“Te vi”, de Julieta Venegas, en su álbum “Los momentos” (2013)
Mi querida hermana la tercera, Dilapidación Vagot, la
profesora de literatura, en general me ayuda con estos posteos (bah, los acepta
leer y cada tanto aporta algún dato colorinche). Pero cuando le dije que hoy aparecía
Julieta Venegas se tomó un buquebús a Colonia, porque no la aguanta. Yo le
insisto, pero justo cuando logré que aceptara escuchar el tema de hoy, mi
hermana la Pita escuchó el primer verso de la canción y me aclaró, furibunda
cual ménade, que en la oración:
*Me sorprende mis
ganas de llorar.
El sujeto no es “yo, infeliz” (perdón: no es “yo”, infeliz),
sino “mis ganas de llorar” (ganas núcleo mis modificador directo de llorar
indirecto de subordinante llorar término), y que “me” es pronombre personal con
función objeto directo como Kovacci manda (yo le decía sí sí claro sí al
teléfono, pero es como si me hablara en chino), y por ende (le encanta usar “por
ende”, a mi hermana la tercera), “sorprende” debería estar en plural (“sorprenden”).
La oración, así como está, carece de concordancia y es agramatical (“a-gra-ma-ti-cal”, dijo ella,
remarcando cada sílaba), y eso a mí no me afecta, pero a mi hermana le quitan
el sueño.
Así que tuve que recurrir al apoyo moral de mi hermana la
segunda, Inoportuna Vagot, la Pota, que apenas escuchó la canción me contó
sobre un tal Droopy, un personaje de dibujos animados vintash: un perro triste
cuya principal virtud era aparecer por todos lados: cuando alguien quería
escaparse de él (por ejemplo, porque había robado un banco y Droopy había sido
nombrado sheriff) se lo encontraba en todas partes.
Y algo así sucede en la canción elegida hoy como segunda
entrega de la serie “Piedra libre” (sí, la primera fue “Te estaré viendo”, la
semana pasada). Julieta Venegas vuelve a aparecer en este blog después de
varios años (estuvo en el posteo 3, cuando yo era casi un niño), con una
canción de su último disco, “Los momentos”, mucho menos alegre y bastante más
inquietante que sus trabajos previos. Igual de agramatical, eso sí.
La música es bastante alegre, si uno la aislara. Una canción
pop en 4/4 con sintetizador y discreta batería; pero junto con la voz lánguida y por
momentos desenfocada de Julieta y la letra, el resultado es una canción nada
alegre, sino más bien melancólica, onda la del final de “Perdidos en Tokio” (“Lost
in translation”).
La letra habla de que la cantora (o el cantor) lo descubrió a
él “besando (a) una mujer”, y eso le hizo darse cuenta de que sentía por él algo
que ni sabía, hasta ese instante en que, ya tarde, descubrió a la vez que
quería algo, y que no lo tendría. Ella se entristece, y esa tristeza la
sorprende y la confunde, porque hasta ese momento (“Los momentos”, se llama el
disco, recuerden) no había sospechado sus propios sentimientos hacia él.
Pero todo se hizo claro cuando lo vio (piedra libre) besando
a una mujer en el campo. Y más claro, y más confuso al mismo tiempo, cuando lo
volvió a ver besándola cerca del mar, y luego también en la ciudad. O sea: ¿qué
pasa? ¿Cómo es que él está en todos lados, besando a la mujer? ¿Se biloca, se
triloca? ¿Es como Droopy, que está en todos lados a la vez?
¿Y por qué es necesario aclarar que él está besando “una
mujer”? Algunos interpretan que el/la cantor/a pensaba/esperaba que él fuera
homosexual, y que de ahí viene la sorpresa al verlo besar a una mujer. Es una
posibilidad, pero no la única. Otra sería que él fuera un jovencito, y que la
sorpresa entonces viene de hallarlo besando a una mujer hecha y derecha. Otra
opción (la que yo prefiero) es que simplemente la cantora, como no conoce a la
besada, le dice nomás, un poco celosa, “una mujer”. Como suele suceder en las
canciones de Julieta, “será que hay algo más / que a simple vista no se ve” (el
verso es de su tema “Algo está cambiando”). Y todas las opciones coexisten,
hasta que no se abra la caja (de Pandora) y se encuentre al gato muerto. O
vivo.
En el videoclip la historia está protagonizada por chicos.
Unos chicos muy adorables, por cierto: son los nietos del gran Luis Alberto
Spinetta. Para mí, esta no es una canción de chicos, así que me confunde un
poco el videoclip. Lo que, a la vez, no me sorprende, porque Julieta tiene un
muy discutible gusto para los videoclips y el vestuario.
En todo caso, lo importante no es a quién besa él (una y
otra y otra vez en todos lados al mismo tiempo), sino los sentimientos que eso
despierta en quien canta: una melancolía por lo que nunca sucedió, una tristeza
con fecha de vencimiento; un “ahora ya lo entiendo” que es, más que nada,
entenderse un poco mejor a uno mismo, escuchar un poco mejor la melodía de los
suspiros que van y los anhelos que vienen, transparentes pasajeros.
te vi
me sorprende mis ganas de llorar
si nunca fuiste mío
un deseo que no sucederá
un suspiro transparente
no entiendo lo que había esperado
me confundió tu voz
cuando hablamos te sentí tan
cerca
nunca sospeché
lo que me esperaba
cuando lo que me esperaba
cuando te vi
besando una mujer en el campo
te vi besándola cerca del mar
también en la ciudad
te vi
besando una mujer en el campo
te vi besándola cerca del mar
también en la ciudad
ya entiendo cómo esto seguirá
seremos tan amigos
desde lejos los veré pasar
desde atrás de un cristal
y mi cuerpo no te recordará
serás un anhelo
una puerta que nunca abrirá
eso ya lo entiendo
ahora ya lo veo
porque ahora ya lo veo
porque te vi
besando una mujer en el campo
te vi besándola cerca del mar
también en la ciudad
te vi
besando una mujer en el campo
te vi besándola cerca del mar
también en la ciudad
Eso es todo por hoy, la semana que viene seguiré con otra canción en la
que alguien ve algo que no esperaba ver, pero en esta ocasión le genera un
único sentimiento muy claro y nada confuso.
Hasta entonces, no se sorprendan si me ven durmiendo en el
mar o en el campo.
DJ Vago
Muy muy bueno, DJ!!!
ResponderEliminarSólo usted puede lograr que escuche a esa chica!!
Besos!!!
La chica Lin