solo un tema por semana,
y con que le guste al diyei alcanza

miércoles, 9 de diciembre de 2015

[150] Te convido a creerme


“Cuando digo futuro”, de Silvio Rodríguez (1977)


Hoy termina por fin la tercera temporada.



Creo que tengo que revisar mi idea de temporada, porque esta duró más de un año: el primer posteo (el 101), sobre Gilda y “No me arrepiento de este amor”, es del 2 de diciembre del año pasado.

Si algún despistado cae a este blog por esta entrada, le cuento que aquí se comenta un tema musical por semana. En algunas semanas en que me siento particularmente energético, dos temas (por eso en la tercera temporada comenté 56 temas en lugar de 50). En mi barrio me dicen el Ecléctico, así que en el blog entran temas de prácticamente todos los géneros musicales, del tango al heavy metal, del rap a la música clásica, zambas y temas pop, romances medievales, arias de ópera, música celta y bolero, jazz y cumbia. Es que tengo la mente tan abierta que a veces me descuido y se me cae el cerebro.

En las 150 entradas del blog no encontrarán reguetón ni Arjona. Como expliqué alguna vez en los comienzos de este proyecto, esta carencia no se debe a una cuestión de principios: si alguna vez algún reguetonero o Ricardo deciden componer una canción buena, con mucho gusto la comentaré en el blog. Pasaron tres años y no sucedió, pero bueno, la esperanza es lo último que se pierde etcétera. Quién te dice que el año que viene llega una cebra sin rayas al Serengueti y te hace tirar al tacho las teorías.

Tampoco le hice asco a ningún idioma. Todos los temas, cuando tienen letra, están presentados en su idioma original y con la traducción correspondiente al castellano. En el blog hay temas en dieciocho idiomas, lo cual no sé a ustedes, pero a mí me impresiona de mí mismo: español, inglés, catalán, francés, portugués, chino, alemán, italiano, vasco, danés, ruso, gaélico, japonés, latín, zulú, árabe, manx (sí, es un idioma), escocés. Y no estoy contando el cordobés y el dialecto aserejé.

Así y todo, si hubiera una cuarta temporada, tengo en carpeta mental temas en gallego, sueco, polaco, griego, quechua y guaraní.

Sigue habiendo deudas en el blog. Es inevitable. Hay folclore, pero poco. Janis Joplin, los Rolling Stones, los Redondos, Chopin, Bob Dylan y unos cuantos más siguen esquivando aparecer, increíblemente.

Pero bueno. Este año fui a verlo a Serrat, perdí un trabajo y empecé otro, fui esponsoreado generosamente otra vez por mis seis hermanas, mi costado vasco se volvió un poco más terco y mi costado catalán un poco más amarrocador. Y me cansé. Me cansé mucho. Bah, como todos los años.

No sé si valió la pena hacer este blog y, sobre todo, hacerlo durar tanto; 150 entradas es más de lo que puede leer en un día el más experto booktuber adolescente. Sé que tuve algunas semanas buenas, en los tres años: y cuando coincidió una semana buena mía con un tema musical memorable (por lo bueno, por lo bizarro, por lo extraño o lo sorprendente), el resultado fue una entrada potable. Las entradas potables están ahí en algún lado, se los juro: búsquenlas y las encontrarán.

Sé que no hay muchos lectores del blog, pero fueron, a lo largo de los tres años, muchos más de los que esperaba. A todos ellos, incluso a los que solo pasaron una semana y se fueron escandalizados, muchas gracias por su atención.

Y me doy cuenta de que estoy largando, además de un autobombo feroz, un tono de despedida, y es que hoy realmente no sé si volveré para una nueva temporada. Quizás sí, pero no sé cuándo. Mi cuerpo agotado ya no se conforma con la típica siesta de cuatro horas: me pide hibernar. Y los Vagot agarramos viaje, cuando nos convidan a descansar.

Hablando de convidar: basta de cháchara y vamos nomás con el tema semanal, que cierra la serie “Cuando digo futuro” y que se titula, redundantemente, “Cuando digo futuro”, de Silvio Rodríguez, que apareció en el disco Cuando digo futuro, de 1977 (el tema lo había compuesto unos años antes, igual).



