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viernes, 14 de diciembre de 2018

[212] Y ahora ¡vuela!


“Hermano que te vas a California” (1974), de Joan Manuel Serrat



A Diego, mi hermano que voló a California.
Y a Patricio, mi otro hermano que ahora vuela.


¿Dos posteos en dos días? Me voy a estresar, ya les digo. Pero tenía que ganarle a un avión, así que por eso adelanté esta nota, dentro de la serie “La familia no se elige”, con una canción dedicada a un hermano que se va lejos.



La canción es de mi tío Joan. Podría haber armado toda la serie con canciones de mi tío, porque en sus más de 50 años de carrera dedicó temas (varios de ellos, muy buenos) a todos los familiares posibles: hijas (“Canción infantil”, “Qué va a ser de ti”), hijos (“Esos locos bajitos”), padre (“Pare”), madre (“Soneto a mamá”), tío (“Tío Alberto”), tía (“La tieta”), abuela (“La abuelita de Kundera”), abuelo (“La mort de l´avi”) y hasta a la suegra (“Señora”). Pero esta es la única canción del tío que incluiré en esta serie, aunque no es la única en la que aparecerá un hermano como protagonista.

No es la mejor obra del tío, por cierto, y el arreglo que le hizo a la canción Ricard Miralles (que es un gran arreglador en general eh) me parece un espanto (dándole al tema, que no tiene nada que ver con el jazz, un marco de jazz muy anticlimático, supongo que porque imaginó que en California se toca mucho jazz). Pero siempre me gustó la sencillez de la propuesta: despedir a un hermano que se va a tomar un avión para irse a vivir lejos.



Me gusta que se dé el número del vuelo, la aerolínea (Pan-Am) y detalles técnicos, como que volará a una altura de diez mil metros sobre el nivel del mar: todos detalles completamente innecesarios, pero que igual aportan a darle una ondita particular a la canción.

El hermano se va por amor: no es el único motivo para migrar, pero es más frecuente de lo que uno piensa. Lo que el cantor le pide a su hermano es que lleve, a esa mujer y a ese lugar tan lejano y tan distinto, algo de su vida acá, de su pasado, de su infancia, de o que vivió con su familia y, en particular, con él, con su hermano. Es una canción varonil, y Serrat puede ser bastante machista (como toda la sociedad del siglo XX y contando, no es un problema de él solo), pero en esta canción, en que esa cuestión está acotada, la verdad que no molesta.

Lo primero que el cantor le pide que le lleve a su amada es un olor. No parece una buena idea, ¿no? Pero es interesante la idea de conectar recuerdos con olores: si él pudiera comunicarle a su amada ese olor particular y mixturado de arpillera, aceituna, azahar, eso le diría algo muy certero sobre esa infancia en un pueblito suburbano. También le pide que le lleve imágenes del paisaje (algarrobos y chumberas (plantas cactáceas)) y el recuerdo de una navaja que solo se utilizó pocas veces (lo que es bueno, aunque mejor hubiera sido que los niños no tuvieran acceso a armas blancas).

En la segunda estrofa, le pide que le lleve también, además del ayer, recuerdos más cercanos, como un mensaje-promesa que colgó en la ventana diciendo que al día siguiente, tras el viaje, él por fin será de ella.

Y lo último que le pide, antes de despedirlo y decirle que tome nomás el avión (me emociona siempre ese estribillo, con la repetida frase “Y ahora ¡vuela!”), es que a pesar de que vivirá en un país lejano junto a su amada y que la pasará seguramente espectacular, que de vez en cuando (solo de vez en cuando) los recuerde, que recuerde a su familia, a los que lo quisieron y lo seguirán queriendo del otro lado del mar.

Y de vez en cuando,
solo de vez en cuando,
recuérdanos.



Hermano que te vas a California

Hermano que te vas a California
(121 de Pan-Am),
llévale a esa muchacha que te espera
olor de arpillera,
aceitunas y azahar,
algarrobos y chumberas
y mi navaja tripera,
que de vez en cuando,
solo de vez en cuando,
dio un guiño al sol.

Y ahora ¡vuela!
Y ahora vuela
a diez mil metros sobre el mar.
Pensando en ella,
queriendo llegar.
Y ahora vuela, vuela...

Hermano que te vas a California
(121 de Pan-Am),
llévale a esa muchacha que te espera
también la quimera,
la esperanza y el ayer,
que colgaste en la ventana
que serás suya mañana.
Y de vez en cuando,
solo de vez en cuando,
recuérdanos.

Y ahora vuela.
Y ahora vuela
a diez mil metros sobre el mar.
Pensando en ella,
queriendo llegar.
Y ahora vuela, vuela...
Vuela.


Y eso es todo por hoy. Ahora ¡vuelen!

DJ Vago

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