solo un tema por semana,
y con que le guste al diyei alcanza

martes, 31 de julio de 2018

[205] Los que matan pam-pam



“Señor Matanza”, de Mano Negra (1994)




Sigue la serie “Veníamos bien, pero pasaron cosas”, dedicada a canciones latinoamericanas de resistencia, y como tercera entrega vamos con un ya viejo pero siempre actual tema de Mano Negra, grupo francés-latinoamericano de ska-rock-reggae-afro-hiphop-flamenco-yloquevenga liderado por Manu Chao y, junto con él, su hermano Antoine y su primo Santiago. Un año después de la salida de este tema, se separaron, y Manu continuó su carrera como solista.

¿De qué trata “Señor Matanza”? Acá los dejo con mi amigo Manu Chao para que se los explique:



Cómo me gusta cuando me ahorran trabajo. Fetivamente, de eso trata la canción, y todos podemos mencionar, sin repetir y sin soplar, a uno o varios señores Matanza por estos pagos.

Pero bueno, algo más voy a decir, porque Manu Chao tampoco es que se esforzó mucho en su análisis de su propia canción.

Que empieza con una enumeración de todo lo que pertenece al señor Matanza, en su afán de enriquecerse mientras la gente común se llena de hambre: la ciudad es de él, por supuesto, pero también casi todas las cosas que hay en ella, incluyendo el mar, la olla, el sindicato, los policías, los militares y parmilitares (“los que matan pam-pam”), la prostitución (“buenas jineteras”), las drogas legales e ilegales, la iglesia y el ejército, la casa de empeños (“ese monte de piedad”) y también la escuela, como para no dejar ningún cabo suelto: él es dueño de todo, él decide absolutamente todo, lo que pasa y lo que no pasa, la vida y la muerte; lo que no impide mostrar al mundo una pulcra imagen de santidad, aunque claro, su propio nombre es el que delata cuál es su verdadero rostro bajo la falsa piel de cordero:

Él decide lo que va, dice lo que no será,
decide quién la paga, dice quién vivirá,
no se pueda caminar sin colaborar
con su santidad el señor Matanza.

El estribillo es una simple frase, repetida incontables veces, pero no por eso menos oscura e inquietante:

A mi ñero llevan pal monte.

La palabra “ñero” aparece algunas veces como “niero”, pero preferí “ñero” porque para mí es un apócope (apocoqué?) de “compañero”. Y esta frase, que quizá en otra canción podría ser algo alegre (“llevaron a mi compañero de excursión vacacional”), aquí es bastante siniestra, porque ya nos podemos imaginar quiénes son los que se llevan al compañero (muy probablemente, los que matan pam-pam) y podemos imaginar que el ñero no va por propia voluntad, y podemos también anticipar (porque ya pasó, ya lo vimos, ya sabemos) qué le pasará al pobre ñero, cuando lleguen a ese descampado en el monte y nadie los vea. Y sabemos que es muy, pero muy poco probable que el ñero regrese. El señor Matanza ya decretó su destino.

Pero hay algo, siempre hay algo que se escapa al poder aparentemente infinito del señor Matanza. La música se le escapa, por ejemplo, y por eso podemos desenmascararlo con una simple canción. La danza y el arte. Se le escapan, a veces, las gentes que luchan. Se le escapan los niños, y por eso el videoclip de esta canción, que es realmente impresionante, muestra a niños que bailan y, a pesar de pobrezas y cicatrices, sonríen.

Y muestra también a militares actuando en “seguridad interior”. El clip fue filmado en forma clandestina en la plaza Bolívar de la ciudad de Bogotá (Colombia). Como obviamente los militares no permiten que se los filme, el video, aprovechando el viejo truco de “filmo cualquier boludez en primer plano, pero lo que quiero mostrar es lo que se ve en el fondo” muestra, tras esos niños que bailan, hacen burbujas o sonríen, a esos que matan pam-pam, en plena calle, desenmascarados al igual que su jefe que es, ya sabemos, su santidad el señor Matanza.



Señor Matanza

Esta ciudad es la propiedad
del señor Matanza.

Esa olla, esa mina y esa finca y ese mar,
ese paramilitar son propiedad
del señor Matanza.