A mí me encanta Silvio. No solo hizo canciones memorables: tiene esa voz tan particular, que será de las voces que más extrañaré en el mundo, si alguna vez me falta.
“Cuando digo futuro” es una larga invitación; la canción abre y cierra con ella: “te convido a creerme cuando digo futuro”. A pesar de lo que nos dijeron los Sex Pistols la semana pasada, o nos dieron a entender Black Sabbath o la Bersuit en semanas anteriores, sí habrá un futuro. 

Silvio no puede asegurarlo, pero nos convida a creerlo, y aunque considera que debería alcanzarnos con su palabra al respecto, igual nos da, por las dudas, una serie de argumentos para fundamentar la existencia de ese futuro que no nos parece muy probable.
Así, la cercanía de la naturaleza (la tierra, la lluvia, la savia) y la realidad física del ser humano (mis ojos, mi cuerpo, mis manos) se vuelven argumentos a favor del futuro: el mundo seguirá existiendo, por más desastres que nos impongan los que se adueñaron de él. “Hay 20.000 nuevas semillas en el valle desde ayer”, y no pueden evitar que broten.

Pero también hay razones sociales en favor del futuro: somos personas que se juntan en pos de lograr el futuro. Los “restos de desesperados” y la “paciencia” son también una esperanza de futuro, “y queda más”: la lista no está completa, hay más cosas que no es necesario, y tal vez ni siquiera es posible, decir.

El mundo del presente feroz está hecho de hierro y de roca, pero debajo de él late un “país de pan”, algo blando y vivo, suave pero imparable. Y los hierros se fundieron ya.

La última estrofa presenta a los niños y a los jóvenes en acciones cotidianas: no necesitan hacer nada espectacular, no necesitan salvar el mundo: lo están salvando solo con reír o con tener sueño o con caminar o con arreglar una pollera, porque “es importante desde un niño hasta el largo de un vestido”. Ser humanos sencillos y honestos en nuestra humanidad es, para Silvio, lo que nos permite creer que habrá un futuro.

Él lo cree, y nos convida a creerlo también, a pesar de todo.

Y la canción termina con esa invitación, cantada en una forma memorable, que eriza los pelos: uno de los 20 versos mejor cantados en la historia de la canción mundial, en mi ránking.



Cuando digo futuro
Te convido a creerme cuando digo futuro.
Si no crees mi palabra, cree en la angustia de un grito,
cree en la tierra, cree en la lluvia, cree en la savia.

Te convido a creerme cuando digo futuro.
Si no crees en mis ojos, cree en el brillo de un gesto,
cree en mi cuerpo, cree en mis manos que se acaban.

Hay veinte mil nuevas semillas en el valle desde ayer.
Hay restos de desesperados, hay el hombre y la mujer.
Los hierros se fundieron ya,
hay la paciencia y queda más.

Hay un país de roca en ruinas bajo otro país de pan,
hay una madre que camina codo a codo con su clan.
Los hierros se fundieron ya,
hay la paciencia y queda más.

Hay cuatro niños ahora mismo sonriendo en una playa
y en la trastienda de una bala un militar que no ha dormido.
Y aquella misma muchachita vuelve a recortar su saya.
Es importante desde un niño hasta el largo de un vestido.
Los hierros se fundieron ya,
hay la paciencia y queda más.

Yo te convido a creerme
cuando digo futuro.



Y así termina esta tercera temporada (en los próximos días, como un exceso de laboriosidad, incluiré un índice completo de las tres temporadas).

No me extrañen. O sí extráñenme, qué sé yo, hagan lo que quieran. Lo único que puedo proponerles es que crean en el futuro, esté o no esté yo en él.

Hasta entonces,


DJ Vago

martes, 1 de diciembre de 2015

[149] No futuro para mí




“Dios salve a la reina”, de los Sex Pistols (1977)



Como penúltima entrega de la serie “Cuando digo futuro”, de la temporada y quizás de este blog todo, vamos con “God save the queen”, uno de los más famosos temas de los Sex Pistols, mítica banda punk que duró poco más de dos años y sacó un solo disco, y así y todo le alcanzó para ser una de las bandas más influyentes y memorables del rock mundial; podría decirse incluso que sin ellos, el punk quizás nunca hubiera existido, o al menos no hubiera tenido futuro.

