Me
parece que esto es una canción...
—¡No,
es un sandwich!
—Hmmm...
pero es una canción.
—¡No,
es un sandwich! (...)
En líneas generales, resulta, además de bizarro, bastante
alienante, este tema. Perdón, este sándwich. Sabroso, quise decir.
6 –
“Nuestros abogados nos hicieron cambiar el nombre de esta canción para que no
nos demandaran”, de Fall Out Boy
Esta canción de Fall Out Boy sería un tema común y
corriente si no fuera por su largo título, que lo vuelve una metacanción.
Efectivamente, en su versión original la canción se llamaba “Mi nombre es David
Ruffin y estos son The Temptations”, y era una referencia a cómo David Ruffin,
cantante principal del quinteto vocal The Temptations (estamos hablando de los
años 60, en Estados Unidos) se creyó que era Gardel y quiso cambiar el nombre
de la banda para que incluyera su propio nombre: “David Ruffin & The
Temptations”. Los demás del grupo no lo aceptaron y David se fue del grupo para
hacer carrera como solista y nunca más tuvo un hit y murió solo y borracho,
mientras que The Temptations, con un suplente para David, continuaron con su
carrera sin mayores problemas y tuvieron varios éxitos más.
La letra de esta canción, sin embargo, no habla
directamente sobre eso, sino que hace exactamente lo contrario a lo que había
hecho Ruffin: aquí el cantante se tira abajo y pide que no los escuchen más,
porque solo son una moda y además son unos mentirosos (aunque eso sí, son los
mejores mentirosos que hay).
Hermanas
y hermanos, saquen este disco.
Escuchen
mi consejo (porque son malas noticias):
los
dejaremos volados y secos,
no
vale la pena que pierdan su capacidad de audición por esto. (...)
Solo
somos unos mentirosos, pero somos los mejores,
solo
seguimos la última moda.
Como dato curioso pero significativo, el título es
estrictamente cierto: si el tema hubiera salido con el título original, los
integrantes de la banda habrían enfrentado una demanda legal por parte de los
herederos de David Ruffin.
Esta balada pop-country-tanguera nos presenta a un cantor
bien macho y de voz gruesa, tipo Julio Sosa, que le canta una canción a ella
pero aclarándole a cada momento que ella no le mueve a él ni un pelo (ni
siquiera cuando se pasea con poca ropa entre tules y pétalos), que
cuando pierde el sueño nunca es por pensar en ella y que si le canta esa
canción con la guitarra es porque si no ella nunca la va a llegar a escuchar en
la radio (“aunque nunca se sabe”, aclara Trace con un movimiento de ceja,
haciéndose el canchero, además del macho). Me causa muchísima gracia el
planteo, la facha de Trace, el videoclip (en el que ella al comienzo se afeita
las piernas, jaja, re romántico) y la canción en general.
Bue,
mi corazón no se saltó un latido
cuando
te vi ahí parada
como
si fueras una especie de ángel,
como
si caminaras por el aire.
Y la
tierra no se movió bajo mis pies
cuando
dijiste mi nombre:
no
sentí nada. Nop, no yo.
Mi
corazón no se saltó un latido.
Esta
no es una canción de amor,
solo
tuve ganas de agarrar mi guitarra y cantar una tonada.
Canto
sobre vos, sí. Me siento bien y hago tap tap con los zapatos
y
toda esta cosa que voy haciendo, bueno, probablemente
nunca
la vas a escuchar en la radio, aunque... nunca se sabe.
Así
que, nena, si querés podés cantarla,
pero
no es una canción de amor.
Un hermoso tema de rock acerca de las canciones
pegadizas: la cantante escucha una melodía (esa misma canción, claro: es un
metatema) y no puede quitársela de la cabeza, de la misma forma en que no puede
quitárselo de la cabeza a él, y ruega que alguien la corte, que le quite la
canción de la mente de una vez, así ella puede escapar (de la música y, al
mismo tiempo, de él). Pero mientras tanto, ella ni siquiera puede evitar que
los piecitos se muevan marcando el ritmo (un ritmo en 4 sobre 4, típico ritmo
de canción de rock).
Dijiste
las cosas más lindas
y no puedo evitar que mi corazón cante.
Siguiendo
el sonido de tu canción,
mis
estúpidos pies se siguen moviendo.
Este
ritmo de 4/4 me sincroniza con vos,
a
este ritmo de 4/4 voy a morir por vos
(que
alguien pare esto).
¿Nadie
va a parar esta canción?
Así
no la sigo cantando. (...)
Acecha
como una araña a la que no puedo matar
por
más que lo intenté y lo intenté.
Bueno,
¿no te das cuenta?
Estoy
perdida. No quiero amarte, pero te amo.
Entramos al podio con esta ácida y divertida canción (el
clip es muy gracioso también) donde se le pide a cualquier empresario que esté
escuchando que utilice esta misma canción para una publicidad, así él, el
cantor, puede ganar algo de plata y pagar la hipoteca de su casa y los
impuestos que debe. En el clip todo el tiempo aparecen carteles que dicen “Tu
marca aquí”, como anticipando la publicidad futura, y el clip termina en una
forma sorprendente y trágicamente feliz.
