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martes, 24 de febrero de 2015

[113] El que avisa no es traidor


“You know I´m no good”, de Amy Winehouse, en su álbum Back to black (2007)



Esta es la penúltima entrega de la serie “Mujeres del jazz”, y vamos con Amy Winehouse.

Podrán decirme que Amy Winehouse no hacía exactamente jazz.

Podrán decirme que es irrespetuoso poner a Amy Winehouse en esta serie antes que a Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Shirley Horn, Julie London, etc.

Podrán decirme que este blog es cualquier cosa.

Digan, nomás.

¿Ya terminaron? Bueno, sigo.

Ella Fitzgerald no puede faltar en una serie dedicada a las voces femeninas del jazz, pero ya la convoqué en el posteo de poteito-potato, así que la doy por presente. Billie Holiday tampoco puede faltar, y por eso cerraré con ella la serie la semana que viene.

Amy Winehouse hacía jazz. Porque lo digo yo, y punto. Hoy no está el horno para bollos.

Y este blog es casi cualquier cosa, lo acepto. Pero nadie te está torciendo el brazo.



Sigo, entonces. Amy Jade Winehouse nació en 1983 en Inglaterra, sacó dos discos (Frank en 2003 y Back to black en 2006) y murió en 2011, a los 28 años, por un colapso debido al síndrome de abstinencia, lo que resulta trágicamente paradójico o paradójicamente trágico (si es que es legal juntar semejante esdrujulerío) considerando que la canción más famosa de Amy fue “Rehab”, en la cual anunciaba que de ninguna manera iba a ir a rehabilitación, que no tenía 70 días para perder y que lo que necesitaba era un amigo, no dejar el alcohol y las drogas.

El álbum Back to black (no confundir con el excelente Back in black de AC/DC) es, hasta ahora al menos, el segundo álbum más vendido en Gran Bretaña durante el siglo XXI (el primer puesto lo tiene el disco 21, de Adele). Muy meritorio para una cantante de jazz disfrazado de pop-rock-ska o lo que sea que quería que pareciera Amy lo que hacía. Y es sin dudas una gran pena que se haya muerto tan tan joven Amy, porque tenía una gran voz, y cuando estaba más o menos sobria, era una gran intérprete. No pasaba seguido, eso sí.



A pesar del aparente caos de mi propuesta, acabo de descubrir una notable cohesividad en la sucesión de temas elegidos: “Tiempo de verano”, “Quiero ser mala”, “Sintiéndome bien”, “Sabés que no soy buena”. Creo que mi mayor defecto es que soy muy coherente.

Acá la cantora ya logró ser mala y salirse con la suya, sintiéndose bien (momentáneamente), y le llega el momento de arrepentirse. Por un rato, al menos.

La canción está dirigida al novio, que es, pareciera, el amor de su vida, y sin embargo, ella no puede dejar de engañarlo (con el ex y con cualquiera), es casi como una adicción: no una adicción al sexo ni al engaño, sino una adicción a fallar, a no cumplir con lo que se espera, a “no ser buena”. Pero ella le avisó que era así, él no puede alegar que no sabía cómo eran las cosas.

La letra presenta tres escenas, y cada una termina con el estribillo en que ella anuncia que más que engañarlo a él, se engañó a sí misma, pero que ya sabía que eso iba a ocurrir, porque somos pocos y nos conocemos mucho, ella es problemática y lo saben los dos: “sabés que no soy buena”. Yo te avisé, pelado, y vos no me escuchaste.

Las escenas, simpáticas y descriptivas, son variantes de lo mismo: ella lo engaña, y él se muestra increíblemente comprensivo con la situación.

a) Él entra al bar, haciéndose el malo, y le pregunta “¿por qué lo hiciste con él hoy?” y la olisquea como si fuera ginebra fina (Tanqueray), ella intenta cambiar el tema, “sos mi amigo, mi hombre”, él le dice “pásame tu cerveza y volá de acá”, y apenas salen del bar, él “la baja” como si fuera Roger Moore, el más blandito y galán de los actores que interpretaron a James Bond. Primero pensé que él la bajaba de un golpe, pero la verdad, considerando como viene toda la canción, me parece que acá “tear me down” (“derribar, bajar”) remite más bien a bajar amorosamente, a bajar la caña. Él se hace el malo, pero la perdona, porque la quiere. (El perdón y la comprensión, curiosamente, no es la reacción que ella busca, como veremos más adelante: ella preferiría que él la bajara de un golpe, que la castigara por su engaño.)

b) En la segunda escena, ella está en la cama con su ex, en pleno acto, y le suena el celu para avisarle que está llegando tarde a la cita con el novio. Se encuentra con él en un macdonalds o similar (papas envueltas en pan pita es un clásico del fast food indo-británico actual), y él, aunque se da cuenta de por qué ella está llegando tarde, no le hace una escena, e incluso menciona, como al pasar, la frase “cuando nos casemos”. Ella, más tarde y ya sola, se jura a sí misma que dejará su adicción, que ya no habrá nada con ninguno más, mientras llora por el novio (el actual, no el ex) en el piso de la cocina.

c) En la última escena, están los dos muy románticos, ella en la bañera y él al lado, y entonces él ve una reveladora manchita en la alfombra, que demuestra que ella anduvo haciendo sus cosas con otro en ese mismo lugar. Él ve la mancha, y ella ve que él la vio: pero mientras a ella, al saberse descubierta, se le viene el mundo abajo, él levanta los hombros, como diciendo “no pasa nada”, quitándole importancia al asunto. Y ella aclara que esa forma de reaccionar es lo peor, porque es como girar el cuchillo después de haberlo clavado.