La canción es energética, incesante (bien punk, de hecho tienen que repetir casi todas las estrofas para que dure tres minutos) y en cierta forma alegre (Johnny Rotten, el pelirrojo y entrañable cantante, parece divertirse mucho al “entonarla”, sin soltar su latita de cerveza), aunque por cierto su letra no es positiva: el mensaje principal es que no hay futuro. Mejor dicho: hay futuro, pero no para cualquiera. Tal vez haya futuro para la fucking reina, para el régimen fascista y los custodios del sistema, pero no lo dudes: no hay futuro para vos, no hay futuro para mí. No futuro para la gente de a pie, para los laburantes, que se quedan fuera del cuadro cuando la Nación (Inglaterra en este caso, pero vale cualquiera) sueña.



El primer verso de la canción, “Dios salve a la reina”, es nada más ni nada menos que el título del himno inglés. El segundo verso define ese himno y esa persona, ese símbolo centenario de la realeza británica etcétera, como un régimen fascista. Y el tercero y cuarto versos aclaran que te volvieron un estúpido, una bomba activada a punto de explotar, solo para que te creas que la reina es lo más y que tenés que defender ese régimen que te aplasta como algo bueno y propio.

Esa es nomás la primera estrofa. En la segunda estrofa y la tercera, se aclara que la fucking reina ni siquiera es un ser humano, y que no hay futuro en el sueño de Inglaterra (no para vos, no para mí).

En la cuarta estrofa se repite lo de “Dios salve a la reina” y se aclara, con cero creíble sinceridad, que “lo decimos en serio, man: amamos a nuestra reina, Dios la salve”. La ironía es evidente, más cuando uno los ve a los Sex Pistols, que realmente se esfuerzan por parecer “las flores en el basurero”, el veneno que emponzoña la hipócrita maquinaria social. “No hay futuro para vos, pero si hubiera alguno, sería volverte lo que nosotros ya somos”. No es alegre, el mensaje, pero es genial.



La canción salió en 1977, para el jubileo de la fucking reina Elizabeth II de Inglaterra. Que aunque parezca increíble, sigue siendo la fucking reina al día de hoy, con casi 90 años, lo que demuestra que los Sex Pistols tenían toda la razón, en 1977. Cientos de miles de personas los repudiaron, quemaron sus discos y sus posters, censuraron la canción impidiendo que fuera transmitida por algunas cadenas de radio y tevé, e incluso tuvieron que trampear fraudulentamente los charts para que la canción no llegara a ser Nº 1 de los rankings, y se quedara segunda.


Es que con los símbolos nacionales no se jode, ni en Inglaterra ni en ningún lado. Supongo que aquí pasaría algo parecido si a alguien se le ocurriera hacer (en serio) una canción contra Messi o Maradona o Tinelli o el papa Francisco: o mejor, contra los cuatro a la vez: crucifixión pública para el tal artista, menos que eso no creo.

Parece entonces que tenían razón los Sex Pistols y que el futuro se jodió para siempre, con este sistema que te explota y encima se te caga de la risa en la cara. Y sin embargo, aunque no pudieron vencer a la fucking reina (más longeva que Legrand), al menos pudieron mantenerse y sobrevivir como una piedra en el zapato, como una flor en el basurero: no hay pecado en ser un desposeído que grita, es solo justicia.

Y la conclusión, traspuesta al día de hoy y al lugar de aquí, es que aunque también parezca que no hay futuro (al menos, seguro, no para vos ni para mí), lo cierto es que por lo menos zafamos de tener reina, y podemos esperar (reclamar, imponer, conseguir) un cambio dentro de pocos años, cuando vuelvan a votar (yo lo intento pero no siempre llego, en general me levanto demasiado tarde, cuando ya cierran los comicios y anuncian al ganador equivocado).