Ese federal, ese chivato y ese sapo, el sindicato
y el obispo, el general son propiedad
del señor Matanza.

Buenas jineteras y alcohol están bajo control,
la escuela y el monte de piedad son propiedad
del señor, del señor Matanza.

Él decide lo que va, dice lo que no será,
decide quién la paga, dice quién vivirá.
Esa y esa tierra y ese bar son propiedad
son propiedad del señor Matanza.

A mi ñero llevan pal monte.

Y mi ñero que lo llevan y se van,
los que matan pam-pam son propiedad
del señor Matanza.

Él decide lo que va, dice lo que no será,
decide quién la paga, dice quién vivirá,
no se pueda caminar sin colaborar
con su santidad el señor Matanza.

A mi ñero llevan pal monte.

Y mi ñero que lo llevan y se van,
los que matan pam-pam son propiedad
del señor Matanza.

A mi ñero llevan pal monte.

Señor Matanza,
escúchalo güey,
su palabra es ley.
Señor Matanza.

Él decide lo que va, dice lo que no será,
decide quién la paga, dice quién sufrirá,
esa y esa tierra y ese bar son propiedad
del señor Matanza.

A mi ñero llevan pal monte.



Y acá termina el posteo de hoy. Que dedico a la memoria de Santiago Maldonado, al cumplirse un año ya de su desaparición forzada y asesinato por parte de las fuerzas represivas del Estado (un año también de ocultamientos, operaciones e intentos desesperados porque los culpables sigan impunes).

Yendo pal monte se despide:


DJ Vago






lunes, 23 de julio de 2018

[204] Seguridad interior



“Mean”, de Taylor Swift (2010)


Yo también fui víctima de bullying: lo confieso. Cuando era chico, mis compañeros varones me pegaban por ser demasiado malo en los deportes. Mis compañeras me pegaban porque no soportaban que fuera tan lindo. Y mis profesores, por ser demasiado mal alumno, en especial en aquellas materias en que mi fino oído musical y mi buena memoria auditiva no me daban una ventaja en las evaluaciones, es decir, en prácticamente todas las materias, excepto las que no le importaban a nadie porque era casi imposible reprobar: Música y Religión. Mis padres, por suerte, no me pegaban, salvo cuando derrochaba dinero (mi padre Josep Vagot, catalán él) o cuando osaba sugerir que alguna cultura había hecho, a lo largo de la historia de la humanidad, algo mejor que los vascos (mi madre, Condescendencia Iturraspe, vasca ella). No me ayudó, para evitar cargadas y golpes, el primer (pero gravísimo) regalo que me brindaron mis padres, una vez nacido: que mi nombre sea una única letra seguida por un punto: S.

Así que puedo sentir empatía hacia quienes sufren maltratos y golpes solo por ser diferentes, débiles o (como yo) demasiado geniales. Y también puedo sentir empatía cuando alguno de estos infelices se rebela y responde, resilienciante, a sus agresores, para decirles: “podrás hacerte el vivo ahora, pero esto no va a durar para siempre”.

Continuando la serie “Las chicas no se achican” (que comenzó un par de posteos atrás con las rusas de t.A.T.u), hoy comentaremos brevemente “Mean” (“Malo”), de Taylor Swift, de quien recordarán (o no) que ya hice un posteo, sobre su canción “Blank space” (en septiembre de 2015, posteo 140).

Esta canción es bastante previa a “Espacio en blanco”. En los albores de su carrera, Taylor, talentosa, bonita y jovencísima, fue invitada por primera vez a cantar en un evento superimportante en Yanquilandia, la velada en que se entregan los premios Grammy. Y cantó, redondamente, para el culo, desafinando de lo lindo, lo que le valió críticas crueles de twiteros, bloggeros musicales malaonda (no como yo, que soy buena gente) y público en general.



