“Space Oddity”, de David Bowie (1969)
Algunos habrán notado que hace como dos semanas y pico que
no tenían noticias mías. Estuve enfermo, gracias por preguntar. Esto coincidió
con una semana muy atareada en mi nuevo trabajo (sí, me echaron de Cancillería,
cuando comprobaron que mi registro de tratados bilaterales comerciales no había
avanzado mucho en los últimos 14 meses, es decir, desde mi llegada al puesto).
Mi nuevo trabajo es como asesor en ventas en una casa de electrodomésticos.
Como entré ahora que empieza el calorcito, dije que mi especialidad eran las
estufas (mi plan es aguantar con ese discurso hasta mayo-junio, y entonces
pasar a decir que hice una especialización en aire acondicionado, con lo cual
esa será mi nueva especialidad). Sin embargo, ocurrió que hubo un sorprendente
auge en la venta de licuadoras y microondas y lavarropas, por lo cual
necesitaron la asistencia de todos los empleados, incluyéndome a mí, el
especialista en sistemas de calefacción. En síntesis: trabajé un montón. Y
cuando llegué al lunes, de golpe sentí que volaba y que no podía enfocar los
ojos, y al escuchar un acorde en la mayor, fa mayor o do mayor me daban
arcadas, en particular si formaba parte de un tema de pop actual.
Pedí médico,
y este, cuando me atendió, me preguntó si había estado trabajando mucho, y le
contesté que por fin alguien se daba cuenta, y me dijo que tenía un cuadro
severo de estrés y me dio 72 horas de reposo, que alargué a 144 por las dudas,
y junté-acoplé con un pedido de licencia estrordinaria (como la pena de Martín
Fierro) y aquí estoy. Debería haber declarado trunca mi temporada en este blog,
pero bueno, sería una lástima en tanto me faltan solamente unos pocos posteos
para alcanzar los 150 y el cierre esperado (por mí). Así que aquí estoy,
poniendo en riesgo mi salud para traerles a ustedes (que no sé cuántos serán,
pero me juego que no muchos) una nueva entrega, la segunda, de la serie “Cuando
digo futuro”.
En esta oportunidad, vamos con una historia de ciencia
ficción, “Space Oddity”, del gran David Bowie.
Dicen en China (me dijeron) que a Confucio no lo conocía
nadie. Que nació, vivió y murió sin llegar a ser famoso y ni siquiera conocido.
Pero que luego, durante décadas, a cada persona que lograba una obra notable
del pensamiento, cuando le preguntaban quién había sido su maestro, respondía,
sin duda ni confusión: “Confucio”. Un filósofo, un poeta, un arquitecto, un
funcionario honesto (sí, allí había), todos decían haber aprendido de Confucio.
Y a partir de eso, todos empezaron a preguntarse quién había sido él, y a
admirarlo, y a valorarlo. Los chinos acuñaron el dicho “por los logros de los
alumnos se reconoce al maestro”, y hoy en día Confucio es considerado un capo
chino, lo que no es exactamente igual que un capuchino, pero la idea es esa.
¿A qué viene todo esto? Ni idea.
Ah, ya sé: quería decir que yo a Bowie lo conocí de grande,
e indirectamente: escuché varias canciones cantadas por otras gentes que me
parecían canciones muy buenas (demasiado buenas para que las hubieran compuesto
los infelices que las estaban cantando, de hecho), y al empezar a averiguar,
descubría que eran covers de canciones de David Bowie. Y así llegué a descubrir
que en ese tipo alto y desgarbado, sin voz, sin facha, que en los setentas
tenía una onda bizarrísima, era un gran, gran compositor, autor de un buen
puñado de canciones increíbles, que ya querría (pero no podría) crear
cualquiera de los cantautores actuales que nos apedrean por la radio y los
canales de ex música.
Y una de mis favoritas es este tema, “Space Oddity”, que
suena como “Odisea del Espacio” ( la película de Kubrick había sido estrenada
un año antes de la salida de esta canción), pero en realidad se traduce como: “Rareza
espacial” o “Manía espacial”. La canción salió en 1969, justo para el primer
alunizaje, y en la transmisión de la BBC del periplo del Apollo 11 se usó esta
canción de Bowie como música de fondo.
Es, al igual que “Call me Al” o “Suzanne” (ver posteos en
los últimos meses), una canción con historia. De hecho, “Space Oddity” podría
servir como sinopsis de la película “Space”, que vi hace un par de años, la de
Sandra Bullock y (mínimamente) George Clooney.
En pocas estrofas pasan montones de cosas. Una nave espacial
despega, llega a destino, tiene éxito y, tal vez, se descompone. Un astronauta
(designado como “mayor Tom”) expresa sus extrañas sensaciones de extrañamiento
y extrañación al surcar el espacio en una “lata de conservas” (imagen que
destaca la fragilidad y tosquedad de esa nave ultratecnológica), y desde la
Base de Control (en la Tierra) se dialoga con el astronauta para preguntarle
cosas, pedirle que mande chivos, indicarle que siga protocolos y, finalmente,
cuando ya es demasiado tarde, avisarle que hay algo que no está funcionando del
todo bien…
La primera estrofa es la de la cuenta regresiva, el despegue
y las indicaciones del Control Base (tome las pastillas proteicas, póngase el
casco, chequee la ignición… y que dios lo ayude).
En la segunda estrofa, en la que se larga con todo la
hermosa y memorable melodía de la canción, ya pasó un tiempo, y la nave llegó a
destino (o al menos, a un punto del espacio exterior en el cual se puede salir
de la nave y avanzar a velocidad crucero). Desde el Control Base le avisan al
mayor Tom que pasó la prueba con honores, y que es una especie de celebridad
allí abajo: los diarios quieren saber de quién es la camiseta que lleva puesta.
