“Qué le hicieron a mi canción, ma”, de Melanie
Safka (1970), y “Pare”, de Joan Manuel Serrat (1973)
Mientras repasaba las canciones sobre la presión de la industria
de la música sobre los artistas, vi que me había quedado sin comentar, entre
otras, una gran canción de Melanie Safka, una chica que actuó en Woodstock en 1969,
y la popularidad que ganó a partir de eso hizo que entrara en el horizonte de
las disqueras y el mundo de la música comercial, lo que le generó un gran
conflicto, porque quienes producían los álbumes, además de lucrar con lo que
ella hacía, le quitaban control sobre su propia obra, modificándola y ajustándola
a estándares que no eran los de ella.
Por suerte, cincuenta años después, obviamente este tema ya
está resuelto y es cosa del pasado.
Pero en ese momento, Melanie hizo esta simpática y a la vez
tremenda canción, que es como una ronda infantil pero que al escucharla dan más
ganas de ponerse a llorar que de otra cosa.
En la canción, ella, la cantora, se queja de que “ellos”
(no sabemos quiénes son, pero podemos imaginarlo sin problemas: los representantes
del establishment, los empresarios, en este caso del rubro de la cultura) tomaron
su canción (“lo único que pude hacer más o menos bien”) y la dejaron todo mal.
Lo mejor es que esta queja se la dice a su mamá. La canción
es como un lamento a la persona que más nos quiere (ojalá) y que siempre nos
defendió (ojalá) de los peligros: mamá. Ayudame, ma. Mirá lo que me hicieron
estos matones.
Además de arruinarle la canción, ellos le agarraron el
cerebro y lo partieron en dos como un hueso de pollo, y tal vez por eso a la repetición
del estribillo ella la canta en francés. La única solución parece ser: “quisiera
encontrar un buen libro para vivir en él”, que me parece un verso hermoso. Cuando
ella viva en un buen libro, no deberá salir y tener que ver lo que le hicieron a
su canción, atada en una bolsa de plástico y dada vuelta como un cadáver, como
un montón de basura.
Melanie Safka siguió componiendo y cantando durante toda su
larga vida, pero siempre por fuera del mainstream comercial, por lo que no se
convirtió en una figura tan famosa como podría haber sido. Fundó su propia
disquera, a la que llamó Discos Artículo 27, en referencia al artículo de la Declaración
de los Derechos Humanos que garantiza (ojalá) que todos podemos participar libremente
de la cultura sin “explotación dañina”.
Seleccioné un clip con Melanie cantando en vivo, para notar
el contraste entre su aspecto agradable y la impresionante voz que tiene, que
por momentos parece un tren que te lleva por delante y, en otros, te da una
pena bárbara, porque suena sincera, creíble, y no hay derecho a que le hayan
hecho eso a su canción. Hacé algo, ma, te lo pido.
https://www.youtube.com/watch?v=r44Ach4mXE4
What have they done
to my song, ma Look what they've
done to my song, Ma Look what they've
done to my song. Well it's the only
thing I could do half right And it's turning out
all wrong, Ma Look what they've
done to my song Look what they've
done to my brain, Ma Look what they've
done to my brain. Well they picked it
like a chicken bone And I think I'm half
insane, Ma Look what they've
done to my song I wish I could find a
good book to live in Wish I could find a
good book Well, if I could find
a real good book I'd never have to
come out and look at What they've done to
my song Ils ont changé ma
chanson, Ma Ils ont changé ma
chanson. C'est la seule chose
que je peux faire Et çe n'est pas bon,
Ma Ils ont changé ma
chanson But maybe it'll all
be all right, Ma Maybe it'll all be OK Well, if the people
are buying tears I'll be rich some
day, Ma Look what they've
done to my song Look at what they've
done to my song, ma Look what they've
done to my song You know that they
tied it up in a plastic bag And turned it upside
down, oh, Mama, Look what they've
done to my song. It was the only thing
I could do all right And it's turning out
all wrong, oh mama, Look what they've
done to my song. |
Qué le hicieron a mi
canción, ma Mirá lo que le
hicieron a mi canción, ma. Mirá lo que le
hicieron a mi canción. Bue, es la única cosa
que pude hacer más o menos bien y se volvió algo todo
mal, ma. Mirá lo que le hicieron
a mi canción. Mirá lo que le
hicieron a mi cerebro, ma. Mirá lo que le
hicieron a mi cerebro. Bue, lo partieron
como un hueso de pollo y creo que estoy
medio loca, ma. Mirá lo que le
hicieron a mi canción. Quisiera encontrar un
buen libro para vivir en él. Quisiera encontrar un
buen libro. Bue, si puedo
encontrar un libro bueno de verdad nunca tendría que
salir y mirar lo que le hicieron a
mi canción. Ellos cambiaron mi
canción, ma. Ellos cambiaron mi
canción. Es la única cosa que
pude hacer y no está bien, ma. Ellos cambiaron mi canción. Pero quizá todo
estará bien, ma. Quizá todo estará OK. Bue, si la gente está
comprando lágrimas, voy a ser rica algún
día, ma. Mirá lo que le
hicieron a mi canción. Mirá lo que le
hicieron a mi canción, ma. Mirá lo que le hicieron
a mi canción, ¿sabés que la ataron
en una bolsa de plástico y la pusieron cabeza
abajo? Oh, mamá, mirá lo que le
hicieron a mi canción. Era la única cosa que
pude hacer bien y ahora quedó todo mal, oh, mamá, mirá lo que le
hicieron a mi canción. |
Y la canción que automáticamente me hizo sinapsis en mis dos neuronas sobrevivientes con la de
Melanie es “Pare”, de mi tío Joan. También es una canción vieja (cumple 50 este
año), pero también tiene una innegable actualidad. Aquí el cantor se queja también,
pero en vez de con la mamá, con el papá (“pare” es “padre” en catalán, no le está
pidiendo que se detenga). No se está quejando de que ellos arruinan la cultura
(por más que sí la arruinan), sino de que están arruinando el planeta entero.
