“Bang bang”, de Sonny Bono, por Nancy Sinatra (1966)
Si tu mejor amigo te incrusta un puñal en la espalda… desconfía de su
amistad.
Ernesto Esteban
Etchenique (R.F.)
Esta es la tercera entrega de la serie “Si se mata al cantor”,
y presento “Bang bang”, que escribió Sonny Bono (con una pequeña ayuda de sus
amigos) para Cher, y que se incluyó, en 1966, en el segundo disco de ella: The Sonny side of Cher (juego de
palabras que suena tipo “el lado soleado de Cher”). La versión de Cher era
interesante (abajo pondré el link), pero ese mismo año el tema fue retomado por
Nancy Sinatra (la hija de Frank) en lo que se convirtió en la versión más
famosa de la canción.
Nancy no hizo una gran carrera (sí extensa) como cantante ni
como actriz. Sin embargo, 1966 fue su año, pues su primer disco, Boots (“botas”) fue un gran éxito, y eso
la impulsó a lanzar, ese mismo año, su segundo long play, How does that grab you?, (“¿cómo te agarró eso?”, frase que significa,
aproximadamente, “¿cómo estás?”). En este segundo disco es que apareció “Bang
bang”, con un arreglo de guitarra tremolada y una onda mucho más lenta, melancólica
y monocorde que la versión de Cher, lo que le vino, quién lo diría, muy bien a
la canción.
(Mini digresión: Nancy aún, con setenta y cinco pirulos,
sigue cantando y sacando discos, pero ninguno tuvo, ni cerca, el éxito de su
primer álbum, “Botas”.)
El principal mérito de la canción no es, como podría
pensarse, que está armada y titulada a partir de una onomatopeya de disparo. La
principal gracia es que cuenta una historia muy larga y compleja, una historia
de vida completa, en muy pocas palabras.
Esa historia tiene dos protagonistas, ella (la cantora) y
él. Ambos son mejores amigos desde niños, y jugaban a los cowboys y cabalgaban
en palos de escoba, como Mafalda y sus amigos: un juego infantil ultra-top en
los cincuentas y sesentas, con el auge de las películas de vaqueros del Oeste.
Él iba de negro y ella de blanco, y eso ocasionaba que él siempre ganara el
juego y ella perdiera. (Debería haberse dado cuenta en algún momento que si
alguien se viste de blanco, las balas van directo hacia allí.)
El estribillo retoma ese juego infantil, en que los disparos
se simulaban a partir de exclamar “bang bang”, tras lo cual el “baleado” debía
darse por muerto (salvo que hiciera trampa).
Bang bang, él me
disparó
bang bang, caí al
suelo
bang bang, ese
terrible sonido
bang bang, mi nene me baleó.
Lo que traduje como “baleó” es más bien: “me mató a balazos”,
“me cosió a balazos”.
En la segunda estrofa, el tiempo pasó: ellos ya son adultos,
y pasaron de ser mejores amigos a ser pareja (“cuando crecí, lo llamé mío”). Él
pasó a ser, para ella, “my baby”, “mi bebé” (es decir: mi nene, mi cuchi, una
forma cariñosa de decir: mi enamorado). Él siempre recordaba cuando jugaban a
los vaqueros, y la segunda repetición del estribillo está en primera persona (“Bang
bang, yo te disparé”), pero no es del todo claro si esa primera persona es ella
que le disparaba a él o, más bien, que aún sigue hablando él, recordando cuando
eran chicos y jugaban y él la baleaba a ella.
Viene una mini estrofa que retoma el famoso y bello párrafo
de John Donne que culmina en “por eso, nunca preguntes por quién doblan las
campanas: están sonando por ti” (lo puse en el blog al comienzo del posteo 85, aviso
por si tienen energía para ir a buscarlo).
La música sonó y la
gente cantaba,
es por mí que en la
iglesia sonaron campanas.
Y la tercera estrofa culmina la historia: él se fue, sin
siquiera decir adiós, sin tomarse la molestia ni siquiera de mentir. Y se
repite, por tercera y fatal vez, el estribillo del bang bang. La idea que
sobrevuela es que al irse, él de alguna manera le atravesó el corazón con balas
más verdaderas que aquellas que se disparaban siendo niños. Y ese juego
infantil ya era, de alguna forma, anticipo o amenaza de la traición futura, de
la muerte sentimental a balazos de abandono que le propinó el beibi a
quemarropa y sin remordimiento alguno.
Sin embargo, la cantora no está muerta aún, o al menos no
está muerta del todo, porque el haber sido baleada no le impide cantar, como
una forma de recordar y de seguir metiendo, un poco masoquistamente, el dedo en
las propias heridas múltiples.
Claro que no es la mejor canción del mundo, pero vale la
pena escucharla. Hace unos pocos años, Tarantino la usó como parte de la banda
de sonido de la película Kill Bill,
que trata justamente de eso, de “mi beibi me baleó”.
Va el link a la versión de Nancy, en una famosa presentación
en vivo, con ella semirrecostada sobre una tarima psicodélica con su ultra-sixties
vestido rosado con flecos y largas botas rosas, sobre fondo negro:
Bang bang
I was five and he was six
We rode on horses made of sticks
He wore black and I wore white
He would always win the fight
Bang bang, he shot me down
Bang bang, I hit the ground
Bang bang, that awful sound
Bang bang, my baby shot me down
Seasons came and changed the time
When I grew up, I called him mine
He would always laugh and say
"Remember when we used to play?"
Bang bang, I shot you down
Bang bang, you hit the ground
Bang bang, that awful sound
Bang bang, I used to shoot you down
Music played and people sang
Just for me the church bells rang
Now he's gone, I don't know why
And 'till this day, sometimes I cry
He didn't even say goodbye
He didn't take the time to lie
Bang bang, he shot me down
Bang bang, I hit the ground
Bang bang, that awful sound
Bang bang, my baby shot me down
|
Bang bang
Yo tenía cinco y él tenía seis
cabalgábamos en caballos de palo
él vestía de negro y yo de blanco
él siempre iba a ganar la batalla
Bang bang, él me disparó
bang bang, caí al suelo
bang bang, ese terrible sonido
bang bang, mi nene me baleó.
Las estaciones pasaron y cambiaron el tiempo
cuando crecí, lo llamé mío
él siempre reía y decía
“¿Te acordás de cuando jugábamos?”
Bang bang, yo te disparé
bang bang, caíste al suelo
bang bang, ese terrible sonido
bang bang, solía balearte.
La música sonó y la gente cantaba,
es por mí que en la iglesia sonaron campanas.
Ahora él se fue, no sé por qué
y hasta este día a veces lloro
él ni siquiera me dijo adiós,
no se tomó el tiempo para mentir.
Bang bang, él me disparó
bang bang, caí al suelo
bang bang, ese terrible sonido
bang bang, mi nene me baleó.
|
Y algunos links para terminar.
· Versión original de Cher:
· Versión de Raquel Welch, en el 67, con botas, mini-abrigo,
peinado y coreo desopilante:
· Versión (casi irreconocible) de Bon Jovi en el 85, con
peinado glam, humo, brillantina y pantalones de cuero:
· Versión actual, very
forgettable de mi colega David Guetta (dejó solo la primera estrofa, porque lo del
paso del tiempo le resultaba demasiado profundo):
Eso es todo por hoy. La semana que viene sigue la serie “Si
se mata al cantor”, pero recalaremos de lleno en el rock nacional.
Con las manos en alto y agitando una bandera blanca, se
despide hasta el próximo tiroteo el
DJ Vago
¡Me encantó como baja de la tarima!
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