solo un tema por semana,
y con que le guste al diyei alcanza

viernes, 17 de marzo de 2023

Los huevos bien aderezados

 

“We´re not gonna take it”, de Twisted Sisters (1984) y “Symphony of destruction”, de Megadeth (1992)

 

Me cortaron la luz durante varios días. Y estamos, aquí en esta Babilonia Vil, inmersos en el mayor tsunami de calor del que se tenga registro documental. El wasap de los vecinos de mi edificio, al que no hago aportes desde su creación, se llenó de quejas, insultos y propuestas amables pero perentorias (“¡Cortemos calles! ¡Hay que romper todo! ¡Esto es insoportable!”). Y aunque no respondí, por principios, tuve que aceptar, mentalmente, que la propuesta era tentadora.

Así que, para apoyar a mis vecinos, me quedo acá quieto (no soy muy proclive al movimiento, y mucho menos si hace calor) pero les musicalizo la rebelión, con un par de canciones sobre aguantar y no aguantar, sobre romper todo y castigar a los poderosos y a los burócratas que nos hacen la vida difícil y nos dejan a oscuras.

La primera canción es “We´re not gonna take it” (“No vamos a aguantarlo), de Twisted Sisters (“Hermanas Retorcidas”), en 1984 (el año, no la novela). Es una canción de rock metal, pero no súper metalera, la verdad: demasiado buena onda, luminosa y en tono mayor, lo que la hace más apta para musicalizar un cumpleaño infantil que para salir a destruir el universo. Pero tiene ritmo y tiene polenta, es ultrapegadiza, y es fácil de tararear y de recordar. El tema empieza con el estribillo, que básicamente repite el título: no vamos a aguantar esto. Ya no más.

En las estrofas, el cantor se enfrenta a alguien, que no sabemos quién es pero seguramente es una autoridad, alguien con poder (podría ser el padre, como se propone en el videoclip, pero no es la única posibilidad). Y a esa autoridad se le dice: tu vida es un cómodo desastre, así que no te metas con nosotros, no quieras quitarnos nuestro derecho a vivir como nosotros queremos. Vamos a pelear por nuestro destino. No vamos a aguantar esta forma en que organizaste el mundo. Ya vas a ver.

O sea: un himno al inconformismo, a no resignarse a este mundo horrible en el que (mientras dure, quizás no sea tanto) nos obligan a supervivir.

En el videoclip vemos a un adolescente que es bardeado por el padre, y cuando el viejo le pregunta qué quiere hacer con su vida, el pibe responde: “Quiero rockear”. El adolescente se transmuta en Dee Snider, el cantante de la banda (con su rubia pelambrera glam de rulos y su maquillaje glam quizás excesivo), mientras que el padre va sufriendo distintas caídas, golpes y percances al estilo del Coyote cuando se enfranta al Correcaminos (esos dibujitos, los favoritos de Dee, fueron la inspiración para el clip, de hecho).

Va el clip original, con la letra:

https://www.youtube.com/watch?v=4xmckWVPRaI

 

We're not gonna take it

 

We're not gonna take it

No, we ain't gonna take it

We're not gonna take it anymore

 

We've got the right to choose, and

There ain't no way we'll lose it

This is our life, this is our song

We'll fight the powers that be, just

Don't pick on our destiny, 'cause

You don't know us, you don't belong

 

We're not gonna take it

No, we ain't gonna take it

We're not gonna take it anymore

 

Oh, you're so condescending

Your call is never ending

We don't want nothin', not a thing from you

Your life is trite and jaded

Boring and confiscated

If that's your best, your best won't do

 

We're right

We're free

We'll fight

You'll see

 

We're not gonna take it

No, we ain't gonna take it

We're not gonna take it anymore

No vamos a aguantarlo

 

No vamos a aguantarlo.

No, no vamos a aguantarlo.

No vamos a aguantarlo más.

 

Tenemos derecho a elegir, y

no hay forma que lo perdamos.

Esta es nuestra vida, nuestra canción.

Lucharemos contra los poderes, solo

no te metas con nuestro destino, porque

no nos conocés, no sos del palo.

 

No vamos a aguantarlo.

No, no vamos a aguantarlo.

No vamos a aguantarlo más.

 

Ah, sos tan condescendiente.

Tu llamado no termina nunca.

No queremos nada, ni una cosa de vos.

Tu vida es trivial y llena de hastío,

aburrida y confiscada.

Si esto es lo mejor que podés hacer, lo mejor tuyo no alcanza.

