solo un tema por semana,
y con que le guste al diyei alcanza

lunes, 25 de agosto de 2014

[93] No me hago al lao de la güeya


“Inmigrada”, de Gogol Bordello, en su álbum Bullicio transcontinental (2010)


A Pablo Castro, Silvana de Ingeniis y Mara Golzman.


“—Entonces, ¿eres libre?
—Sí, soy libre —dijo Karl, y de pronto nada parecía más inútil que su libertad.”
Franz Kafka, Amerika.

“No me hago al lao de la güeya
aunque vengan degollando;
con los blandos yo soy blando
y soy duro con los duros,
y ninguno en un apuro
me ha visto andar tutubiando.”
José Hernández, Martín Fierro.


Empiezo aquí una serie dedicada a los inmigrantes.

Todos nacimos muy lejos, y suspiramos una patria cuya única tierra es la memoria. Y aun para quien vive en el pueblo natal, este ya no es el mismo que era entonces. Todos alguna vez nos fuimos del hogar, o el hogar se escapó de nosotros; y por lo tanto, somos o seremos inmigrantes.

Por eso siempre me sorprende la segregación al inmigrante visible, el chino, el bolita, el negro africano, el ruso judío, menospreciados, acusados de la desocupación, la pobreza, la recesión, la inseguridad y para resumir, todos los males del país excepto no haber ganado el mundial; explotados, denostados por doquier y por cualquiera, desde la vieja petulante en la cola del supermercado hasta el Secretario de Seguridad de la Nación.

Ayer presencié una pelea en el colectivo, y el pasajero furioso le lanzó al colectivero un “¡Negro de mierda!”, a lo que el chofer contestó: “¿Y vos qué sos, rubio?”. Y lo mismo podría contestarnos el chino del supermercado (“¿vos sos lubio, eh?”), porque todos llegamos a esta tierra, o nuestros padres, o nuestros abuelos, o alguno de nuestros antepasados, cuando el lugear era ciertamente de otros.



Pero la gente se olvida, se ve. E inventa que el que llegó último tiene que pagar la cuenta, basándose en… nada concreto. Porque estadísticamente, conceptos como “los inmigrantes le quitan el trabajo a la gente de acá” o “son todos delincuentes” o tantas otras frases que se escuchan todo el tiempo en todo el mundo, son, oficialmente, patrañas. Por el contrario, en todos los países, los inmigrantes son los que realizan aquellos trabajos que los locales no tienen ganas de realizar: los más duros, los peores pagados, los menos glamorosos. Y son delincuentes, sucios, vagos, ignorantes o malentretenidos en la misma proporción que los nacionales.

Y sin embargo, tienen que apechugar, presentar la otra mejilla y aceptar los agravios sin protestar, a riesgo de que la siguiente cachetada venga mucho más fuerte.
Mi tío Joan, en “Vagabundear”, afirma “No me siento extranjero en ningún lugar / donde haya lumbre y vino, tengo mi hogar”. Yo, en cambio, me considero un ser humano sin patria, y por lo tanto cualquier sitio donde esté es para mí el extranjero. Así que me identifico, por supuesto, con la forma inmigrante de ver el mundo, y me gusta la forma en que encara el asunto el grupo gitano-punk-multinacional Gogol Bordello: que este no sea nuestro país no hace que sea justo que nos traten como a perros.

“Inmigrada” es una palabra inventada, con la misma terminación que la Odisea, la Ilíada o las Olimpiadas, y vendría a significar, supongo, una épica del viaje, de la llegada. El tema forma parte del segundo disco de la banda, Trans-Continental Hustle (“Bullicio transcontinental”).