Como respuesta, Taylor compuso este tema, titulado “Malo” (o “Malvado”, si prefieren) en el que se le habla al matón maltratador y se acepta que ahora nos puede herir, pero algún día, más temprano que tarde, eso cambiará, porque nosotros, los infelices, ya no lo seremos. Cambiaremos, cual patucho feúcho, y nos volveremos cisnes o similares, mientras que vos, maltratador, sos tan básico que lo único que podrás ser, a lo largo de toda tu vida y para siempre, es malo. Solo eso. En unos años yo estaré viviendo en una vieja gran ciudad, triunfando (o al menos peleándola), mientras vos estarás en un bar, tomando cerveza mala mientras comentás a los gritos un partido de fútbol y nadie te presta la menor atención, patético y sin horizontes…

Puede pasar así, o puede que no. Pero no está mal creer que sí, que la justicia terminará venciendo algún día, que la confianza en nosotros mismos rendirá frutos, que nuestra seguridad interior erradicará todos los peligros externos. Y esta canción country alegre, esperanzada, sencilla, logra sin embargo emocionar a quienes, como yo, sufrimos alguna vez, como Hamlet, los golpes de la fortuna injusta, la prepotencia de los poderosos y todo lo demás.

El clip está muy bien: además de la propia Taylor, aparecen tres chicos maltratados (adorables los tres) que al final logran sobreponerse, triunfar, reír y, al menos en los minutos que dura la canción, ser felices.



Mean

You, with your words like knives
And swords and weapons
 that you use against me
You have knocked me off my feet again
Got me feeling like a nothing
You, with your voice like nails
On a chalk board, calling me out
when I'm wounded
You, picking on the weaker man

You can take me down
With just one single blow
But you don't know what you don't know

Someday
I'll be living in a big old city
And all you're ever gonna be is mean
Someday
I'll be big enough so you can't hit me
And all you're ever gonna be is mean
Why you gotta be so mean?

You, with your switching sides
And your wildfire lies
and your humiliation
You have pointed out my flaws again
As if I don't already see them
I walk with my head down,
Try to block you out
'cause I never impress you
I just want to feel okay again

I bet you got pushed around
Somebody made you cold
but the cycle ends right now
'Cause you can't
lead me down that road
And you don't know what you don't know

Someday
I'll be living in a big old city
And all you're ever gonna be is mean
Someday
I'll be big enough so you can't hit me
And all you're ever gonna be is mean
Why you gotta be so mean?

And I can see you
years from now in a bar
Talking over a football game
With that same big loud opinion
But nobody's listening,
 washed up and ranting
About the same old bitter things
Drunk and grumbling on
about how I can't sing
But all you are is mean
All you are is mean
and a liar and pathetic
And alone in life and mean, and mean, and mean, and mean

But someday
I'll be living in a big old city
And all you're ever gonna be is mean
Yeah someday
I'll be big enough so you can't hit me
And all you're ever gonna be is mean
Why you gotta be so… malo?
Malo

Tú, con tus palabras como cuchillos
y espadas y armas
que usas contra mí.
Tú me noqueaste de nuevo,
me haces sentir como una nada.
Tú, con tu voz como uñas
sobre un pizarrón, gritándome
cuando estoy herida.
Tú, aprovechándote del más débil.

Puedes derribarme
con un solo golpe,
pero no sabes lo que no sabes…

Algún día
viviré en una vieja gran ciudad
y tú lo único que serás es malo.
Algún día
seré tan grande que no podrás golpearme
y tú lo único que serás es malo.
¿Por qué tienes que ser tan malo?

Tú, con tus cambios de lado
y tus regueros de mentiras
y tus humillaciones
Tú señalaste mis defectos otra vez
como si yo ya no los conociera.
Caminé con la cabeza gacha,
intenté bloquearte
porque jamás te pude impresionar.
Solo quiero sentirme bien de nuevo.

Apuesto a que te maltrataron,
alguien te hizo ser frío,
pero la rueda termina ahora mismo,
porque no puedes
hacerme bajar por ese camino
con un solo golpe,
y no sabes lo que no sabes…

Algún día
viviré en una vieja gran ciudad
y tú lo único que serás es malo.
Algún día
seré tan grande que no podrás golpearme
y tú lo único que serás es malo.
¿Por qué tienes que ser tan malo?

Y puedo verte
dentro de unos años en un bar
hablando sobre un partido de fútbol
con las mismas opiniones a los gritos
pero nadie te escucha,
fracasado y despotricando
sobre los mismos temas amargos
borracho y gruñendo
sobre cómo no sé cantar.
Pero todo lo que sos es malo.
Todo lo que sos es malo
y mentiroso y patético
Y solo en la vida y malo, y malo,
y malo y malo.