 

Tenemos razón.

Somos libres.

Vamos a luchar.

Ya vas a ver.

 

No vamos a aguantarlo.

No, no vamos a aguantarlo.

No vamos a aguantarlo más.

 

Pasó algo muy gracioso, con esta canción. La frase del título, “We´re not gonna take it”, que en inglés nos obliga a cinco palabras difíciles para algo que en castellano podemos decir en tres, no es fácil de recordar ni de pronunciar. Quizás por eso alguien, en algún país hispanoablante (incomprobable cuál) tradujo el título por fonética, a: “Huevos con aceite”, agregando, para el “anymore” final, un muy adecuado: “y jamón” (que luego fue modificado, en Chile y Argentina, por un menos adecuado culinariamente pero más fonéticamente cercano: “y limón”).



Esto produjo un episodio muy notable, que es que cuando la banda estaba de gira por Chile, escuchaban que la gente cantaba en masa la canción... pero con otra letra. Finalmente descubrieron qué estaba cantando la gente, y en los últimos recitales Dee Snider se subió a la Scaloneta de los huevos con aceite, cantando él mismo el estribillo traducido. La letra modificada parece no tener nada que ver con la original, pero tener los huevos al plato y bien aderezados es, quién lo diría, una traducción bastante adecuada de “no vamos a aguantarlo más”.

Va aquí la grabación, en vivo, de “Huevos con aceite”, por Twisted Sisters y sus fans:

https://www.youtube.com/watch?v=SGBAAgLFGUs

 

 

Y llegamos, por línea indirecta, a otra canción metalera (esta vez nada glam), “Sinfonía de la Destrucción”, de Megadeth, banda liderada por Dave Mustaine.

Aquí la rebeldía lleva a la acción: no solo no vamos a aguantarlo, sino que vamos a romper todo, mientras bailamos al ritmo de la sinfonía de la destrucción como si fuéramos marionetas. Se hace la comparación de este “baile de destrucción” con el recorrido de las ratas zombis dirigidas por la melodía flautífera del Flautista de Hamelin (uno de los cuentos de hadas más políticos, que retrata, como en esta canción, a un político corrupto y despiadado).

Es una linda canción de rock pesado, en mi opinión. Aquí va el clip y la letra:

https://www.youtube.com/watch?v=WdoXZf-FZyA

Symphony Of Destruction

 

You take a mortal man

And put him in control

Watch him become a God

Watch peoples heads a'roll

A'roll, a'roll

 

Just like the Pied Piper

Led rats through the streets

We dance like marionettes

Swaying to the Symphony

Of Destruction

 

Acting like a robot

Its metal brain corrodes

You try to take its pulse

Before the head explodes

Explodes, explodes

 

Just like the Pied Piper

Led rats through the streets

We dance like marionettes

Swaying to the Symphony of Destruction

 

The earth starts to rumble

World powers fall

A'warring for the heavens

A peaceful man stands tall

Tall, tall

 

Just like the Pied Piper

Led rats through the streets

We dance like marionettes

Swaying to the Symphony

of Destruction

Sinfonía de la destrucción

 

Agarrás a un hombre mortal

y lo ponés al mando.

Miralo convertirse en un dios.

Mirá las cabezas de la gente rodar

rodar, rodar.

 

Igual que el flautista de Hamelin

condujo a las ratas por las calles

nosotros bailamos como títeres

meneándonos al ritmo de la sinfonía de la destrucción.

 

Actuando como un robot

su cerebro metálico se corroe,

intentás tomarle el pulso

antes de que la cabeza explote

explote, explote.

 

Igual que el flautista de Hamelin

condujo a las ratas por las calles

nosotros bailamos como títeres

meneándonos al ritmo de la sinfonía de la destrucción.

 

La tierra empieza a retumbar,

los poderes del mundo caen,

en guerra con los cielos

un hombre pacífico se para alto,

alto, alto.

 

Igual que el flautista de Hamelin

condujo a las ratas por las calles

nosotros bailamos como títeres

meneándonos al ritmo de la sinfonía de la destrucción.

 

 

Si se fijaron, la canción empieza con un riff de guitarra muy característico. Y bueno. En forma similar a cómo los fans cambiaron la letra de “We´re not gonna take it”, aquí los fans de Megadeth (esta vez bien identificados: los argentinos) decidieron ponerle letra al riff. De forma que al llegar aquí la banda, y antes de que Dave Mustaine empezara a cantar esta canción, todo el estadio ya estaba a los gritos, cantando el riff inicial, con esta letra (no muy elaborada, pero sin dudas efectiva): “¡Megadeth! ¡Megadeth! ¡Aguante Megadeth”.