El grupo, y en particular su cantante de ojos saltones, Eugene Hutz, aparecieron en la muy buena película Everything is illuminated (basada en el genial y durísimo libro homónimo, de Jonathan Safran Foer). En la película, Eugene hace el papel de Alex, un “guía de turismo” ucraniano que recibe a un escritor estadounidense que busca el pueblo judío arrasado donde vivió, cuando niño, su abuelo. Aquí van links a un par de escenas, que probablemente pronto Youtube borrará por cuestiones de copyright:

La bienvenida en la estación de trenes:


Y la famosa “escena de la papa”:




La canción seleccionada hoy gira alrededor de una idea, que se repite como mil veces, a lo largo de la canción: We're coming rougher every time. Lo que puede traducirse de muchas formas, o lo que es lo mismo: significa muchas cosas a la vez. Por un lado, significa que nuestra llegada a este país (Estados Unidos, en este caso) es cada vez más dura, que nos reciben en forma más ruda y desconsiderada; por otra parte, significa que cada vez nos volvemos, a medida que estamos en este país, más duros y ásperos y violentos; y también, que nosotros (los inmigrantes) seguimos llegando al país, cada vez más curtidos, más preparados para luchar, más.

El recibimiento es comparable casi al de un campo de concentración o un proceso de Kafka: burocráticos pasillos llenos de gas lacrimógeno y de apilados trámites, sin hogar, sin dinero, sin desempacar nunca del todo, cansados y desencantados (“ojos congelados, espalda sudada”), pero llenos de un espíritu quijotesco y festivo, y con el vozarrón listo para contar estas historias verdaderas. Más que verdaderas, porque ocurrieron realmente.

Todo en un frenético ritmo tan gitano y enojado, al mejor estilo Kusturica mezcla The Clash, que me darían ganas de bailar, si es que alguna vez sintiera yo tal cosa. (Lo que no ocurre, se los aseguro.)


El videoclip es muy bueno, por cierto. Juega con la idea del mapa formado con gotitas de sangre, y se va mostrando el país de origen de cada inmigrante que aparece en el video. Es, en la historia mundial de los videoclips, aquel en que el cantante más trabaja: como trapito, como costurero en un taller clandestino, como lavacopas… Vi dos veces el clip y quedé agotado, me tuve que pedir el día en la oficina. Pero me encanta la energía de Eugene, y su entrañable mirada enloquecida de ojos saltones, y su pronunciación del inglés tan parecida a la mía (es decir, malísima).

Hay un pequeño error, en el clip: sobre el rótulo “El Salvador” aparece la silueta del mapa de Perú. Pero la idea se entiende. Y el clip termina con la frase “Ningún ser humano es ilegal”, y el link al website de ACLU, una ONG estadounidense por los derechos civiles.

Acá va, al fin, el link a la canción "Inmigrada":



Immigrada

Immigrada immigraniada
Immigrada immigraniada-da
Immigrada immigraniada
We're coming rougher every time

We're coming rougher
We're coming rougher
We're coming rougher every time

Immigrada immigraniada
Immigrada immigraniada-da
Immigrada immigraniada
We're coming rougher every time

In corridors full of tear gas
Our destinies jammed every day
Like deleted scenes from Kafka
Flushed down the bureaucratic drain

But if you give me the invitation
To hear the bells of freedom chime
To hell with your double standards
We're coming rougher every time

We're coming rougher
We're coming rougher
We're coming rougher every time

Immigrada immigraniada
Immigrada immigraniada-da
Immigrada immigraniada
We're coming rougher every time

All those who made it and quickly jaded
To them we got nothing to say
Our immigrada, immigraniada
For them it's Don Quixote's kind of way

But if you give me the invitation
To hear the bells of freedom chime
To hell with your double standards
We're coming rougher every time

We're coming rougher
We're coming rougher
We're coming rougher every time
We're coming rougher every time

Frozen eyes, sweaty back
My family's sleeping on a railroad track
All my life I pack/unpack
But man I got to earn this buck
I gotta pay representation
To be accepted in a nation
Where after efforts of a hero
Welcome start again from zero

It's a book of our true stories
True stories that can't be denied
It's more than true it actually happened
It's more than true it actually happened
It's more than true it actually happened


We're coming rougher every time
Rougher every time
We're coming rougher every time

Immigrada immigraniada
Immigrada immigraniada-da
Immigrada immigraniada
We're coming rougher every time.

