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jueves, 23 de febrero de 2023

[283] ¿Que ellos hicieron qué?

 

“Qué le hicieron a mi canción, ma”, de Melanie Safka (1970), y “Pare”, de Joan Manuel Serrat (1973)

 

Mientras repasaba las canciones sobre la presión de la industria de la música sobre los artistas, vi que me había quedado sin comentar, entre otras, una gran canción de Melanie Safka, una chica que actuó en Woodstock en 1969, y la popularidad que ganó a partir de eso hizo que entrara en el horizonte de las disqueras y el mundo de la música comercial, lo que le generó un gran conflicto, porque quienes producían los álbumes, además de lucrar con lo que ella hacía, le quitaban control sobre su propia obra, modificándola y ajustándola a estándares que no eran los de ella.

Por suerte, cincuenta años después, obviamente este tema ya está resuelto y es cosa del pasado.


Pero en ese momento, Melanie hizo esta simpática y a la vez tremenda canción, que es como una ronda infantil pero que al escucharla dan más ganas de ponerse a llorar que de otra cosa.

En la canción, ella, la cantora, se queja de que “ellos” (no sabemos quiénes son, pero podemos imaginarlo sin problemas: los representantes del establishment, los empresarios, en este caso del rubro de la cultura) tomaron su canción (“lo único que pude hacer más o menos bien”) y la dejaron todo mal.


Lo mejor es que esta queja se la dice a su mamá. La canción es como un lamento a la persona que más nos quiere (ojalá) y que siempre nos defendió (ojalá) de los peligros: mamá. Ayudame, ma. Mirá lo que me hicieron estos matones.



Además de arruinarle la canción, ellos le agarraron el cerebro y lo partieron en dos como un hueso de pollo, y tal vez por eso a la repetición del estribillo ella la canta en francés. La única solución parece ser: “quisiera encontrar un buen libro para vivir en él”, que me parece un verso hermoso. Cuando ella viva en un buen libro, no deberá salir y tener que ver lo que le hicieron a su canción, atada en una bolsa de plástico y dada vuelta como un cadáver, como un montón de basura.


Melanie Safka siguió componiendo y cantando durante toda su larga vida, pero siempre por fuera del mainstream comercial, por lo que no se convirtió en una figura tan famosa como podría haber sido. Fundó su propia disquera, a la que llamó Discos Artículo 27, en referencia al artículo de la Declaración de los Derechos Humanos que garantiza (ojalá) que todos podemos participar libremente de la cultura sin “explotación dañina”.


Seleccioné un clip con Melanie cantando en vivo, para notar el contraste entre su aspecto agradable y la impresionante voz que tiene, que por momentos parece un tren que te lleva por delante y, en otros, te da una pena bárbara, porque suena sincera, creíble, y no hay derecho a que le hayan hecho eso a su canción. Hacé algo, ma, te lo pido.

 

https://www.youtube.com/watch?v=r44Ach4mXE4

 

What have they done to my song, ma

 

Look what they've done to my song, Ma

Look what they've done to my song.

Well it's the only thing I could do half right

And it's turning out all wrong, Ma

Look what they've done to my song

 

Look what they've done to my brain, Ma

Look what they've done to my brain.

Well they picked it like a chicken bone

And I think I'm half insane, Ma

Look what they've done to my song

 

I wish I could find a good book to live in

Wish I could find a good book

Well, if I could find a real good book

I'd never have to come out and look at

What they've done to my song

 

Ils ont changé ma chanson, Ma

Ils ont changé ma chanson.

C'est la seule chose que je peux faire

Et çe n'est pas bon, Ma

Ils ont changé ma chanson

 

But maybe it'll all be all right, Ma

Maybe it'll all be OK

Well, if the people are buying tears

I'll be rich some day, Ma

Look what they've done to my song

 

Look at what they've done to my song, ma

Look what they've done to my song

You know that they tied it up in a plastic bag

And turned it upside down, oh, Mama,

Look what they've done to my song.

 

It was the only thing I could do all right

And it's turning out all wrong, oh mama,

Look what they've done to my song.

Qué le hicieron a mi canción, ma

 

Mirá lo que le hicieron a mi canción, ma.

Mirá lo que le hicieron a mi canción.

Bue, es la única cosa que pude hacer más o menos bien

y se volvió algo todo mal, ma.

Mirá lo que le hicieron a mi canción.

 

Mirá lo que le hicieron a mi cerebro, ma.

Mirá lo que le hicieron a mi cerebro.

Bue, lo partieron como un hueso de pollo

y creo que estoy medio loca, ma.

Mirá lo que le hicieron a mi canción.

 

Quisiera encontrar un buen libro para vivir en él.

Quisiera encontrar un buen libro.

Bue, si puedo encontrar un libro bueno de verdad

nunca tendría que salir y mirar

lo que le hicieron a mi canción.

 

Ellos cambiaron mi canción, ma.

Ellos cambiaron mi canción.

Es la única cosa que pude hacer

y no está bien, ma.

Ellos cambiaron mi canción.

 

Pero quizá todo estará bien, ma.

Quizá todo estará OK.

Bue, si la gente está comprando lágrimas,

voy a ser rica algún día, ma.

Mirá lo que le hicieron a mi canción.

 

Mirá lo que le hicieron a mi canción, ma.