Esto impresionó sobremanera a Mustaine, quien comentó en muchas entrevistas que consideraba a los fans de la Argentina los más entusiastas, poniendo como ejemplo este hecho, el de cantar enfáticamente un riff acústico. El “Aguante Megadeth” se esparció como una ola de calor por todo el mundo, y de allí en adelante, en cualquier país del mundo (incluso Japón, Suecia, Rusia, en todos lados) la gente canta ahora “Aguante Megadeth” (¡en castellano!) en ese riff de “Sinfonía de la Destrucción”, aunque solo sea para (intentar) mostrar que no son peores fans que los argentinos.

Va aquí un clip en el que se cuenta toda esta historia, con testimonios del mismo Mustaine (me encanta la parte en que confiesa que todo este asunto “me asusta un poco, pero a la vez es súper halagador”:

https://www.youtube.com/watch?v=lgOsh_s223U

 

Y eso es todo por hoy, porque ya tengo calor de nuevo y no sé si tendré loooz dentro de un rato.

Aguanten hasta la próxima. O no aguanten: es decisión de ustedes.

Pero no se olviden del limón.

DJ Vago





viernes, 10 de marzo de 2023

Puros malentendidos

 

“Don´t let me be misunderstood”, por Santa Esmeralda (1977), y “La serrana” (anónimo medieval español), por Alalumbre (2022)

 

Hay montones de canciones que glorifican la violencia hacia las mujeres, y la mayoría presentan al amor como principal (o única) excusa y justificación. “La maté porque era mía” es suficiente argumentación para justificar cualquier crimen en una canción, y en la música occidental, desde la Edad Media hasta hoy, hay violaciones, golpes e insultos a las mujeres como para tirar al techo. Dejando de lado el reguetón, que es prácticamente un género entero dedicado a la violencia contra la mujer, igual tenemos montones de ejemplos en todos lados, como la nefasta canción de Cacho Castaña que se ufana “si la encuentro con otro la mato”; “El preso número 9”, encerrado por matar a la mujer pero orgulloso de haberlo hecho; el espantoso tango “Amablemente” en el que Edmundo Rivero presenta como un chiste que a la mujer infiel el tanguero (“amablemente”) “le fajó 34 puñaladas”; la canción “Mujeres” de Arjona; el “Perra” de Los Palmeras; varias de Calamaro, varias de Sabina, Brown Sugar... Podría seguir eternamente, con la enumeración.

¿Qué muestra esto? No mucho, salvo que tenemos un gran problema, como sociedad, y que es algo muy difícil, no digo de resolver, sino incluso de combatir en serio. Pero ya estaría siendo hora.


Pero suficiente como intro. Hoy traigo dos canciones separadas por siglos e idiomas que, en formas muy diferentes, tocan (sin pedir permiso) la temática de la violencia contra una mujer.

La primera, “No dejes que me malentiendan” (“Don´t let me be misunderstood”), es una canción de 1964, compuesta inicialmente por Horace Ott, y luego completada por Bennie Benjamin y Sol Marcus (tres varones, con amplia experiencia componiendo canciones desde 1940). Ott la compuso tras una “acalorada” pelea con su esposa (se habían casado hacía poco), Gloria Caldwell (ella aparece como autora en los créditos de la canción en lugar de Ott, por cuestiones legales que desconozco).

A la canción se la dieron inicialmente a Nina Simone, quien fue la primera que la grabó, en una versión muy lenta, pero en la que se luce, como siempre, su gran voz. Un año después, The Animals (de quienes ya comentamos su cover de “The House of the Rising Song”) hicieron una versión más roquera, en la que se luce la voz de Eric Burdon pero los demás músicos hacen la plancha. La canción tuvo, y tiene hasta el día de hoy, muchos covers (tanto de varones como de mujeres, Joe Cocker, Cindy Lauper, montones), pero elegí uno de 1977, del grupo fusión latina franco-estadounidense Santa Esmeralda, que le meten castañuelas, guitarra flamenca, mucho disco dance, mucha bizarreada, y algunos gestos notables del cantante Leroy Goméz. (Digresioncita: Me dice mi hermana la quinta que esta fue la versión elegida por Tarantino para Kill Bill, en la escena en que Beatrix se bate a duelo de katanas afiladas con O-ren Ishii, en un jardín japonés nevado).

