“No sé mi nombre”, de Grace VanderWaal (2016), y “Mi nombre es Jonas”, de Weezer (1994)
El “no se va a llamar mi amor” de la semana pasada me llevó a dos canciones sobre los nombres, nuestro propio nombre que sabemos desde la infancia, ese nombre que nos dieron y forma parte integral de nuestra identidad, y también ese otro nombre que no sabemos, que tenemos que descubrir para saber quiénes somos.
La canción es bonita pero sencilla, no se esperen algo
súper espectacular. Grace se acompaña con su ukelele y canta como muchos
adolescentes en las últimas dos décadas, con un fraseo cuasi hablado que resalta
su vulnerabilidad más que su buena voz. Lo que cuenta esta nena es que está
buscando su identidad, está intentando descubrir quién es ella misma, como
persona; y la imagen que usa para decir eso es: “(aún) no sé mi nombre”. En
algún momento lo encontraré y sabré quién soy; por ahora solo estoy buscando, estoy
intentando ser encontrada: yo misma, una gota en un océano de gente y aún así
diferente de todas las demás. En esa búsqueda, en ese “no seguir las reglas del
juego”, ella se corta el pelo, deja de ser “popular” en el colegio para unirse
a los nerds de la banda de vientos y, en fin: lo intenta. Intenta averiguar
cuál es su nombre verdadero, algo difícil si no tenés un mago que te lo diga
(como me dijo mi hermana la tercera que sucede en los libros de Ursula K. Le
Guin) o toda una corte imperial que lo busque por vos durante la noche para zafar
de que les corten la cabeza (como pasa en la ópera Turandot).
https://www.youtube.com/watch?v=XGlKvBtoWjI
I don't know my name I don't know my name I don't play by the
rules of the game So you say I'm just
trying, just trying So I heard you are my
sister's friend You get along quite
nicely You ask me why I cut
my hair And changed myself
completely I don't know my name I don't play by the
rules of the game So you say I'm just
trying, just trying I went from bland and
popular To joining the
marching band I made the closest
friends I'll ever have in my
lifetime I am lost, trying to
get found In an ocean of people Please don't ask me
any questions There won't be a
valid answer, I'll just say That I don't know my
name I don't play by the
rules of the game So you say I'm just
trying, just trying I now know my name I don't play by the
rules of the game So you say I'm not
trying But I'm trying to
find my way |
No sé mi nombre No sé mi nombre, no sigo las reglas
del juego. Decís que solo me
esfuerzo, me esfuerzo Escuché que sos amigo
de mi hermana, se llevan muy bien. Me preguntaste por
qué me corté el pelo y me cambié
completamente. No sé mi nombre, no sigo las reglas
del juego. Decís que solo me
esfuerzo, me esfuerzo Pasé de insulsa y
popular a anotarme en la
banda del colegio; hice los mejores amigos que tuve en mi vida. Estoy perdida,
intentando ser hallada en un océano de gente. Por favor, no me
hagas ninguna pregunta no habrá una respuesta
válida, solo digo: que no sé mi nombre, no sigo las reglas
del juego. Decís que solo me
esfuerzo, me esfuerzo No sé mi nombre, no sigo las reglas
del juego. Decís que no me
esfuerzo, pero intento encontrar
mi camino. |
En la otra canción de hoy sí se sabe el propio nombre: “Mi
nombre es Jonas” (“My name is Jonas”), canción publicada por una banda de rock no
muy famosa, Weezer, en los noventas. El compositor, Rivers Cuomo, se basó parcialmente
en su propia infancia y en el accidente de tránsito que había tenido su hermano
mayor, a partir del cual, para escapar de los problemas legales y de seguros,
el padre estuvo a punto de cambiarle el nombre a todos en la familia.
Es un tema sugerente, en el que declarar el propio nombre
solo muestra que eso, un nombre, es lo único que tenemos claro, y quizás lo
único que tenemos a secas: estoy al volante de un trencito de juguete, parezco
un niño pero me doy cuenta de que esa época ya pasó o está a punto de quedar
atrás, y la melancolía por esa infancia ya perdida no permite, sin embargo, ver
qué habrá allá en el futuro para mí, una vez que se disipe la niebla. Y como
contrapartida adulta de los juguetes rotos y los autitos chocadores, aparece un
accidente real del hermanito (no sabemos si es el hermano de quien canta (debería
ser el hermano mayor, en ese caso, por más que le digan “hermanito) o aquí está
hablando el padre, con lo cual “el hermanito” sería el tío del niño que canta).
Es un accidente laboral, que obliga a toda la familia a preocuparse y a Jonas a
salir de golpe de ese mundo idílico al que intentaba aferrarse, sin resultado:
los obreros están volviendo a casa, el mundo ya no es lo que era, la fiesta (o
eso que en ese entonces nos parecía una fiesta, aunque no lo fuera) ya terminó.
Nadie duerma. Y él, Jonas, termina la canción igual que la comenzó, declarando
su nombre, aunque sospechamos que lo dice más bien para intentar autoconvencerse
de que sabe quién es, de que conoce su propia identidad.
https://www.youtube.com/watch?v=wxlfkFMjLZc
My name is Jonas My name is Jonas, I'm carryin' the
wheel Thanks for all you've
shown us, but this is how we
feel Come sit next to me, pour yourself some
tea Just like Grandma
made when we couldn't find
sleep Things were better
then, once but never again We've all left the
den, let me tell you about
it The choo-choo train
left right on time A ticket cost only
your mind The driver said,
"Hey man, we go all the way" Of course we were
willing to pay My name is Weepel, got a box full of
your toys They're fresh out of
batteries, but they're still
making noise. Tell me what to do, now the tank is dry Now this wheel is
flat, and you know what
else? Guess what I received
in the mail today Words of deep concern
from my little
brother The building's not
goin' as he planned The foreman has
injured his hand The dozer will not
clear a path The driver swears he
learned his math The workers are going
home, the workers are going
home. My name is Jonas |
Mi nombre es Jonas Mi nombre es Jonas, estoy al volante. Gracias por todo lo
que nos mostraste pero así nos sentimos. Vení y sentate a mi
lado servite un poco de té como hacía la abuela cuando no podíamos
dormir. Las cosas estaban
mejor entonces, allá lejos pero nunca
más, ya dejamos el nido, ni me lo digas. El tren Chuchú salió
a horario, un pasaje solo te cuesta
tu mente. El maquinista dice: “Ey,
seguimos hasta el final”, por supuesto que íbamos
a pagar. Mi nombre es Weepel, tengo una caja llena
de tus juguetes. Se quedaron sin pilas, pero todavía hacen
ruido. Decime qué hago ahora el tanque está
seco. Ahora se pinchó esta
rueda, y ¿sabés qué más? Adivina lo que me
llegó en el correo hoy: palabras de gran
preocupación de mi hermanito. El edificio no va
como lo planeó, el capataz se lastimó
la mano, la topadora no
despeja el camino, el conductor jura que
hizo bien los cálculos. Los trabajadores se
van a casa, los trabajadores se
van a casa. Mi nombre es Jonas. |
Y eso es todo por hoy. Seguiría, pero mi nombre (creo) es
S., y ya sabemos cómo soy.
DJ Vago
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