Ella, en síntesis, lo quiere a él, y él la quiere a ella. Sin embargo, ella no puede dejar de engañarlo con otros (en tanto él es “el amor de su vida”, ella, al acostarse con otros, considera que se autoengaña, que se mete los cuernos a sí misma). No puede hacer otra cosa: ella ya es así (como dice el tango: “Si soy así / qué voy a hacer”, etcétera). No es buena. Ni lo va a ser, por más que lo intente.

Al menos, ella se anota un poroto a su favor: le avisó de entrada. El que avisa no es traidor, dicen.
Y no tengo mucho más para comentar hoy. La canción es lánguida, morosa, en 4/4, y el videoclip muestra a Amy, puro peinado y delineador de ojos, siendo interrogada como en una escena policial, y ella no tiene problema en confesarlo todo, porque espera ansiosa que la castiguen, pero no lo consigue.

Hay una canción de Taylor Swift que se titula “Sabía que no eras bueno”  (“I knew you were trouble”, en el que una “nena bien” se metejonea con un “nene malo” y se arrepiente el día después) y que podría funcionar como contrapartida musical al posteo de hoy; lástima que el tema de Swift es más insulso que una lata de picadillo, así que no tengo corazón para incluirlo acá.

Ni ganas. Ya saben cómo soy.



You know I'm no good

Meet you downstairs in the bar and heard
Your rolled up sleeves in your skull t-shirt
You say, "Why did you do it with him today?"
And sniff me out like I was Tanqueray

'Cause you're my fella, my guy
Hand me your Stella and fly
By the time I'm out the door
You tear me down like Roger Moore

I cheated myself
Like I knew I would
I told ya I was trouble
You know that I'm no good

Upstairs in bed with my ex-boy
He's in the place, but I can't get joy
Thinking of you in the final throes
This is when my buzzer goes

Run out to meet your chips and pitta
You say “when we're married”
'cause you're not bitter
There'll be none of him no more
I cried for you on the kitchen floor.

I cheated myself
Like I knew I would
I told ya I was troubled
You know that I'm no good

Sweet reunion, Jamaica and Spain
We're like how we were again
I'm in the tub, you're on the seat
Lick your lips as I soak my feet

Then you notice likkle carpet burn
My stomach drops,
and my guts churn
You shrug, and it's the worst
To truly stuck
the knife in first

I cheated myself
Like I knew I would
I told ya I was troubled
You know that I'm no good.
Sabés que no soy buena

Te encuentro abajo en el bar y escucho
que te arremangás la remera de calavera,
decís “¿por qué lo hiciste con él hoy?”
y me olisqueás como si fuera Tanqueray.

Porque sos mi amigo mi hombre,
pasame tu Stella y volá,
en el momento en que salgo por la puerta
me bajás como Roger Moore.

Me engañé a mí misma
como sabía que haría.
Te dije que yo era un problema,
sabés que no soy buena.

Arriba en la cama con mi ex novio
él está en su sitio pero no obtengo alegría
pensando en vos en los últimos lances
es cuando mi ring suena.

Corro a encontrar tus papas en pita,
decís “cuando nos casemos”
porque no estás enojado,
no habrá nada con ninguno más,
lloré por vos en el piso de la cocina.

Me engañé a mí misma
como sabía que haría.
Te dije que yo era un problema,
sabés que no soy buena.

Dulce reencuentro, Jamaica y España,
de nuevo somos como sabíamos ser,
estoy en la bañera, vos en la silla
relamo tus labios mientras me mojo los pies,

entonces notás la mancha en la alfombra,
se me cae el estómago y se me revuelven las entrañas,
vos te encogés de hombros y es lo peor,
de verdad como clavar y dar vuelta el cuchillo.

Me engañé a mí misma
como sabía que haría.
Te dije que yo era un problema,
sabés que no soy buena.




Y como bonus track, para que vean que no soy taaaan malo, el mencionado "Rehab", de Amy Winehouse ("quieren hacerme ir a rehab, pero yo les digo: no, no, no"):

https://www.youtube.com/watch?v=KUmZp8pR1uc


Eso es todo, la semana próxima termina mi breve homenaje a las voces femeninas del jazz y tal vez, para ahorrar, comience también al mismo tiempo una nueva recaída.

Aquí los espero, si me perdonan,


DJ Vago

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