Pero algún día
viviré en una vieja gran ciudad
y tú lo único que serás es malo.
Sí, algún día
seré tan grande que no podrás golpearme
y tú lo único que serás es malo.
¿Por qué tienes que ser tan… malo?



Y eso es todo por hoy. No me peguen, soy DJ.

Caído del catre, pero pronto a levantarme, me despido hasta entonces,

DJ Vago

lunes, 16 de julio de 2018

[203] Dándole mi vida a ese paraavalanchas



“Estadio Azteca”, de “Cuino” Scornik y Andrés Calamaro (2004)



Terminó el Mundial de Fútbol, muchaches (me gusta esto de la “e” final porque me ahorra aclaraciones respecte de ustedes, y estoy a favor de todo lo que sea ahorro de esfuerzo). Ya sé que ya saben que terminó el Mundial, no les estoy informando, es una oración inútil para romper el hielo nomás.

Pero como también sé que saben, aunque el fútbol no me interesa nada soy muy actual, así que quise despedirme (del Mundial) con una canción futbolera, como parte de la serie “Veníamos bien, pero pasaron cosas” (serie que inauguré con “Time will tell” hace dos semanas).

No será una canción francesa esta vez, a pesar de que el Mencionado Mundial fue ganado por Francia (me dijeron). Si esperábais eso, me remito a cuando comenté “La Marsellesa” (lejano posteo 15) u otras tantas canciones francesas, como “Ne me quitte pas”, “Avec”, “La mauvaise reputation”, etcétere. Buscad y encontraréis (no sé por qué este párrafo me salió en españólico, no volverá a ocurrir).

Para ser un tema futbolero (que lo es), “Estadio Azteca” es una canción infrecuente: melancólica, tranquila, con una hermosa melodía, un ritmo nada marchoso en cuatro por cuatro, y un sentido bastante oscuro y complejo.

La letra es de “Cuino” Scornik, y la música, hasta donde sé, es de Andrés Calamaro. Aunque es posible que haya sido compuesta por ambos en colaboración y al mismo tiempo, como otras canciones famosas o no famosas que uno piensa que son solo de Andrés, como “Mil horas” (por dar el ejemplo más famoso) o “El salmón” o “Clonazepam y circo” o “El perro”.

Solo para variar, empiezo hablando del clip: los clips nunca fueron el fuerte de Calamaro, pero este me gusta mucho. Se muestra, básicamente, un círculo alrededor del cual se disponen cuatro músicos: dos guitarras, un bajo y un cajón peruano. Calamaro, con gorrito, lleva una de las guitarras. Y tocan la canción, mientras la cámara da vueltas también por el círculo. O sea: súper sencillo, el clip, pero igual me parece muy logrado, arma un clima de simplicidad y comunión musical que tiene poco que ver con el fútbol pareciera, pero quién sabe.

La primera estrofa es la más futbolera: está en presente, y el cantor se retrata allí en medio de un partido, aferrado a una botella (ya vacía) con una mano, mientras con la otra se sostiene lo más fuerte que puede, en precario equilibrio (en el que le va la vida) al caño del paraavalanchas (esas “E” inclusivas y acostadas que sirven, como su nombre lo indica, para que los diez mil monos que están en la parte de arriba de la tribuna y saltan festejando un gol no se caigan en avalancha sobre los que están más abajo).




La segunda estrofa también es, a su manera, futbolera, pero también habla de otras cosas. Por ejemplo, de recuerdos infantiles. Por otro ejemplo, de la última dictadura cívico-militar en la Argentina, y de quienes tuvieron que exiliarse escapando de las persecuciones y secuestros. 

“Cuino” Scornik vivió exiliado en México de chico, así que no es difícil pensar que hay algo de autobiográfico en ese niño argentino que conoce el Estadio Azteca siendo muy niño y queda impresionado por la magnitud del Gigante (como se llama coloquialmente a ese estadio en la ciudad de México). 

Y luego, “de grande”, diez años después, ese ya no niño vuelve al estadio y también queda impactado al ver al Gigante (y uno puede pensar que se hace aquí una referencia a Maradona, pues recordemos que en el Mundial de México 86 (el último que ganó la Argentina, por cierto), los tres últimos partidos se jugaron precisamente en el Estadio Azteca (el famosísimo 2 a 1 contra Inglaterra (con dos increíbles goles de Maradona), el 2 a 0 a Bélgica (con otros dos goles de Maradona) y la final (3 a 2 a Alemania, sin goles de Maradona, pero igual fue la figura del partido).