La naturaleza ya no es lo que era, y la humanidad no parece tener ninguna
intención de detener un sistema de producción y consumo que, innegablemente, ya
alcanzó un punto de no retorno y destruirá, en años más o años menos, el
planeta. Aunque no lo explicita, queda claro que el cantor vive o vivió en el
campo, y que el padre es un campesino, un granjero: alguien que vivió en y de
la naturaleza, y por lo tanto sabe que es posible convivir con la naturaleza
sin destruirla por completo.
Aquí el cantor no solo se queja, con el padre, sino que recuerda
las cosas que él le enseñó, en los versos más hermosos de la canción, que
señalan, en forma sintética y poética, la interrelación cuasi simbiótica entre los
elementos de un sistema natural (incluyendo los seres humanos):
y decía usted,
padre: “si no hay pinos,
no se hacen piñones,
ni gusanos, ni pájaros”.
Padre, “donde no hay flores
no se hacen abejas,
cera ni miel”.
Pero ahora ya es tarde para eso: el cielo va a llorar
sangre, y ellos (Bob Marley los llamaba crazy baldheads, “pelados locos”)
están matando la tierra (o la Tierra, si prefieren: acá es lo mismo), y el
cantor termina su canción diciéndole al padre que deje de llorar, porque ahora
ya terminó el momento de lamentarse y comenzó la guerra.
Una gran canción, también espeluznante y a la vez tierna. Y
que, como la de Melanie, le reclama a la generación que nos trajo a este
quilombo que se haga cargo, al menos parcialmente, de la situación: hacé algo,
pa.
https://www.youtube.com/watch?v=HZgTQkWublc
Pare Pare, digueu-me què li han fet al riu que ja no canta. Rellisca com un barb mort sota un pam d'escuma blanca. Pare, el riu ja no és
el riu. Pare, abans que torni
l'estiu amagui tot el que és
viu. Pare, digueu-me què li han fet al bosc que no hi ha arbres. A l'hivern no tindrem
foc ni a l'estiu lloc par aturar-se. Pare, el bosc ja no
és el bosc. Pare, abans de que no
es faci fosc ompliu de vida el
rebost. Sense llenya i sense
peixos, pare, ens caldrà cremar la
barca, llaurar el blat per
les enrunes, pare i tancar amb tres
panys la casa i deia vostè, Pare, “si no hi ha
pins no es fan pinyons, ni cucs, ni ocells”. Pare,“on no hi ha
flors no es fan abelles, cera, ni mel.” Pare, que el camp ja
no és el camp. Pare, demà del cel
plourà sang. El vent ho canta
plorant. Pare, ja són aquí... Monstres de carn amb cucs de ferro. Pare, no, no tingeu
por, digueu que no, que jo us espero. Pare, que estan
matant la terra. Pare, deixeu de
plorar que ens han declarat
la guerra. |
Padre Padre, dígame qué le hicieron al río que ya no canta. Resbala como un pez muerto bajo un palmo de espuma blanca. Padre, que el río ya
no es el río. Padre, antes de que
vuelva el verano esconda todo lo que está
vivo. Padre, dígame qué le han hecho al
bosque, que no hay árboles. En invierno no
tendremos fuego ni en verano lugar donde resguardarnos. Padre, que el bosque
ya no es el bosque. Padre, antes de que
oscurezca llene de vida la
despensa. Sin leña y sin peces,
padre, tendremos que quemar
la barca, labrar el trigo entre
las ruinas, padre, y cerrar con tres llaves
la casa, y decía usted, padre, “si no hay
pinos no se hacen piñones, ni gusanos, ni
pájaros”. Padre, “donde no hay
flores no se hacen abejas, cera ni miel”. Padre, que el campo
ya no es el campo. Padre, mañana del
cielo lloverá sangre, el viento lo canta
llorando. Padre, ya están aquí, monstruos de carne con gusanos de
hierro. Padre, no, no tenga
miedo, dgai que no, que yo lo espero. Padre, que están
matando la tierra. Padre, deje de llorar, que nos han declarado
la guerra. |
Y eso es todo por hoy. Apúrense a escuchar estas canciones
ahora, porque quizás en unos años digan cosas más amables y menos
confrontativas, como “mirá qué lindo mi vestido nuevo, ma”, o “Padre, dígame
qué hay de nuevo en Netflix, que quiero ver una serie copada”.
Dicho esto, me voy a dormir mi querida siesta. Si es que no
me la arruinan.
DJ Vago
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