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lunes, 20 de abril de 2015

[120] Las ovejas negras me dicen El Oscuro



“La mala reputación”, de Georges Brassens (1952)



Georges Brassens (1921-1981) fue uno de los grandes cantautores del siglo XX. De Francia desde ya, pero yo diría: del mundo. Casi todos los buenos cantautores de la segunda mitad del siglo pasado tomaron algo Brassens. Algunos le pagaron la cuenta, otros directamente le afanaron (cosa que a él no le molestaba mucho que digamos).

Fue, sin lugar a dudas, un cantor popular. Sus canciones toman, con gran sensibilidad, el habla de la gente común, los saberes populares, las frases hechas, el humor sencillo. Y sin embargo, sus canciones, musicalmente sencillas y pegadizas, tienen a la vez letras muy elaboradas y profundas. Brassens ganó el Premio Nacional de Poesía, en Francia, y es considerado, además de cantautor, uno de los grandes poetas franceses de la posguerra.



“La mauvaise réputation” es una de sus canciones más famosas, y aquí la presento, como segunda entrega de la serie “Si se mata al cantor”. Es, sin pretensión, un gran tema. Cuando lo escuchen, enseguida captarán cómo usa Brassens la rima, el apócope (¿lo qué?), el tragarse letras, el ritmo, de forma que algunos versos son casi pequeños trabalenguas, pero igualmente la letra fluye y nadie se pierde. Si todavía queda algún fan de Arjona que lea este blog (un despistado), compare por ejemplo esta letra de Brassens con la de la canción “Tu reputación” de Richard, con su sutil verso inicial: “Tu reputación son las primeras seis letras de esa palabra”…

Mientras el fan de R.A. compara, sigo con los demás.

El protagonista de la canción comienza declarando que tiene, en su pueblo, una mala reputación. No lo dice para mandarse la parte: es la verdad, nomás. Se sabe. Él no cree haber hecho nada para ganarse esa mala reputación, pero tampoco parece dispuesto a cambiar su forma de ser o de actuar, para revertir esa mala imagen. Él solamente sigue su camino “de pequeño buen hombre”, de persona sencilla. Pero ese camino no es el que siguen las “gentes bien” del pueblo (los terratenientes, los funcionarios, las fuerzas de seguridad…).

El cantor sigue “los caminos que no van a Roma”, y eso genera:

· que todos lo maldigan (salvo los mudos, obvio);

· que todos lo señalen con el dedo (salvo los mancos);

· que todos lo persigan (salvo los rengos).

El “no seguir los caminos marcados” se ve, principalmente, en el desprecio del cantor hacia los principales valores de la “gente bien”: la Patria, la Ley y la Propiedad Privada (utilizados, especialmente, con el objetivo último de que los pobres sean cada vez más pobres, y los ricos cada vez más ricos). El 14 de Julio (el día de festejo nacional de Francia, equivalente al 25 de Mayo por estos lares), él, en vez de festejar y marchar al compás de las trompetas, se queda durmiendo. Es como un amigo mío, que cada Viernes Santo se prepara un asado. Y cuando el cantor ve a un pobre diablo perseguido por robarse una triste manzana, él hace que tropiece el perseguidor (un cul-terreux, “culo embarrado”, forma despectiva de llamar a un terrateniente).

A pesar de que él cree que “todo el mundo” lo odia, uno piensa que no puede ser: a mí me a caería muy simpática, una persona así. Tal vez los mancos, los rengos y los mudos no le perdonan la vida por incapacidad, sino por simpatía. Y seguramente también contará con la simpatía de los pobres (incluyendo los ladrones de manzanas). Y de los sordos que lo escuchen.


Claro que la mala reputación no es gratuita, y ponerse en contra de la “gente bien” tiene sus consecuencias. El cantor lo expresa con naturalidad, casi como algo inevitable: en cuanto ellos consigan una buena cuerda, me la van a echar al cuello y me van a ahorcar. No hay que ser Nostradamus, para pronosticar eso.
Y, cual una variante del 14 de Julio, todos se reunirán en la plaza principal para verlo colgado. Salvo los ciegos, se entiende.



En curiosa evolución, el cantor muta entonces de oveja negra a chivo expiatorio.

Yo también me gané (y a mucha honra) mi cuota de mala reputación, y no estoy dispuesto a cambiarla por un lugar en el palco. Cuando me vengan a buscar para colgarme, van a tener que tirar la puerta abajo, porque no hay timbre que me despierte.

Sintetizando: una preciosa canción, muy difícil de cantar (en especial, para quienes no hablamos francés con fluidez), pero memorable.

