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viernes, 28 de octubre de 2022

[269] Alumbrado, barrido y limpieza

 

“Ça ira”, canción popular francesa (1790)

“La única iglesia que ilumina es la que arde”

Antiguo adagio anarquista, popularizado

por Buenaventura Durruti.

 

Bueno, empezó marzo y aquí estoy, firme, preparad... ¿cómo? ¿Octubre? ¿Octubre de octubre, ya?

Recalculando...

Aquí estoy, aparentemente mi siesta fue más larga que de costumbre y cuando el dinosaurio se despertó el calendario decía octubre, y sin pestañear siquiera. Me daría vergüenza si estuviera equipado de tal implemento, y les pediría disculpas si pensara que no lo voy a hacer más o estuviera al menos un poquín arrepentido. Pero no estaría siendo el caso, así que empiezo el año nomás, tan campante, aquí en los inicios de oct... ¿Cómo? ¿Día 28 ya?

Aquí vamos, en todo caso. Para comenzar tranqui, con un tema optimista, buena onda y nada controversial, elegí la optimista canción francesa “Ça ira”, frase que significa “todo estará bien”.



[Aclaración: acá me referiré a la canción popular de fines del siglo XVIII. Hay una canción francesa actual titulada “Ça ira”, de la cantante Joyce Jonathan, que es una balada pop tan simpática como intrascendente, y que merecería haber sido compuesta por Coldplay, por lo opiácea. De esa canción no hablaré.


Y tampoco hablaré de la ópera de Roger Waters, titulada de la misma forma. Dura dos horitas, y aunque es menos opiácea que un tema de Coldplay, hay que juntar dos horitas y tres ganas, para escucharla.]


No se sabe mucho, sobre el origen de este tema. Dicen que lo compuso un soldado llamado Ladré, que se ganaba la vida como músico callejero. Incomprobable. Y dicen que la frase del título, el “Ça ira”, es lo que respondió Benjamin Franklin, que vivió en Francia algunos años, cuando le preguntaron acerca de cómo iba la revolución estadounidense contra la “madre patria” Inglaterra. Casi igual de incomprobable.

Es, esto sí puede comprobarse con facilidad al escucharla, una canción revolucionaria. No en lo musical, donde es una marcha en tono mayor, cuadradita, alegre y pegadiza. Pero sí en la letra, que está, claramente, en favor de la revolución en curso en esos años (la toma de la Bastilla fue el 14 de julio de 1789, menos de un año antes de que empezara a escucharse esta canción).

La versión original de la canción tiene una letra bastante “tranqui”, largas estrofas que detallan que con la revolución todo saldrá bien, a pesar de los esfuerzos contrarrevolucionarios de la burguesía y el clero. Dice cosas amables y educadas, como “Los aristócratas protestarán, pero la gente se reirá de ellos”; “Nuestros enemigos se quedarán paralizados y nosotros cantaremos ¡aleluya!”. No traduciré la letra completa, pero aquí va una grabación, por si la quieren escuchar:


Pero la versión que prefiero por amplio margen, y en la que me centraré aquí, es la de los sans-culottes, los descamisados. Es, sin dudas, una versión más popular y mucho más directa, comenzando por su memorable estribillo, que propone les aristocrates à la lanterne! ("los aristócratas, ¡a la farola!"). No se está hablando aquí del alumbrado público, del barrido y la limpieza... O sí, pensándolo mejor, sí se está hablando de eso. Pero la propuesta, en todo caso, no es llevar a los ricos hasta la farola para que queden iluminados, sino colgarlos de las farolas. Y/o prenderlos fuego, además: eso es a voluntad. O sea, por si no captaron la indirecta: se está proponiendo lincharlos a todos.

Como ven, una propuesta alegre y, enérgica, aún en nuestros tiempos actuales, donde en muchos países existen aún, increíble e inútilmente, reyes, reinas y aristócratas de toda clase. Y en todos los países, incluso este, hay políticos y millonarios que funcionan casi como si fueran aristócratas. No voy a proponer que hay que llevarlos a la farola, pero quizá podrían, simplemente, proponerse ser mejores. Creo que Coldplay lo diría así.