Inmigrada

Inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
Venimos cada vez más rudo.

Venimos más duro,
Venimos más duro,
Venimos cada vez más duros.

Inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
Venimos cada vez más áspero.

En pasillos llenos de gas lacrimógeno
Nuestros destinos se apelmazan cada día
como escenas descartadas de Kafka
desagotadas por el drenaje burocrático.

Pero si me das la invitación
para oír repicar las campanas de la libertad,
al carajo con tu distinta vara:
venimos cada vez más duros.

Venimos más rudo,
Venimos más rudo,
Venimos cada vez más rudos.

Inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
Venimos cada vez más duros.

Todos aquellos que lo hicieron y se agotaron enseguida,
a ellos nada tenemos para decirles.
Nuestra inmigrada, inmigraniada
es para los del estilo Don Quijote.

Pero si me das la invitación
para oír repicar las campanas de la libertad,
al carajo con tu distinta vara:
venimos cada vez más duros.

Venimos más rudo,
Venimos más rudo,
Venimos cada vez más rudos.
Venimos cada vez más rudos.

Ojos helados, espalda sudada,
mi familia duerme en una vía de tren,
toda mi vida empaqué desempaqué,
pero hermano, tengo que ganarme este billete,
tengo que pagar al abogado
para ser aceptado en una nación
donde tras esfuerzos de héroe
te invitan a empezar otra vez de cero.

Es un libro de nuestras historias verdaderas,
historias verdaderas que no pueden negarse,
es más que verdad: pasó realmente,
es más que verdad: pasó realmente.

Venimos más rudo,
Venimos más rudo,
Venimos cada vez más rudos.
Venimos cada vez más rudos.

Inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada:
venimos cada vez más rudo.


Eso es todo por hoy, porque volví a ver el videoclip y me cansé de nuevo. Pero la semana que viene probablemente viaje a otra canción, porque mi patria y mi guitarra las llevo en mí.


DJ Vago



lunes, 18 de agosto de 2014

[92] Es una massssssa


“La maza”, de Silvio Rodríguez, por Mercedes Sosa; “Masa”, huayno sobre un poema de César Vallejo; y “Sledgehammer”, de Peter Gabriel



A las poetas y los poetas, en especial a Germán Machado, 
por eso de las “separaciones mínimas”.



Bueno, aquí termina por fin la serie “Mundial Vago de la Canción™”, en el que aprovecharé la mínima separación que hay entre la S y la Z para presentar tres temas bien diferentes pero casi homónimos. Y de alguna manera los tres se relacionan (ponele), pero son tan distintos que se me resultaría difícil elegir uno de ellos. Pero eso se los dejo a ustedes.

Iba a titular este posteo “S/Z”, pero cuando le conté a mi hermana la tercera me empezó a protestar nosequé, no entendí bien, pero sonaba como la formación de Francia en el mundial reciente: Balzac, Barthes, Sarrasine, Nouvelle, Bataille, Roland, Honoré, Lexiá… Faltaba Zinedine Zidane y cartón lleno. Al final, me pareció menos trabajoso pensar un título nuevo que entender lo que me decía mi hermana la ters/zera.

El primer tema de hoy es un huayno, es decir un género musical bailable andino, movido, alegre. Este no empieza muy alegre, pero al menos termina bien. Se titula “Masa”, y la letra es un famosísimo poema del gran César Vallejo, poeta peruano. Yo nunca leo, pero si leyera, diría que Vallejo es uno de esos poetas que uno debería leer cuanto antes. Imagino.

