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martes, 15 de septiembre de 2020

[242] Nadie está preparado para afrontar esto

 

“Doble identidad”, del Cuarteto de Nos (2009)

 

Sigue la serie “El que no corre vuela”, y hoy toca tema de volar. Vamos volando, entonces, con “Doble identidad”, del Cuarteto de Nos, en su disco Bipolar, de 2009 (que es, a su vez, la segunda parte de una trilogía musical que empezó en el disco Raro, de 2006, y se completó con Porfiado, en 2012).

Roberto Musso es el autor del 80% de las canciones del grupo, incluyendo las más famosas (como “Ya no sé que hacer conmigo”, comentada en este blog en su primera temporada, posteo 35, junio de 2013, junto con el tema homónimo de Dusty Springfield y White Stripes). Este tema, sin embargo, no es de él, sino de su hermano, Ricardo (“Ricky”) Musso, así que comprobarán que tiene una onda bien diferente de la típica canción del cuarteto, pues no hay aquí sobreabundancia de rimas estrafalarias ni atisbos de rap rioplantense.

Esta canción (que me encanta) cuenta toda la historia de un personaje, es casi como una película. Y es una peli desuperhéroes. El cantor, en primera persona, nos habla sobre su vida de héroe, y cómo mantiene una doble identidad, pues “para disimular” trabaja en una oficina entre archivos y expedientes, en una existencia gris, silenciosa y solitaria (“la soledad de los héroes como yo es inevitable”). Me encanta la conclusión de la primera estrofa, cuando le habla a quien está escuchando y le asegura que “no entenderías” esa existencia doble de superhéroe volador/ofinista gris, pues “nadie está preparado para afrontar / la verdadera naturaleza del mundo”.


En ese mundo doble, el gris oficinista se mete en su ropero y allí entra en un búnker transparente, donde puede ser quien verdaderamente es, un héroe; el resto del tiempo, se disfraza de hombre corriente para “entreverarse” y “ser uno más entre la gente” (al igual que Súperman, su traje de héroe es su verdadera ropa, en tanto que cuando va de ciudadano común es cuando está disfrazado).

Llega el estribillo, en el que el héroe, libre de disfraces, vuela sobre la ciudad, protegiéndonos a todos:

Soy el que sube

y vuela sobre la ciudad.

No te preocupes,

yo velo por tu integridad.

Capa y espada

y un mundo para salvar:

esta es mi vida

y no preciso más.

 

Por supuesto que queda flotando la duda de si las cosas son realmente como las pinta el cantor o son simplemente fantasías, intentos desesperados de un semi-loco para evadirse de una realidad sombría y sin perspectivas. ¿Vuela de verdad? ¿O es héroe solo en su mente, mientras está metido en el ropero, solo y sin amigos? Cada uno puede responder como prefiera, y creo que un acierto de la canción es que da indicios para sustentar las dos interpretaciones, pero nunca termina de definir esa ambigüedad.

En la tercera estrofa, la historia avanza tal como uno prevé que avanzaría una película de superhéroes latinoamericana: se pudre todo. Le dicen al héroe que no es imprescindible y que se tiene que retirar (y de nuevo, no queda claro si se habla de su rol de superhéroe o de su trabajo como oficinista, o de ambas cosas a la vez). Él les advierte que “ya se arrepentirán”, y que cuando lo necesiten de nuevo, él, por puro despecho, ya no los va a ayudar, y que no va a estar esperando ansioso a que lo llamen de nuevo, como Batman los domingos a la tarde, cuando espera la batiseñal con las patas en la palangana y tomando un mate medio lavado.

En la repetición, el estribillo cambia, y vemos que la vida del ex-superhéroe es ahora trapear pisos (ya no sigue en la oficina), totalmente olvidado y considerado innecesario por la ingrata sociedad que él tan heroica y voladoramente protegía.

Y en la última repetición del estribillo, aparece un verso final que fue censurado en la versión del disco y en las plataformas de descarga musical, pues alude a un intento de suicidio:

si no se van, voy a saltar


O sea: el ex-héroe tocó fondo, ya sin trabajo y sin razón de ser, y ahora está en la cornisa de un edificio, a punto de tirarse y, una vez más, “volar sobre la ciudad”, hasta quedar aplastado contra las baldosas.

Pero uno se pregunta, incluso en ese final aparentemente depre, si al tirarse del rascacielos él no saldría volando en serio, demostrándoles a todos que sí era un superhéroe después de todo. Gente de poca fe. No me llamen, ahora.

 

https://www.youtube.com/watch?v=orN0k6ucNAE

  


Doble identidad

Tengo doble identidad,

velo por la humanidad

persiguiendo delincuentes

y para disimular

es que vengo a trabajar

entre archivos y expedientes.

No entenderías,

nadie esta preparado

para afrontar

la verdadera naturaleza del mundo.

 

Reviso mi placard

y me voy a ocultar

en mi búnker transparente,

metido en un disfraz

me vuelvo a entreverar,

uno más entre la gente.

Vivo en silencio,

no tengo vida propia:

la soledad

de los heroes como yo es inevitable.

 

Soy el que sube

y vuela sobre la ciudad.

No te preocupes,

yo velo por tu integridad.

Capa y espada

y un mundo para salvar:

esta es mi vida

y no preciso más.

 

Me quieren retirar,

me tratan de explicar

que no soy imprescindible.

Ya se arrepentirán,

me vendrán a buscar

y no estaré disponible.

No, ya no me insistan,

yo no estaré esperando,

ni voy a estar

sobre el contestador o atrás de la puerta.

 

Soy el que sube

y vuela sobre la ciudad.

No te preocupes,

yo velo por tu integridad.

Trapos y escobas

y un piso para baldear:

esta es mi vida

y no preciso más.

 

Soy el que sube

y vuela sobre la ciudad.

No se preocupen:

si no se van, voy a saltar.

 

Y eso es todo por hoy, tengo que ponerme mi capa (una frazada) y emprender mi importante misión (una siesta) para salvar el mundo (entre ronquidos).

La semana que viene, o cuando deje de volar, tocará volver al suelo con una canción de correr o caminar. Nos vemos.

Súper DJ Vago

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