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viernes, 17 de diciembre de 2021

[267] The V-files (II): metacanciones en el multiverso

  

Continúo la apertura de mis archivos secretos (ojalá todos se abrieran igual de fácil), esperando que nadie me acuse y tenga que pedir asilo de raje en alguna embajada. Hoy nos internaremos en las particularidades del multiverso.

No, mentira, no tengo idea de qué es eso del multiverso, pero está de moda por las películas de Marvel así que me pareció que quedaba bien en el título del posteo: este archivo secreto hablará sobre metacanciones, es decir, canciones que hablan de sí mismas.


Para que entiendan a qué me refiero, la vieja propaganda de celulares sobre “El tema del verano” (con su estribillo semiobsceno, “pero claro que te clavo la sombrilla”) es una metacanción, que habla sobre esos temas pegadizos que se crean para que duren un par de meses y luego desaparecen en la nada, pero a la vez la canción habla sobre sí misma, sobre cómo ella misma es una canción del verano.


Hay montones de metacanciones (el archivo cuenta con más de 150 entradas en castellano, inglés, coreano, alemán, francés, catalán y euskera), pero aquí dejaré solo una cuenta regresiva de las preferidas (por sorprendentes, no necesariamente por mejores). Con una salvedad: mi metacanción favorita no aparecerá aquí, sino que me la reservo para comentarla sola en un posteo más adelante.

Sin más preámbulos, entremos de lleno al sorprendente multimundo de las metacanciones.

 

7 – “Esto no es una canción: es un sándwich”, de Spychostick

Esta original metacanción trash-psicótica de Psychostick se la pasa intentando convencer a quien escucha de que está oyendo un sándwich de jamón y queso, en lugar de una canción (“¿Por qué no escuchás el jamón?, ¿por qué no escuchás el queso?”). Incluso representa, como si fuera un sketch, la discusión entre un oyente y los miembros de la banda:

—Me parece que esto es una canción...

—¡No, es un sandwich!

—Hmmm... pero es una canción.

—¡No, es un sandwich! (...)

En líneas generales, resulta, además de bizarro, bastante alienante, este tema. Perdón, este sándwich. Sabroso, quise decir.



6 – “Nuestros abogados nos hicieron cambiar el nombre de esta canción para que no nos demandaran”, de Fall Out Boy

Esta canción de Fall Out Boy sería un tema común y corriente si no fuera por su largo título, que lo vuelve una metacanción. Efectivamente, en su versión original la canción se llamaba “Mi nombre es David Ruffin y estos son The Temptations”, y era una referencia a cómo David Ruffin, cantante principal del quinteto vocal The Temptations (estamos hablando de los años 60, en Estados Unidos) se creyó que era Gardel y quiso cambiar el nombre de la banda para que incluyera su propio nombre: “David Ruffin & The Temptations”. Los demás del grupo no lo aceptaron y David se fue del grupo para hacer carrera como solista y nunca más tuvo un hit y murió solo y borracho, mientras que The Temptations, con un suplente para David, continuaron con su carrera sin mayores problemas y tuvieron varios éxitos más.

La letra de esta canción, sin embargo, no habla directamente sobre eso, sino que hace exactamente lo contrario a lo que había hecho Ruffin: aquí el cantante se tira abajo y pide que no los escuchen más, porque solo son una moda y además son unos mentirosos (aunque eso sí, son los mejores mentirosos que hay).

Hermanas y hermanos, saquen este disco.

Escuchen mi consejo (porque son malas noticias):

los dejaremos volados y secos,

no vale la pena que pierdan su capacidad de audición por esto. (...)

Solo somos unos mentirosos, pero somos los mejores,

solo seguimos la última moda.

Como dato curioso pero significativo, el título es estrictamente cierto: si el tema hubiera salido con el título original, los integrantes de la banda habrían enfrentado una demanda legal por parte de los herederos de David Ruffin.