Este poema es, en todo sentido, memorable. Plantea cómo un muerto (un combatiente muerto en la batalla) se empecina en seguir muerto, a pesar de los ruegos sucesivos de una, dos, veinte, cien, mil, quinientos mil y millones de personas que le suplican que reviva: “Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo”.

Pero cuando se juntan todas las personas, toda la masa humana pidiendo al unísono por él, el muerto finalmente se conmueve, ¡y revive! Se levanta, abraza al primero y empieza a caminar, como Lázaro. Pero el milagro no lo hizo un Mesías individual, sino una Masa activa, levada. Y el poema termina con unos puntos suspensivos (hasta se escuchan en el huayno, si uno aguza los oídos) que indicarían que esto sigue, que la historia no termina allí, que la unión de todos los humanos no se acaba allí con la resurrección de uno solo.



“Masa”, huayno



Masa

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando «¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...



La segunda canción del grupo es “La maza”, de Silvio Rodríguez, de quien ya comentamos, (mucho) tiempo atrás “Ojalá”. En este bello poema, el cantor plantea, tal vez, un arte poética: si él no tuviera creencias y valores, ideologías y luchas, sería un fraude como artista, tan solo una cáscara, un mejunje sin sentido, una masa sin sustancia, en la que no se puede, o no vale la pena, diferenciar qué es guitarra y qué es cantor, y cuyas mayores pretensiones son apenas lucecitas de colores. Algo sin propósito, como un mazo en un mundo de algodón, sin nada duro que golpear:

¿Qué cosa fuera,
qué cosa fuera la maza sin cantera?
Un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera,
un instrumento sin mejores pretensiones
que lucecitas montadas para escena.



La canción es preciosa cantada por Silvio, pero elegí esta vez la versión de Mercedes Sosa, porque como ya sugerí alguna vez, su voz emociona hasta cantando los números de la lotería.


La maza, de Silvio Rodríguez, por Mercedes Sosa:

La maza

Si no creyera en la locura,
de la garganta del sinsonte,
si no creyera que en el monte
se esconde el trino y la pavura.

Si no creyera en la balanza,
en la razón del equilibrio,
si no creyera en el delirio,
si no creyera en la esperanza.

Si no creyera en lo que agencio,
si no creyera en mi camino,
si no creyera en mi sonido,
si no creyera en mi silencio.

¿Qué cosa fuera,
qué cosa fuera la maza sin cantera?
Un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera,
un instrumento sin mejores pretensiones
que lucecitas montadas para escena.

¿Qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera?
¿Qué cosa fuera la maza sin cantera?
Un testaferro del traidor de los aplausos,
un servidor de pasado en copa nueva,
un eternizador de dioses del ocaso,
júbilo hervido con trapo y lentejuela.

¿Qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera?
¿Qué cosa fuera la maza sin cantera?

Si no creyera en lo más duro,
si no creyera en el deseo,
si no creyera en lo que creo,
si no creyera en algo puro.

Si no creyera en cada herida,
si no creyera en lo que ronde,
si no creyera en lo que esconde,
hacerse hermano de la vida.

Si no creyera en quien me escucha,
si no creyera en lo que duele,
si no creyera en lo que quede,
si no creyera en lo que lucha.

¿Qué cosa fuera,
qué cosa fuera la maza sin cantera?
Un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera,
un instrumento sin mejores pretensiones
que lucecitas montadas para escena.

¿Qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera?
¿Qué cosa fuera la maza sin cantera?




La tercera y última canción de hoy es también “Maza”, pero en inglés tiene bastantes letras más: “Sledgehammer”, por Peter Gabriel, de 1987.



No parece muy en la onda de los temas anteriores, porque plantea más bien un intento (desesperado) de levante. Él le dice a ella (ponele) que puede ayudarla a ser lo que quiera ser… si tan solo le da un poco de bola. “Tan solo llamame / y seré todo lo que necesitás”. Ella tiene solamente que decir su nombre (como un Mesías que dijera el nombre de Lázaro) y él se levantará, hecho maza, para romperlo todo, para destruir gustosamente la cantera de ese mundo conocido, hasta dejarlo hecho añicos. (Hecho añicos es una expresión que no tengo ni idea de qué significa, en realidad, pero me gusta cómo suena, así que la utilizo siempre que la prosa me lo permite.)

