“Nothing else matters”, de Metallica (1991), y “La media pena”, de Pepe Núñez y Carlos Vallejo (década del 60)
Pocas cosas me importan, es cierto. La siesta, la música, un
puñado de seres humanos cuidadosamente seleccionados, y habrá alguna cosa más
que me importa, pero se ve que no me importa tanto como para recordarla ahora y
completar la enumeración.
Y por eso traje hoy dos geniales temas musicales sobre eso,
sobre lo poco que importa en serio y lo nada que importa todo lo demás.
Ambas canciones son chacareras, básicamente. Una, “La media
pena”, lo es en forma declarada; la otra, “Nothing else matters”, no salió aún del
placar, pero creanmé que es una chacarera nomás, aunque dudo que sus autores, James
Hetfield, Lars Ulrich y Kirk Hammett (tres de los integrantes de Metallica a
inicios de los noventas) sean conscientes de que compusieron una chacarera
lenta.
No descubro la pólvora si digo que Metallica es una de las
mejores bandas de la historia (no solo del metal, sino de todo el rock), y
tienen muchos temas memorables: este, “Nada más importa”, está entre ellos. La
canción es inmensamente conocida y, al ser una balada lenta con una melodía muy
bella y reconocible, “conecta” con mucha gente a la que no le gusta particularmente
el rock pesado, y fue covereada y versionada por la gente más diversa a lo
largo del mundo (abajo pondré algunos de esos covers, por si les interesa).
A la letra la compuso Hetfield para una noviecita que
tenía, pero cuando le preguntan ahora, no puede recordar para quién era la
canción, y tampoco sobre qué era originalmente. El tema pasó a tratar, para los
integrantes de la banda, sobre sus fans, sobre aquellas personas que los siguen
y los escuchan, y que son para ellos lo que más importa.
Sí, uno puede escuchar y sentir que es una canción de amor,
pero lo es en forma filosófica: el cantor no le dice a la/el destinatario qué
linde que sos (pop), cómo te quiero (bolero), mové ese culo (reguetón), sino
que reflexiona sobre cómo funciona ese vínc... esa relación de confianza entre
ellos dos, que les permite mantener su identidad propia, una mente abierta para
incorporar nuevas formas de ver, una forma de actuar que no depende de lo que
digan o hagan los demás; y eso, esa simbiosis espiritual entre ellos, es lo
único que importa.
El ritmo es ternario, y como en la chacarera, va oscilando de
métrica entre un 3/4 y un 6/8 (es decir, entre dividir cada tiempo del compás en
dos partes o dividir cada tiempo en tres partes). “Es un vals”, podrían decir
ustedes. Y, sí, no lo niego. Pero escúchenlo y díganme si la onda de la canción
no es más cercana a una chacarera de los hermanos Ábalos que a “El Danubio azul”.
Solo le falta gritar “¡Segunda!”, a Hetfield, cuando termina por primera vez
el estribillo.
Una hermosa canción, en todo caso, con esa intro en
guitarra (¡chacarera!) y esa onda pausada y amablemente melancólica. Porque los
metaleros también sienten, qué se pensaban.
“Nothing else matters”:
https://www.youtube.com/watch?v=tAGnKpE4NCI
Nothing else matters So close, no matter
how far Couldn't be much more
from the heart Forever trusting who
we are And nothing else
matters Never opened myself
this way Life is ours, we live
it our way All these words, I
don't just say And nothing else
matters Trust I seek and I
find in you Every day for us
something new Open mind for a
different view And nothing else
matters Never cared for what
they do Never cared for what
they know But I know |
Nada más importa Tan cerca, no importa
cuán lejos, no podría ser más desde
el corazón, por siempre confiando
en quiénes somos y nada más importa. Nunca me abrí de esta
manera, la vida es nuestra,
la vivimos como queremos todas esas palabras, no
solo las digo y nada más importa. Busqué confianza y la
encontré en vos, cada día es para
nosotros algo nuevo, mente abierta a una forma
de ver distinta, y nada más importa. Nunca me importó lo
que ellos hacen, nunca me importó lo
que ellos saben, pero yo sé. |
La otra canción de hoy, como anticipé, es una chacarera
declarada: “La media pena”, del gran Pepe Núñez, con letra de Carlos Vallejo.