¿De qué va la canción? Un hombre le habla a una mujer con la que mantiene una relación (esposa, novia, amante). Él le hizo a ella algo malo; no se dice qué, pero él lo llama “pequeñas cositas tontas” de las que “se arrepiente mucho” (eso muestra que esto es algo que sucedió más de una vez, que no es un evento único). Ahora bien: ¿le levantó la voz?, ¿se olvidó de levantar la tapa del inodoro?, ¿acaparó el uso del control remoto?, ¿usó todo el queso rallado? Esas transgresiones leves no ameritarían una canción entera: lo menos que él hizo es pegarle, a ella. Por lo menos.

(Otra mini digresión: usar todo el queso rallado sí ameritaría toda una canción de disculpas, como ya comprobamos con “Esperando el impacto”, de la Bersuit.)

Lo notable es que él no le pide perdón, por pegarle (o peor): la canción es un largo intento de justificación por parte de él, en el que se detallan todos los clichés del pegador: “vos sabés cómo soy”, “a veces me pongo un poco loco”, “nadie es un ángel”, “cuando las cosas van mal me pongo nervioso” “y entonces vos tenés que aguantar mi lado malo”, “nunca quise desquitarme con vos”, “porque te amo”, “pero soy humano, tengo mis defectos”, “a veces hago algunas tonterías, y después me arrepiento”... Las estrofas despliegan todo el manual, y el estribillo cierra con moño: “Soy un hombre que tiene buenas intenciones”... y enseguida pone al Señor (otro varón) como testigo, para pedir por favor que “no me dejes ser mal entendido”. Al terminar la canción, casi como que uno la puede ver a ella, llena de moretones, y a él ofendido enfrente, exigiéndole que sea ella la que le pida perdón a él, por “haberlo entendido mal”.

Claro que para ver todo esto hay que prestar un poco de atención a la letra (Pero para eso estoy, ¿no? Ya me conocen). A lo largo de las décadas, muchísima gente no vio nada malo con la argumentación y se puso, automáticamente, del lado de él, del cantor: tiene razón, che. Pobre.

(Cuando a la canción la canta una mujer, suele cambiar los pronombres, de forma que no sea expresamente varón quien canta; ahí ya sí queda más oscuro de qué se está hablando, porque aunque habrá mujeres que peguen, son muchas menos que los varones, y entonces uno no piensa automáticamente que ella lo estuvo fajando a él, al escuchar la canción.)

En fin. Escuchen la canción, lean la letra y saquen sus propias conclusiones. O me saco el cinto.

 

https://www.youtube.com/watch?v=ChwkizWC8fc

Don't let me be misunderstood

 

Baby, do you understand me now

Sometimes I feel a little mad

Well, don't you know that no-one alive

Can always be an angel

When things go wrong I seem to be bad

 

 

Pero I'm just a soul who's intentions are good

Oh Lord, please don't let me be misunderstood

 

Baby, sometimes I'm so carefree

With a joy that's hard to hide

And sometimes it seems that all I have do is worry

And then you're bound to see my other side

 

Pero I'm just a soul who's intentions are good

Oh Lord, please don't let me be misunderstood

 

If I seem edgy, I want you to know

That I never meant to take it out on you

Life has it's problems and I've got my share

And that's one thing I never meant to do

'Cause I love you

 

Baby, don't you know I'm just human

And I've faults like any other man

And sometimes I find myself long regretting

Some foolish things, some little simple things I've done

But I'm just a soul who's intentions are good

Oh Lord, please don't let me be misunderstood.

No dejes que me malentiendan

 

Nena, vos ya me entendés.

A veces estoy un poco loco.

Bueno, sabés que nadie que esté vivo

puede ser siempre un ángel.

Cuando las cosas van mal, parece que me vuelvo malo.

 

Pero solo soy un alma con buenas intenciones;

oh, Señor, por favor no dejes que me malentiendan.

 

Nena, a veces me siento tan despreocupado

con una alegría difícil de ocultar,

y a veces parece que lo único que hago es preocuparme

y entonces vos te ves obligada a ver mi lado oscuro.

 

Pero solo soy un alma con buenas intenciones;

oh, Señor, por favor no dejes que me malentiendan.

 

Si me veo crispado, quiero que sepas

que nunca quise desquitarme con vos.

La vida tiene sus problemas, y yo recibí mi parte.

Y eso es lo único que nunca quise hacer,

porque te amo.

