“La
cuneta donde duermo”, de Wolfgang Ambros (1975) y “Kwaku el Viajero”, de Black
Sherif (2022)
Hoy sigue el Mundial y se enfrentan dos temas tan lejanos
uno del otro que casi parece imposible compararlos, pero ya captarán su curiosa
hermandad: en ambos, quien canta no tiene nada. Uno es un tema austríaco de los setentas, y otro es de un rapero
ghanés y salió recién este año, hace poquitos meses.
El primer tema, titulado “De Kinnettn wo I shlof” (“La
cuneta donde duermo”), es de Wolfgang Ambros, el más famoso representante del austria-pop, el movimiento musical
nacional de renovación del rock y la canción que se inició en la década de
1970. El tema se halla, en teoría, en idioma alemán, pero en realidad está
claramente en austríaco, una variante tan particular que podría argumentarse
que es un idioma distinto. Además, incluye algunos términos de slang, como el “chuchen”
(Tschuschen) que refiere a los
migrantes eslavos que trabajan en la construcción.
Sin dudas, lo más interesante de la canción es que su
protagonista es un homeless, un linyera. Sin embargo, esta no es la típica
canción (¡son muchas!) en la que se idealiza la situación de calle, con ideas
tipo “soy pobre pero más libre que nadie”, “no tengo casa pero tampoco
preocupaciones”, etc. Incluso hay varias canciones en la que quien canta se
declara homeless solo porque su amada/o la/o dejó, como si ser linyera o
homeless fuera solo una sensación, un sentimiento.
Bueno, en esta canción no pasa nada de eso. El
protagonista sí es un homeless y no se hace ninguna romantización de su vida:
duerme en una cuneta, una canaleta en una obra en construcción, pero cuando
amanece debe irse de allí porque si no lo denunciarán los obreros. No se lava
ni afeita hace diez días y su desayuno consistirá apenas en unos tragos de ron
barato y unos cigarrillos que mendigará, junto con algunas monedas.
La única comida que tendrá en el día será la sopa que le
dan gratis en la iglesia del barrio, pero él no se lamenta porque “no se
necesita más, cuando uno es flaco”. La gente camina hacia donde él está y
forman ante él algo así como una pared, y él siente que es él el que va hacia
ellos y los enfrenta, por más que él sea el que está quieto y ellos caminen.
Y así como empezó, la canción termina sin dar un juicio
de valor ni una reflexión filosófica más allá de los hechos de esa vida gris y
sin horizontes, cuya conclusión es que se quedará en la calle, porque van a
cerrar la cuneta donde dormía.
Una gran canción, sin dudas, que da para cantar a los
gritos en el estribillo, como hace Wolfgang, y si uno se tomó unos tragos de
ron en el desayuno, mejor.
De
Kinettn wo I schlof Wann in da Fruah die Nocht Gegnan Tog den kürzern ziagt Und wenn da erste Sonnenstrah' De letzte Dämmerung dawiagt Dann woch i auf In der Kinettn wo i schlof Die Tschuschen kumman und i muaß mi Schleichn,
sonst zagns mi an So kreul i halt ausse und putz ma Den Dreck o, so guat i kann So steh i auf, in der Kinettn wo i schlof I hob mi scho seit zenn Tog nimmer rasiert Und nimmer gwoschn Und i hob nix als wie a Flaschn Rum In da Mantltoschn De gib i ma zum Frühstück und dann Schnorr i an um a Zigarettn an - Und um an Schülling Und de Leut kommen ma entgegn Wie a Mauer kommens auf mi zua I bin da anzige der ihr entgegen geht Kummt ma vua - Oba i reiß mi zamm und mach beim ersten
Schritt De Augn zua Es is do ganz egal Ob i wos arbeit oder net Wei fia de dünne Klostersuppn Genügts doch a wann i bet Laßts mi in Ruah Weu heit schüttns mei Kinettn zua Laßts mi in Ruah |
La cuneta donde duermo Cuando
amanece y la noche saca
el palito corto contra el día y
cuando el primer rayo de sol echa
las últimas sombras, ahí es
que me levanto en la
cuneta donde duermo. Los
chuchen llegan y yo tengo que irme o si no me denuncian sin
importar lo mal que esté limpio mi rincón lo mejor que puedo, así
me levanto en la
cuneta donde duermo. Ya
desde hace diez días no me afeito ni me
lavo y no
tengo nada salvo una botella de ron en el bolsillo del saco que
tomaré como desayuno, y luego manguearé
algún cigarrillo y
algunas monedas. Y la
gente se me acerca y me encaran
como si yo fuera una pared, es
como si yo fuera hacia ellos, más
bien diría. Pero junto
coraje y doy el primer paso cierro
los ojos, Da
exactamente igual si
trabajo o no, porque
un poco de sopa de la iglesia alcanza,
cuando uno es flaco. Me quedo
en la calle, porque
hoy van a cerrar mi cuneta, me quedo
en la calle. |
La canción rival es del cantor ghanés de veinte años
Mohammed Ismail Sharrif, conocido como Black Sherif, que reúne en sus canciones
la onda oscura y cruda del rap callejero con ritmos y melodías africanos.
