“Què volen aquesta gent?”, de Maria del Mar Bonet (1968)
Hoy, como cuarta entrega de la serie “Preguntas sin
respuesta”, vamos con el primer tema en catalán de la temporada (para quienes
son nuevos por aquí, sepan que mi apellido (Vagot), mi padre (Josep) y mis
sueños y mis pesadillas vienen todos de tierras catalanas).
La canción elegida es “Què volen aquesta gent?” (“¿Qué
quiere esta gente?”), compuesta por una jovencísima Maria del Mar Bonet a
partir de un poema de Lluís Serrahima, en 1968. Si uno la escucha descuidado,
sin embargo, parece una canción mucho más antigua, porque está armada muy
parecida a las musicalizaciones de los romances medievales (recuerden, por
ejemplo, el posteo 102, de diciembre 2014, en el que comenté sobre “El
enamorado y la muerte”). Y la letra también tiene esa onda medieval de contar
una historia con pocas palabras, con muchos sobreentendidos, y con la tragedia
sobrevolando en cada verso.
Pero no, la canción es de fines de los sesentas (plena
época de un tal Franco, allá en la península Ibérica), compuesta por dos
jóvenes talentos de la incipiente nova cançó catalana. La historia que se
relata (porque es una canción narrativa) es tan trágica como extraña, y deja,
en la voz de Maria del Mar, la mar de dudas. Y resulta, hoy de hoy, de una
actualidad innegable aquí, allá y en todas partes.
Todo comienza con alguien que llama a la puerta. Lo que
podría derivar en una canción de Pimpinela, si no fuera por la hora: es plena
madrugada. Alguien atiende ese llamado y abre la puerta: es una madre (lo que ya
nos indica, con la típica economía informativa medieval, que en algún lugar hay
un hijo o una hija) y lleva la bata puesta (porque claro, no tuvo tiempo ni
ganas de cambiarse).
Y ahí nomás comienza el memorable estribillo, de brevedad
también medieval, que es una simple pregunta:
¿Qué
quiere esta gente
que
llama de madrugada?
Es una sola pregunta, pero inmediatamente se desdobla en
dos, porque lo primero que uno se pregunta al escuchar esto es: ¿quién es “esta
gente”?
Son varios, como indica la palabra “gente”. Y no son muy
amistosos, como indica que ya en la segunda estrofa entren a hacer preguntas,
en vez de aclarar quiénes son y qué quieren. Y uno pronto deduce, aunque la
canción no lo dice, que son parte de las fuerzas represivas del Estado. La
policía, tal vez; aunque bien podría ser un “grupo de tareas” paraestatal, en
tanto en ningún momento se aclara que sean policías ni que lleven uniforme (y,
además, se los llama “esta gente” y se pregunta qué querrán, cosa que, si fueran
policías de uniforme, sería innecesario).
Los tipos preguntan por el hijo, y la madre, que es medio
boluda o está aún medio dormida, les contesta que el pibe está adentro en su
habitación. Les repregunta a “esa gente” que qué quieren con su hijo, y
mientras el hijo ya escuchó y se despierta, el estribillo vuelve a recalcar esa
pregunta:
¿Qué
quiere esta gente
que
llama de madrugada?
La tercera y la cuarta estrofas, en vez de responder,
abren un paréntesis para explicar quién es el hijo: es un estudiante que “está
muy comprometido” (se supone que ante la ley) debido a “todas sus esperanzas”
(y ya sabemos, si recuerdan el posteo sobre la “Zamba de mi esperanza” (153),
que nada genera más temor en los tiranos que la esperanza). Este estudiante,
entonces, es un militante de la esperanza que, últimamente, sabe que lo están
buscando y teme lo que está sucediendo desde el primer verso: que lo vayan a
buscar en la madrugada.
¿Y para qué lo fueron a buscar? ¿Qué quiere “esa gente”?
La canción jamás lo dice, y eso me parece una de las
cosas más geniales que tiene, porque el que escucha es quien tiene que
aventurar una respuesta. Yo les doy algunas opciones:
Tema
2. “Esa gente” va a la casa del estudiante a la madrugada porque...
a)
pasaban por ahí y decidieron pedir un vaso de agua;
b)
quieren invitar al estudiante a salir juntos a un boliche, y no se acordaban el
teléfono;
c)
cursan juntos Historia del Arte en la uni y vinieron a pedirle los apuntes,
porque ellos justo faltaron la última clase;
d)
quieren atraparlo, meterlo preso sin orden judicial, torturarlo y matarlo.
Mientras ustedes piensan dónde poner la crucecita, les
cuento que Serrahima y Bonet escribieron esta canción para dar a conocer (visto
el total silencio de los medios de comunicación) un caso real, el de Rafael
Guijarro, un joven estudiante chino (no por asiático, sino por militante de un
grupo comunista-maoísta) de 23 años que, al ser “visitado” por la policía en
plena madrugada, decidió de pronto que era un buen momento para ver si le
habían crecido alas, y decidió lanzarse desde un sexto piso. No, no le habían
crecido alas.
Muy poquito después de salida esta canción, hubo otro
caso parecido, el del estudiante Enrique Ruano, de 21 años, que fue llevado
preso (acusado de ser militante de izquierda y de repartir propaganda política
entre los obreros) y decidió también “volar” desde la ventana de la comisaría.