O sea que esta aparentemente simpaticona letra no está exenta de profundidad, si uno entrecierra los ojos mientras escucha:

Quiero ser tu maza,
¿por qué no dices mi nombre?
Oh, déjame ser tu maza,
este será mi testimonio.

Sledgehammer, por Peter Gabriel


Podría decir más cosas de las tres canciones seleccionadas hoy, pero no quiero cansar(me), y tampoco quiero que se note mi total ignorancia sobre las sutilezas de lo poético: el silencio es el placebo de la sabiduría.

Así que con esto termina, ahora sí, el posteo y la serie. Resucitaré recién el lunes próximo, siempre y cuando se junten varios a pedirme.


DJ Vago

lunes, 11 de agosto de 2014

[91] Y bue, sos lo que hay


“Me quedo contigo”, de Los Chunguitos (1980), y “Te elijo a ti”, de Sara Bareilles (2013)



Aunque estoy tentado de seguirla un poco más (hay material como para seguir un mes más, fácil), hoy probablemente termine el “Mundial Vago de la Canción™”, porque esto de comentar más de un tema por semana me está agotando no saben cómo. Tuve que faltar a la oficina la mitad de los días de julio, y aunque el médico laboral no me quiso dar muchos días para recuperarme, me los tomé igual, porque conozco los límites de mi capacidad de esfuerzo laboral. Y soy puro límite, casi.

Esta semana, vamos con las elecciones. “Te elijo a vos”, es la idea. Los dos temas no se titulan exactamente igual, pero la idea de ambos es la misma: habiendo varias opciones, me quedo con vos. Cada canción, entonces, explica los motivos de la elección y, a veces, cuáles son las otras opciones descartadas al elegirte a vos, de nada.

Si bien no es un grupo multitudinario, como el que comenté la semana pasda, hay para “Te elijo” un par de canciones más, que no llegaron a la final:

· “I choose you”, por Timeflies; el pibe cantor, en el mejor estilo Elvis (ver “Puedo explicártelo todo”, de un lejanísimo mes, en donde comento “Always on my mind”), le habla a la novia o similar y le cuenta lo bomba que la pasó en su última escapada a la costa, en un lugar paradisíaco, con una rubia espectacular, apasionada, a la que le gusta esposarse y clavarle las uñas en la espalda y que además tiene una sonrisa de oro, pero él sin embargo abandona a la rubia y la elige a la novia, porque “ella (la rubia) me cambió la vida, pero vos cambiaste mi mundo”… ??? Imagínense ustedes mis feroces y atinados comentarios sobre esta canción, porque me da fiaca expresarlos. 

https://www.youtube.com/watch?v=68jvPefuDxE

· “I choose you”, por Mario. Una canción tan intrascendente que la acabo de escuchar hace tres minutos y ya me olvidé por completo de ella. Ideal para dormir mascotas.
https://www.youtube.com/watch?v=1_Xe8CAThqE


Las canciones finalistas del grupo son las de Bareilles y Los Chunguitos.

Empiezo por la de Sara Bareilles, “I choose you”, parte de su cuarto álbum, The Blessed Unrest, de 2013. Porque si tengo un defecto, es que estoy demasiado actualizado. Sara tiene una tendencia, en los últimos años, a hacer canciones un poco edulcorantes, pero más allá de eso es, para el pop melódico yanqui, una música muchísimo mejor que el promedio. Esta canción no es, sin duda alguna, la mejor de su repertorio, pero resulta simpática, expresiva y rítmica, y logra sobreponerse a una letra que se larga mar adentro al Océano de la Cursilería en medio de una tormenta de corazoncitos Dorins, y sin embargo logra evitar el naufragio.