God save the queen

God save the queen
The fascist regime
They made you a moron
Potential H-bomb

God save the queen
She ain't no human being
There is no future
In England's dreaming

Don't be told what you want
Don't be told what you need
There's no future, no future,
No future for you

God save the queen
We mean it man
We love our queen
God saves

God save the queen
'Cause tourists are money
And our figurehead
Is not what she seems

Oh God save history
God save your mad parade
Oh Lord God have mercy
All crimes are paid

When there's no future
How can there be sin
We're the flowers in the dustbin
We're the poison in your human machine
We're the future, your future

God save the queen
We mean it man
We love our queen
God saves

God save the queen
We mean it man
And there is no future
In England's dreaming

No future, no future,
No future for you
No future, no future,
No future for me

No future, no future,
No future for you
No future, no future
For you
Dios salve a la reina

Dios salve a la reina
el régimen fascista
te volvieron un estúpido
potencial bomba H

Dios salve a la reina
no es un ser humano
no hay futuro
en el sueño de Inglaterra

Que no te digan qué querés
que no te digan qué necesitás
no hay futuro, no futuro,
no futuro para vos

Dios salve a la reina
lo decimos en serio, man
amamos a nuestra reina
Dios la salve

Dios salve a la reina
porque los turistas son plata
y nuestra figurita
no es lo que parece

Oh, Dios salve la historia
Dios salve tu desfile de locos
oh Señor Dios ten piedad
todos los crímenes están pagados

Cuando no hay futuro
cómo puede haber pecado
somos las flores en el basurero
somos el veneno en tu máquina humana
somos el futuro: tu futuro

Dios salve a la reina
lo decimos en serio, man
amamos a nuestra reina
Dios la salve

Dios salve a la reina
lo decimos en serio, man
y no hay futuro
en el sueño de Inglaterra

No (hay) futuro, no futuro
no futuro para vos
no futuro, no futuro
no futuro para mí

No futuro, no futuro
no futuro para vos
no futuro, no futuro
no futuro para vos.



Hasta la próxima semana, si es que la hay,


DJ Vago

martes, 24 de noviembre de 2015

[148] Aguante las Leonas


“Kids”, de Marteria (2013), y “Manners”, de Julia Marcell (2014)



Soy inútil, pero solo por ahora: el futuro está llegando.
En “Clint Eastwood”, de Gorillaz.


Como cuarta entrega de la serie “Cuando digo futuro”, e intentando abstraerme durante un rato al menos de las elecciones, sus resultados y las amenazantes flores que se derraman de las bocas de los pacíficos, reseñaré dos temas relacionados con los jóvenes, que son, quien lo duda, los dueños del futuro. Estas canciones están hechas por jóvenes y hablan sobre la juventud.

El primer tema del que hablaré es un rap en alemán, de una banda alemana de rap new age, liderada por Marten Laciny. Tienen una onda muy “Cambalache” (si Discepolo fuera un veinteañero alemán actual, claro), en el sentido en el que el cantor añora un tiempo pasado que fue indudablemente mejor, y denosta este presente donde “todo el mundo” (en Alemania, al menos) tiene un buen pasar económico pero se aburre como una ostra, y nadie cree en los excesos, en la diversión, en el consumo de sustancias problemáticas ni en la irresponsabilidad, como en los “buenos viejos tiempos”.

La canción hace un largo listado de cómo eran las cosas y cómo son ahora, y el enorme aburrimiento que eso genera en el cantor, al punto que le dan ganas de suicidarse (figurativamente) poniendo dos dedos en la sien y diciendo: bang bang.

En la canción hay varias referencias específicas al mundo del rap y a algunos temas del grupo Marteria. Las explico no porque sean muy importantes, sino para que admiren cuánto sé sobre el rap alemán contemporáneo:

- “Nadie se tatúa Wu-Tan en el culo”. Wu Tan Clan es una banda de rap estadounidense muy famosa (ponele), con un logo que es una especie de W que se parece lejanamente a un águila. Supongo que muchos jóvenes fans se habrán tatuado ese símbolo en diversas partes del cuerpo.
- “Ahora todos son Troy”. Referencia a Alexis Troy, rapero alemán bonito, musculoso y que se vanagloria de llevar una vida saludable.
- “Nadie batalla hasta el End Boss”. Esto es, antes que nada, una referencia a los videojuegos: el End Boss es el malo que aparece al final de un nivel, y a quien hay que vencer para pasar al siguiente. Pero también es el título de un rap del mismo grupo Marteria.
- “Antes de que aparezcan las nubes lilas todos están en casa”. Las nubes lilas son las que rodean el sol al amanecer. Pero “Nubes lilas” es también (acá me luzco) el título de otro rap de Marteria, que (ponele) es tocado en los boliches al llegar el amanecer.