La familia denunció que a Enrique lo habían torturado y le habían pegado un
tiro y luego lo habían tirado por la ventana; los oficiales fueron juzgados
(para que vean qué bien funcionan las instituciones, loco) y absueltos (oh,
quelle surprise!). Lo curioso es que, pasada la época de Franco, en los
noventas se reabrió el caso y los oficiales fueron nuevamente absueltos; y se
apeló y fueron nuevamente absueltos (por la Corte Suprema de España), deben ser
los policías más absueltos de la historia (pero igual yo les juro que no
querría que tocaran a mi puerta de madrugada).
Esta cancioncita, en la exquisita voz de Maria del Mar
Bonet, apenas fue cantada una vez y enseguida fue prohibida por la censura
franquista, tachada doble para cualquier radio, recital, y si te escuchaban
cantándola en la bañadera seguro que algo te decían también. A veces intentaban
hacerla pasar disimuladamente cambiándole el nombre (“De madrugada”, “Al alba”),
pero en general, tarde o temprano a algún cerebro estatal le tincaba la neurona
de que era esta canción y la censuraban igual.
Uno pensaría entonces que la canción cuenta la posta, la
verdad de lo que sucedió con esos estudiantes “voladores”. Pero no. En otra
decisión notablemente lúcida, la canción relata simplemente lo que se ve desde
afuera, la “historia oficial”: el estudiante se tiró él mismo por la ventana.
Todavía
no bien despierto
siente
clara la llamada
y se
lanza por el ventanal
al
asfalto, de un vuelo.
Los
que llaman se quedan mudos
excepto
uno, quizás quien manda,
que
se inclina por la ventana.
Detrás
chilla la madre.
Y “casualmente”, el jefe de la partida se asoma luego por
la ventana, seguramente “sorprendido” por el insólito impulso volador del
estudiante.
La última estrofa presenta la conclusión: “ahora el estudiante
está muerto”. Y el motivo: “muerto de una llamada al alba”.
De
madrugada han llamado,
la
ley una hora señala.
Ahora
el estudiante está muerto,
muerto
de una llamada al alba.
Claro, cualquiera puede, conociendo cómo son las cosas
(aquí, allá, entonces, siempre) hilar uno más uno y darse cuenta de qué pasó
realmente, de qué verdad se esconde tras esa “versión oficial” de lo sucedido y
tras las razones y absoluciones de la ley. Y por eso, por supuesto, es que esta
cancioncilla tan alegre y medieval-friendly fue prohibidísima por la dictadura
franquista.
Hoy, casi cincuenta años después, si te asomás un poquito
por la ventana, la represión estatal está a la orden del día. Pero no se
reprime a cualquiera. Tenés más (muchas más) chances de que te repriman si sos:
- pobre,
- joven,
- de piel no muy clara,
- de una religión sin cruces (o sin religión),
- mujer,
- inmigrante,
- inmigrante,
- de izquierda.
Y si sos todo eso junto, bueno, imaginate que estás en “Los
juegos del hambre” y méi de ods bi in ior féivor, porque estás nominada.
De última, andá juntando plumas para armarte unas alas.
https://www.youtube.com/watch?v=6maMuYOLwjc
Què
volen aquesta gent?
De matinada han trucat,
són al replà de l'escala;
la mare quan surt a obrir
porta la bata posada.
Què volen aquesta gent
que truquen de matinada?
"El seu fill, que no és aquí?"
"N'és adormit a la cambra.
Què li volen al meu fill?"
El fill mig es desvetllava.
La mare ben poc en sap,
de totes les esperances
del seu fill estudiant,
que ben compromès n'estava.
Dies fa que parla poc
i cada nit s'agitava.
Li venia un tremolor
tement un truc a trenc d'alba.
Encara no ben despert
ja sent viva la trucada,
i es llença pel finestral,
a l'asfalt d'una volada.
Els que truquen resten muts,
menys un d'ells, potser el que mana,
que s'inclina pel finestral.
Darrere xiscla la mare.
De matinada han trucat,
la llei una hora assenyala.
Ara l'estudiant és mort,
n'és mort d'un truc a trenc d'alba.
|
¿Qué quiere esta gente?
De
madrugada han llamado,
están
en el rellano de la escalera,
la
madre cuando sale a abrir
lleva
la bata puesta.
¿Qué
quiere esta gente
que
llama de madrugada?
“¿Su
hijo está aquí?”
“Está
durmiendo en la habitación,
¿qué
quieren de él?”
Mientras
el hijo se desvelaba.
La
madre sabe muy poco
de
todas las esperanzas
de su
hijo estudiante
que
bien comprometido estaba.
Hace
días que hablaba poco
y
cada noche se agitaba,
le
venía un temblor
temiendo
una llamada al alba.
Todavía
no bien despierto
siente
clara la llamada
y se
lanza por el ventanal
al
asfalto, de un vuelo.
Los
que llaman se quedan mudos
excepto
uno, quizás quien manda,
que
se inclina por la ventana.
Detrás
chilla la madre.
De
madrugada han llamado,
la
ley una hora señala.
Ahora
el estudiante está muerto,
muerto
de una llamada al alba.
|
Hasta la próxima, los dejo porque me tocaron el timbre
(¡a la hora de la siesta!).
DJ
Vago
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