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martes, 30 de diciembre de 2014

[105] Nadar sabe mi llama



“Come what may”, de David Baerwald, por Nicole Kidman y Ewan McGregor (2001)


Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día, 
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía: 
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa. 

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido 

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado. 


Francisco de Quevedo y Villegas

Se acaba el año, hace calor, y no se imaginan la fiaca que tengo en este momento. Hace 7 horas y pico que estoy frente a la computadora, esperando que se corte la luz de nuevo mientras busco excusas para no hacer mi posteo semanal. Que de hecho, a nadie le interesa, después de todo. O a casi nadie. Pero por otra parte,  soy lo suficientemente supersticioso como para no querer empezar el año con deudas, por más simbólicas que fueren.

Así que aquí va, como había sido anunciado, la quinta y última entrega de la serie “Elegí: amor o muerte”. Que inaugura, al mismo tiempo, una serie nueva, dedicada a cantantes bellos de ambos sexos. Hablamos de belleza física, por supuesto, no de belleza de la voz o de qué linda persona. Esta investigación seguramente me ganará el escarnio y la decepción de varios de mis pocos seguidores, pero vieron que eso no es algo que me quite el sueño. Exploraré en la serie, entonces, ejemplos de bellos y bellas contemporáneas que cantan, e investigaré (es un decir) sobre las sutilezas de la relación entre belleza física, talento musical y éxito comercial en nuestros tiempos. La canción de hoy, entonces, es la primera en esta serie, que se extenderá también durante un mes y denominaré: “Estás tan fuerte que ni te escucho”.


La canción elegida para hoy es “Come what may”, de la banda de sonido de la película Moulin Rouge, protagonizada por Nicole Kidman y Ewan McGregor, quienes, oh sorpresa, son también los intérpretes del tema. Si vieron la peli, recordarán que la banda de sonido de esta especie de comedia musical está armada, en general, a partir de covers modificados de canciones contemporáneas famosas (toman, por ejemplo, partes de “Like a virgin”, de Madonna, o “Heroes”, de David Bowie, etc., y les cambian un poco la melodía o el ritmo, pero manteniendo la letra). Esta canción es la única (creo) del disco que es original para la película, que no es cover de otra canción preexistente.

El título, “Come what may”, es una frase hecha que significa aproximadamente “venga lo que venga”, “pase lo que pase”, y que se le ocurrió primero (como tantas cosas) a Shakespeare, en su obra Macbeth:

MACBETH (aside): Come what come may,
Time and the hour runs through the roughest day.

Macbeth (aparte): Venga lo que venir pueda,
el tiempo y la hora atraviesan hasta el día más duro.

Y esta, por cierto, no es una gran gran canción de esas que justifican al género humano ante los improbables aliens, sino una canción romántica simpática, bien hecha. El cantor (o la cantora, para el caso es lo mismo) está súper enamorado, al punto que siente que su ser se deshace en una feliz comunión universal. Propone: “quiero desvanecerme dentro de tu beso”, lo que me parece una moción interesante. A partir de este amor que lo llena (diré que el cantor es “lo” para ahorrar energía, pero recuerden que es unisex, la canción), todo el mundo se muestra nuevo, bello y lleno de gracia, lo que por supuesto no está sucediendo en verdad, sino que es una percepción alterada debida a los efectos de esa droga amorosa que está consumiendo. Lo.
Al punto que su vida ya no es tan desastre (“such a waste”) como (lo) parecía hasta hace un rato.

Además de lo encachilado que está, la otra idea interesante de la canción (y lo que amerita incluirla dentro de la serie “Elegí: amor o muerte”) es que anuncia que esto que siente ahora no es algo pasajero sino constante, y que seguirá sintiéndolo “hasta el final de los tiempos” y “venga lo que venga”. Pueden juntarse las nubes de tormenta (lo que no parece tan grave) y estrellarse las estrellas (lo que parece un poco exagerado), pueden pasar las estaciones como en una calesita del tiempo, pero él ahí seguirá, firme, amando a lo loco, pase lo que pase. No pregunta cuántos son, sino que vayan viniendo.

Tiene, eso sí, la lucidez de darse cuenta de que hay un límite para ese amor. A diferencia del soneto de Quevedo que encabeza este posteo (gracias, hermana tercera), aquí no se propone que el amor puede sobrevivir al cuerpo; no existe tal cosa como “cenizas con sentido” y “polvo enamorado” (aunque pensándolo bien, eso depende de cómo se defina “polvo”, por supuesto). En “Come what may”, el amor, así de grande y valeroso como es, llega solo “hasta el día de mi muerte”.