Aunque la letra habla de la añoranza por el descontrol, el vandalismo y el riesgo, curiosamente, el videoclip muestra una versión súper edulcorada de esa rebeldía. Las chicas con palos de hockey (potenciales armas para destruirlo todo) terminan usándolos solamente para tirarle un par de hojas al piso a unos oficinistas, y luego llenan con cerveza un bidón de agua y, amablemente, le dan cerveza a los trabajadores. Luego van a un comercio y compran unos snacks (y los pagan, eh, no se los afanan). Luego van al gimnasio, y aunque se burlan de quienes hacen ejercicio junto con sus perritos, la única transgresión que allí emprenden es mascar chicle. Aparece entonces una escena de boliche, jóvenes bailando y sacándose selfies y tomando tragos, pero todos bien vestiditos y con lentes y peinados de calidad, y alguien se lanza como para hace stage-diving, pero claramente nadie está interesado en frenarlo, y entonces el cantor se despierta en el piso de su depto enquilombado pero recién pintado, donde hay dos chicas en minifalda saltando en su sofá, pero al verlas él solo piensa en jugar a la playstation, y terminan jugando al béisbol en un patio de cemento, con los palos de hoceky y pelotitas de tenis.

No sé ustedes, pero esa no es mi idea de descontrol y rebeldía al palo. Más bien, dan un poco de penita, estos jóvenes rebeldes europeos que ya no saben ni siquiera cómo ser rebeldes, de tan pocos problemas (económicos) que tienen. Efectivamente, deberían viajar más a las Maldivas (o a otros lugares ignotos, como América del Sur) para ver problemas de verdad.
El estribillo está armado sobre una especie de canción infantil, una ronda pegadiza, y tal vez lo mejor de la canción sea la oposición entre esa musiquita inocente y el seudo disparo en la cabeza (bang bang).



Kids

Alle haben 'nen Job – ich hab Langeweile!
Keiner hat mehr Bock auf Kiffen, Saufen, Feiern
So ist das hier im Block, Tag ein Tag aus
Halt mir zwei Finger an den Kopf und mach:
Peng! Peng! Peng! Peng!

Alle spielen jetzt Golf, jeder fährt Passat
Keiner tätowiert sich Wu-Tang auf'n Arsch
Keiner tanzt mehr Moonwalk seit Michael Jackson starb
Alle auf Salat – keiner mehr verstrahlt
Jeder macht Diät – niemand isst mehr Fleisch
Niemand hat 'nen Trichter – alle saufen Wein
In der guten alten Zeit war'n alle Donnerstags schon breit
Ich sitz' auf'm Sofa, rauch das ganze Zeug allein
Alle sind jetzt "Troy" niemand geht mehr raus
Keiner kämpft mehr bis zum "Endboss" – alle geben auf
Jeder geht jetzt joggen, redet über seinen Bauch
Bevor die "Lila Wolken" kommen sind alle längst zuhaus'

Alle haben 'nen Job – ich hab Langeweile!
Keiner hat mehr Bock auf Kiffen, Saufen, Feiern
So ist das hier im Block, Tag ein Tag aus
Halt mir zwei Finger an den Kopf und mach:
Peng! Peng! Peng! Peng!

Jeder glücklich Zweiter, keiner mehr Verlierer
Keiner geht mehr klauen, freundlich zum Kassierer
Alle ziehen aufs Land in die große Stadt nie wieder
Silbernes Besteck – Goldener Retriever
Alle mähen Rasen, putzen ihre Fenster
Jeder ist jetzt Zahnarzt – keiner ist mehr Gangster
Keiner fälscht mehr Stempel – alle gehen schwimmen
Jeder steht jetzt auf der Liste – niemand geht mehr hin
Keiner will mehr ballern, treffen um zu reden
Keiner macht mehr Malle, alle fahren nach Schweden
Jeder liebt die Bayern, vor'm Essen beten
Leben die kleinen Träume, verbrennen die großen Pläne

Alle haben 'nen Job – ich hab Langeweile!
Keiner hat mehr Bock auf Kiffen, Saufen, Feiern
So ist das hier im Block, Tag ein Tag aus
Halt mir zwei Finger an den Kopf und mach:
Peng! Peng! Peng! Peng!

