“Come what may”, de David Baerwald, por Nicole Kidman y Ewan McGregor (2001)
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
Francisco de Quevedo y Villegas
Se acaba el año, hace calor, y no se imaginan la fiaca que
tengo en este momento. Hace 7 horas y pico que estoy frente a la computadora, esperando
que se corte la luz de nuevo mientras busco excusas para no hacer mi posteo
semanal. Que de hecho, a nadie le interesa, después de todo. O a casi nadie. Pero
por otra parte, soy lo suficientemente
supersticioso como para no querer empezar el año con deudas, por más simbólicas
que fueren.
Así que aquí va, como había sido anunciado, la quinta y última
entrega de la serie “Elegí: amor o muerte”. Que inaugura, al mismo tiempo, una
serie nueva, dedicada a cantantes bellos de ambos sexos. Hablamos de belleza
física, por supuesto, no de belleza de la voz o de qué linda persona. Esta
investigación seguramente me ganará el escarnio y la decepción de varios de mis
pocos seguidores, pero vieron que eso no es algo que me quite el sueño. Exploraré
en la serie, entonces, ejemplos de bellos y bellas contemporáneas que cantan, e
investigaré (es un decir) sobre las sutilezas de la relación entre belleza
física, talento musical y éxito comercial en nuestros tiempos. La canción de
hoy, entonces, es la primera en esta serie, que se extenderá también durante un
mes y denominaré: “Estás tan fuerte que ni te escucho”.
La canción elegida para hoy es “Come what may”, de la banda
de sonido de la película Moulin Rouge, protagonizada por Nicole Kidman y Ewan
McGregor, quienes, oh sorpresa, son también los intérpretes del tema. Si vieron
la peli, recordarán que la banda de sonido de esta especie de comedia musical está
armada, en general, a partir de covers modificados de canciones contemporáneas
famosas (toman, por ejemplo, partes de “Like a virgin”, de Madonna, o “Heroes”,
de David Bowie, etc., y les cambian un poco la melodía o el ritmo, pero
manteniendo la letra). Esta canción es la única (creo) del disco que es
original para la película, que no es cover de otra canción preexistente.
El título, “Come what may”, es una frase hecha que significa
aproximadamente “venga lo que venga”, “pase lo que pase”, y que se le ocurrió
primero (como tantas cosas) a Shakespeare, en su obra Macbeth:
MACBETH (aside): Come what come may,
Time and the hour runs through the roughest day.
Macbeth (aparte): Venga lo que venir pueda,
el tiempo y la hora atraviesan hasta el día más duro.
Y esta, por cierto, no es una gran gran canción de esas que
justifican al género humano ante los improbables aliens, sino una canción
romántica simpática, bien hecha. El cantor (o la cantora, para el caso es lo
mismo) está súper enamorado, al punto que siente que su ser se deshace en una feliz
comunión universal. Propone: “quiero desvanecerme dentro de tu beso”, lo que me
parece una moción interesante. A partir de este amor que lo llena (diré que el
cantor es “lo” para ahorrar energía, pero recuerden que es unisex, la canción),
todo el mundo se muestra nuevo, bello y lleno de gracia, lo que por supuesto no
está sucediendo en verdad, sino que es una percepción alterada debida a los
efectos de esa droga amorosa que está consumiendo. Lo.
Al punto que su vida ya no es tan desastre (“such a waste”) como
(lo) parecía hasta hace un rato.
Además de lo encachilado que está, la otra idea interesante
de la canción (y lo que amerita incluirla dentro de la serie “Elegí: amor o
muerte”) es que anuncia que esto que siente ahora no es algo pasajero sino
constante, y que seguirá sintiéndolo “hasta el final de los tiempos” y “venga
lo que venga”. Pueden juntarse las nubes de tormenta (lo que no parece tan
grave) y estrellarse las estrellas (lo que parece un poco exagerado), pueden
pasar las estaciones como en una calesita del tiempo, pero él ahí seguirá,
firme, amando a lo loco, pase lo que pase. No pregunta cuántos son, sino que
vayan viniendo.
Tiene, eso sí, la lucidez de darse cuenta de que hay un
límite para ese amor. A diferencia del soneto de Quevedo que encabeza este
posteo (gracias, hermana tercera), aquí no se propone que el amor puede sobrevivir
al cuerpo; no existe tal cosa como “cenizas con sentido” y “polvo enamorado” (aunque
pensándolo bien, eso depende de cómo se defina “polvo”, por supuesto). En “Come
what may”, el amor, así de grande y valeroso como es, llega solo “hasta el día
de mi muerte”.
