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viernes, 10 de septiembre de 2021

[255] Herido estoy

 

“Llegó con tres heridas”, de Miguel Hernández y Joan Manuel Serrat (1972)

 

Retomando la serie de poemas breves musicalizados, comento uno bien breve, del enorme Miguel Hernández. Tan breve es el poema, que Serrat tuvo que cantarlo dos veces seguidas para que el tema arañara apenas los dos minutos (la extensión favorita de las canciones punk); pero si se le quitara la intro y la repetición, el poema cantado duraría menos de cuarenta segundos, con lo que se convertiría en la canción más breve comentada en este blog (destronando de su récord medieval [58 segundos] a “Chapirón de la reina”, posteo 64).


La letra es tan sencilla que si Miguel no tuviera otros poemas más extensos y geniales y debiéramos juzgarlo solo por estos versos, no daríamos mucho por él. Lo que sería un error, porque la sencillez es engañosa y el poema, aunque lo disimule, tiene su profundidad y su gracia:

 

Llegó con tres heridas:

la  del  amor, 

la  de  la  muerte, 

la  de  la  vida.  

 

Con  tres  heridas  viene: 

la  de  la  vida, 

la  del  amor, 

la  de  la  muerte. 

 

Con  tres  heridas  yo: 

la  de  la  vida,

la  de  la  muerte, 

la  del  amor. 

 

No parece decir demasiado, ¿no? Pero dice.

En principio, define a la vida a partir de las heridas: para estar herido antes hay que estar vivo, Pequeño Saltamontes, y la herida misma, su dolor, su sangre ansiosa, nos confirma que aún lo estamos. Este motivo aparece también en otros poemas de Miguel, por ejemplo en “El herido” (del que Serrat tomó una parte para armar su famosa canción “Para la libertad”):

Herido estoy, miradme: necesito más vidas.

La que contengo es poca para el gran cometido

de sangre que quisiera perder por las heridas.

Decid quién no fue herido.

 

Mi vida es una herida de juventud dichosa.

¡Ay de quien no esté herido, de quien jamás se siente

herido por la vida, ni en la vida reposa

herido alegremente! (...)

 

Estar herido, entonces, no es algo necesariamente malo: Miguel diría que es, más bien, inevitable. Y las heridas son tres, como tres fuegos que nos marcan y nos constituyen, hechos como estamos, de carne y palabras ardientes, como dice Miguel (y canta Joan) en “La boca”:

Con tu lengua tres palabras,

tres fuegos has heredado:

Vida, muerte, amor; ahí quedan

escritas sobre tus labios.

 

En las dos primeras estrofas de “Llegó con tres heridas” se habla de alguien en tercera persona: él o ella. Como no tiene nombre, esa persona representa a toda la humanidad, o mejor dicho, a cualquiera de quienes formamos parte de ese caótico y peculiar grupo. Esa persona “llegó” (en la primera estrofa) con tres heridas, y de nuevo, aunque no se dice adónde llegó, uno podría imaginar que el verbo en pasado se refiere a llegar a la existencia, llegar al mundo: ya nacemos con esas tres heridas, las heredamos de nuestra madre (seguro) y (quizás) de nuestro padre también.

En la segunda estrofa, el o la protagonista (que podría ser el mismo de la primera estrofa o no, ser otro/a) “viene” con las mismas tres heridas: el tiempo presente indica que el tiempo pasó, pero las heridas se mantienen, y viene, así triplemente herido/a, adonde sea que va (posiblemente al encuentro, a encontrarse con otra persona).

Y en la estrofa final cambia el protagonista, pues se pasa a una primera persona, un “yo” explícito pero también sin nombre, que se coloca en pie de igualdad con aquel o aquella que protagonizó las estrofas previas: yo también llegué, yo también vine con esas mismas tres heridas igualadoras.

Las tres nos hacen ser humanos, sí, pero no son equivalentes: hay una que es la más importante, la esencial, y lo sabemos no porque el poema lo dice, sino porque lo sugiere (en forma sutil pero muy genial) mediante la ubicación relativa de esa herida respecto de las demás.

¿La descubrieron?

Sí, es la herida del amor, que ocupa los lugares más importantes en la triple repetición de las estrofas: la herida del amor es la primera que se menciona en la primera estrofa (la que abre el poema), es la que ocupa el lugar central en la segunda estrofa (el centro del poema) y es la que cierra la última estrofa (la que cierra el poema).

De esa forma el amor precede a la vida; y lo hace, al menos en abstracto, pues la unión sexual/amorosa entre dos personas es requerimiento (hay excepciones, sí) para que alguien nazca. Es (el amor) el eje de la vida adulta: lo que está encerrado entre la vida y la muerte, lo que le da sentido (segunda estrofa). Y cuando llega el final (del poema y de la vida: tercera estrofa) la herida del amor es la que sigue abierta aún después de la muerte, vencedora (¿se acuerdan del poema de Quevedo “Amor constante más allá de la muerte”? Lo puse en el posteo 105, si lo quieren ver, es el que termina con “polvo será, mas polvo enamorado”).

Así que ya ven que hay tela para cortar, en el poemita. Pero aunque podría seguir, dejo aquí, para no abrumar y que cada quien pueda seguir atendiendo sus propias heridas.

La canción de Serrat es muy bella (¡qué buena voz tenía, a los veintipico!) y destaco, en primer lugar, que el Nano haya seleccionado este breve poema para integrar su primer disco de canciones de Miguel Hernández (el segundo, mucho más reciente, es Hijo de la luz y de la sombra, y tiene también algunas canciones buenísimas). Además, le dio un ritmo y un riff roquero, no la hizo pesada ni lenta, a la canción; y en la repetición del poema se manda con un énfasis exultante, victorioso: estamos heridos, señores, no tristes.

 


Como bonus track van algunas versiones más de la canción, con la salvedad de que (para mí) la de Serrat es la mejor.

 

- Por Mercedes Sosa: una voz excepcional, sin dudas. El arreglo musical no aporta mucho (más bien se retira, para escuchar a Mercedes).

https://www.youtube.com/watch?v=k9sYtlkpWDY



 - Por Joan Baez: otra gran, gran voz. Linda versión. También repite el poema, como Joan, para llegar a los dos minutos.

https://www.youtube.com/watch?v=9finRv-HCeE



 - Por Nana Mouskouri: gran voz, pero repite estrofas infinita e innecesariamente [¡le dura 3 minutos, la canción!] e incluso se pone creativa y cambia algunos versos a su real antojo, con lo cual a mi entender arruina por completo el sentido y la gracia del poema:

https://www.youtube.com/watch?v=oZFnDBuiELU



 - Si la versión de Mouskouri les pareció larga, aquí tienen la de Minha Lua, que la convierte en un tema de ¡5 minutos! Ni que fueran Pink Floyd. Miguel tendría que haber agregado la cuarta herida del embole musical.

https://www.youtube.com/watch?v=Rr1I8skej4o



 Y eso es todo por esta semana. Me voy como llegué, con mis tres heridas (la de la siesta, la del descanso, la del sopor).

DJ Vago

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