 5 – “Esta no es una canción de amor”, de Trace Adkins

Esta balada pop-country-tanguera nos presenta a un cantor bien macho y de voz gruesa, tipo Julio Sosa, que le canta una canción a ella pero aclarándole a cada momento que ella no le mueve a él ni un pelo (ni siquiera cuando se pasea con poca ropa entre tules y pétalos), que cuando pierde el sueño nunca es por pensar en ella y que si le canta esa canción con la guitarra es porque si no ella nunca la va a llegar a escuchar en la radio (“aunque nunca se sabe”, aclara Trace con un movimiento de ceja, haciéndose el canchero, además del macho). Me causa muchísima gracia el planteo, la facha de Trace, el videoclip (en el que ella al comienzo se afeita las piernas, jaja, re romántico) y la canción en general.

Bue, mi corazón no se saltó un latido

cuando te vi ahí parada

como si fueras una especie de ángel,

como si caminaras por el aire.

Y la tierra no se movió bajo mis pies

cuando dijiste mi nombre:

no sentí nada. Nop, no yo.

Mi corazón no se saltó un latido.

Esta no es una canción de amor,

solo tuve ganas de agarrar mi guitarra y cantar una tonada.

Canto sobre vos, sí. Me siento bien y hago tap tap con los zapatos

y toda esta cosa que voy haciendo, bueno, probablemente

nunca la vas a escuchar en la radio, aunque... nunca se sabe.

Así que, nena, si querés podés cantarla,

pero no es una canción de amor.



 4 – “Pará esta canción (melodía enamorada)”, de Paramore

Un hermoso tema de rock acerca de las canciones pegadizas: la cantante escucha una melodía (esa misma canción, claro: es un metatema) y no puede quitársela de la cabeza, de la misma forma en que no puede quitárselo de la cabeza a él, y ruega que alguien la corte, que le quite la canción de la mente de una vez, así ella puede escapar (de la música y, al mismo tiempo, de él). Pero mientras tanto, ella ni siquiera puede evitar que los piecitos se muevan marcando el ritmo (un ritmo en 4 sobre 4, típico ritmo de canción de rock).

Dijiste las cosas más lindas

 y no puedo evitar que mi corazón cante.

Siguiendo el sonido de tu canción,

mis estúpidos pies se siguen moviendo.

Este ritmo de 4/4 me sincroniza con vos,

a este ritmo de 4/4 voy a morir por vos

(que alguien pare esto).

¿Nadie va a parar esta canción?

Así no la sigo cantando.  (...)

Acecha como una araña a la que no puedo matar

por más que lo intenté y lo intenté.

Bueno, ¿no te das cuenta?

Estoy perdida. No quiero amarte, pero te amo.



 3 – “Por favor: usá esta canción”, de Jon Lajoie

Entramos al podio con esta ácida y divertida canción (el clip es muy gracioso también) donde se le pide a cualquier empresario que esté escuchando que utilice esta misma canción para una publicidad, así él, el cantor, puede ganar algo de plata y pagar la hipoteca de su casa y los impuestos que debe. En el clip todo el tiempo aparecen carteles que dicen “Tu marca aquí”, como anticipando la publicidad futura, y el clip termina en una forma sorprendente y trágicamente feliz.

Por favor, usá esta canción en tu propaganda.

Necesito el dinero, así que usala para vender algo:

una franquicia de comida rápida, artículos de oficina,

una nueva línea de tintura de pelo, un website de citas,

una línea de ayuda al suicida, un nuevo modo de hacer ejercicio,

la cola de una peli que se estrena en julio,

una campaña política, un nuevo videojuego,

un remedio que no sabés que no deberías estar tomando,

para cualquier producto o servicio esta es la canción justa,

tu audiencia-objetivo la cantará y se pondrá a bailar.

Por favor, usá esta canción en tu propaganda.

Necesito la fama, mi casa está por ser rematada (...)

Para una tarjeta de crédito, para unirse al ejército,

una nueva manera de volverte menos peludo,

un seguro de vida, seguro médico,

seguro de gato, seguro de seguro,

una institución financiera (como la que me quitó mi casa) (...)