 

Nena, ¿no sabés que soy tan solo humano?

Y tengo defectos como cualquier hombre,

y a veces me veo arrepintiéndome mucho

de algunas cosas tontas, simples cositas tontas que hice.

 

Pero soy solo un alma con buenas intenciones;

oh, Señor, por favor no dejes que me malentiendan.

 

Y la otra canción que traje hoy es “La serrana” (también conocida como “La serranilla”), un romance medieval español (ya comenté varios de ellos, la música medieval es una de las áreas preferidas del blog) musicalizado por Joaquín Díaz (un amigo del blog también), pero en este caso en la muy reciente versión del grupo de folk medieval Alalumbre.

Como todos los romances medievales, esta es una canción narrativa, se cuenta una historia. En este caso, muy cinematográficamente, casi que uno puede ir viendo las diferentes escenas.

En un paisaje nevado, y mientras cae el aguanieve, una joven serrana camina sola, para ir al casamiento de su hermano (como la nieve está alta, ella tiene que “arrezagar” su falda, para poder avanzar):

Por la montañita arriba camina la serranilla

con la falda arregazada y la nieve a la rodilla.

La nieve caía a copos y agua menudita y fría,

con el pie pisa la nieve, con el zapato la trilla.

 

Entonces, en medio de la nada, ve a alguien que la está mirando, y lo reconoce: es uno de sus pretendientes. Apenas lo ve, ella se pone a correr, temerosa de que él la ataque. ¿Es otro malentendido? No, ningún malentendido, porque él también se pone a correr tras ella:

Echó la vista hacia atrás, por ver si alguno venía;

la estaba viendo un galán de los que la pretendían.

La niña de que le vió, dejó de andar y corría;

mucho corría el caballero, no tanto corre la niña.

 

La diferencia de velocidades hace inevitable el alcance, y entonces, al pie de un olivo nevado, se produce un diálogo. Es genial cómo el diálogo parece de lo más normal (“¿adónde vas?”, “voy a tal lado”), pero ya sabemos que ella ya está atrapada, sin posibilidades de escapar, así que por detrás de las palabras está lo que sucede de verdad, que es una escena cargada de violencia.

Donde la vino a alcanzar, al pie de la verde oliva,

la oliva como era amarga, amargamente decía:

—¿Dónde va la niña blanca, donde va la blanca niña?

—Voy a bodas de mi hermano, que casarse pretendía.

 

Acá el “galán” le sugiere que la puede acompañar, para que no viaje sola. Pero ya sabemos que una cosa es lo que está diciendo él y otra lo que sucede, y eso se pone en claro ya en la siguiente respuesta de ella, en la que aclara que ella no lo quiere y, ya dejando bien en claro lo que está pasando, le pide que la mate, si quiere, pero que no la viole. A lo que él responde que no, que precisamente lo que va a ser es violarla, aunque no matarla (será porque ¿es un caballero?...):

—Si tú me quieres a mí, yo iría en tu compañía.

—Yo no te quería a ti, que mis padres no querían;

no me quites el honor, aunque me quites la vida.

—Te he de quitar el honor, no te he de quitar la vida.

 

Y aunque la canción no lo dice, aquí se pasa del dicho al hecho, y él empieza a atacarla. En ese momento, a él se le cae el puñal que llevaba. Ella lo agarra y se lo clava a él, matándolo.

Es muy genial que la canción no aclara que él la está intentando violar, pero ella lo apuñala “por la espalda”, algo que, en tanto él no se estaba yendo, solo puede ocurrir... si él está encima de ella, o muy pegado a ella.

Al verse morir, él se preocupa porque ella le cuente a todos que lo mató con su propio puñal (en tanto es un noble, se ve que no le molesta, o no piensa posible, que ella lo acuse de ser un violador):

Estando en estas palabras, el puñal se le caía,

la serrana, que no es torpe, con su mano le cogía.

Se lo clavó por la espalda, a un costado le salía.

Con las ansias de la muerte, estas palabras decía:

—No te vayas alabando, ni en tu tierra ni en la mía,

que has dado muerte a un galán con las armas que él traía.

 

Y en el final de la película, ella carga el cuerpo en el caballo, lo sube a la montaña, encuentra a un ermitaño y le pide que lo deje enterrar allí, para que nadie sepa nunca lo que ocurrió (bah, lo sabe el ermitaño, pero como no se habla con nadie, no hay peligro de que vaya chusmeando). El ermitaño entiende lo sucedido, y accede al pedido de la serrana. En un detalle de cierta ironía, ella cava la tumba del galán con el puñal de él, el mismo con el que lo mató:

 

Se le cogió en el caballo, sube montañas arriba

donde había un ermitaño ganando su santa vida.

