“Modern
love”, de David Bowie ,
por Kevin Johansen (2013)
Ayer no escribí porque estaba inundado y sin luz. Vivo en un
octavo piso, pero igual me inundé, porque cuando fue la tormenta, el agua me
entró por la ventana de la cocina-comedor, mientras dormía. Había olvidado
cerrarla, y cuando escuché los truenos, en la madrugada, me dio fiaca
levantarme a cerrar: pensé que iba a ser una lloviznita nomás. Cuando me
desperté, varios discos LP, cedés y casetes bailoteaban entre las olitas, y
aunque el equipo de música se salvó por un pelito, el Winco se mojó bastante, y
toda la música que estaba guardada en los estantes de abajo se arruinó. Por
suerte, siempre dejo los estantes de abajo para la música que no me gusta, así
que en realidad no se perdió nada muy valioso que digamos. Por suerte, no tengo
televisor, y la compu se salvó de milagro.
Lo peor fue la luz: con diferencia de un día, se me quemaron
las lamparitas de la habitación y de la cocina-comedor (la del baño ya se había
quemado un mes atrás). Entonces estuve a oscuras por cinco días, sin decidirme
a bajar de mi cama hasta que no se secara del todo el piso.
Ahora que ya pude salir y comprar tres lamparitas, y
mientras junto fuerzas para colocarlas, pienso que quizás debería reclamar mi
subsidio de inundado. Aunque seguramente habrá que hacer trámites y colas.
Mejor no, no lo pido nada.
Mientras me concentraba en sobrevivir a mi adversidad,
escuché música toda la semana: dos temas, vagamente relacionados con mi
situación de inundación y mi oscilación entre la esperanza y la desesperanza. Uno
de ellos es el que aquí ofrezco (el otro ilustrará la semana que viene),
“Modern love”, originamente de David Bowie, pero en la versión nuevita de Kevin
Johansen.
El tema original es de David Bowie, en 1983, en su álbum Let´s Dance, “vamos a bailar” (hace
treinta años, increíble). Aquí va.
Tiene mucho ritmo (un 4/4 que es casi un 2/4, una especie de
rock-marchoso), y David no para de bailar, porque además de tener trajes de
todos los colores del pantone, es el rey de lo “in”.
La letra es bastante extraña y sin embargo, cautivante a su
manera. El yo empieza con una declaración de principios rebelde, que recuerda a
Sumo (“no sé lo que quiero, pero lo quiero ya”): no quiere salir ni quedarse,
no quiere hacer las cosas que se supone que tiene que hacer. Cómo lo entiendo.
El yo comprueba que atrapar al canillita no elimina las
noticias del diario: el mundo avanza aunque no lo deseemos, pero él está
dispuesto a no ceder a las presiones, a nunca decir adiós agitando la mano, por
más que esté allí solo, parado en el vendaval, llevado por los vientos y la
lluvia. A seguir intentándolo. Aunque no está del todo claro qué es lo que
intenta: ¿acomodarse a los tiempos, “pertenecer” con los demás? ¿o, por el
contrario, cambiar las cosas por fin, y hacer un mundo más allá de las
convenciones? Es difícil definirlo, y probablemente no valga la pena. Pero lo
intento.
El largo estribillo, con formato de retahíla dadaísta,
presenta una serie de frases repetidas que se van completando de forma diversa
y, a veces, insólita (procedimiento que me recuerda a “Construcción”, de Chico
Buarque). Pasada a fórmula algebraica, la estructura del estribillo sería esta:
A – B.
A – C.
A – D.
D – E.
D – F.
D – G.
G – H.
G – I.
G – A.
Esto se entiende así: una frase principal (A, “amor
moderno”) se va completando, y al llegar a su tercera repetición, la frase
asociada (D, “iglesia a tiempo”) pasa a ser frase principal de la siguiente
tríada de versos; luego se repite la misma operación con (G, “dios y hombre”),
y al llegar a su tercera repetición, la frase asociada vuelve a ser “amor
moderno” (A), lo que cierra la retahila planteando una hipotética repetición al
infinito.
Pero las frases, por supuesto, no son totalmente azarosas ni
sin sentido: solamente lo parecen. El yo sigue en sus trece: nunca caeré, no
cederé. Nunca me rendiré al amor moderno, que camina a mi lado y, a la vez,
pasa de largo sin detenerse, que me lleva (en una forma nada moderna) a la
iglesia a tiempo. Acá entra el otro gran tema de la canción: la religión. Como
muchas cancione de Bowie, este es un tema de amor y, a la vez, de lucha entre
la idea de dios y la voluntad humana. La iglesia a tiempo lo aterroriza y, a la
vez, lo hace irse de joda (“la iglesia a tiempo me hace parrandear” es una gran
imagen). Confía en dios, pero sin iglesia ni religión, y sin creer tampoco en
ese amor moderno, frenético, incomprensible, al que intenta llegar desde su
desamparado lugar solitario entre la lluvia y el viento (zucundúm).