En las estrofas se aclara que habrá farola también para los representantes del clero, y que una vez que todos ellos estén enfarolados, también les seguirá “la esclava austríaca” (referencia a María Antonieta, la esposa del rey Luis, que había en efecto nacido en Austria) y todo el “séquito infernal” aristocrático de la corte del rey.

Y tras la última repetición del estribillo, la canción cierra, en forma memorable, con una propuesta final, también bastante directa y poco proclive a interpretaciones alternativas:

 

Ah, todo estará bien, todo estará bien!

¡Los aristócratas, a la farola!

Ah, todo estará bien, todo estará bien.

¡A los aristócratas se los colgará!

Y cuando estén todos colgados

les meteremos la pala en el culo.

 

Aunque les parezca raro, no encontré, en todo Youtube, una interpretación completa de esta versión del tema. Ni una sola. Lo de la pala en el culo es quizás un poco demasiado fuerte, para los sensibles oídos contemporáneos, más dispuestos a lloriquear por la muerte de una reina centenaria que a indignarse por el hambre, el sufrimiento y la muerte de millones de desgraciados pobres.

Y apenas encontré una sola interpretación del estribillo, en la versión descamisada. Aquí va, con la letra completa.



Ça ira

 

Ah! ça ira, ça ira, ça ira

les aristocrates à la lanterne!

Ah! ça ira, ça ira, ça ira

les aristocrates on les pendra!

 

Si on n' les pend pas

On les rompra

Si on n' les rompt pas

On les brûlera.

 

Nous n'avions plus ni nobles, ni prêtres,

Ah ! ça ira, ça ira, ça ira,

L'égalité partout régnera.

L'esclave autrichien le suivra,

 

Ah ! ça ira, ça ira, ça ira,

Et leur infernale clique

Au diable s'envolera.

 

Ah! ça ira, ça ira, ça ira

les aristocrates à la lanterne!

Ah! ça ira, ça ira, ça ira

les aristocrates on les pendra!

 

Et quand on les aura tous pendus

On leur fichera la pelle au cul.

Todo estará bien

 

Ah, todo estará bien, todo estará bien!

¡Los aristócratas, a la farola!

Ah, todo estará bien, todo estará bien.

¡A los aristócratas se los colgará!

 

Si no se los cuelga,

se los romperá.

Si no se los rompe,

se los quemará.

 

Ya no tendremos nobles ni curas,

ah, todo estará bien, todo estará bien,

la igualdal reinará en todas partes.

La esclava austríaca les seguirá.

Ah, todo estará bien, todo estará bien.

Y a su séquito infernal

el diablo se lo llevará.

 

Ah, todo estará bien, todo estará bien!

¡Los aristócratas, a la farola!

Ah, todo estará bien, todo estará bien.

¡A los aristócratas se los colgará!

 

Y cuando estén todos colgados

les meteremos la pala en el culo.

 

Hay una versión de Edith Piaf que mantiene el estribillo de la versión sans-culotte, pero cambia la letra de las estrofas por versos más amables. La pongo aquí, porque siempre vale la pena escuchar la voz de Edith y cómo pronunciaba las erres. Me gusta cómo va subiendo de tono hasta casi llegar a un grito airado, en el final:



Y hay una versión de la banda punk francesa de los ochentas Les Porte-Mentaux; y hay que decir que la onda rock punk le queda muy bien, a esta canción:


Bueno, creo que eso es todo, como propuesta inicial de esta temporada que inicia ahora, aún en el revolucionario mes de octubre. En los próximos días estaré atento, para ver si el brillo de las farolas encendidas alumbra alguna esquina del mundo.

Y entretanto, estaré pensando, con el optimismo que siempre me caracterizó, que todo estará bien.

 

Los saluda sin camisa,

DJ Vagoux