No encontré el año exacto en que fue compuesta, pero habrá sido en algún
momento de la década de 1960, calculo. Hay muchas versiones, pero elegí mi
favorita, la de Juan Falú, un gran guitarrista y compositor (que está él
también entre mis favoritos).
Como la canción anterior, esta también es melancólica y filosófica:
el cantor tiene una pena, pero no es una pena completa, sino apenas una media
pena, una pena sin nombre ni entereza; y hasta sería mucho mejor tener una pena
de verdad, de cuerpo entero (el corazón del cantor le reclama eso, que se
consiga una pena más grande, qué tanto). Esa pena insustancial, que ni pena
entera es, no debería tenerse en cuenta; y sin embargo, jode. Molesta, resiste,
persiste, no se va nunca: se ve que no hay nada más insidioso e indeleble que
una media pena, como una garúa del espíritu que no moja pero empapa y hace que
el cantor, al comprobar que la copla le quedó corta (como la pena), exclame:
Esta copla es corta y qué me importa.
Que es, claro, el carozo de esta canción: tengo una media
pena, y nothing else matters.
Falú cambia el orden de algunas estrofas y no las hace
todas, pero igual prefiero su versión a otras (incluso a la de Mercedes Sosa,
por más que la adoro, que hace una versión bullanguera y alegre), porque Falú
la hace bien melancólica y tristona, como pensativa. Y toca la guitarra
maravillosamente, además.
“La media pena”:
https://www.youtube.com/watch?v=ii6Tdz-Ok8I
La media pena
Si la pena es media pena,
para qué tenerla en cuenta.
Solo me alcanza de ida
y a mí me falta la vuelta,
pero para qué tenerla en cuenta.
Que mi corazón no piense
que me voy a buscar otro,
solo quiero que la pena
no camine con nosotros,
pero no me voy a buscar otro.
Copla corta y qué me importa,
cuando canto yo me olvido,
¡ay, si mi pena pudiera
hacer lo mismo conmigo!
Esta copla es corta y qué me importa.
Que mi corazón no piense,
que he de hacer lo que él me diga:
si quiere penas más grandes,
que solo él se las consiga.
Pero no he de hacer lo que él me diga.
Siempre queda alguna senda
por donde no van las penas
y unas coplas dentro de uno
que las van haciendo ajenas.
Pero siempre queda alguna senda.
Copla corta, qué me importa,
cuando canto yo me olvido,
¡ay, si mi pena pudiera
hacer lo mismo conmigo!
Esta copla es corta y qué me importa.
Acá van, como cierre, algunas de las miles de versiones y
covers de “Nothing else matters”:
- Versión de Miley Cyrus con Metallica (el vozarrón de
Miley queda muy bien con las canciones de Metallica, ella cantó varias veces
con ellos): https://www.youtube.com/watch?v=WphS6h5q4sk
- La versión de Mon Laferte (no me gusta cómo quedó la
letra en castellano y la forma en que la canta Mon es un poco demasiado melodramática
para mi gusto, pero queda clarísimo que esta canción es una chacarera o una
zamacueca lenta):
https://www.youtube.com/watch?v=xhP0Q6Hs158
- Versión de un grupo folclórico checo, compuesto por
chicas disf... vestidas con trajes típicos y pintarrajeadas como muñecas de
porcelana.
https://www.youtube.com/watch?v=09NqLjHJtGQ
- Versión de Las Grullas de Steve, un grupo de folk sureño
estadounidense, en donde vemos que el acordeonista llega en bote desde la
laguna, para incorporarse en mitad de la canción. En las estrofas hacen una
base rítmica de 2/4 (ritmo de marcha o de tango), en lugar del ritmo ternario,
y diría que les queda muy raro, el cover.
https://www.youtube.com/watch?v=3JFb_aOn6rc
Y la versión “alegre” de “La media pena” de Mercedes Sosa:
https://www.youtube.com/watch?v=6MqdLfvZMyQ
Y con eso termino
por hoy y me voy a dormir una siesta y media. Todo lo demás... ya saben.
DJ Vago
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