La industria de la música se muere, pero el consumismo está en auge,

así que por favor usá esta canción en tu propaganda.

 


2 – “Mi primer millón”, de Bacilos

La medalla de plata de las metacanciones va para esta simpática oda al capitalismo de la banda colombiano-portorriqueño-brasilera Bacilos, en el que el cantor plantea, con total franqueza, el deseo de salir de la pobreza y las deudas (igual que Jon Lajoie en la canción de arriba) y ser millonario (mediante el dinero que ganará con esta misma canción, cuando empiece a sonar en la radio). Cuando tenga ese millón, lo usará para comprarle a ella (su amada) “una casa grande, para que quepa tu corazón”.

Estoy ya cansado de estar endeudado,

de verte sufriendo por cada centavo:

dejémoslo todo y vámonos para Miami.

Voy a lo que voy, a volverme famoso,

a la vida de artista, a vivir de canciones,

vender ilusiones que rompan diez mil corazones.

Yo solo quiero pegar en la radio,

para ganar mi primer millón,

para comprarte una casa grande

en donde quepa tu corazón.

Yo solo quiero que la gente cante

por todos lados esta canción,

desde San Juan hasta Barranquilla,

desde Sevilla hasta Nueva York.

Es muy gracioso que él ya se arma en su mente todo lo que va a suceder en el futuro, incluyendo las partes en las que él, ya famoso, sale de joda con Alejandro Sanz y Paulina Rubio, y, al mejor estilo Icardi, le aclara a la novia que no se ponga celosa porque “Paulina es solo una amiga”, jaja.


Esta canción se metacomplementa con otro tema de Bacilos, hecho muchos años después: “Carta a Cupido”, que también es una metacanción en la que, para más metacancionar, se hace una referencia a “Mi primer millón”, reclamándole a Cupido que ya consiguió aquella casa grande, pero que aún le falta el corazón para llenarla:

Me ha ido bien en la vida pero mal en el amor (en serio)

y decidí escribirte esta canción.

Oye, Cupido, ¿qué fue lo que nos pasó?

Si éramos tan amigos, ¿por qué todo terminó?

Me compré ya la casa grande, como dice la canción,

pero sigo esperando: le hace falta un corazón.


 1 – “Esta canción”, de George Harrison

Esta genialidad del genial George Harrison es una canción cuya letra se la pasa hablando de la misma canción y de sus partes, diciendo que no tiene nada particular, que no infringe el copyright de nadie (meses atrás George había perdido un juicio legal en el que se lo condenó por “plagiar subconscientemente” la melodía del tema “He´s so fine”, en su canción “My Sweet Lord”) y que no tiene nada especial, excepto que es un buen motivo para darse cuenta de que sin vos no hay motivo para esta canción. El clip de “This Song” pone en escena un juicio lleno de personajes divertidos y bizarros. Por más que no tenga nada súper especial, es una gran canción esta, plena de alegre protesta contra las instituciones (todas ellas), y se merece el número uno, al menos en este archivo secreto.

Esta canción no tiene nada complicado.

Esta canción no es blanca o negra, y hasta donde yo sé,

no infringe el copyright de nadie, así que...

Dejemos ser a esta canción; esta canción está en Mi,

esta canción es para ti y...

Esta melodía no es nada brillante,

Esta melodía no es mala ni buena, y pase lo que pase

mis expertos me dicen que zafa.

Como esta canción me llegó inconscientemente

esta canción podría ser, tú podrías ser...

Este riff no intenta ganar medallas de oro,

este riff no es hip ni cuadradito, recocido ni jugoso

y podría terminar siendo otro lastre que soportar.

Pero esta canción bien podría ser

una razón para ver que

sin ti no hay motivo para esta canción.



Así cierra este expediente secreto V. No lo escuchen, no lo lean. Es más: si lo leyeron, mejor desléanlo. Y nos desvemos la próxima.

DJ Meta(Vago)

 

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