Por
favor, usá esta canción en tu propaganda.
Necesito
el dinero, así que usala para vender algo:
una
franquicia de comida rápida, artículos de oficina,
una
nueva línea de tintura de pelo, un website de citas,
una
línea de ayuda al suicida, un nuevo modo de hacer ejercicio,
la
cola de una peli que se estrena en julio,
una
campaña política, un nuevo videojuego,
un
remedio que no sabés que no deberías estar tomando,
para
cualquier producto o servicio esta es la canción justa,
tu
audiencia-objetivo la cantará y se pondrá a bailar.
Por
favor, usá esta canción en tu propaganda.
Necesito
la fama, mi casa está por ser rematada (...)
Para
una tarjeta de crédito, para unirse al ejército,
una
nueva manera de volverte menos peludo,
un
seguro de vida, seguro médico,
seguro
de gato, seguro de seguro,
una
institución financiera (como la que me quitó mi casa) (...)
La
industria de la música se muere, pero el consumismo está en auge,
así que por favor usá esta canción en tu propaganda.
2 –
“Mi primer millón”, de Bacilos
La medalla de plata de las metacanciones va para esta
simpática oda al capitalismo de la banda colombiano-portorriqueño-brasilera Bacilos,
en el que el cantor plantea, con total franqueza, el deseo de salir de la
pobreza y las deudas (igual que Jon Lajoie en la canción de arriba) y ser
millonario (mediante el dinero que ganará con esta misma canción, cuando
empiece a sonar en la radio). Cuando tenga ese millón, lo usará para comprarle
a ella (su amada) “una casa grande, para que quepa tu corazón”.
Estoy
ya cansado de estar endeudado,
de
verte sufriendo por cada centavo:
dejémoslo
todo y vámonos para Miami.
Voy
a lo que voy, a volverme famoso,
a la
vida de artista, a vivir de canciones,
vender
ilusiones que rompan diez mil corazones.
Yo
solo quiero pegar en la radio,
para
ganar mi primer millón,
para
comprarte una casa grande
en
donde quepa tu corazón.
Yo
solo quiero que la gente cante
por
todos lados esta canción,
desde
San Juan hasta Barranquilla,
desde
Sevilla hasta Nueva York.
Es muy gracioso que él ya se arma en su mente todo lo que
va a suceder en el futuro, incluyendo las partes en las que él, ya famoso, sale
de joda con Alejandro Sanz y Paulina Rubio, y, al mejor estilo Icardi, le
aclara a la novia que no se ponga celosa porque “Paulina es solo una amiga”,
jaja.
Esta canción se metacomplementa con otro tema de Bacilos, hecho muchos años después: “Carta a Cupido”, que también es una metacanción en la que, para más metacancionar, se hace una referencia a “Mi primer millón”, reclamándole a Cupido que ya consiguió aquella casa grande, pero que aún le falta el corazón para llenarla:
Me
ha ido bien en la vida pero mal en el amor (en serio)
y
decidí escribirte esta canción.
Oye,
Cupido, ¿qué fue lo que nos pasó?
Si
éramos tan amigos, ¿por qué todo terminó?
Me
compré ya la casa grande, como dice la canción,
pero
sigo esperando: le hace falta un corazón.
Esta genialidad del genial George Harrison es una canción
cuya letra se la pasa hablando de la misma canción y de sus partes, diciendo
que no tiene nada particular, que no infringe el copyright de nadie (meses
atrás George había perdido un juicio legal en el que se lo condenó por “plagiar
subconscientemente” la melodía del tema “He´s so fine”, en su canción “My Sweet
Lord”) y que no tiene nada especial, excepto que es un buen motivo para darse
cuenta de que sin vos no hay motivo para esta canción. El clip de “This Song” pone
en escena un juicio lleno de personajes divertidos y bizarros. Por más que no
tenga nada súper especial, es una gran canción esta, plena de alegre protesta
contra las instituciones (todas ellas), y se merece el número uno, al menos en
este archivo secreto.
Esta
canción no tiene nada complicado.
Esta
canción no es blanca o negra, y hasta donde yo sé,
no
infringe el copyright de nadie, así que...
Dejemos
ser a esta canción; esta canción está en Mi,
esta
canción es para ti y...
Esta
melodía no es nada brillante,
Esta
melodía no es mala ni buena, y pase lo que pase
mis
expertos me dicen que zafa.
Como
esta canción me llegó inconscientemente
esta
canción podría ser, tú podrías ser...
Este
riff no intenta ganar medallas de oro,
este
riff no es hip ni cuadradito, recocido ni jugoso
y
podría terminar siendo otro lastre que soportar.
Pero
esta canción bien podría ser
una
razón para ver que
sin
ti no hay motivo para esta canción.
Así cierra este expediente secreto V. No lo escuchen, no lo lean. Es más: si lo leyeron, mejor desléanlo. Y nos desvemos la próxima.
DJ Meta(Vago)
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