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y con que le guste al diyei alcanza

lunes, 21 de enero de 2013

[13] Puedo explicártelo todo


“Always on my mind”, por Elvis Presley (1972)


Antes que todo, Pequeño Saltamontes (o Gran Saltamontes que viviste toda tu vida bajo una piedra, musicalmente hablando), debes saber algunas cosas:
-          “Knocking on heaven´s door” NO ES un tema de los Guns´n Roses;
-          “Like a rolling stone” NO ES un tema de los Rolling Stones;
-          “Penélope” NO ES un tema de Diego Torres;
-          La canción del ending de Lilo & Stich, “Muero de amor por ti”, NO ES de las Bandana (ni de los Abba-Teens, si ves las películas de dibujitos subtituladas, como quien escribe);
-          y “Always on my mind” NO ES de los Pet Shop Boys, y mucho menos del infra-inimputable de Michael Bublé, y menos que menos de “catarrito” Shakira.

Aclarado esto, podemos empezar, Pequeño Saltamontes.

Este es un tema del rey, de Elvis. Bah, en realidad tampoco es suyo: lo compusieron para él Johnny Christopher, Mark James y Wayne Carson Thompson (no me pregunten por qué se necesitan tres personas para componer diez versos; aparentemente es más difícil de lo que uno cree); pero es una típica canción de Elvis, y una de las más famosas, por cierto: ritmo de 4/4, bellísima melodía, letra en segunda persona singular (y femenina), y todo el carisma y la onda de Elvis para condimentar.


Esto último resulta esencial para esta canción, porque el andamiaje conceptual de esta letra solamente se sostiene si el receptor (la receptora, en este caso) está completamente obnubilada con el emisor (en este caso, Elvis o similar). Todo el tema es, en realidad, una gran excusa: le “explica” a la novia o esposa por qué no le dio la menor bola en todo este tiempo. “No dar bola” implica, en el caso de Elvis (o similar) probablemente haber estado con decenas de girls más (de las que probablemente ni se acuerde ya). Pero él llega, muy suelto de cuerpo, y para evitar el batazo en la cabeza o el juicio de divorcio, le pide disculpas a la novia-esposa. Aunque sin pedirle expresamente perdón, medio como que se lo pide: le confiesa que “maybe” no la trató muy bien que digamos, ni la amó tan frecuentemente (!) como pudo. Para el común de los mortales, decirle a una chica “lamento no haberte amado tan seguido” es, si no cachetazo, al menos varios puntos en contra, automático. Pero él está embalado, y sigue: “nunca me tomé el tiempo para decir y hacer esas pequeñas cosas”… y sigue, está imparable, cada vez embarrándola más, en el clímax del estribillo: “Estuviste siempre en mi mente”. Ja. O sea: me mandé cualquiera, y la pasé bomba con un montón de girls mientras vos apechugabas sola con tus problemas, pero la posta-posta es que la que estaba en mi mente todo el tiempo eras vos. Parece el estereotipo del marido que llega a la casa a las cinco de la mañana, borracho y con marcas de lápiz labial en el cuello y dice “Puedo explicártelo todo, querida: ¿a que no sabés lo que me pasó…?”.

Es tan endeble la excusa que en varios de los covers de este tema, incluyendo los más famosos, el de los Pet Shop Boys (1988, gran éxito) y el del cantante country Willie Nelson (que se ganó en 1983 varios premios, entre ellos el Grammy por “Mejor Canción Country del Año” [????] ), le cambiaron sutil pero decisivamente la letra: “You ARE always on my mind”, estás siempre en mi mente, que es mucho mejor y suena menos a excusa (aunque lo siga siendo).

En la segunda estrofa sigue el listado: no te abracé en los momentos más solitarios, es decir, cuando más me necesitabas; y “supongo (solo el “supongo” ya son cinco puntos en contra, venga lo que venga después en la frase) que nunca te dije lo feliz que estoy de que seas mía. Encima, ella “es de él”. O sea, él puede hacer cualquier cosa, total, ella seguirá siendo (al menos, en su mente) de su propiedad. Y ahí llega el segundo paso. El primer paso fue hacer el listado de los “errores”; el segundo, pedir disculpas: “perdón, nena: estaba ciego”. O sea: no me di cuenta, te pasé de largo. Fue un descuido nomás. Ups.

