solo un tema por semana,
y con que le guste al diyei alcanza

lunes, 17 de marzo de 2014

[70] ¡Vaca! …yendo gente al baile

 

“Guárdame las vacas”, anónimo español del siglo XV, y “Siete diferencias sobre Guárdame las vacas”, de Luys de Narváez (ca. 1540)


Para la penúltima entrega de la serie “Hits bailables del medioevo”, aquí va un tema que fue muy famoso, número 1 en todos los charts de la segunda mitad del siglo XV desde Toledo hasta Aquisgrán, y sin embargo, hoy es imposible de oír: no hay ninguna versión confiable de “Guárdame las vacas” en su forma original, así que este posteo (escrito en un rincón poco iluminado de mi escritorio, en mi nuevo trabajo oficinesco) requerirá de ustedes una buena cuota de comprensión, imaginación y cariño.




Hablando de eso: me emocionaron todas las muestras de buena onda, sorpresa, ternura y/o profunda pasión que despertaron mis apuntes sobre “China in your hand”, la semana pasada; en especial entre las lectoras femeninas (que son, por supuesto, el 95% de toda la matrícula del blog). Evidentemente muchas de ustedes aún se ven profundamente influidas por los lentos, voy a pasarle el dato a los científicos de la Universidad de Connecticut (conocidos de mi hermana la Pata), algo tendrán que decir sobre esto.

Volviendo a nuestro hit medieval: conocemos, de “Guárdame las vacas”, la línea melódica principal y solamente dos versos de la letra.

La melodía es la que pueden escuchar en los primeros 21 segundos de este videoclip, por mi amigo Trond Bengston, un laudista aficionado noruego que intenta, con mucho esfuerzo, sobreponerse a la parálisis de su dedo meñique derecho:



La letra, en tanto, es la siguiente:

Guárdame las vacas, carillejo, y besarte he;
 si no, bésame tú a mí,  que yo te las guardaré.

No sabemos si esas dos líneas son TODA la letra (lo que no sería imposible, pues ya sabemos que los medievales preferían las canciones breves) o son solamente el estribillo; en todo caso, si había estrofas distintas, no las conocemos.

Los dos versos, sin embargo, dejan bastante tela que cortar. Habla una muchacha campesina que le hace, sin vueltas y yendo directamente al grano, una curiosa propuesta a un “carrillejo” (apelativo que no puedo decidir aún si significa “cachetoncito” o “joven carrero”): “si me guardás las vacas, te doy un beso”.

Uno podría pensar que la vaquera es extremadamente vaga (mi tipo de chica), para intentar comprar con algo tan íntimo como un beso una tarea que no parece, al menos con los datos que tenemos, tan complicada: llevar unas vacas hasta el corral. Pero enseguida ella le presenta a su carrillejo (también pastor-vaquero) una opción: “si preferís, dame un beso vos, y yo guardo las vacas tuyas”. Con lo que nos damos cuenta de que la cuestión de guardar las vacas es secundaria: lo que ella quiere es el beso.

No sabemos la respuesta del carrillejo, pero hay ofertas difíciles de rechazar.

Es una letra sexy, atrevida, pícara y alegre, y mucho más si recordamos que la canta una mujer y que estamos en el siglo XV en España (la Inquisición Española comenzó su período de auge en 1478, como para ubicarnos mínimamente).


En todo Youtube solamente encontré una versión cantada, con arreglo para guitarra de Francisco Salinas e interpretada por la vihuelista portuguesa Marcia Taborda. La canción empieza en el segundo 45, antes de eso Marcia recita, en un idioma ligeramente parecido al castellano y con un tono mucho más irritante que conmovedor, un poema de Lope de Vega. En la versión de Taborda, la letra de “Guárdame las vacas” se completa con unas rimas de la picaresca española, los versos de “Fray Antón”, que son bastante más subidos de tono que los de las vacas y no tienen casi nada que ver con ellos, pues aquí se habla de un cura o fraile al que se defiende (“no hables mal de él, porque es mi enamorado y yo lo adoro”), a pesar de que no suena muy acorde con los votos religiosos el que el padre Antón le saque “algunas cosillas” a ella y le toquetee el busto, mientras ambos rezan, arrodillados, en la penumbra de la iglesia:

No le digáis, madre, mal al padre fray Antón:
es mi enamorado y yo le tengo en devoción.

Cuando estamos juntos, ambos de rodillas,
Sácame por puntos algunas cosillas,

háceme cosquillas en el corazón.
No le digáis mal, que yo le tengo en devoción.

Por Marcia Taborda:

Lo que sí conocemos ampliamente, de “Guárdame las vacas”, son las diferencias que compuso el guitarrista Luys de Narváez, alrededor de 1540. Diferencias es un género musical que comenzó más o menos por esa época, pero que se hizo realmente famoso mucho después, en el romanticismo, con el nombre de variaciones (Beethoven, por ejemplo, amaba ese género) y que consiste en tomar una melodía, presentarla y luego repetirla pero en versiones siempre diferentes (mostrando, por lo general, a la vez que la creatividad del compositor, el virtuosismo del intérprete).


Las “Siete diferencias sobre Guárdame las vacas” se hicieron, gracias a la notación musical y a la fama de Luysito, mucho más perdurables que la canción original. Recuerdo que, cuando estaba en el conservatorio municipal estudiando canto, en toda audición de guitarra que se preciara, los alumnos de años semi-avanzados siempre interpretaban esta pieza, que es bella y difícil, pero no tan difícil como muchísimas otras, por lo cual se deja abordar amablemente por guitarristas en formación. Esta famosa obra medieval-renacentista para guitarra es, sin dudas, muy escuchable (no tan bailable, eso sí, como el “tema madre”).

Diferencias (variaciones) de Luys de Narváez:


Por detrás de la dulce melodía, si uno se esfuerza, puede escuchar todavía la oferta del beso e imaginar a las vacas libres mirando pensativas a los dos jóvenes, lo que vuelve a la canción mucho más fresca y divertida que si pensamos que es solo “música vieja”.

Y creo que eso es todo por hoy, me despido: tengo que reunir a mis propias vacas (a menos que alguien tenga otra propuesta).

DJ Vaquero

4 comentarios:

  1. Muy bueno su texto! Estoy investigando este tema desde hace algún tiempo y sus explicaciones fueron muy importantes. Gracias
    Suerte con las vacas ...
    ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a vos por la lectura y el comentario. Saludos!

      Eliminar
  2. Muy divertido. La verdad es que la diferencia entre dame un beso o te lo doy yo... deja a las vacas en un limbo. La versión de las diferencias muy buena, tal vez rápida. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es cierto, es un porquito rápida la versión. Es que a los concertistas les gusta demostrar su virtuosismo con la velocidad. Gracias por el comentario.

      Eliminar