El mayor Tom, por primera vez en la canción, toma la palabra
para responder al Control Base, pero no les contesta lo que quieren saber, sino
que les cuenta sus impresiones: cómo flota en una forma peculiar, cómo las
estrellas se ven muy distintas desde allí y cómo se ve la Tierra desde el
espacio.
Aquí funciona a pleno la famosa ambigüedad del idioma
inglés, que no distingue entre “ser” y “estar” (y dicen, por ejemplo, “You are
good” tanto para “Sos buena” como para “Estás buena”, conceptos, si no
incompatibles, al menos claramente diferenciables). Y aparece otra ambigüedad
más, la de la palabra “blue”, que es, claro, el color azul, pero también se usa
para designar una tristeza melancólica (por eso, por ejemplo, el blues se llama así: no es porque les
guste a los pitufos ni a los habitantes de Pandora).
Entonces, el verso: “Planet Earth is blue” podría significar
“la Tierra es azul” y también “el planeta está triste”, o, mejor aún, ambas
cosas al mismo tiempo. Y tanto para el color como la tristeza, él aclarar que “no
hay nada que pueda hacer” para evitarlo ni cambiarlo.
En la tercera estrofa se desencadena el final: el mayor Tom
sigue en la luna, lo que aquí es literal y metafórico al mismo tiempo, porque
sigue comentando sobre sus sensaciones al estar en el espacio, que solo
interrumpe para pedirles a los de Control Base que le digan a su esposa (la del
mayor Tom, se entiende) que él la ama mucho, “ella sabe”.
¿Sabía el mayor Tom que algo estaba funcionando mal en su
nave, cuando les pidió a los de Control Base que le dijeran eso a su esposa?
¿Fue una despedida? ¿Él mismo provocó el mal funcionamiento, para no volver, o al
menos para no seguir conversando con los del Control Base?
No lo sabemos. Perdemos también contacto con el astronauta,
y solo escuchamos a los del Control Base mientras intentan, sin resultado,
restablecer la comunicación y contarle al mayor que su circuito está muerto y
algo en la nave no está funcionando, mientras el mayor Tom reflexiona, ahora
solo para sí mismo, mientras flota más allá de la Luna, que la Tierra está tan
azul-triste y no hay nada que él pueda hacer.
En el clip lo pueden ver a Bowie con su facha cuasi extraterrestre,
mezcla punk con flower-power y sagas del espacio, y sin embargo la canción que
hace no es nada punk, sino bien melódica, y aunque está acompañada por efectos
sonoros y sonidos de orquesta, en gran parte se sostiene por su anacrónica
guitarrita acústica.
Space Oddity
Ground Control to Major Tom
Ground Control to Major Tom
Take your protein pills and put
your helmet on
Ground Control to Major Tom
(Ten, Nine, Eight, Seven, Six)
Commencing countdown, engines
on
(Five, Four, Three)
Check ignition and may God's
love be with you (Two, One, Liftoff)
This is Ground Control to Major
Tom
You've really made the grade
And the papers want to know
whose shirts you wear
Now it's time to leave the
capsule
if you dare
"This is Major Tom to
Ground Control
I'm stepping through the door
And I'm floating in the most
peculiar way
And the stars look very
different today
Here am I sitting in my tin can
Far above the world
Planet Earth is blue
And there's nothing I can do
Though I'm past one hundred
thousand miles
I'm feeling very still
And I think my spaceship knows
which way to go
Tell my wife I love her very
much, she knows
Ground Control to Major Tom
Your circuit's dead, there's
something wrong
Can you hear me, Major Tom?
Can you hear me, Major Tom?
Can you hear me, Major Tom?
Can you hear And I'm flaoting
around my tin can
Far above the Moon
Planet Earth is blue
And there's nothing I can
do."
|
Rareza del espacio
Control Base al mayor Tom,
Control Base al mayor Tom:
tome sus pastillas proteicas y póngase el casco.
Control Base al mayor Tom
(diez, nueve, ocho, siete, seis):
Comenzando cuenta regresiva, motores encendidos (cinco, cuatro,
tres),
Chequee ignición y que Dios lo acompañe
(dos, uno, ¡despegue!)
Este es Control Base al mayor Tom:
realmente pasó la prueba,
y los diarios quieren saber de quién es
la remera que trae puesta.
Ahora es tiempo de dejar la cápsula,
si se atreve.
Este es el mayor Tom a Control Base:
estoy saliendo por la puerta
y floto de la forma más curiosa
y las estrellas se ven muy diferentes hoy.
Aquí estoy sentado en mi lata de conservas,
muy lejos sobre el mundo.
El planeta Tierra es azul (está triste)
y no hay nada que pueda hacer.
Aunque estoy a más de cien mil millas
me siento muy quieto y tranquilo
y pienso que mi nave sabe en qué dirección ir.
Díganle a mi esposa que la amo mucho, ella sabe.
Control Base al mayor Tom:
Su circuito está muerto, hay algo que está mal.
¿Puede escucharme, mayor Tom?
¿Puede escucharme, mayor Tom?
¿Puede escucharme, mayor Tom?
¿Puede escuchar…
Estoy flotando alrededor de mi lata,
Mucho más alto que la Luna.
El planeta Tierra es azul (está triste)
y no hay nada que pueda hacer.
|
Y eso es todo por hoy. Seguiré dando vueltas por mi lata de
conservas hasta la próxima, que espero llegue pronto, pero por las dudas no
apuesten por ello.
Los saluda,
DJ Tom Vago
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