Pero estoy siendo demasiado duro, no es tan mala la letra. Tiene algunas imágenes lindas y unas ideas interesantes, como cuando dice al comienzo que despliega las palabras que trenzaron juntos, y cuando afirma que no le teme a la tormenta, porque está mal preparada, pero animosa. Así que me desdigo. Después de todo: yo la elegí, a esta canción.

Escúchenla, si están obedientes, sin clip:

https://www.youtube.com/watch?v=lmGkIqu-mpc


I choose you

Let the bough break, let it come down crashing
Let the sun fade out to a dark sky
I can't say I'd even notice it was absent
Cause I could live by the light in your eyes

I'll unfold before you
What I've strung together:
The very first words
Of a lifelong love letter

Tell the world that we finally got it all right
I choose you
I will become yours and you will become mine
I choose you
I choose you.

There was a time when I would have believed them
If they told me you could not come true
Just love's illusion
But then you found me and everything changed
And I believe in something again

My whole heart
Will be yours forever
This is a beautiful start
To a lifelong love letter

Tell the world that we finally got it all right
I choose you
I will become yours and you will become mine
I choose you
I choose you

We are not perfect
We'll learn from our mistakes
And as long as it takes
I will prove my love to you

I am not scared of the elements
I am under-prepared, but I am willing
And even better
I get to be the other half of you

Tell the world that we finally got it all right
I choose you
Yeah
I will become yours and you will become mine
I choose you
I choose you
I choose you

Te elijo a ti
Deja que la rama se rompa, deja que se desplome,
Deja que el sol se desvanezca en un cielo oscuro.
No puedo decir que ni siquiera me diera cuenta de que estaba ausente,
porque podría vivir con la luz de tus ojos.

Despliego ante ti
lo que enhebramos juntos:
las primeras palabras
de una carta de amor de por vida.

Dile al mundo que finalmente lo captamos bien,
te elijo a ti
me volveré tuya y tú te volverás mío (mía),
te elijo a ti,
te elijo a ti.

Hubo un tiempo en que les habría creído
si me hubieran dicho que no podías hacer realidad
lo que eran solo ilusiones del amor,
pero entonces me encontraste y todo cambió,
y creo en algo otra vez.

Todo mi corazón
será tuyo para siempre,
este es un comienzo hermoso
de una carta de amor de por vida.

Dile al mundo que finalmente lo entendimos bien,
te elijo a ti
me volveré tuya y tú te volverás mío,
te elijo a ti,
te elijo a ti.

No somos perfectos,
aprenderemos de nuestros errores
y mientras lo hagamos
probaré mi amor por ti.

No me asustan los elementos:
estoy mal preparada pero bien dispuesta
y aún mejor:
llegué a ser tu otra mitad.

Dile al mundo que finalmente lo entendimos bien,
te elijo a ti
me volveré tuya y tú te volverás mío,
te elijo a ti,
te elijo a ti.

El tema tiene un videoclip, pero no quise ponerlo de entrada. Porque la canción ya de por sí es melosa, pero en combo con el clip, la usan para recuperar a pacientes en coma por hipoglucemia, y está contraindicada para diabéticos. Sara ayuda, con su canción, a dos personas (un él y una ella) que quieren proponerle matrimonio a sus novias. Más allá de lo progre que puede resultar ayudar a la pareja lésbica a entrar en la milenaria institución matrimonial, lo mejor del video es la reacción de la piba a la que sorprenden: “¡¿What the fuck?!...” se le leen los labios claramente, aunque le canten encima. Sí, what the fuck, Sara, un videoclip así era tan necesario para tu canción como una heladera en la base Marambio o como un vestido a rayas horizontales para alguien que tiene 150 de cadera. Pero igual te re-banco, eh.



