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lunes, 25 de agosto de 2014

[93] No me hago al lao de la güeya


“Inmigrada”, de Gogol Bordello, en su álbum Bullicio transcontinental (2010)


A Pablo Castro, Silvana de Ingeniis y Mara Golzman.


“—Entonces, ¿eres libre?
—Sí, soy libre —dijo Karl, y de pronto nada parecía más inútil que su libertad.”
Franz Kafka, Amerika.

“No me hago al lao de la güeya
aunque vengan degollando;
con los blandos yo soy blando
y soy duro con los duros,
y ninguno en un apuro
me ha visto andar tutubiando.”
José Hernández, Martín Fierro.


Empiezo aquí una serie dedicada a los inmigrantes.

Todos nacimos muy lejos, y suspiramos una patria cuya única tierra es la memoria. Y aun para quien vive en el pueblo natal, este ya no es el mismo que era entonces. Todos alguna vez nos fuimos del hogar, o el hogar se escapó de nosotros; y por lo tanto, somos o seremos inmigrantes.

Por eso siempre me sorprende la segregación al inmigrante visible, el chino, el bolita, el negro africano, el ruso judío, menospreciados, acusados de la desocupación, la pobreza, la recesión, la inseguridad y para resumir, todos los males del país excepto no haber ganado el mundial; explotados, denostados por doquier y por cualquiera, desde la vieja petulante en la cola del supermercado hasta el Secretario de Seguridad de la Nación.

Ayer presencié una pelea en el colectivo, y el pasajero furioso le lanzó al colectivero un “¡Negro de mierda!”, a lo que el chofer contestó: “¿Y vos qué sos, rubio?”. Y lo mismo podría contestarnos el chino del supermercado (“¿vos sos lubio, eh?”), porque todos llegamos a esta tierra, o nuestros padres, o nuestros abuelos, o alguno de nuestros antepasados, cuando el lugear era ciertamente de otros.



Pero la gente se olvida, se ve. E inventa que el que llegó último tiene que pagar la cuenta, basándose en… nada concreto. Porque estadísticamente, conceptos como “los inmigrantes le quitan el trabajo a la gente de acá” o “son todos delincuentes” o tantas otras frases que se escuchan todo el tiempo en todo el mundo, son, oficialmente, patrañas. Por el contrario, en todos los países, los inmigrantes son los que realizan aquellos trabajos que los locales no tienen ganas de realizar: los más duros, los peores pagados, los menos glamorosos. Y son delincuentes, sucios, vagos, ignorantes o malentretenidos en la misma proporción que los nacionales.

Y sin embargo, tienen que apechugar, presentar la otra mejilla y aceptar los agravios sin protestar, a riesgo de que la siguiente cachetada venga mucho más fuerte.
Mi tío Joan, en “Vagabundear”, afirma “No me siento extranjero en ningún lugar / donde haya lumbre y vino, tengo mi hogar”. Yo, en cambio, me considero un ser humano sin patria, y por lo tanto cualquier sitio donde esté es para mí el extranjero. Así que me identifico, por supuesto, con la forma inmigrante de ver el mundo, y me gusta la forma en que encara el asunto el grupo gitano-punk-multinacional Gogol Bordello: que este no sea nuestro país no hace que sea justo que nos traten como a perros.

“Inmigrada” es una palabra inventada, con la misma terminación que la Odisea, la Ilíada o las Olimpiadas, y vendría a significar, supongo, una épica del viaje, de la llegada. El tema forma parte del segundo disco de la banda, Trans-Continental Hustle (“Bullicio transcontinental”).


El grupo, y en particular su cantante de ojos saltones, Eugene Hutz, aparecieron en la muy buena película Everything is illuminated (basada en el genial y durísimo libro homónimo, de Jonathan Safran Foer). En la película, Eugene hace el papel de Alex, un “guía de turismo” ucraniano que recibe a un escritor estadounidense que busca el pueblo judío arrasado donde vivió, cuando niño, su abuelo. Aquí van links a un par de escenas, que probablemente pronto Youtube borrará por cuestiones de copyright:

La bienvenida en la estación de trenes:


Y la famosa “escena de la papa”:




La canción seleccionada hoy gira alrededor de una idea, que se repite como mil veces, a lo largo de la canción: We're coming rougher every time. Lo que puede traducirse de muchas formas, o lo que es lo mismo: significa muchas cosas a la vez. Por un lado, significa que nuestra llegada a este país (Estados Unidos, en este caso) es cada vez más dura, que nos reciben en forma más ruda y desconsiderada; por otra parte, significa que cada vez nos volvemos, a medida que estamos en este país, más duros y ásperos y violentos; y también, que nosotros (los inmigrantes) seguimos llegando al país, cada vez más curtidos, más preparados para luchar, más.

El recibimiento es comparable casi al de un campo de concentración o un proceso de Kafka: burocráticos pasillos llenos de gas lacrimógeno y de apilados trámites, sin hogar, sin dinero, sin desempacar nunca del todo, cansados y desencantados (“ojos congelados, espalda sudada”), pero llenos de un espíritu quijotesco y festivo, y con el vozarrón listo para contar estas historias verdaderas. Más que verdaderas, porque ocurrieron realmente.

Todo en un frenético ritmo tan gitano y enojado, al mejor estilo Kusturica mezcla The Clash, que me darían ganas de bailar, si es que alguna vez sintiera yo tal cosa. (Lo que no ocurre, se los aseguro.)


