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sábado, 17 de diciembre de 2022

[275] El último recurso

 

“Rezo por vos”, de y por Luis Alberto Spinetta y Charly García (1985) y “I say a little prayer” (1967), por Dionne Warwick y Aretha Franklin

 

Ya llegando a las últimas instancias de este Mundial de la Canción, es hora de apelar a lo que sea, con tal de llegar a ese resultado que esperamos recibir cual maná del cielo. Por eso vamos con dos canciones bien distintas, pero en las que se acude al mismo recurso extremo: rezar. Las dos canciones comparten también una particularidad: ambas tienen dos versiones icónicas, con lo cual, antes de enfrentarse entre ellas, uno debería decidir cuál es la versión elegida en cada tema.

La primera canción, de 1985, es “Rezo por vos”, la única composición firmada a dúo por los dos mayores héroes del rock nacional argentino: Charly y Spinetta. Fue la primera y única canción de un disco entero compuesto a dúo, proyecto que no llegó a concretarse porque no lograron coordinar los tiempos de cada uno (Luis Alberto tenía chicos chicos y priorizaba su vida familiar, Charly necesitaba dedicarse en las noches y sin pausa al proyecto). Más allá de que la colaboración no funcionó, la admiración y el cariño mutuos entre Charly y Spinetta se mantuvieron inalterables.

Y quedó esta canción, que es un poco spinettiana y un poco charlyesca. Ambos la grabaron, cada uno por su lado y en su propio estilo, y la incluyeron en sus siguientes respectivos discos: Spinetta en Privé (1986) y García en Parte de la religión (1987).

Es, en ambas versiones, una canción sugerente y ambigua de redención, en la que el cantor parece haber superado una prueba difícil (de la que no se dice nada) y ahora estar solo (sin ese “vos” que se anuncia en el título) pero curado de sus heridas y lleno de un amor sagrado, aunque tampoco queda muy claro cuál es ese dios al que se reza ni, por supuesto, quién es ese tú por el cual se reza ahora, ya desde una posición superada y cuasi mesiánica.

Hay en la letra influencias de algunas lecturas que compartieron Luis Alberto y Charly, como los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz; pero en líneas generales la letra quedó lo suficientemente abierta como para que cada uno le diera su propia onda. Y en efecto, las versiones de ambos autores son bastante distintas, no solo en los arreglos, sino también en las letras.

De la versión de Spinetta me gusta cómo hace énfasis en la palabra “soledad”; es una versión más rasposa, más roquera y, a la vez, más tanguera que la versión de García, y eso me gusta. Es también más delicadamente mística; incluso, cuando llega a la palabra “sagrado”(justo en el minuto 2 de la grabación) se escuchan ruidos de campanas disonantes que no parecen tener mucho que ver con la canción, pero sí tienen que ver, porque son como los ruidos de campanas que se hacen en las misas católicas en el instante exacto en que sucede el milagro de la transformación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo (mi hermana la segunda es la cristiana de la familia y me pasó el dato).

 


Rezo por vos (versión Spinetta)

La indómita luz se hizo carne en mí

y lo dejé todo por esta soledad.

Y leo revistas en la tentación,

mi cuerpo se cae,

solo veo la cruz al amanecer.

Entonces rezo. Rezo.

 

Morí por no morir y me entregué a la pasión

y lo dejé todo por esta soledad.

Y se hizo de noche y ahora estoy aquí,

hice el sacrificio

y abracé la cruz al amanecer.

Entonces rezo. Rezo por vos.

 

Y curé mis heridas y me encendí de amor,

de amor sagrado.

Rezo. Rezo por vos.

 

La versión de Charly es mi preferida. Me gusta más su versión de la letra (donde él lee revistas “en la tempestad” en lugar de “en la tentación”, y quema las cortinas para encenderse); pero sobre todo, y más importante, esta versión contiene el riff más memorable del rock nacional argentino (al menos, no se me ocurre ahora uno más pregnante e inolvidable que este): trece notas, organizadas 5,3,3,2, que primero se hacen con guitarra acústica, luego con teclado y luego van reapareciendo durante toda la canción. Si escuchan este riff por primera vez, difícilmente puedan dejar de repetirlo en su mente durante lo que queda del día. Y si ya lo conocen, probablemente también. La palabra “soledad” aquí es aguda y dulce, sin esa aspereza de la versión de Spinetta, y en general esta de Charly es una canción menos mística y más mítica (al estilo de “Eiti Leda”, por ejemplo).

 


 Rezo por vos (versión García)

La indómita luz se hizo carne en mí

y lo dejé todo por esta soledad.