Aquí, en “Kwaku el Viajero”, el cantor cuenta en primera
persona su historia, y lo primero que hace es aceptar que sí, que él hizo lo
que dicen que hizo: él se mandó la gran cagada que lo hizo hundirse en su
condición actual (se autodefine como un "hustler", un timador, un vivillo, pero también un tipo inquieto). Pasó de no tener nada a tener mucha plata, y cayó en algún
tipo de tentación (podemos imaginarnos una o varias) y terminó de nuevo en la
lona, sin nada, caminando al costado de la ruta “como un canto rodado” (me
encanta esa referencia a la canción de Bob Dylan), fumando un cigarrillo
mangueado (como el austríaco de la cuneta) y deseando poder volver: volver a
casa, volver a ser alguien, volver a encontrarse con quienes aún lo extrañan.
Es interesante el planteo inicial: él sabe que la cagó,
pero considera que, aún así, no es culpable: él era joven, ¿qué se suponía que
hiciera? Era obvio que lo iba a arruinar. Quien esté libre de pecado, que tire
la primera piedra (aunque él lo dice en una forma más graciosa):
Por
supuesto que la cagué.
Quien
nunca la haya cagado, que levante la mano.
¿Ninguna
mano?
Pero él asegura que a partir de ahora “mantendrá su ritmo”,
porque si llegara a equivocarse por segunda vez, ahí sí que no podría culpar a
nadie más que él por su desgracia. Y va mezclando, mientras canta, palabras en ghanés, en su canción en ese inglés que le legó el colonialismo.
Esta canción sí tiene un clip, muy interesante además,
que comienza con él dando una conferencia de prensa ante unos alborotados
periodistas, y luego se va con un misterioso maletín, pasa por una especie de
exorcismo y unos recuerdos de bullying juvenil, hasta que en el final se abre
el maletín (aunque seguimos sin ver lo que contiene).
Kwaku
the Traveller Kwaku killa don't lie when I say I did it,
I did it (I did it, I did it) Big stacks, big cash my way, but still I
fumble it (fumble it) Under one minute, still I can't believe But I can't blame myself for this shit I knew mandem was born for this shit Of course I fucked up Who never fuck up hands in the air. No
hands? Still I can't believe, you know what I mean I was young, what you expect from me? It is what it is But I keep going on More like a rolling stone (ooh, oh) 'Cause I have no stopping time Can't nobody stop a man I go dey run my race I'm gonna keep my pace 'Cause I really have no one to blame When I fall again I can't stand this pain I can't watch me fail So anytime you pray Remember my name Remember you know a traveler The name is Kwaku the Hustler He's been far away chasing guallala I'll be back again bro, meka menan I swear on my life I can't wait to be back I know you miss me, I know They say, when it's on then it's on You can't stop till it's done Money dam and I played The young man a I'm on Cigarette na manu Ntampe nkoa na meetwe Sika dam na meebor abrantie aa masi so |
Kwaku el Viajero Kwaku
Killa no miento cuando digo: fui yo, yo lo hice. Grandes
apuestas, mucha plata para mi lado, pero igual se me cayó. Menos
de un minuto, aún no lo creo, pero
no puedo culparme a mí mismo por esta mierda, sé que la humanidad nació para
esta mierda. Por
supuesto que la cagué. Quien
nunca la haya cagado, que levante la mano. ¿Ninguna
mano? Igual
no me lo creo, vos me entendés. Era
joven, ¿qué esperabas de mí? Es lo
que es, pero
sigo andando como
un canto rodado porque
no tengo horario de parar nadie
puede parar a un hombre. Sigo
corriendo mi carrera voy a
mantener mi ritmo porque
no podré culpar a nadie si
caigo de nuevo. No
aguando este dolor puedo
verme caer así
que si alguna vez rezás recordá
mi nombre: Recordá
que conociste a un viajero, el
nombre es Kwaku el Inquieto, estuve
lejos buscando plata, volveré
de nuevo hermano, vas a ver. Lo
juro por mi vida, no
puedo esperar a estar de vuelta. Sé
que me extrañás, lo sé. Dicen
que cuando la cosa va, va. No
podés parar hasta que se termine. Maldita
plata, y yo jugué, el
joven que soy cigarrillo
en mano, esquivando
esclavos y espinas me
verás en la banquina hablándole
al más Alto. |
Como bonus track, también de Black Sherif, “El segundo
sermón”, con un clip en el que se ven las condiciones en las que se vive en su
barrio, el enojo comprensible, y el porqué de que les jóvenes se vean “tentados”
por una vida de delincuencia y droga. La canción, además, tiene un ritmo pegadizo,
inconfundiblemente africano.
Y eso es todo por hoy. La vida es dura, y aunque nadie
merecería estar así, los sin casa son tantos que no pueden contarse, y no la
pasan nada bien.
Si me buscan, me verán caer por las calles azules, sin
rumbo, zapatos rotos zapatos rotos, añorando el regreso en el que yo vuelva a
ser yo y mi casa sea mi casa.
Hasta entonces,
DJ
Vago
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