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lunes, 16 de septiembre de 2013

[47] ”Duérmete viking, duérmete ya


“Anoche me soñé un sueño” (“Drømte mig en drøm i nat”), anónimo danés del siglo XII, por Valravn


A Patricio Killian y Laura Linzuain, 
que se sientan a la mesa de Erik el Rojo 
y se limpian la boca con la manga.

Para terminar de visitar a mi familia europea, tuve que cruzarme hasta Rudkøbing (la ø se logra poniendo la boca como para pronunciar una “o”, pero largando una “e”), en una pequeña isla de la provincia de Langeland, reino de Dinamarca. Aquí vive la mayor de mis tías del lado materno, Indignación Iturraspe.
Para entrar al país tuve que declarar bajo juramento que Dinamarca era “por lo menos, uno de los tres mejores reinos del mundo” y aprenderme con un 70% de aproximación el himno nacional danés, que comienza con los versos “Der er et yndigt land / det står med brede bøge” (“Este es un hermoso país / pero algo huele mal aquí”).
Al llegar, tras un interminable recorrido a la triangular cabaña de mi tía, me atendieron con ciertos recaudos. Es que mi tía Indignación se escapó muy joven de su casa, y se alejó tercamente de su familia. De hecho, aquí se hace llamar Inga Irstårp, y a todos sus hijos (5 varones) les dejó solo el apellido de su marido, Koster-Waldau.
Lo primero que me dijo mi tía cuando me abrió la puerta fue, susurrando en un español algo oxidado: “Ojo que soy danesa, eh”.
Yo respondí que sabía que no, que era vasca hasta la médula, de Fuenterrabía.
Ella replicó casi sin separar los labios, susurrando como una cascabel y con furia en la mirada: “Soy más danesa que las galletitas de manteca y que las boinas”.
Estuve a punto de responderle que sabía de buena fuente que las boinas eran un invento vasco, pero mi herencia catalana batalló en mi interior y venció, al grito silencioso de “¡consensuemos!”.
“Por supuesto, tía: sos danesa”, respondí, y recién entonces Inga abrió la puerta y me presentó a mi tío político, Wilhelm, y a mis cuatro primos presentes.
El que no estaba en casa era el mayor y el más famoso, Niko (a quien conocemos, en la familia, como “El Feo”); él es actor, y está grabando una película, o una serie, o no sé qué.
Mi tía no me dio mucha conversación (en presencia de su marido, se hacía la que no entendía el castellano, la caradura); el único que me dio bola fue mi primo Søren, un pibe con largas rastas rubias, barbita candado desgreñada y cara de perdido en la neblina, que se puso contento al saber que yo era algo así como un especialista en música, y me confesó, en su inglés rudimentario, que él también es músico, pues toca el bajo medieval en una banda llamada Krauka, con la que hace giras musicales por todos los mercados y ferias vikingas del país. Y me invitó a ver el ensayo.


Después de dormir durante 36 horas, tuve que ir nomás a ver a la banda de mi primo. Los amigos de Søren le dicen, cariñosamente, Zederkopf, “Cabeza de Alcornoque Hueco”, pero la verdad, él es el más formal de los integrantes de Krauka. Aparentemente, aquí el mundo vikingo es una industria floreciente, y hay pueblos enteros que se dedican concienzudamente a soñar que siguen viviendo en el año mil y que están por descubrir América antes que nadie.

Pero en el ensayo escuché una bella  y antigua canción vikinga, “Drømte mig en drøm i nat” (“Anoche me soñé un sueño”), que es la elegida de esta semana. Aquí va en la versión de la banda de mi primo:





Sin embargo, esa no es la versión que prefiero. La que elegí es la del grupo danés Valravn (“Cuervo Sangriento”, hace referencia a los cuervos que, tras alimentarse del corazón de un guerrero caído en combate, adquirían memoria, conciencia y mañas humanas).

La cantante de Valravn, Anna Katrin Egilstrød, es de las islas Feroe (colonia danesa, al igual que Groenlandia; unas islitas bien arriba de Escocia, rumbeando para Islandia). Ella canta con una onda parecida a la de la islandesa Björk Guðmundsdottir (más conocida como Björk). En los países nórdicos muchos cantan así, en forma descarnadamente íntima, tonante y ensimismada. Es la forma en que uno canta, por ejemplo, cuando está parado en la costa de un fiordo, frente a uno de los paisajes más bellos del mundo, pero a la vez cagándose de frío, porque corre un viento helado que te la voglio dire. La acompañan con flauta feroica, guitarra cámbrica, percusión nórdica y laúd eléctrico (no sé por qué Youtube no me deja incluir las pantallas, hay un complot mundial anti-vikingo, me parece):


Drømte mig en drøm I nat

Drømte mig en drøm i nat
om silke og ærlig pæl,
bar en dragt så let og glat
i solfaldets strålevæld,
nu vågner den klare morgen.