Fast-forward 30 años, y aquí estamos. De pronto, esta
canción ya vieja recobra vida, se vuelve interesante. John Friusciante, ex
guitarrista de los Red Hot Chilli Peppers, tras muchos problemas con la
heroína, lanza su carrera solista con temas experimentales, y elige “Modern
love” para hacer un cover muy interesante, con un dejo de rabia, de
desconsuelo, de incomprensión:
Y acá en el sur, Kevin Johansen lo retoma también, como una
balada romántica súper tranqui pero rítmica, apenas melancólica, con un
comienzo bien grave, recitado onda Barry White, mientras va en un bote (Saltarín) por el Delta (o algo así)
tocando la guitarra, acompañado por una chica linda (pero la que rema es ella,
incansable), él con sombrero y anteojos oscuros (aunque está nublado). Rodeados
de naturaleza, ese “no creo en el amor moderno” ya no suena a rebeldía sino a
añoranza. Porque lo moderno ya está en el pasado, y entonces se puede renegar
de ello (de lo moderno, digo) sin renunciar al hoy, a lo que está sucediendo
ahora, que es minimalista, íntimo, verde.
Hacia el final del videoclip, Kevin ya se da cuenta de que
está perdiendo puntos con la chica y se decide a remar… ¡con la guitarra! Y
teniendo los remos a mano… ¿hay necesidad? Esa guitarra quedará arruinada, es
una pena, y ni siquiera hace avanzar mucho al bote... Me hace acordar a mi
Winco y se me escapa un lagrimón.
Bueno, eso es todo por hoy, espero que les guste. Y si no
les gusta, bueno, imagínense que no me desvelaré por ello.
Modern love
I don't want to go out,
I wont stay in, get things done. I catch a paper boy, but things don't really change. I'm standing in the wind but I never wave bye-bye. But I try. I try. There's no sign of life, it's just the power to charm. I'm lying in the rain but I never wave bye-bye. But I try, I try. Never gonna fall for modern love: walks beside me. Modern love: walks on by. Modern love: gets me to the church on time. Church on time: terrifies me. Church on time: makes me party. Church on time: puts my trust in god and man. God and man: no confessions. God and man: no religion. God and man: don't believe in modern love. It's not really work, it's just the power to charm. I'm still standing in the wind but I never wave bye bye. But I try. I try.
Never gonna fall
for
modern love: walks beside me. Modern love: walks on by. Modern love: gets me to the church on time. Church on time: terrifies me. Church on time: makes me party. Church on time: puts my trust in god and man. God and man: no confessions. God and man: no religion. God and man: don't believe in modern love. |
Amor moderno
No quiero salir,
no voy a quedarme
ni a dejar listas las cosas.
Agarré a un canillita,
pero las cosas no cambiaron realmente.
Estoy parado en el viento,
pero nunca diré adiós con la mano.
Pero lo intento. Lo intento.
No hay signos de vida,
es solo el poder de encantar.
Estoy acostado en la lluvia,
pero nunca diré adiós con la mano.
Pero lo intento. Lo intento.
Nunca caeré por el
amor moderno: camina a mi lado.
Amor moderno: pasa de largo.
Amor moderno: me lleva a la iglesia a tiempo.
Iglesia a tiempo: me aterroriza.
Iglesia a tiempo: me hace parrandear.
Iglesia a tiempo: pone mi confianza en dios y en el
hombre.
Dios y hombre: sin confesiones.
Dios y hombre: sin religión.
Dios y hombre: no creo en el amor moderno.
No es realmente trabajo,
es solo el poder de encantar.
Sigo parado en el viento,
pero nunca diré adiós con la mano.
Pero lo intento. Lo intento.
Nunca caeré por el
amor moderno: camina a mi lado.
Amor moderno: pasa de largo.
Amor moderno: me lleva a la iglesia a tiempo.
Iglesia a tiempo: me aterroriza.
Iglesia a tiempo: me hace fiestear.
Iglesia a tiempo: pone mi confianza en dios y en el
hombre.
Dios y hombre: sin confesiones.
Dios y hombre: sin religión.
Dios y hombre: no creo en el amor moderno.
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Los saluda desde la penumbra,
DJ Vago
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