Uno podría pensar que la muerte ganó de nuevo, como en casi
todas las canciones de esta serie; pero no. No se siente así, al menos: durar
hasta la muerte es el triunfo del amor. Y esta es, sin dudas, una canción
victoriosa y alegre. Como dijo el filósofo: morir no quiero, pero estar muerto
ya no me importa. Lo que sí importa es el mientras tanto, y ahí, para este amor
no hay río demasiado ancho ni montaña demasiado alta. Mi llama navega por el
agua fría, lo más pancha.
(Lo de la montaña es otra exageración, por supuesto: es poco
probable escuchar cantar a nadie a capella a través del Río de la Plata o con
el Aconcagua de por medio. Pero es que toda canción de amor que se precie tiene
que mencionar una montaña o un río, es una tradición.)
El amor de esta canción dice que durará lo que la vida
entera. Y cuando se corte la soga de seda y caigamos de la torre y venga la
Parca que justo pasaba por ahí, no habrá arrepentimientos ni negociaciones. Vendrá
la muerte y tendrá tus ojos. Y chupate esa mandarina.
Paso ahora, antes de terminar, a mencionar el otro aspecto
que hace que esta canción participe también de la otra serie: “Estás tan fuerte
que ni te escucho”. Y es que quienes cantan son los dos protagonistas de la
película, Ewan y Nicole. A mí, Nicole me gustaba más cuando tenía rulos y unos
kilitos más, pero es innegable que está muy bien. Hice, por otro lado, la
investigación de mercado entre mis hermanas y me confirmaron que Ewan está que
se parte de bueno. De hecho, no hicieron sus respectivas carreras actorales
cantando, y por suerte, no decidieron hacer carrera como cantantes. Sin
embargo, en esta canción (y en la película entera) hacen un gran trabajo,
cantan realmente bien. No tienen esas voces memorables de los grandes cantantes
de la historia, pero la verdad, prendan MTV o cualquier canal que pase
videoclips “del momento” y notarán que las “estrellas” musicales actuales tampoco
tienen buena voz. La mayoría de las veces, tampoco saben componer, ni tienen el
menor talento musical, ni se esfuerzan en adquirirlo. Y por cierto, tampoco saben actuar. Así que Nicole y Ewan no
pasan vergüenza, para nada: ser lindos no les quita la decencia musical.
Come what may
Never knew I could feel like this
Like I´ve never seen the sky before
I want to vanish inside your kiss
Every day I love you more and more
Listen to my heart, can you hear it sings
Telling me to give you everything
Seasons may change, winter to spring
But I love you until the end of time
Come what may
Come what may
I will love you until my dying day
Suddenly the world seems such a perfect place
Suddenly it moves with such a perfect grace
Suddenly my life doesn´t seem such a waste
It all revolves around you.
And there´s no mountain too high
No river too wide
Sing out this song I´ll be there by your side
Storm clouds may gather
And stars may collide
But I love you until the end of time
Oh, come what may, come what may
I will love you, I will love you.
Suddenly the world seems such a perfect place
Come what may
Come what may
I will love you until my dying day
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Venga lo que venga
Nunca pensé que podía sentirme así,
como si nunca antes hubiera visto el cielo.
Quiero desvanecerme dentro de tu beso,
cada día te amo más y más.
Escucha a mi corazón, ¿puedes oírlo cantar,
diciéndome que te lo dé todo?
Las estaciones pueden cambiar, invierno a primavera,
Pero te amaré hasta el final de los tiempos.
Venga lo que venga,
Venga lo que venga,
te amaré hasta el día de mi muerte.
De pronto el mundo parece un lugar tan perfecto,
de repente se mueve con una tan perfecta gracia,
de pronto mi vida no parece tan desperdiciada,
todo orbita a tu alrededor.
Y no hay montaña demasiado alta,
no hay río demasiado ancho:
canta esta canción y estaré a tu lado.
Las nubes de tormenta podrán reunirse
y las estrellas podrán chocar,
pero te amaré hasta el final del tiempo.
Oh, venga lo que venga, pase lo que pase
te amaré, te amaré.
De pronto el mundo parece un lugar tan perfecto.
Venga lo que venga,
pase lo que pase
te amare hasta el día de mi muerte.
|
Hasta el año que viene,
DJ Vago
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