Randale und Krawall, die Zeiten sind längst vorbei
Wo sind meine Leute hin, die waren früher überall
Was all die anderen starten sieht wie ne Landung aus
Und die Welt sie dreht sich weiter nur nicht mehr ganz so laut

(Peng! Peng! Peng! Peng!)

Alle haben 'nen Job – ich hab Langeweile!
Keiner hat mehr Bock auf Kiffen, Saufen, Feiern
So ist das hier im Block, Tag ein Tag aus
Halt mir zwei Finger an den Kopf und mach:
Peng! Peng! Peng! Peng!
Chicos

Todo el mundo tiene laburo, yo tengo aburrimiento.
Nadie se prende a fumar, escabiar, festejar.
Así es en mi calle día tras día.
Me pongo dos dedos en la cabeza y hago:
bang, bang, bang, bang.

Todos juegan al golf, manejan un Passat,
nadie se tatúa Wu-Tan en el culo,
nadie hace la caminata lunar desde que murió Michael Jackson,
todos a ensalada, nadie se contamina,
todos hacen dieta, ya nadie come carne,
nadie arma un faso, todos chupan vino

En los viejos buenos tiempos todos
ya estaban arruinados los jueves.
Me siento en el sofá, me fumo todo solo.
Ahora todos son Troy, nadie sale,
nadie batalla hasta el End Boss,
todos abandonan.
Todos hacen running, hablan de su panza,
Antes de que aparezcan las Nubes Lilas
todos ya están en casa.

Todo el mundo tiene laburo, yo tengo aburrimiento.
Nadie se prende a fumar, escabiar, festejar.
Así es en mi calle día tras día.
Me pongo dos dedos en la cabeza y hago:
bang, bang, bang, bang.

Todos son el feliz finalista, ninguno el perdedor.
Nadie sale a afanar, se hacen amigos del cajero.
Todos viajan al campo, ya nunca más en la gran ciudad.
Cubiertos de plata, golden retrievers.
Todos cortan el césped, limpian las ventanas.
Todo el mundo ahora es un dentista, ya nadie es un gángster.
Nadie falsifica estampillas, todos van a nadar.
Todos están fuera de la lista, nadie queda adentro.
Nadie quiere incendiar, golpear ni hablar.
Nadie viaja a las Maldivas, ellos manejan a Suecia.
Todos adoran al Bayern y rezan antes de comer.
Viven sus pequeños sueños, queman los grandes planes.

Todo el mundo tiene laburo, yo tengo aburrimiento.
Nadie se prende a fumar, escabiar, festejar.
Así es en mi calle día tras día.
Me pongo dos dedos en la cabeza y hago:
bang, bang, bang, bang.

Vandalismo y ruido, esos tiempos terminaron hace mucho.
¿Adónde fue mi gente que estaba por todas partes?
Lo que los demás comienzan se ve como un aterrizaje
y el mundo sigue girando,
pero no tan fuerte como solía.

(Bang, bang, bang, bang.)

Todo el mundo tiene laburo, yo tengo aburrimiento.
Nadie se prende a fumar, escabiar, festejar.
Así es en mi calle día tras día.
Me pongo dos dedos en la cabeza y hago:
bang, bang, bang, bang.




La segunda canción de hoy es “Manners” (“modales”), de la joven cantautora polaca de rock Julia Marcell. La canción también incluye una tonadita tarareada casi como canción infantil, pero es bastante más dark que el rap “Kids”, y acá hay rebeldes en serio.

