“Islands”, por The
xx, en su disco xx (2009)
Ningún hombre es una
isla, entero por sí mismo; cada persona es un pedazo del continente, una parte
del todo. Si un montoncito de tierra es llevado por el mar, toda Europa queda
reducida, como si se hubiera perdido un promontorio, o la casa de tu amigo, o
tu propia casa. La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy
involucrado en la humanidad; y por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas:
están sonando por ti.
John Donne (1572-1631), en Meditaciones sobre ocasiones emergentes.
Pedí vacaciones adelantadas en la oficina y me confiné
durante diez días en un rincón de la
Isla de los Estados, esperando no ser rescatado y que al
volver el mundial de fútbol hubiera concluido. Volví en mi balsa hoy martes, y
no había un alma en la ciudad. Pensé que había concluido no solo el mundial,
sino también la humanidad. Una bomba de neutrones, un virus zombie eran
opciones a considerar. Pero enseguida se escuchó una tromba y salió la gente a
los gritos, como bichos de una madriguera incendiada, y todos gritaban porque
(aparentemente) el equipo argentino le ganó un partido a alguien. Y todos
hablaban del Papa, de Dios, de un Ángel y de María. Y agitaban carteles con la
foto de Kafka vestido de celeste y blanco.
Ahí me di cuenta de que el mundial es más largo de lo que
pensaba, y por lo tanto, de que me adelanté en regresar de mi isla. Pero ya que
estoy, y como no estoy seguro aún de si voy a regresar a mi oficina o voy a
quemar los puentes, acá va el posteo semanal.
Que comenzó con la cita de John Donne, que me pasó mi
hermana la tercera. Es una frase muy bella, por cierto, pero no tiene nada que
ver con el tema de esta semana. O tal vez sí, pero me da fiaca buscar las
conexiones.
La canción de hoy no es especialmente alegre. Aunque para el
género del que forma parte, bastante alegre es. Pertenece al grupo indie británico
“Los equis equis” (“The xx”), integrado por tres veinteañeros emos: Romy Madley
Croft (la chica que canta), Oliver Sim (el guitarrista que canta, pobre, tiene
apellido de jueguito de realidad virtual) y Jamie Smith, también conocido como
Jamie xx, callado y concentrado en los teclados. Forma parte de su primer
disco, titulado, ultraimaginativamente: xx.
El tema habla, pareciera, de una relación amorosa. Y habla
de esa relación como de un lugar: una isla. Una isla conocida, a la que (después
de mucho andar y recorrer) se regresa; y se descubre, al hacerlo, que es
nuestro lugar en el mundo y que, puesto que llegamos aquí, ya nunca deberemos
viajar a ningún otro lado. Y entonces se quema el único puente (que podría
conducir a otros lugares, a otras relaciones amorosas) y se acepta el riesgo de
que, si la isla se hundiera, uno se hundiría también con ella. Y se aclara que “ya
nunca exploraré”, pues “soy tuyo ahora” (o “tuya”, por supuesto: la letra es válida
para cualquier género humano). Y todas las personas somos, cierta forma, islas
a punto de hundirnos. No es una forma alegre de ver el asunto, pero no está mal
tampoco.
Todo esto, cantado en un tono tirando a lánguido, sin abrir
mucho la boca y sin esforzarse mucho, sobre una base rítmica siempre igual, en 4/4,
sin estridencias.
El videoclip es súperinteresante también, y en cierta forma
contradice a la propia canción, poniendo en duda eso de “ya no necesito irme más”,
y haciendo que nos preguntemos si no hubiera sido más prudente dejar el puente
en pie.
Sobre un escenario blanco y negro con un fondo de letras
equis y con un sillón por toda escenografía, nueve personas hacen una compleja
coreo. Los tres integrantes de la banda están sentados en el sillón, con una
cara de embole total, como si les hubieran metido un gol en el alargue. Alrededor,
seis bailarines; dos de ellos se dan un beso, y luego ese beso genera, como una
onda expansiva, el baile y los movimientos de todos los demás. Esos movimientos
duran exactamente cuatro compases.
Al comenzar el quinto compás, la escena vuelve a iniciarse. Y
luego, cuatro compases después, otra vez la misma escena. Y así, vez tras vez,
un nuevo beso (que es siempre el mismo beso), un nuevo baile (el mismo baile).
Hay 19 besos en dos minutos: es, propongo, el récord Guinnes
de besos en un videoclip (pero como de costumbre, me da fiaca comprobarlo, y
mucho más informarle a don Guinnes sobre el asunto).
Y todo se repite siempre igual, como en “El día de la
marmota” (otra de las películas favoritas de mi hermana la quinta). Pero a la
vez, en cada repetición de la escena hay pequeñas diferencias, cosas que no son
exactamente igual que antes. Y esas pequeñas diferencias se van acumulando,
hasta que de pronto ya no hay beso, el engranaje de movimientos y relaciones se
hunde irremediablemente, la gente se harta y se va, y al final de todo, de los
nueve que había quedan solamente dos (y ninguno de ellos es de los
besuqueadores), rodeados de llamas, bailando en el Titanic, o similar.
Islands
I don't have to leave
anymore
What I have is right here
Spend my nights and days
before
Searching the world for
what's right here
Underneath and unexplored
Islands and cities I have
looked
Here I saw
Something I couldn't over
look
I am yours now
So now I don't ever have to
leave
I've been found out
So now I'll never explore
See what I've done
That bridge is on fire
Back to where I've been
I'm froze by desire
No need to leave
Where would I be
If this were to go under?
That's a risk I'd take
I'm froze by desire
As if a choice I'd make
And I am yours now
So now I don't ever have to
leave
I've been found out
So now I'll never explore
I am yours now
So now I don't ever have to
leave
I've been found out
So now I'll never explore
So now I'll never explore.
|
Islas
Ya no tengo que irme más.
Lo que tengo está aquí
mismo.
Gasté mis noches y días,
antes,
buscando por el mundo lo
que está justo acá.
Debajo e inexplorado.
Por islas y ciudades
busqué.
Aquí veo
algo que no puedo pasar por
alto.
Soy tuyo ahora,
así que nunca deberé irme.
He sido descubierto,
así que ya nunca exploraré.
Mirá lo que hice:
ese puente está en llamas.
De vuelta donde había
estado,
congelado por el deseo,
no hay necesidad de irse.
¿Adónde iría
si esto se viniera abajo?
Es un riesgo que voy a tomar,
estoy congelado por el
deseo,
como si fuera una elección
mía.
Y soy tuyo ahora,
así que nunca deberé irme.
He sido descubierto,
así que ya nunca exploraré.
Soy tuyo ahora,
así que nunca deberé irme.
He sido descubierto,
así que ya nunca exploraré.
Así que ya nunca exploraré.
|
Es un clip de contradicción, para una canción de
seguridades. El resultado es conflictivo/conflictuado, como la vida misma. Y
algo interesante se podría concluir a partir de todo esto, pero me da fiaca averiguar
qué.
Prefiero irme hacia aquí mismo y nunca más explorar.
Hasta la próxima isla,
DJ Vago
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