Mirá lo que le hicieron a mi canción,

¿sabés que la ataron en una bolsa de plástico

y la pusieron cabeza abajo? Oh, mamá,

mirá lo que le hicieron a mi canción.

 

Era la única cosa que pude hacer bien

y  ahora quedó todo mal, oh, mamá,

mirá lo que le hicieron a mi canción.

 

Y la canción que automáticamente me hizo sinapsis en mis dos neuronas sobrevivientes con la de Melanie es “Pare”, de mi tío Joan. También es una canción vieja (cumple 50 este año), pero también tiene una innegable actualidad. Aquí el cantor se queja también, pero en vez de con la mamá, con el papá (“pare” es “padre” en catalán, no le está pidiendo que se detenga). No se está quejando de que ellos arruinan la cultura (por más que sí la arruinan), sino de que están arruinando el planeta entero. La naturaleza ya no es lo que era, y la humanidad no parece tener ninguna intención de detener un sistema de producción y consumo que, innegablemente, ya alcanzó un punto de no retorno y destruirá, en años más o años menos, el planeta. Aunque no lo explicita, queda claro que el cantor vive o vivió en el campo, y que el padre es un campesino, un granjero: alguien que vivió en y de la naturaleza, y por lo tanto sabe que es posible convivir con la naturaleza sin destruirla por completo.


Aquí el cantor no solo se queja, con el padre, sino que recuerda las cosas que él le enseñó, en los versos más hermosos de la canción, que señalan, en forma sintética y poética, la interrelación cuasi simbiótica entre los elementos de un sistema natural (incluyendo los seres humanos):

y decía usted,

padre: “si no hay pinos,

no se hacen piñones,

ni gusanos, ni pájaros”.

Padre, “donde no hay flores

no se hacen abejas,

cera ni miel”.


Pero ahora ya es tarde para eso: el cielo va a llorar sangre, y ellos (Bob Marley los llamaba crazy baldheads, “pelados locos”) están matando la tierra (o la Tierra, si prefieren: acá es lo mismo), y el cantor termina su canción diciéndole al padre que deje de llorar, porque ahora ya terminó el momento de lamentarse y comenzó la guerra.


Una gran canción, también espeluznante y a la vez tierna. Y que, como la de Melanie, le reclama a la generación que nos trajo a este quilombo que se haga cargo, al menos parcialmente, de la situación: hacé algo, pa.

 

https://www.youtube.com/watch?v=HZgTQkWublc

 

Pare

Pare, digueu-me què

li han fet al riu

que ja no canta.

Rellisca com un barb

mort sota un pam

d'escuma blanca.

 

Pare, el riu ja no és el riu.

Pare, abans que torni l'estiu

amagui tot el que és viu.

 

Pare, digueu-me què

li han fet al bosc

que no hi ha arbres.

A l'hivern no tindrem foc

ni a l'estiu lloc

par aturar-se.

 

Pare, el bosc ja no és el bosc.

Pare, abans de que no es faci fosc

ompliu de vida el rebost.

 

Sense llenya i sense peixos, pare,

ens caldrà cremar la barca,

llaurar el blat per les enrunes, pare

i tancar amb tres panys la casa

i deia vostè,

 

Pare, “si no hi ha pins

no es fan pinyons,

ni cucs, ni ocells”.

Pare,“on no hi ha flors

no es fan abelles,

cera, ni mel.”

 

Pare, que el camp ja no és el camp.

Pare, demà del cel plourà sang.

El vent ho canta plorant.

 

Pare, ja són aquí...

Monstres de carn

amb cucs de ferro.

Pare, no, no tingeu por,

digueu que no,

que jo us espero.

 

Pare, que estan matant la terra.

Pare, deixeu de plorar

que ens han declarat la guerra.

Padre

Padre, dígame qué

le hicieron al río

que ya no canta.

Resbala como un pez

muerto bajo un palmo

de espuma blanca.

 

Padre, que el río ya no es el río.

Padre, antes de que vuelva el verano

esconda todo lo que está vivo.

 

Padre, dígame qué

le han hecho al bosque,

que no hay árboles.

En invierno no tendremos fuego

ni en verano lugar

donde resguardarnos.

 

Padre, que el bosque ya no es el bosque.

Padre, antes de que oscurezca

llene de vida la despensa.

 

Sin leña y sin peces, padre,

tendremos que quemar la barca,

labrar el trigo entre las ruinas, padre,

y cerrar con tres llaves la casa,

y decía usted,

 

padre, “si no hay pinos

no se hacen piñones,

ni gusanos, ni pájaros”.

Padre, “donde no hay flores

no se hacen abejas,

cera ni miel”.

 

Padre, que el campo ya no es el campo.

Padre, mañana del cielo lloverá sangre,

el viento lo canta llorando.

 

Padre, ya están aquí,

monstruos de carne

con gusanos de hierro.

Padre, no, no tenga miedo,

dgai que no,

que yo lo espero.

 

Padre, que están matando la tierra.

Padre, deje de llorar,

que nos han declarado la guerra.

 

Y eso es todo por hoy. Apúrense a escuchar estas canciones ahora, porque quizás en unos años digan cosas más amables y menos confrontativas, como “mirá qué lindo mi vestido nuevo, ma”, o “Padre, dígame qué hay de nuevo en Netflix, que quiero ver una serie copada”.

Dicho esto, me voy a dormir mi querida siesta. Si es que no me la arruinan.

DJ Vago

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