Til de unges flok jeg gik,
droges mod sang og dans,
trøstigt mødte jeg hans blik
og lagde min hånd i hans,
nu vågner den klare morgen.

Alle andre på os så,
de smilede, og de lo.
Snart gik dansen helt i stå,
der dansede kun vi to,
nu vågner den klare morgen.

Drømte mig en drøm i nat
om silke og ærlig pæl,
bar en dragt så let og glat
i solfaldets strålevæld,
nu vågner den klare morgen.

Nu vågner den klare morgen,
nu vågner den klare morgen.
Anoche me soñé un sueño

Anoche me soñé un sueño
de seda y rica piel,
llevaba un vestido tan liviano y brillante
en la luz del anochecer;
ahora se despierta la clara mañana.

Fui hacia la joven multitud,
atraída por la música y la danza,
llena de confianza enfrenté sus ojos
y puse mi mano en su mano;
ahora se despierta la clara mañana.

Todos los demás nos miraban,
murmuraban y sonreían.
Pronto la danza se detuvo,
pero los dos seguimos bailando;
ahora se despierta la clara mañana.

Anoche me soñé un sueño
de seda y rica piel,
llevaba un vestido tan liviano y brillante
en la luz del anochecer;
ahora se despierta la clara mañana.

Ahora se despierta la clara mañana,
ahora se despierta la clara mañana.

La canción “Anoche me soñé un sueño” es del siglo XII, aproximadamente. Y se hizo famosa por aparecer, como una nota final, en el Codex Runicus, un manuscrito escrito en runas vikingas del año 1300 en el que aparece la ley danesa más antigua, la Ley de Scania (no, no es una ley de camioneros, tipo “el acompañante ceba” o “no sé frenar, vos arreglate”). Es la canción nórdica no religiosa más antigua que se conozca. La letra está en danés antiguo.



Y a pesar de ser tan antigua, qué actual suena, ¿no? Porque presenta algo que ya existía (me dijo mi hermana la tercera) en la antigua poesía griega, pero era poco común en la lírica medieval: un yo poético fuerte y femenino que se atreve, en vez de rezar o callarse, a cantar que tuvo un sueño erótico.
Tal vez no les parezca muy erótico, el sueño, pero les recuerdo que estamos en pleno siglo XII: por menos que esto, en muchos pagos te quemaban vivo, en la época. En especial si eras mujer.
En el sueño, lleno de imágenes sensoriales (y sensuales) ella está vestida con ricos ropajes, que se sienten suaves y livianos sobre su piel, mientras brillan a la luz de la luna. Sin embargo, “ahora se despierta la clara mañana”, es decir: ella se despierta de su sueño. Ese verso pesimista es el que cierra todas las estrofas, oponiendo la magia del sueño a la cotidiana realidad, que, suponemos, debe ser mucho menos glamorosa y copada.
Volviendo al sueño; es importante el “me” de “me soñé un sueño”, porque remarca lo íntima y personal que fue la experiencia onírica. Tal vez toda la vida será un sueño, Calderón, pero los sueños no solo sueños son.
Ella, vestida de gala, escucha música, y va sin miedo hacia la multitud que baila y canta. Allí, sin esperar a que le cabeceen, ella misma encara al muchacho de su elección, le pone la mano encima (de la mano de él, malpensados) y lo saca a bailar. Y siguen “bailando” aún después de que se acaba la música (ahora sí tienen razón, malpensados).
Pero llega lamentablemente la mañana y ella, cual cenicienta vikinga, se despierta de su sueño.


Como bonus track, aquí tienen el tema “Cortes de papel” (“Papirsklip”), por el cantor-actor danés Kim “Galletita de Agua” Larsen. En la canción, él habla de su amigo (el hermano danés del tenista Del Potro), que es mudo, pero que se comunica cortando papelitos y armando figuras con ellos, como Itsvansch (al nivel que imagino tendría Itsvansch en salita de 4). Mientras tanto, Kim intenta, sin resultados inmediatos, levantarse a la rubia.

https://www.youtube.com/watch?v=IG6hEXotvAY




Se despide, dormido y bostezando desde siglos,

DJ Viggo


2 comentarios:

  1. Diyei!, hermoso poema! Linda oportunidad de leer vocablos como "Guðmundsdottir", que tan caros recuerdos me trae con su prefijo.
    Si le fuera posible, me gustaría leer la misteriosa Ley de Scania...
    Y es cierto que, como todo filoviking, usamos la manga: todo ser civilizado debe cargar la propia mugre (una suerte de "Tu perro, tu caca"), antes de pegarla en la cabeza de otro, cual romano de la Antigüedad.

    Lléguele mi abrazo berserker forever

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  2. Gracias por su lectura y comentario, Laura Linzuain. Un abrazo para usted también.

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