El videoclip es muy bueno, por cierto. Juega con la idea del mapa formado con gotitas de sangre, y se va mostrando el país de origen de cada inmigrante que aparece en el video. Es, en la historia mundial de los videoclips, aquel en que el cantante más trabaja: como trapito, como costurero en un taller clandestino, como lavacopas… Vi dos veces el clip y quedé agotado, me tuve que pedir el día en la oficina. Pero me encanta la energía de Eugene, y su entrañable mirada enloquecida de ojos saltones, y su pronunciación del inglés tan parecida a la mía (es decir, malísima).

Hay un pequeño error, en el clip: sobre el rótulo “El Salvador” aparece la silueta del mapa de Perú. Pero la idea se entiende. Y el clip termina con la frase “Ningún ser humano es ilegal”, y el link al website de ACLU, una ONG estadounidense por los derechos civiles.

Acá va, al fin, el link a la canción "Inmigrada":



Immigrada

Immigrada immigraniada
Immigrada immigraniada-da
Immigrada immigraniada
We're coming rougher every time

We're coming rougher
We're coming rougher
We're coming rougher every time

Immigrada immigraniada
Immigrada immigraniada-da
Immigrada immigraniada
We're coming rougher every time

In corridors full of tear gas
Our destinies jammed every day
Like deleted scenes from Kafka
Flushed down the bureaucratic drain

But if you give me the invitation
To hear the bells of freedom chime
To hell with your double standards
We're coming rougher every time

We're coming rougher
We're coming rougher
We're coming rougher every time

Immigrada immigraniada
Immigrada immigraniada-da
Immigrada immigraniada
We're coming rougher every time

All those who made it and quickly jaded
To them we got nothing to say
Our immigrada, immigraniada
For them it's Don Quixote's kind of way

But if you give me the invitation
To hear the bells of freedom chime
To hell with your double standards
We're coming rougher every time

We're coming rougher
We're coming rougher
We're coming rougher every time
We're coming rougher every time

Frozen eyes, sweaty back
My family's sleeping on a railroad track
All my life I pack/unpack
But man I got to earn this buck
I gotta pay representation
To be accepted in a nation
Where after efforts of a hero
Welcome start again from zero

It's a book of our true stories
True stories that can't be denied
It's more than true it actually happened
It's more than true it actually happened
It's more than true it actually happened


We're coming rougher every time
Rougher every time
We're coming rougher every time

Immigrada immigraniada
Immigrada immigraniada-da
Immigrada immigraniada
We're coming rougher every time.

Inmigrada

Inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
Venimos cada vez más rudo.

Venimos más duro,
Venimos más duro,
Venimos cada vez más duros.

Inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
Venimos cada vez más áspero.

En pasillos llenos de gas lacrimógeno
Nuestros destinos se apelmazan cada día
como escenas descartadas de Kafka
desagotadas por el drenaje burocrático.

Pero si me das la invitación
para oír repicar las campanas de la libertad,
al carajo con tu distinta vara:
venimos cada vez más duros.

Venimos más rudo,
Venimos más rudo,
Venimos cada vez más rudos.

Inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
Venimos cada vez más duros.

Todos aquellos que lo hicieron y se agotaron enseguida,
a ellos nada tenemos para decirles.
Nuestra inmigrada, inmigraniada
es para los del estilo Don Quijote.

Pero si me das la invitación
para oír repicar las campanas de la libertad,
al carajo con tu distinta vara:
venimos cada vez más duros.

Venimos más rudo,
Venimos más rudo,
Venimos cada vez más rudos.
Venimos cada vez más rudos.

Ojos helados, espalda sudada,
mi familia duerme en una vía de tren,
toda mi vida empaqué desempaqué,
pero hermano, tengo que ganarme este billete,
tengo que pagar al abogado
para ser aceptado en una nación
donde tras esfuerzos de héroe
te invitan a empezar otra vez de cero.

Es un libro de nuestras historias verdaderas,
historias verdaderas que no pueden negarse,
es más que verdad: pasó realmente,
es más que verdad: pasó realmente.

Venimos más rudo,
Venimos más rudo,
Venimos cada vez más rudos.
Venimos cada vez más rudos.

Inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada
inmigrada inmigraniada:
venimos cada vez más rudo.


Eso es todo por hoy, porque volví a ver el videoclip y me cansé de nuevo. Pero la semana que viene probablemente viaje a otra canción, porque mi patria y mi guitarra las llevo en mí.


DJ Vago



1 comentario:

  1. Tu texto, querido DJ Vago,- las palabras que allí entrelazan relatos, el film, la canción- me llevó a los mil veces contados relatos de mis padres: la llegada, la desilusión, los trabajos, la casa por construir, los trabajos, el dialecto, las canciones, los sabores, el trabajo, el trabajo...
    Gracias, Sebas.
    Hace unos años, estando en Italia, leí una novela: "La luna e i faló" de Cesare Pavese. "La luna y las hogueras"comienza así (voy a intentar una traducción): "Existe una razón por la que volví a este pueblo, aquí y no a Canelli, a Barbaresco o a Alba. No nací en este lugar, es casi cierto; no sé dónde nací; no existe, por estas zonas ni una casa ni un pedazo de tierra ni de huesos de modo tal que yo pueda decir: Esto era yo antes de nacer."
    Y sigue unas líneas más abajo, todavía en la primera página...
    "¿Quién puede decirme de qué carne estoy hecho? Di unas cuantas vueltas al mundo como para saber que todas las carnes son buenas y equivalentes pero es justamente por esto que uno se cansa y busca establecer raíces, hacerse de una tierra y de un pueblo, para que su carne valga y dure algo más que un común cambio de estación".

    Disfruté de la canción y tal vez, también me cansé un poco. Será esa vehemencia que solemos tener los hijos de inmigrantes, los que nos hacemos de una y de otra tierra, los que buscamos eso que éramos antes de nacer.
    ¡Gracias otra vez!

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