El poesta Pierre Pascal hizo la traducción al castellano de la letra, e hizo lo que pudo (no pudo mucho, les anticipo): las ganas de mantener la rima obligaron a Pierre a modificar drásticamente la letra, que no suena ni cerca tan fresca ni tan precisa ni tan canchera como la versión original (con versos tipo “eso sí que sí que será una lata / siempre tengo yo que meter la pata”; especialmente inadecuada y tosca es la traducción del estribillo: “No a la gente no gusta que / uno tenga su propia fe”, cuando el cantor original se cuidó mucho en dar a entender que, precisamente, él no sigue ningún dogma).

Así que por eso yo, S. Vagot, les propongo que escuchen la versión original, que es la más mejor. El link elegido lo muestra a Georges cantando (no sé ustedes, pero a mí me resulta súper simpático!; se parece físicamente a un tío mío, además).



La mauvaise réputation 

Au village, sans prétention,
J'ai mauvaise réputation.
Qu'je m'démène ou qu'je reste coi
Je pass' pour un je-ne-sais-quoi! 
Je ne fait pourtant de tort à personne
En suivant mon chemin de petit bonhomme.

Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,

Tout le monde médit de moi,
Sauf les muets, ça va de soi.

Le jour du Quatorze Juillet
Je reste dans mon lit douillet.
La musique qui marche au pas,
Cela ne me regarde pas.
Je ne fais pourtant de tort à personne,
En n'écoutant pas le clairon qui sonne.

Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,

Tout le monde me montre du doigt
Sauf les manchots, ça va de soi.

Quand j'croise un voleur malchanceux,
Poursuivi par un cul-terreux;
J'lance la patte et pourquoi le taire,
Le cul-terreux s'retrouv' par terre
Je ne fait pourtant de tort à personne,
En laissant courir les voleurs de pommes.

Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,

Tout le monde se rue sur moi,
Sauf les culs-de-jatte, ça va de soi.

Pas besoin d'être Jérémie,
Pour d'viner l'sort qui m'est promis,
S'ils trouv'nt une corde à leur goût,
Ils me la passeront au cou,
Je ne fait pourtant de tort à personne,
En suivant les ch'mins qui n'mènent pas à Rome.

Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux,

Tout l'mond' viendra me voir pendu,
Sauf les aveugles, bien entendu.

La mala reputación 

En el pueblo, sin pretensión,
tengo mala reputación.
Tanto si me esfuerzo como si me quedo piola
¡me toman por un no sé qué!
Yo no hago, sin embargo, daño a nadie
al seguir mi camino de pequeño buen hombre.

Pero a la gente bien no le gusta que
se siga otro camino que el de ellos.
No, a la gente bien no le gusta que
se siga otro camino que el de ellos.

Todos me maldicen.
Salvo los mudos, obvio.

El día Catorce de Julio
me quedo en mi cama blandita.
La música que marca el paso,
esa me no me importa un catzo.
Yo no hago, sin embargo, daño a nadie
al no oír el clarín que suena.

Pero a la gente bien no le gusta que
se siga otro camino que el de ellos.
No, a la gente bien no le gusta que
se siga otro camino que el de ellos.

Todos me señalan con el dedo.
Salvo los mancos, obvio.

Cuando me cruzo con un ladrón desgraciado
perseguido por un nariz respingada,
pongo la pata y, por qué callarlo,
el respingado se cae al suelo.
Yo no hago sin embargo daño a nadie
dejando correr a los ladrones de manzanas.

Pero a la gente bien no le gusta que
se siga otro camino que el de ellos.
No, a la gente bien no le gusta que
se siga otro camino que el de ellos.

Todos se me vienen al humo.
Salvo los rengos, obvio.

No hace falta ser el profeta Jeremías
para adivinar la suerte que me espera.
Si encuentran una cuerda que les guste,
me la echarán al cuello.
Yo no hago sin embargo daño a nadie
al seguir los caminos que no llevan a Roma.


Pero a la gente bien no le gusta que
se siga otro camino que el de ellos.
No, a la gente bien no le gusta que
se siga otro camino que el de ellos.

Todos vendrán a verme ahorcado,
salvo los ciegos, se entiende.



Va el cover en español, por Paco Ibáñez:

https://www.youtube.com/watch?v=9j1jumnQeSw


Y eso es todo por hoy. El martes próximo me encontrarán aquí, al pie del cañón, con un nuevo tema, como sucede cada semana sin falta (???).

DJ Vago


1 comentario:

  1. ¡Qué buena entrada! Brassens para mí es un gran descubrimiento. Y gracias, Vago, por la traducción alternativa...

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