solo un tema por semana,
y con que le guste al diyei alcanza

lunes, 24 de diciembre de 2012

[9] So long, farewell, aufwiedersehen, goodbye



“Todos se van”, de Andrés Calamaro, en su álbum On the rock (2010)



Afuera hace como 36 grados, y la sensación térmica se sale de los charts. Está de más decir que estoy tirado en la cama, quieto, con un tema sonando en el winco y tipeando estas palabras con el sorbete de mi cocacola, estilo Stephen Hawkings.

Pero bueno, a pesar de que no tengo muchas ganas de escribir ni de nada, hoy es lunes, así que aquí va el tema semanal, apropiado para la ocasión. La ocasión de ser lunes, digo: no soy muy de las navidades, así que el villancico de Nochebuena te lo quedo debiendo.

Esta casi-espectacular canción que elegí me permitirá deleitarme, otra vez, hablando un poco de mí mismo, porque como probablemente no saben, este tema lo escribió Andrés Calamaro especialmente para mí. Porque DJ Vago es, desde hace tiempo, un gran amigo de Andrés Calamaro.

Es que tenemos muchas cosas en común. Por ejemplo, cultivamos el difícil arte de mostrar, a fuerza de una indolencia bien disimulada, solamente una pequeña parte de nuestras posibilidades. Él, Andrés, es indiscutiblemente una de las figuras emblemáticas del rock nacional. Ningún músico tiene tantos imitadores (solo por nombrar algunos de los más descarados: Coti, Piti, Guasones, la lista es larga, después se las paso). Pero ninguno de los imitadores tiene el talento de Andrés. Él podría ser el John Lennon del rock argentino, pero eso sería mucho trabajo, y él prefiere utilizar el más sencillo de los recursos poéticos, la rima consonante (ese recurso con el que cualquier infeliz en la televisión junta una palabra con otra, como dos neuronas lipotímicas, para hacer una copla chabacana mal medida y autoproclamarse, por ese mismo acto, poeta). Y Calamaro lo hace bien, porque ya tiene práctica. Y tiene muy buenas ideas, y al escuchar sus canciones uno siente, cada tanto, que son buenas, pero que podrían haber sido canciones excelentes si él se hubiera tomado el trabajo de ponerles un poquito más de onda. Como es el caso de este tema, que casi me encanta. “Todos se van”, es una muestra de ese “arte del mínimo esfuerzo” de Calamaro. Lo escribió, obviamente, pensando en mí, una tarde de diciembre de 2009, en que me visitó para que le devolviera unos discos de Bob Dylan que me había prestado unos quince años atrás.

Aquella tarde, justamente, yo le estaba diciendo esto mismo a Andrés: que yo tendría que haber nacido antes, o mucho después, pero que en realidad ya solo de pensarme en otra circunstancia, me agoto. Y que tal vez podría haber sido un árbol, que es apenas sensitivo, o incluso una piedra, porque ella ya no siente. Afuera no había un alma (como hoy), porque tal vez era feriado (como no es hoy, pero es igual que si hubiera sido, porque casi nadie fue a trabajar) hacía un calor de locos (como hoy, pero tal vez corría un vientito). Y solo nosotros no nos íbamos: yo, porque estaba en mi departamento; Andrés, porque tenía fiaca de salir a asarse al sol, y nos quedamos a escuchar uno de los discos clásicos de Bob (de quien Andrés copia todo lo que podía, y lo bien que hace), y cuando se acababa volvía a empezar una y otra vez, simplemente porque ninguno de los dos tenía ganas de mover un dedo para cambiar de disco (“la pista sigue congelada” no se refiere, como podría parecerle al escucha distraído, al patinaje sobre hielo, sino a una pista musical, es decir, un tema). No nos íbamos, pero nos íbamos espiritualmente, llevados por la poesía del candidato al premio Nobel, Bob Dylan. Andrés, además, se fumó un porro kilométrico, eso lo ayudó también a “irse”.

En la siguiente estrofa parece que me está recriminando que nunca leo y que me comunico, al menos oralmente, con puros monosílabos, como los chinos. Es cierto que no leo mucho. Todo lo que sé es por escuchar a mis seis hermanas durante tantos años. No seré muy leído, pero un par de ellas sí lo son, y yo tengo una memoria auditiva perfecta: recuerdo cualquier cosa que haya escuchado; así que “toco de oído” nomás, pero con fundamentos. Escuchar bien y mirar un poco me alcanza, pareciera. Igual, si me estoy perdiendo de algo importante, avísenme.

Cuando uno está tan concentrado en no hacer nada (lo que es más difícil de lo que suena), el tiempo se pasa volando, y uno ya no está seguro de si comió, de qué hora es o en dónde está. Eso le pasa bastante seguido a mi amigo Andrés, y por eso incluyó esa idea en la primera mitad de la última estrofa del tema. Le faltaba completar la estrofa, y como no se le ocurrió nada, volvió a repetir el famoso verso de Abuelo que utiliza cada vez que puede, sin la menor vergüenza: Cada estrella es otro sol, / cada hombre un soldador / uniendo las partes rotas / del gran espejo interior, canción “Medita sol” de Los Abuelos de la Nada; escuchen el excelente tema “Miguel” que Andrés le dedicó a Miguel Abuelo, donde cuenta cómo le gusta el verso del espejo interior roto.

El videoclip: otra brillante muestra de ahorro de energía. Por ahorrar, hasta se ahorraron de poner un carrete de película de color.

Ya está, me cansé. Más que suficiente por esta semana. Aunque no parezca, yo también me voy, así que antes de derretirme, me despido igual de amable que los niños de la familia Von Trapp, pero bastante menos rubio.



Todos se van

Tendría que haber nacido antes o mucho después; 
además, me da igual. 
Podría haber sido cualquier cosa: 
una flor en el balcón, 
algo vegetal. 

Y afuera, donde es verano,
todos se van, 
todos se van. 
Nosotros, parece que no, 
pero también. 

Parece que no miramos
porque nunca leemos 
o casi no hablamos. 
La pista sigue congelada, 
la ensalada de ayer 
se cansó de esperar. 

Y afuera, donde es verano,
todos se van, 
todos se van. 
Nosotros, parece que no, 
pero también. 

No sé si tengo hambre
o será que no comí
o me olvidé.
Ataba con alambre los pedazos
de lo que alguna vez fue un corazón
del gran espejo interior.

Y afuera, donde es verano,
todos se van,
todos se van.
Nosotros, parece que no,
pero también.



So long, farewell, aufwiedersehen, adiéu:

DJ Vago

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