Luego de estas dos estrofas la canción vira, desde el “dicen que hay”, hacia otro lado: una melancólica enumeración de cosas que tal vez existen, pero no es seguro, en tanto solo lo sabemos porque lo dicen otras gentes, y no por propia experiencia. (Me encanta la referencia (que solo alguien de aquí entendería) a los Corazoncitos Dorins, los “caramelos con forma de corazones” que aún subsisten, pero eran furor hace treinta o cuarenta años.)

Dicen que hay
dicen que hay
un mundo de tentaciones.
También hay caramelos
con forma de corazones.
Dicen que hay
bueno o malo,
dicen que hay más o menos.
Dicen que hay algo que tener
y no muchos tenemos.

Aunque el mensaje es poético (y por lo tanto, tan cierto como inasible), ese “algo que hay que tener” que no tenemos se conecta, como en el comienzo de la canción, con la botella ya vacía, y antes con eterno gusto a nada, que igual seguimos aferrando mientras esperamos un gol que (si son argentinos que miran a la selección, lo saben) probablemente no llegará.

Miren, escuchen, lean:



Estadio Azteca

Prendido
a tu botella vacía,
esa que antes
siempre tuvo gusto a nada,
apretando los dedos
agarrandomé
dándole mi vida
a ese paraavalanchas.

Cuando era niño
y conocí el Estadio Azteca
me quedé duro,
me aplastó ver al Gigante.
De grande me volvió a pasar lo mismo,
pero ya estaba duro mucho antes.

Dicen que hay
dicen que hay
un mundo de tentaciones.
También hay caramelos
con forma de corazones.
Dicen que hay
bueno o malo,
dicen que hay más o menos.
Dicen que hay algo que tener
y no muchos tenemos
y no muchos tenemos.

Prendido
a tu botella vacía,
esa que antes
siempre tuvo gusto a nada.



Prendido a la almohada como si me fuera la vida en ello, me despido ya durmiente hasta la próxima jugada de gol,

DJ Vago

sábado, 7 de julio de 2018

[202] Ya, Sasha, sumá de una vez



“Ya soshla s uma”, de t.A.T.u (2000)




Si tengo algún defecto es que soy muy oportuno, así que siendo Mundial de fútbol todavía, y estando ocurriendo en Rusia, y estando el equipo ruso jugando el alargue en busca de su pase a las semifinales, me dije por qué no, volvamos con una canción rusa, algo que en este blog no ocurría desde el posteo 55, antes del anterior mundial (diciembre de 2013).


Y estando como presidente de ese paisote Putin, quien paradójicamente es lo más anti-homosexual y LGBT que se puedan imaginar, me dije: por qué no traer a este blog a Lena y Julia, las chicas de t.A.T.u., el más famoso dúo pop ruso de las últimas décadas, el dúo ruso femenino más censurado en todo el mundo, el dúo ruso femenino que vendió más discos (tanto en ruso como en inglés) y también el dúo ruso femenino que más se besó bajo la lluvia con ropa de colegialas.




Pero como no me cuadra del todo con la serie que inauguré la semana pasada (“Veníamos bien, pero pasaron cosas”), inauguro aquí otra serie paralela, dedicada a intérpretes pop femeninas que se rebelan contra alguna situación. Y la titularé, a la serie, “Las chicas no se achican” u otro título menos malo, de ocurrírseme alguno.


Igual, si vos lector argentino estás muy metido en el Mundial, esta canción también puede estar hablando, no lo dudes, de la debacle del equipo argentino. “Perdí la razón” es algo que claramente podría estar cantando Sampaoli bajo la ducha, y “la necesito a ella” se está refiriendo, obviamente, a la Selección Nacional. Con “situación de socorro. Situación S.O.S.” se refiere, claramente, a que todos lo quieren fuera de su cargo, y luego empieza a referirse a Messi y a la confusión táctica-estratégica que Lionel le impuso, impidiéndole plasmar sus planes y esquemas futbolísticos:

No me puedo entender.
¿De dónde viniste?
¿Por qué? ¿Por qué
me enganché con vos?