—Por Dios te pido, ermitaño, por Dios te lo pediría,

que me dejes enterrar un cuerpo que aquí traía.

—Entiérrale niña blanca, entiérrale, blanca niña.

Con el su puñal dorado, la sepultura le hacía.

 

Con lo cual termina la película policial-medieval con un crimen en defensa propia, pero que nunca es esclarecido. Un final bastante feliz, considerando.

En su cover, Alalumbre toma la hermosa musicalización de Joaquín Díaz, para este romance, pero le agregan una introducción en la que, como noticia periodística, se encontró el puñal junto a una tumba sin nombre cerca de una ermita, y conecta ese hallazgo cuasi arqueológico con la historia “de un caballero que desapareció sin dejar rastro, hace quinientos años”, un misterio que nunca fue develado (pero que se explica, claro, en el romance).

 

Por Alalumbre:

https://www.youtube.com/watch?v=iIw8Yf8om4Y

 

La serrana

Por la montañita arriba camina la serranilla

con la falda arregazada y la nieve a la rodilla.

La nieve caía a copos y agua menudita y fina,

con el pie pisa la nieve, con el zapato la trilla.

Echó la vista hacia atrás, por ver si alguno venía;

la estaba viendo un galán de los que la pretendían.

La niña de que le vió, dejó de andar y corría;

mucho corría el caballero, no tanto corre la niña.

Donde la vino a alcanzar, al pie de la verde oliva,

la oliva como era amarga, amargamente decía:

—¿Dónde va la niña blanca, donde va la blanca niña?

—Voy a bodas de mi hermano, que casarse pretendía.

—Si tú me quieres a mí, yo iría en tu compañía.

—Yo no te quería a ti, que mis padres no querían;

no me quites el honor, aunque me quites la vida.

—Te he de quitar el honor, no te he de quitar la vida.

Estando en estas palabras, el puñal se le caía,

la serrana, que no es torpe, con su mano le cogía.

Se lo clavó por la espalda, a un costado le salía.

Con las ansias de la muerte, estas palabras decía:

—No te vayas alabando, ni en tu tierra ni en la mía,

que has dado muerte a un galán con las armas que él traía.

Se le cogió en el caballo, sube montañas arriba

donde había un ermitaño ganando su santa vida.

—Por Dios te pido, ermitaño, por Dios te lo pediría,

que me dejes enterrar un cuerpo que aquí traía.

—Entiérrale niña blanca, entiérrale, blanca niña.

Con el su puñal dorado, la sepultura le hacía.

 

 

Como cierre, un par de covers y un bonus track:

- Versión de The Animals de “No dejes que me malentiendan”:

https://www.youtube.com/watch?v=IC6uXVGVnq0

 

- La versión de Nina Simone:

https://www.youtube.com/watch?v=RtgJjYvv0dU

 

- Versión de “La serrana” por Joaquín Díaz:

https://www.youtube.com/watch?v=sYMi6CJXimk

 

- Y el bonus: “El traidor Marquillos”, otro romance con no uno, sino dos degollamientos, y en el que un intento de violación se ve frustrado por la astucia de Blancaflor, la noble mujer atacada (cabe aclarar que hay otros romances en los que la violación se concreta, no es que todos terminan "bien"):

https://www.youtube.com/watch?v=rbVsLOEFEkc

 

Y eso es todo por hoy. Pueden ir en paz.
Pero mejor corran, por las dudas.

 

DJ Vago

 

 

 

viernes, 3 de marzo de 2023

Antídoto incluido

 

“Who will sing me lullabies?”, de Kate Rusby (2001) y “La sachapera”, de Carlos Carabajal y Oscar Valles (década de 1960)

 

Hace unos años hice por acá una serie de posteos titulada “Canciones de cuna para no pegar un ojo”, y la primera canción que traigo hoy podría tranquilamente entrar allí, porque es una canción de cuna y, a la vez, un lamento sobre la imposibilidad de sí misma.

Es de Kate Rusby (cantante folk inglesa de quien ya comenté un par de canciones, en particular covers de canciones medievales), en su disco Little Lights (“Lucecitas”), de 2001.

