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viernes, 3 de marzo de 2023

[284] Antídoto incluido

 

“Who will sing me lullabies?”, de Kate Rusby (2001) y “La sachapera”, de Carlos Carabajal y Oscar Valles (década de 1960)

 

Hace unos años hice por acá una serie de posteos titulada “Canciones de cuna para no pegar un ojo”, y la primera canción que traigo hoy podría tranquilamente entrar allí, porque es una canción de cuna y, a la vez, un lamento sobre la imposibilidad de sí misma.

Es de Kate Rusby (cantante folk inglesa de quien ya comenté un par de canciones, en particular covers de canciones medievales), en su disco Little Lights (“Lucecitas”), de 2001.

Kate tiene una bella voz, pero más allá de eso la canción, musicalmente, no es nada impresionante: una balada lenta y sin estridencias (como corresponde a cualquier canción de cuna que se precie). De hecho, uno podría dormirse, escuchando esta canción... siempre que no le preste atención a la letra, que es en extremo deprimente y se centra en la pregunta que da título a la canción: “Y ahora, ¿quién me va a cantar canciones de cuna?”. Ese “y ahora” recuerda a los personajes de Chespirito que llaman al Chapulín Colorado (“Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?”), pero acá no va a venir nadie a ayudar a la cantora: la respuesta a la repetida pregunta es un enorme: nadie. Nadie te va a cantar canciones de cuna nunca más. Ya sea porque murió la persona que lo hacía (¿tu mamá, quizás?), o porque se mudó a El Bolsón, o, más probablemente, porque te echó de su casa, tras mantenerte durante décadas. O, lo más probable, simplemente porque creciste, ya sos adulto/a y la sociedad supone (quizás erróneamente) que ya podés dormirte sin que te canten.

Con lo que la pregunta es, en el fondo, una excusa, y la canción es una certera definición de cómo es la vida adulta. Uno está roto, en ciertos momentos, y no se ve arreglo posible, y nos sentimos completamente desamparados, y nos haría falta alguien que nos cantara una canción de cuna, que nos cuidara, que nos protegiera o, simplemente, que estuviera allí cerca. Si jamás sentiste eso, qué suerte, y ojalá nunca te pase (pero lo más probable: ya te va a tocar).

Después Kate se pone a hablar de los ángeles, del Cielo, de las estrellas y del hombre en la Luna, pero en lo que todos esos personajes coinciden es en que no le dan la menor bola.

Es, sin dudas, una canción muy triste, como podrán comprobar si cliquean el link:

https://www.youtube.com/watch?v=No5FkAmTaJY

 

Who will sing me lullabies?

 

Lay me down gently,

lay me down low

I fear I am broken

and won't mend I know

There's one thing I ask

when the stars light the skies

Who now will sing me lullabies?

Oh, who now will sing me lullabies?

 

In this big world I'm lonely,

for I am but small

Oh, angels in heaven,

don't you care for me at all?

You heard my heart breaking for it rang through the skies

So why won't you sing me lullabies?

Oh, why won't you sing me lullabies?

 

I lay here, I'm weeping

for the stars they have come

I lay here not sleeping,

now the long night has begun

The man in the moon,

oh, he can't help but cry

There's no one to sing me lullabies

Oh, there's no one to sing me lullabies

 

Who will sing me to sleep?

¿Quién me cantará canciones de cuna?

 

Haceme dormir con cuidado,

haceme dormir profundo,

temo que estoy rota

y no hay arreglo que conozca.

Hay solo una cosa que pido

cuando las estrellas alumbran los cielos:

¿quién me cantará canciones de cuna, ahora?

Oh, ahora quién me cantará canciones de cuna.

 

En este mundo grande estoy muy sola

porque si algo soy es pequeña.

Oh, ángeles del cielo,

¿no les importo para nada?

Escucharon mi corazón que se rompía,

resonó por todo el cielo,

entonces, ¿no me cantarían canciones de cuna?

Oh, ¿por qué no me cantan canciones de cuna?

 

Acá estoy acostada, estoy llorando

ante las estrellas que llegaron.

Acá acostada, no duermo,

ahora ya empezó la larga noche.

El hombre en la Luna

oh, no puede evitar llorar:

no hay nadie que me cante canciones de cuna.

Oh, no hay nadie que me cante canciones de cuna.

 

¿Quién me cantará para que me duerma?

 

Pero no quería dejarlos así, envenenados de tristeza, así que termino el posteo con una canción-antídoto, “La sachapera”, de Carlos Carabajal y Oscar Valles, compuesta en algún momento de la década de 1960 (no pude encontrar el año exacto).

¿Qué tiene que ver con la canción anterior? Nada. Pero “La sachapera”, que es una de mis chacareras favoritas (lo que equivale a decir: una de mis canciones folclóricas favoritas), repite al final de cada estrofa (y del estribillo también) siempre un mismo verso, tan breve como contundente:

Con la chacarera doble se curan todas las penas.