Ambas canciones tienen, además de las conexiones musicales que se puedan encontrar, una curiosa similitud: en los dos videoclips aparecen jovencitas con palos de hockey. En ambos casos, esos palos no son utilizados para su función prevista (jugar al hockey), sino enarbolados más bien como armas, y con una intención claramente amenazante (aunque esas amenazas se concretan solamente en el clip de Julia Marcell, no en el de Marteria).

El videoclip de “Manners” comienza y termina con una presencia oscura y terrorífica que rodea y supervisa a la cantora, y que, aunque no es ningún señor con barba y túnica blanca, en la letra de la canción se identifica con Jesús. 



El clip me hizo acordar también a “El señor de las moscas” (la peli y el capítulo de los Simpsons, no el libro), porque aparecen chicos en un mundo sin adultos, chicos sin control y llenos de rencor, violencia y problemas, pero con el suficiente poder como para cagarte a palazos o, llegado el caso, a tiros.


El ámbito en que se mueven esos chicos es un tradicional y prestigioso colegio católico (estamos en Polonia, recuerden), todos van con bleizer y el batero de la banda es un cura.
Aquí también, como en el rap del que hablé antes, hay una contraposición entre lo que el mundo espera de los jóvenes (que lleguen a clase a horario, que no cojan, que se gradúen y recen, que limpie la pileta y se vistan de rosa en la fiesta de cumpleaños) con lo que esos mismos jóvenes ansían: más que trabajar en un banco, quisieran robar uno. Quieren emborracharse, descubrir el sexo, practicar música, largar el colegio y liberarse de la ominosa opresión que “suspira sobre sus camas”, llena de religión, deberes y convencionalismos.

El estribillo es breve pero gráfico: “Dicen que tengo modales; todos quieren tener” (se refiere a tener modales, pero también a tener en general, a poseer cosas), “todos odian tener”. Esos “modales”, ese deber ser, es algo que se busca y se odia, que se quiere (más como disfraz que como proyecto de vida) y que, en lo profundo, se aborrece.



Manners

I got all this love to share
But Jesus guards my underwear
Gotta get to class on time
The teacher calls my name at nine
I find pop appropriate
But mom wants me to graduate
Gotta get me good job
Or a bank job
Or a bank to rob
Gotta drop the kids off at school
Then empty the kiddie pool

They say I got manners
Everybody wants to have
Everybody, everybody
Everybody hates to have

Jelly Beans with Billie Jean
To celebrate my sweet sixteen
Talking 'bout the dress in pink
But really thinking about drinking
Stacked up high like tapes of porn
In our bunk beds in a dorm

They try to tell me 'bout the man upstairs
They whisper down the bunks
I whisper: Jesus only tells me
That he loves me when he's drunk.

They say I got manners
Everybody wants to have
Everybody
Everybody
Everybody hates to have.
Modales

Tengo todo este amor para compartir,
pero Jesús custodia mi ropa interior.
Tengo que llegar a clase a horario,
el maestro dice mi nombre a las nueve.
El reviente (el pop) me parece apropiado,
pero mamá quiere que me gradúe.
Tengo que conseguirme un buen trabajo
o trabajar en un banco
o robar un banco.
Tengo que dejar a los chicos en la escuela
y luego vaciar la pileta.

Dicen que tengo modales.
Todos quieren tener.
Todos, todos.
Todos odian tener.

Jelly beans (caramelos de gomitas) con “Billie Jean” (la canción de M. Jackson)
para celebrar mis dulces dieciséis
hablando del vestido rosado
pero en realidad pensando en escabiar
amontonados como tapes de porno
en las literas de un dormitorio.

Ellos intentan contarme sobre el Señor de Arriba,
suspiran sobre las camas.
Yo suspiro: Jesús solo me dice
que me ama cuando está borracho.

Dicen que tengo modales.
Todos quieren tener.
Todos, todos.
Todos odian tener.


Y así termina entonces esta apología del hockey y este racconto, no muy esperanzador, del futuro. La conclusión sería: el mundo no es fácil para nadie, tampoco para los jóvenes. Como Dorothy, vamos hacia el futuro por un camino amarillo, buscando que un mago que tal vez no existe nos muestre el rumbo para regresar a casa. Lo mejor que podemos hacer, en todo caso, es intentar no caminar solos.

Hasta la semana futura,


DJ Vago