La luz se apaga,
vuelo por algún lugar
Sin vos no soy yo,
no quiero nada.

(Actualización: van a penales.)

La otra opción, por supuesto, es que esta sea una típica canción de amor juvenil: el amor es comparado a la locura, y la amante siente, como las cantantes de fado, que su ser desaparece y se funde con la persona amada: si su amada no está, no existe ningún yo.

Nadie está inventando la pólvora, digamos. Lo distinto es que aquí la persona amada y quien canta son mujeres las dos, es un amor de mujer a mujer. Tampoco debería ser esto nada raro: ya no estamos en el siglo XV. Y sin embargo (diría Sabina) la propuesta abiertamente homosexual del dúo generó incontables censuras y quejas. Algunos las acusaron también de pro-pedófilas, por vestirse de adolescentes (lo que  me parece absurdo, porque la verdad, en el 2000 ellas eran adolescentes, y no veo por qué vestirse como estudiantes sea promover la pedofilia: es un pensamiento que tendría un pedófilo, digamos). Supongo que no ayudó, para evitar cuestionamientos, que Lena (la pelirroja) y Julia (la morocha) se mataran a besos con ropa de colegialas bajo la lluvia, en el videoclip y en cuanto escenario compartieran.

Pero más allá del clip porno-soft lésbico de esta canción, que las impulsó a la fama, las chicas de t.A.T.u. (sigla que suena como “tatoo”, tatuaje en inglés, pero remite, ponele, dice wikipedia, a la frase “esta chica ama a esa chica” en ruso) no solo son caras bonitas: cantan razonablemente bien (no como Ella Fitzgerald, digamos, pero mejor que Ariana Grande) y las canciones que hicieron son rítmicas y entretenidas, basadas por lo general (como en este caso) en una frase que se repite como cortina de sonido (aquí, ese “ya sasha sumá” que significa “me volví loca”) y una estructura casi en canon, aprovechando las posibilidades que da el formato dúo. 




La letra no es de ellas, sino de otra chica que, aparentemente, no es lesbiana pero soñó, mientras estaba en el dentista, que besaba a otra chica, y al despertar exclamó: “me volví loca”. Eso explica que la letra incluya, hacia el final, eso de “perdón mamá y papá” (perdón por ser homosexual, se infiere), lo que no parece algo que dirían Lena o Julia a sus padres, pero que resalta lo que todos saben, que este amor va contra las reglas: las de Putin y las de cualquier pacata sociedad que se les ocurra, por ejemplo… casi todas.


Algo interesante de la letra (y reforzado por el videoclip) es que si bien el amor prohibido se dice como locura y como algo que genera culpa, igualmente es incuestionable: el amor seguirá a pesar de todo y de todos. Incluso de “ellos” (toda la sociedad, pero especialmente los varones), los que están en el clip del otro lado del alambrado, los que exigen que “hay que comenzar un tratamiento” (para tratar la “enfermedad” de ser homosexual, lo que aún existe en el mundo, aunque no lo crean); “ellos” que, al usar paraguas, evitan mojarse, y las miran feo mientras ellas sí se mojan y se besan y, al final, se van caminando tomadas de la mano hacia las nubes por las cuales va a somando un rayito de sol, dejando atrás a todos los demás con sus paraguas, sus ropas oscuras y sus caras de Ruggeri mientras comenta el 0-3 contra Croacia.

(Hablando de eso, actualización: perdió Rusia en los penales. Ganó Croacia.)



  

Я сошла с ума

Я сошла с ума,
я сошла с ума
Мне нужна она,
мне нужна она

Меня полностью нет, абсолютно всерьёз
Ситуация help,
ситуация S.O.S

Я себя не пойму,
 ты откуда взялась?
Почему? Почему
на тебя повелась?

Выключается свет,
я куда-то лечу
Без тебя меня нет,
ничего не хочу

Это медленный яд,
это сводит с ума
А они говорят:
"Виновата сама"
А они говорят:
"Виновата сама"

Я сошла с ума,
я сошла с ума
Мне нужна она,
мне нужна она

Без тебя я - не я,
без тебя меня нет
А они говорят,
говорят: "Это бред!"