Y leo revistas en la tempestad,

hice el sacrificio,

abracé la cruz al amanecer.

Entonces rezo. Rezo.

 

Morí sin morir y me abracé al dolor

y lo dejé todo por esta soledad.

Ya se hizo de noche y ahora estoy aquí,

mi cuerpo se cae,

solo veo la cruz al amanecer.

Entonces rezo. Rezo por vos.

 

Y curé mis heridas y me encendí de amor,

y quemé las cortinas y me encendí de amor,

de amor sagrado.

Y entonces rezo. Rezo por vos.


Me va a quedar un poco largo el posteo, pero también son largos los rezos; si no, no funcionan. A aguantar.

Porque aquí presento la canción rival, “I say a little prayer” (“Digo un pequeño rezo”), compuesta en el 67, música de Burt Bacharach y letra de Hal David, y cantada originalmente por Dionne Warwick. Y menos de un año más tarde salió la otra versión icónica (y más exitosa incluso) de este tema, por Aretha Franklin.

En esta canción, una chica cuenta su día (se despierta, se maquilla, va al trabajo) y cómo, en cada momento, se toma un rato para hacer un pequeño rezo por él. Tiene la particularidad de que el título es un verso dentro de la primera estrofa, en lugar de aparecer (como sucede casi siempre) en el estribillo. Aunque al final parece ser que el rezo no era por él sino más bien para él, pues ella le pide que él (convertido en su dios) lo conteste, que responda su rezo-amor diciéndole que él la ama a ella también). Así que si ella tiene que rogar que él le conteste el rezo, esta es una canción de amor no correspondido, como “Ne me quitte pas”: por favor amame, loco.

Lo que no impide que esta sea una de las canciones favoritas en las bodas, en los Estados Unidos.

La versión de Warwick es mi favorita: porque tiene una hermosa voz y la hace más íntima, más cálida. Uno puede creer que ella está recién levantada o tomando el colectivo mientras canta. Al compositor, Bucharach, no le gustaba esta versión: estaba arrepentido del tempo que él mismo había elegido, que hacía sonar la canción un poco demasiado rápida, en especial en el estribillo. Y es cierto, suena un poco nerviosa, la canción, por momentos.

En la versión de Aretha eso se soluciona, pues ella la hace más lenta. Sin embargo, aquí las chicas del corito (curiosamente, son las mismas cantantes en ambas versiones, un grupo llamado The Sweet Inspirations, “Las Dulces Inspiraciones”) toman protagonismo, y cantan ellas la mitad de la canción, mientras que Aretha solo canta (brillantemente, sin dudas) parte de los versos y palabras sueltas del estribillo. Esta canción suena más gospel, más de iglesia, pero también más bullanguera y menos creíble, y por lo tanto me gusta un poquitín menos.

Aquí van ambas versiones y la letra traducida.



The moment I wake up

Before I put on my makeup

I say a little prayer for you

While combing my hair now,

And wondering what dress to wear,

I say a little prayer for you

 

Forever, and ever,

You'll stay in my heart and I will love you

Forever, and ever,

We never will part Oh, how I love you

Together, forever,

That's how it must be to live without you

Would only mean heartbreak for me.

 

I run for the bus, dear,

While riding I think of us, dear,

I say a little prayer for you

At work I just take time

And all through my coffee break-time,

I say a little prayer for you

 

My darling, believe me

For me there is no one but you.

Please love me too

I´m in love with you,

Please love me too

Answer my prayer

Answer my prayer now babe

Cuando me despierto

antes de ponerme el maquillaje

digo una pequeña oración por vos.

Mientras me peino, ahora,

y me pregunto qué vestido usar,

digo una pequeña oración por vos.

 

Por siempre y para siempre

estarás en mi corazón y te amaré.

Por siempre y para siempre

nunca nos separaremos, oh,

cómo te amo.

Juntos para siempre.

Así debe sentirse vivir sin vos:

eso sería desolador para mí.

 

Corro el colectivo, querido,

mientras viajo pienso en vos, querido,

digo una pequeña oración por vos.

En el trabajo me tomo un tiempo

y en todo mi descanso para el café

digo una pequeña oración por vos

 

Mi querido, creeme:

para mí no hay nadie más que vos.

Por favor, amame también.

Estoy enamorada de vos,

por favor amame también.

Respondé mi oración.

Respondé mi rezo ahora, nene.

 


 

Y eso es todo por hoy. Cada uno rece al dios que le quepa y por el motivo que le plazca: la felicidad eterna, el amor, un resultado deportivo, la muerte del reguetón, es a gusto.

Y yo, mientras tanto, rezaré (a mi manera lenta y sinuosa) por vos.

DJ Vago

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