Kate tiene una bella voz, pero más allá de eso la canción, musicalmente, no es nada impresionante: una balada lenta y sin estridencias (como corresponde a cualquier canción de cuna que se precie). De hecho, uno podría dormirse, escuchando esta canción... siempre que no le preste atención a la letra, que es en extremo deprimente y se centra en la pregunta que da título a la canción: “Y ahora, ¿quién me va a cantar canciones de cuna?”. Ese “y ahora” recuerda a los personajes de Chespirito que llaman al Chapulín Colorado (“Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?”), pero acá no va a venir nadie a ayudar a la cantora: la respuesta a la repetida pregunta es un enorme: nadie. Nadie te va a cantar canciones de cuna nunca más. Ya sea porque murió la persona que lo hacía (¿tu mamá, quizás?), o porque se mudó a El Bolsón, o, más probablemente, porque te echó de su casa, tras mantenerte durante décadas. O, lo más probable, simplemente porque creciste, ya sos adulto/a y la sociedad supone (quizás erróneamente) que ya podés dormirte sin que te canten.

Con lo que la pregunta es, en el fondo, una excusa, y la canción es una certera definición de cómo es la vida adulta. Uno está roto, en ciertos momentos, y no se ve arreglo posible, y nos sentimos completamente desamparados, y nos haría falta alguien que nos cantara una canción de cuna, que nos cuidara, que nos protegiera o, simplemente, que estuviera allí cerca. Si jamás sentiste eso, qué suerte, y ojalá nunca te pase (pero lo más probable: ya te va a tocar).

Después Kate se pone a hablar de los ángeles, del Cielo, de las estrellas y del hombre en la Luna, pero en lo que todos esos personajes coinciden es en que no le dan la menor bola.

Es, sin dudas, una canción muy triste, como podrán comprobar si cliquean el link:

https://www.youtube.com/watch?v=No5FkAmTaJY

 

Who will sing me lullabies?

 

Lay me down gently,

lay me down low

I fear I am broken

and won't mend I know

There's one thing I ask

when the stars light the skies

Who now will sing me lullabies?

Oh, who now will sing me lullabies?

 

In this big world I'm lonely,

for I am but small

Oh, angels in heaven,

don't you care for me at all?

You heard my heart breaking for it rang through the skies

So why won't you sing me lullabies?

Oh, why won't you sing me lullabies?

 

I lay here, I'm weeping

for the stars they have come

I lay here not sleeping,

now the long night has begun

The man in the moon,

oh, he can't help but cry

There's no one to sing me lullabies

Oh, there's no one to sing me lullabies

 

Who will sing me to sleep?

¿Quién me cantará canciones de cuna?

 

Haceme dormir con cuidado,

haceme dormir profundo,

temo que estoy rota

y no hay arreglo que conozca.

Hay solo una cosa que pido

cuando las estrellas alumbran los cielos:

¿quién me cantará canciones de cuna, ahora?

Oh, ahora quién me cantará canciones de cuna.

 

En este mundo grande estoy muy sola

porque si algo soy es pequeña.

Oh, ángeles del cielo,

¿no les importo para nada?

Escucharon mi corazón que se rompía,

resonó por todo el cielo,

entonces, ¿no me cantarían canciones de cuna?

Oh, ¿por qué no me cantan canciones de cuna?

 

Acá estoy acostada, estoy llorando

ante las estrellas que llegaron.

Acá acostada, no duermo,

ahora ya empezó la larga noche.

El hombre en la Luna

oh, no puede evitar llorar:

no hay nadie que me cante canciones de cuna.

Oh, no hay nadie que me cante canciones de cuna.

 

¿Quién me cantará para que me duerma?

 

Pero no quería dejarlos así, envenenados de tristeza, así que termino el posteo con una canción-antídoto, “La sachapera”, de Carlos Carabajal y Oscar Valles, compuesta en algún momento de la década de 1960 (no pude encontrar el año exacto).

¿Qué tiene que ver con la canción anterior? Nada. Pero “La sachapera”, que es una de mis chacareras favoritas (lo que equivale a decir: una de mis canciones folclóricas favoritas), repite al final de cada estrofa (y del estribillo también) siempre un mismo verso, tan breve como contundente:

Con la chacarera doble se curan todas las penas.

 

Y es cierto, uno no puede escuchar ese verso sin sentir que lo peor ya pasó. Hasta a mí, que soy Lo Quieto, me dan ganas de bailar (ganas nomás, eh, no llego a tanto). Si Kate Rusby escuchara esta chacarera como canción de cuna, no sé si podría dormir, pero al menos dejaría de estar triste.