Это солнечный яд, золотые лучи
А они говорят:
"Надо срочно лечить"

Я хотела забыть,
до упора и вниз
Я считала столбы и растерянных птиц
Без тебя меня нет, отпусти-отпусти
До угла по стене,
мама, папа, прости

Я сошла с ума,
я сошла с ума
Мне нужна она,
мне нужна она

Раз, два, после пяти
Мама, папа, прости
Я сошла с ума
Раз, два, после пяти
Мама, папа, прости
Я сошла с ума

Я сошла с ума,
я сошла с ума
Мне нужна она,
мне нужна она
Ya soshla s uma

Ya soshla s uma,
ya soshla s uma
Mne nuzhna ona,
mne nuzhna ona

Menya polnostyu net
Absolyutno vser'ez
Situastsiya help
Situastsiya SOS

Ya sebya ne pojmu
Ty otkuda vzyalas?
Pochemu? Pochemu
Na tebya povelas?

Vyklyuchaestsya svet
Ya keuda - to lechu
Bez tebya menya net
Nichego ne khogu

Eto medlennyj yad
Eto svodit s uma
A oni govoryat –
vinovata sama
A oni govoryat –
vinovata sama

Ya soshla s uma,
ya soshla s uma
Mne nuzhna ona,
mne nuzhna ona

Bez tebya ya ne ya
Bez tebya menya net
A oni govoryat
Govoryat eto bred

Eta solnechnye yad
Zolotye luchi
A oni govoryat
Nado srochno lechit

Ya khotela zabyt
do upora I vniz
Ya schitala stolby I Rusteryannykh ptits
Bez tebya menya net, otpyasti otpyasti
Do ugla po stene
mama-papa prosti...

Ya soshla s uma,
ya soshla s uma
Mne nuzhna ona,
mne nuzhna ona

Raz, dva posle pyati
Mama papa prosti
Ya so-shla s u-ma
Raz, dva posle pyati
Mama papa prosti
Ya so-shla s u-ma

Ya soshla s uma,
ya soshla s uma
Mne nuzhna ona,
mne nuzhna ona
Perdí la razón

Perdí la razón,
perdí la razón,
La necesito
la necesito.

Ya no queda yo.
Es absolutamente serio.
Situación de socorro.
Situación S.O.S.

No me puedo entender.
¿De dónde viniste?
¿Por qué? ¿Por qué
me enganché con vos?

La luz se apaga,
vuelo por algún lugar
Sin vos no soy yo,
no quiero nada.

Es un veneno lento
me vuelve loca
y ellos dicen
que la culpa es mía.
Y ellos dicen
que la culpa es mía.

Perdí la razón,
perdí la razón.
La necesito
la necesito.

No soy yo sin vos,
no hay yo sin vos
y ellos dicen
dicen que es delirio.

Es un veneno de sol,
rayos de oro
y ellos dicen
“se requiere tratamiento ya”

Intenté olvidar
el camino de arriba a abajo
conté los postes
y los pájaros distraídos.
No hay yo sin vos,
dejame ir, dejame ir
al rincón de la pared,
mamá, papá, perdón…

Perdí la razón,
perdí la razón.
La necesito
la necesito.

Uno, dos, después de las cinco
mamá, papá, perdón.
Perdí la razón.
Uno, dos, después de las cinco
mamá, papá, perdón.
Perdí la razón.

Perdí la razón,
perdí la razón.
La necesito
la necesito.



Al hacer la versión en inglés de este tema, la letra les quedó mucho más livianita: el “me volví loca” pasó a ser “todas las cosas que ella dijo”, y el “la necesito” pasó a ser “esto no es suficiente”; desapareció la “situación S.O.S.” y lo de “es necesario tratamiento” se fue también, y en vez de pedir perdón a los padres, solo se les pide “mirame, papá”, “mirame, mamá”… O sea: más que la razón, perdimos la rebeldía de la letra. Sin embargo, se mantuvo el clip y eso, más el ritmo incesante, alcanzó para que este tema alcanzara, en inglés, el número 1 de los charts en Gran Bretaña y Estados Unidos.



Y eso es todo por hoy. Chau Rusia del Mundial. Chau Paoli. Chau Mundial. Perdimos el partido, perdimos la razón. Perdón papá, perdón mamá.



DJ Vago