Y repite: ay, “todas esas pequeñas cosas que no dije ni hice”… pero NO SON pequeñas cosas, man… A ver, repasemos:
a)      no la trataste bien;
b)      no la amaste [tan seguido] como debías;
c)      la dejaste sola en los peores momentos;
d)     jamás le dijiste cosas positivas sobre ella o su relación mutua;
e)      la hiciste sentir “el plan b”, “la segunda opción”.

Y para completar, el paso 3 del plan maestro: la reconciliación, el pedido de “una nueva oportunidad”. Pero lo que pide es “dame otra oportunidad para mantenerte satisfecha”. He aquí un consejo para los Pequeños Saltamontes varones: no utilicen nunca esa frase en la vida real, porque las consecuencias serán inmediatas y dolorosas, doy fe. A menos, claro, que seas Elvis (o similar), y en vez decir todo esto lo cantes (si agregás algún movimiento de cadera, puede ayudar… no, no tanto, un poquito nomás). Que la cante Elvis es la única forma en que esta historia termine con un beso, lo que demuestra que encanto mata oratoria y explica por qué Ewan McGregor tiene más levante que Cicerón, aunque este último construya mucho mejores piropos.







Always on my mind

Maybe I didn't treat you
Quite as good as I should have.
Maybe I didn't love you
Quite as often as I could have.
Little things I should have said 
and done
I just never took the time.

You were always on my mind,
you were always on my mind.

Maybe I didn't hold you
all those lonely, lonely times
and I guess I never told you
Im so happy that you're mine.
If I make you feel second best
Girl, I´m so sorry, I was blind.

You were always on my mind
you were always on my mind.

Tell me,
tell me that your sweet love hasn't died
Give me,
give me one more chance
to keep you satisfied,
satisfied.

Little things I should have said 
and done
I just never took the time.
You were always on my mind,
you were always on my mind.

You were always on my mind.

Maybe I didn't treat you
Quite as good as I should have.
Maybe I didn't love you
Quite as often as I could have.
Maybe I didn't hold you
all those lonely, lonely times
and I guess I never told you
Im so happy that you're mine.
Maybe I didn't treat you…

Siempre en mi mente

Tal vez no te traté
tan bien como debí haberlo hecho.
Tal vez no te amé
tan seguido como pude.
Cosas pequeñas que debí haber dicho
y hecho,
nunca me tomé el tiempo.

Siempre estuviste en mi mente,
siempre estuviste en mi mente.

Tal vez nunca te abracé
en todos esos momentos tan, tan solitarios
y supongo que nunca te dije
que soy tan feliz de que seas mía.
Si te hice sentir la opción b,
muchacha, lo siento tanto, estaba ciego.

Siempre estuviste en mi mente,
siempre estuviste en mi mente.

Dime,
dime que tu dulce amor no ha muerto.
Dame,
dame una oportunidad más
para mantenerte satisfecha,
satisfecha.

Cosas pequeñas que debí haber dicho
y hecho,
nunca me tomé el tiempo.
Siempre estuviste en mi mente,
siempre estuviste en mi mente.

Siempre estuviste en mi mente.

Tal vez no te traté
tan bien como debí haberlo hecho.
Tal vez no te amé
tan seguido como pude.
Tal vez nunca te abracé
en todos esos momentos tan, tan solitarios
y supongo que nunca te dije
que soy tan feliz de que seas mía.
Tal vez no te traté…


Van también, por si están con ánimo masoquista y/o investigativo, los covers mencionados: Pet Shop Boys, Willie Nelson, Bublé, Shakira.





https://www.youtube.com/watch?v=1ktocWsycRQ

https://www.youtube.com/watch?v=uicF5knQ3ic


Conclusión: las gentes comunes y corrientes que no somos Elvis (ni similar) debemos ser más cuidadosas con lo que decimos y hacemos, y esperar, con suerte, al menos llegar a ser Elvis para alguien.

Con este proyecto y un movimiento de cadera se despide hasta la próxima,
DJ Vago

2 comentarios:

  1. Vago, top top de las entregas, utilísima para la educación sentimental del varón! Por suerte, nunca esperé satisfacción de Elvis, ni ahí, je je,

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  2. Muy iluminador también para las chicas, que sabemos qué esperar de la muchachada, salvo que sea un Elvis (o similar), claro. Pero de esos, che, no me he cruzado aún.

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