Uno podría pensar que la muerte ganó de nuevo, como en casi todas las canciones de esta serie; pero no. No se siente así, al menos: durar hasta la muerte es el triunfo del amor. Y esta es, sin dudas, una canción victoriosa y alegre. Como dijo el filósofo: morir no quiero, pero estar muerto ya no me importa. Lo que sí importa es el mientras tanto, y ahí, para este amor no hay río demasiado ancho ni montaña demasiado alta. Mi llama navega por el agua fría, lo más pancha.

(Lo de la montaña es otra exageración, por supuesto: es poco probable escuchar cantar a nadie a capella a través del Río de la Plata o con el Aconcagua de por medio. Pero es que toda canción de amor que se precie tiene que mencionar una montaña o un río, es una tradición.)

El amor de esta canción dice que durará lo que la vida entera. Y cuando se corte la soga de seda y caigamos de la torre y venga la Parca que justo pasaba por ahí, no habrá arrepentimientos ni negociaciones. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Y chupate esa mandarina.

Paso ahora, antes de terminar, a mencionar el otro aspecto que hace que esta canción participe también de la otra serie: “Estás tan fuerte que ni te escucho”. Y es que quienes cantan son los dos protagonistas de la película, Ewan y Nicole. A mí, Nicole me gustaba más cuando tenía rulos y unos kilitos más, pero es innegable que está muy bien. Hice, por otro lado, la investigación de mercado entre mis hermanas y me confirmaron que Ewan está que se parte de bueno. De hecho, no hicieron sus respectivas carreras actorales cantando, y por suerte, no decidieron hacer carrera como cantantes. Sin embargo, en esta canción (y en la película entera) hacen un gran trabajo, cantan realmente bien. No tienen esas voces memorables de los grandes cantantes de la historia, pero la verdad, prendan MTV o cualquier canal que pase videoclips “del momento” y notarán que las “estrellas” musicales actuales tampoco tienen buena voz. La mayoría de las veces, tampoco saben componer, ni tienen el menor talento musical, ni se esfuerzan en adquirirlo. Y por cierto, tampoco saben actuar. Así que Nicole y Ewan no pasan vergüenza, para nada: ser lindos no les quita la decencia musical.








Come what may

Never knew I could feel like this
Like I´ve never seen the sky before
I want to vanish inside your kiss
Every day I love you more and more
Listen to my heart, can you hear it sings
Telling me to give you everything
Seasons may change, winter to spring
But I love you until the end of time

Come what may
Come what may
I will love you until my dying day

Suddenly the world seems such a perfect place
Suddenly it moves with such a perfect grace
Suddenly my life doesn´t seem such a waste
It all revolves around you.

And there´s no mountain too high
No river too wide
Sing out this song I´ll be there by your side
Storm clouds may gather
And stars may collide
But I love you until the end of time

Oh, come what may, come what may
I will love you, I will love you.
Suddenly the world seems such a perfect place

Come what may
Come what may
I will love you until my dying day

Venga lo que venga

Nunca pensé que podía sentirme así,
como si nunca antes hubiera visto el cielo.
Quiero desvanecerme dentro de tu beso,
cada día te amo más y más.
Escucha a mi corazón, ¿puedes oírlo cantar,
diciéndome que te lo dé todo?
Las estaciones pueden cambiar, invierno a primavera,
Pero te amaré hasta el final de los tiempos.

Venga lo que venga,
Venga lo que venga,
te amaré hasta el día de mi muerte.

De pronto el mundo parece un lugar tan perfecto,
de repente se mueve con una tan perfecta gracia,
de pronto mi vida no parece tan desperdiciada,
todo orbita a tu alrededor.

Y no hay montaña demasiado alta,
no hay río demasiado ancho:
canta esta canción y estaré a tu lado.
Las nubes de tormenta podrán reunirse
y las estrellas podrán chocar,
pero te amaré hasta el final del tiempo.

Oh, venga lo que venga, pase lo que pase
te amaré, te amaré.
De pronto el mundo parece un lugar tan perfecto.

Venga lo que venga,
pase lo que pase
te amare hasta el día de mi muerte.



Y hasta aquí llegó mi 2014. Que empiecen bien el veinte quince. Yo me ocuparé de iniciarlo durmiendo, lo que me garantizará la capacidad de siestear por todo el año. Y no habrá cuete demasiado fuerte ni brindis demasiado gritado como para despertarme. Polvo seré, mas polvo fatigado.

Hasta el año que viene,


DJ Vago

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