 

Y es cierto, uno no puede escuchar ese verso sin sentir que lo peor ya pasó. Hasta a mí, que soy Lo Quieto, me dan ganas de bailar (ganas nomás, eh, no llego a tanto). Si Kate Rusby escuchara esta chacarera como canción de cuna, no sé si podría dormir, pero al menos dejaría de estar triste.

[Digresión, va el Gato con Explicaciones: La chacarera doble es como cualquier chacarera, salvo en que las estrofas duran doce compases en lugar de ocho, y la intro tiene unos compases extra también, en comparación con la chacarera simple; es una diferencia de duración de las partes nomás.

Y la sachapera (algunos la llaman en dos palabras, “sacha pera”, porque “sacha” significa “del monte”: una “pera del monte”, sería) es un árbol bajo, arbustivo, el Acanthosyris falcata (todo esto me lo dicta mi hermana la segunda, la jardinera de la familia), con hojas en forma de hoz y fruto redondo, pequeño, amarillo y comestible (aunque nunca lo probé, no sé si de verdad tiene sabor a pera). 


Fin de las explicaciones.]

 

La canción empieza describiendo a la amada, quien además de linda (“churita”), baila muy bien (como Popotito, pero en diferente género musical); a ella es a quien se compara con los frutos dulces y agrestes del monte:

Dulce fruto de mi pago,

criollita sabagastera,

boquita de arrope y tuna,

juguito de sachapera.

 

Enseguida se pasa a describir los highlights de ese monte, esa tierra santiagueña que es, para el cantor, toda su vida:

Da gusto andar por los montes

cuando la noche despierta,

besando los algarrobos

con su llovizna de estrellas.

 

Y en el estribillo se anuncia que en Santiago lo espera la Salamanca (que es originalmente un congreso de brujas y diablos, pero en Santiago, además, el festival de la chacarera), y que allí dejará el corazón (el zonko) por cantarle a su tierra natal.

 

Con lo cual vemos que la canción va entramando-trenzando tres elementos interconectados: el amor (la persona amada), la música (la chacarera) y la tierra (el monte santiagueño). Esa trinidad es el dios del cantor, y le aseguran que las penas (que lo vienen siguiendo a corta distancia) nunca lo alcancen o, si lo alcanzaran, que se curen rápido, con el infalible antídoto de la chacarera doble.

Entre las muchas versiones disponibles, elegí la de Los del Portezuelo, que tiene la versión de la letra que prefiero (donde el fuego del amor es encendido por las enaguas de la amada, en vez de por sus labios, y el zonko se deja en la Salamanca, en lugar de dejárselo a la amada al partir):

 

https://www.youtube.com/watch?v=g6jEEwSk2mU

 

La sachapera

Churita, mi buena moza,

balanceando la pollera,

bailando es la más donosa,

morenita santiagueña.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Dulce fruto de mi pago,

criollita sabagastera,

boquita de arrope y tuna,

juguito de sachapera.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Da gusto andar por los montes

cuando la noche despierta,

besando los algarrobos

con su llovizna de estrellas.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Estribillo:

En Santiago del Estero

la Salamanca me espera,

el zonko dejarle quiero

para cantarle a mi tierra.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Bien haiga mi buena moza,

has encendido una hoguera

con el fuego de tu enagua

es mi amor leñita seca.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Pa'l tiempo de la arropiada

hay una luna hechicera

que en medio de las vidalas

cantando coplas se queda.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Con harina de algarroba

voy a endulzar las tristezas,

que por andar en amores

me van siguiendo de cerca.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Como cierre, van algunas versiones alternativas y covers.

 

- Versión de “Who will sing me lullabies?” por el Coro de Niñas Rubias del pueblo de Barnsley (donde nació y vive Kate Rusby). No estoy cien por ciento seguro, pero me parece que es la mismísima Kate quien está dirigiendo el coro. (Lo de “Rubias” lo inventé yo, no es el nombre del coro, eh. No son todas rubias, igual, solo el 98%).

https://www.youtube.com/watch?v=KtJlx_HAM1U

 

- “La sachapera” por Nati Pastorutti, en un festival reciente (2022):

https://www.youtube.com/watch?v=bQrzcjglX9k

 

- Por Abel Pintos, en el celu nomás, acústico:

https://www.youtube.com/watch?v=udinGKTlDnA

 

- Y la versión icónica de Los Manseros Santiagueños, que es como el metro patrón contra el cual se deben medir, por toda la eternidad, todas las demás versiones de “La sachapera”:

https://www.youtube.com/watch?v=Mqnwf3xc0sE

 

Y eso es todo por esta semana. Ya sin penas (al menos hasta la noche), pueden irse en paz nomás, zarandeando.

DJ Vago

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