[Digresión, va el Gato con Explicaciones: La chacarera doble es como cualquier chacarera, salvo en que las estrofas duran doce compases en lugar de ocho, y la intro tiene unos compases extra también, en comparación con la chacarera simple; es una diferencia de duración de las partes nomás.

Y la sachapera (algunos la llaman en dos palabras, “sacha pera”, porque “sacha” significa “del monte”: una “pera del monte”, sería) es un árbol bajo, arbustivo, el Acanthosyris falcata (todo esto me lo dicta mi hermana la segunda, la jardinera de la familia), con hojas en forma de hoz y fruto redondo, pequeño, amarillo y comestible (aunque nunca lo probé, no sé si de verdad tiene sabor a pera). 


Fin de las explicaciones.]

 

La canción empieza describiendo a la amada, quien además de linda (“churita”), baila muy bien (como Popotito, pero en diferente género musical); a ella es a quien se compara con los frutos dulces y agrestes del monte:

Dulce fruto de mi pago,

criollita sabagastera,

boquita de arrope y tuna,

juguito de sachapera.

 

Enseguida se pasa a describir los highlights de ese monte, esa tierra santiagueña que es, para el cantor, toda su vida:

Da gusto andar por los montes

cuando la noche despierta,

besando los algarrobos

con su llovizna de estrellas.

 

Y en el estribillo se anuncia que en Santiago lo espera la Salamanca (que es originalmente un congreso de brujas y diablos, pero en Santiago, además, el festival de la chacarera), y que allí dejará el corazón (el zonko) por cantarle a su tierra natal.

 

Con lo cual vemos que la canción va entramando-trenzando tres elementos interconectados: el amor (la persona amada), la música (la chacarera) y la tierra (el monte santiagueño). Esa trinidad es el dios del cantor, y le aseguran que las penas (que lo vienen siguiendo a corta distancia) nunca lo alcancen o, si lo alcanzaran, que se curen rápido, con el infalible antídoto de la chacarera doble.

Entre las muchas versiones disponibles, elegí la de Los del Portezuelo, que tiene la versión de la letra que prefiero (donde el fuego del amor es encendido por las enaguas de la amada, en vez de por sus labios, y el zonko se deja en la Salamanca, en lugar de dejárselo a la amada al partir):

 

https://www.youtube.com/watch?v=g6jEEwSk2mU

 

La sachapera

Churita, mi buena moza,

balanceando la pollera,

bailando es la más donosa,

morenita santiagueña.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Dulce fruto de mi pago,

criollita sabagastera,

boquita de arrope y tuna,

juguito de sachapera.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Da gusto andar por los montes

cuando la noche despierta,

besando los algarrobos

con su llovizna de estrellas.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Estribillo:

En Santiago del Estero

la Salamanca me espera,

el zonko dejarle quiero

para cantarle a mi tierra.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Bien haiga mi buena moza,

has encendido una hoguera

con el fuego de tu enagua

es mi amor leñita seca.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Pa'l tiempo de la arropiada

hay una luna hechicera

que en medio de las vidalas

cantando coplas se queda.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Con harina de algarroba

voy a endulzar las tristezas,

que por andar en amores

me van siguiendo de cerca.

Con la chacarera doble

se curan todas las penas.

 

Como cierre, van algunas versiones alternativas y covers.

 

- Versión de “Who will sing me lullabies?” por el Coro de Niñas Rubias del pueblo de Barnsley (donde nació y vive Kate Rusby). No estoy cien por ciento seguro, pero me parece que es la mismísima Kate quien está dirigiendo el coro. (Lo de “Rubias” lo inventé yo, no es el nombre del coro, eh. No son todas rubias, igual, solo el 98%).

https://www.youtube.com/watch?v=KtJlx_HAM1U

 

- “La sachapera” por Nati Pastorutti, en un festival reciente (2022):

https://www.youtube.com/watch?v=bQrzcjglX9k

 

- Por Abel Pintos, en el celu nomás, acústico:

https://www.youtube.com/watch?v=udinGKTlDnA

 

- Y la versión icónica de Los Manseros Santiagueños, que es como el metro patrón contra el cual se deben medir, por toda la eternidad, todas las demás versiones de “La sachapera”:

https://www.youtube.com/watch?v=Mqnwf3xc0sE

 

Y eso es todo por esta semana. Ya sin penas (al menos hasta la noche), pueden irse en paz nomás, zarandeando.

DJ Vago