La segunda canción finalista es “Me quedo contigo”, de 1980, de Los Chunguitos, el grupo flamenco-pop-bizarreado del trío de hermanos-rumberos-gitanos-extremeños Enrique Salazar (el vocalista y compositor), Juan Salazar y José Salazar (los laderos). El nombre del grupo, que significa algo así como “los malitos”, “los falladitos”, es como les decía su madre cuando ellos, de niños, se divertían tirándoles piedras a los trenes. Yo de chico tenía mucha fiaca para apedrear medios de transporte, pero algunos de mis amigos solían divertirse con zanguangadas similares, y yo los acompañaba mentalmente.


Cada estrofa de la canción plantea que “si me das a elegir entre X y vos, me quedo con vos”. La persona amada, entonces, es preferida ante:
a) la riqueza y su consecuente y cacofónica grandeza;
b) la gloria y su consecuente trascendencia “por los siglos”;
c) ese cielo (?), que parece una imagen para referirse a la soltería o, ponele, el mar de las demás posibles relaciones amorosas (“donde libre es el vuelo / para ir a otros nidos”);
d) mis ideas, sin las cuales “soy un hombre perdido”; no sé ustedes, pero me parece que no era necesario incluir las ideas en esta enumeración. Porque que alguien confiese que traicionaría sus ideales por la persona amada no lo vuelve un gran amador, sino un pésimo idealista. Como decía un Marx (no Carlos, por cierto): “Estas son mis convicciones. Si no les gustan, tengo otras”.

Y en el estribillo explica por qué está dispuesto a elegir al ser amado por sobre todo lo demás. Lo explica con muchas palabras, pero la versión corta es: porque te quiero. No es un gran argumento, pero es difícil de refutar. Incluso lo dice enfáticamente: "Es que me he enamorado, y te quiero y te quiero", que es mucho más que querer a secas.

El videoclip es memorable. Le alcanza para ello mostrar a los tres chunguitos bailando, con un fondo de tres paneles setentosos con círculos pintados. El chunguito de la izquierda tiene un aire a Monzón, y bailando tiene la misma gracia que uno imagina que tenía él. El chunguito de la derecha, en cambio, tiene toda la onda y se sale de la vaina por demostrar sus dotes y movimientos. El chunguito líder se palmea el bolsillo repetidamente, como diciendo “Vengan a mí, billetes”. Y los tres ejecutan una coreo bastante más sencilla que la del cuarteto “La cabaña”, que podrán aprenderse sin problemas con un par de minutos de práctica.

https://www.youtube.com/watch?v=N-6R0usliNU

Me quedo contigo

Si me das a elegir
entre tú y la riqueza,
con esa grandeza
que lleva consigo, ay amor,
me quedo contigo.

Si me das a elegir
entre tú y la gloria
pa´ que hable la historia
de mí por los siglos, ay amor,
me quedo contigo.

Pues me enamorado
y te quiero y te quiero,
y sólo deseo
estar a tu lado,
soñar con tus ojos,
besarte los labios,
sentirme en tus brazos
que soy muy feliz.

Si me das a elegir
entre tú y ese cielo
donde libre es el vuelo
para ir a otros nidos, ay amor,
me quedo contigo.

Si me das a elegir
entre tú y mis ideas,
que yo sin ellas
soy un hombre perdido, ay amor,
me quedo contigo.

Pues me enamorado
y te quiero y te quiero,
y sólo deseo
estar a tu lado,
soñar con tus ojos,
besarte los labios,
sentirme en tus brazos
que soy muy feliz.


Si tienen ganas, elijan (mental o expresamente) entre las dos finalistas, y una vez que lo hagan, díganselo cantando.


Por mi parte, si me dan a elegir entre seguir escribiendo en este blog o irme a dormir una siesta… saquen sus propias conclusiones.  


Por eso, ya cumplido mi deber semanal, y asegurándoles susurrantemente que si los conociera, probablemente los elegiría, me despido:


DJ Vago